II

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Capitulo 2

Practica de Quidditch

—¡Uhh!—Grito mientras hago una mueca de dolor.

Ron se había caído muy feo de su escoba.

Ginny y los chicos estaban en práctica de Quidditch, así que Hermione y yo decidimos venir a verlos y bueno también alentarlos.

—¡VAMOS RONALD LEVÁNTATE!—Le Grita su hermana, pasando a toda velocidad en su escoba.

Se escuchan las carcajadas de Fred y George a lo lejos.

Ron se levanta del suelo y vuelve a subir a su escoba. Parece que está vez un poco más motivado por los gritos de su hermana.

Aunque Ginny sea la menor de los Weasley, creo que es la más madura de todos ellos. Y también la más mandona, sin duda.

—Deberías entrar en el equipo—Empieza a decir Her, mientras acaricia a su gatito Crookshanks—Creo que serias buena.

—No es lo mío.—Confieso algo indecisa.—Además no quiero que Ginny me grite.—Agrego riéndome.

—Sí, pienso que nadie quiere eso.

Luego de un rato, termino el entrenamiento. Bueno en realidad fue interrumpido por los Slytherin, ya que reclamaron el campo para practicar ellos. Así que no les quedo otra que terminar ahí la practica.

Cuando nos dimos cuenta de que estaba terminando, bajamos las gradas para encontrarnos con los chicos.

—¡Pero miren a quién tenemos aquí!—Una voz empieza a chillar atrás de nosotras.—Pero si es Mini Potter, y su amiguita la sangre sucia.

Ambas nos damos vuelta al mismo tiempo. Dándole una mirada asesina al rubio y su par de amiguitos que teníamos al frente.

—¿Qué pasa? ¿Vinieron a verme jugar?—Nos pregunta en tono arrogante y entre risas.

—En tus sueños tal vez sí.—Le respondo.

—En mis sueños haces otra cosa pero como quieras.

Este tipo me saca de las casillas. Desde el primer año que no me ha dejado de molestar ni un puto momento. Parece que joderte la vida a las personas es su pasatiempo preferido.

Ya estaba harta de Malfoy. Alguien debía ponerlo en su lugar.

Miro enfurecida a Hermione, mientras se escuchan las risitas de los idiotas de fondo. Saco mi varita y me acerco a él cada vez más hasta clavársela en el cuello.

Claro que su sonrisita se borra al instante.

—Repite.—Le ordeno, mientras clavo aún más mi varita.

Él solo me mira algo asustado. Centrando sus ojos grises en los míos.

Veo como sus amigos intentan sacar sus varitas para apuntarme.

—Lu, déjalo no vale la pena.—Dice Hermione a espaldas mías.

Sentía tanta impotencia. Toda mi vida había vivido bajo las burlas y comentarios del idiota este. Era mi momento de darle su maldito merecido.

CORAZONES MALDITOS|| Mattheo Riddle. Where stories live. Discover now