↳ Capítulo 5.

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Levanté la mirada y me topé con un bello rostro meramente inmaculado. Su piel llana y pálida hacían lucir sus ojos, poseían un hermoso color marrón oscuro y las pestañas se expandían con firmeza hacía arriba. Su gorro mal colocado hacía que varios mechones marrones cayeran sobre su frente haciendo que éstos hicieran precioso el acto sobre su rostro. Sus labios rellenos y rosados se estiraron y formaron una bonita sonrisa curiosa.

Hello—, pronunció y me quedé estática porque no sabía si estaba despidiéndose o saludando. La sonrisa vaciló en sus labios y parpadeó. —¿Hola?

—Hola—, dije medio atontada por el bello rostro juvenil que tenía justo enfrente.

—Perdóname, es que soy un poco distraída—, musitó ligeramente ruborizada.

—No, no, la distraída soy yo—, dije y luego me reí.

—Soy Kang Seulgi, pero puedes llamarme Seulgi—, me estrechó la mano.

—Jisoo—, me presenté.

—¿Eres coreana?—, preguntó.

—Sí, de Seúl, por eso no entiendo mucho el inglés.

—¿En serio? Yo nací en Gyeonggi, pero estudié en Seúl un tiempo, y ahora vivo aquí—, explicó.

Ahora había entendido entonces, por qué me había hablado desde un principio en español, pero luego dirigí la mirada hacía la puerta del departamento en el que ella iba a introducir la llave antes de que yo la chocara.

—¿Vives aquí?— balbuceé al captar el trío de números que formaban el trescientos ocho.

—Sí, con mi tía.

La vieja gruñona con la que Jennie me había dejado la llave de su apartamento era tía de la linda muchacha que me sonreía en éste instante. Abrí los ojos ante la sorpresa.

—¿Eres sobrina de la señora Yuna?—, inquirí.

—Sí, ¿la conoces?

—Sí, bueno, no—, dije y su expresión pasó a ser una mueca de confusión. —Mi amiga me dejó la llave de su departamento aquí y sólo pasé a recogerla, de allí conozco a tu tía— expliqué.

—¡Oh! ¿Eres tú la linda chica que se mudó con Jennie?— preguntó como si hubiese completado un rompecabezas en su memoria.

—Sí y... gracias por lo de linda.

—Oh, bueno, eres linda— musitó y se encogió de hombros. —¿Vas a algún lado?

—Sí, a un laboratorio de fotografía. ¿Sabes dónde queda la calle F- Flood St? —pregunté mirando el papelito arrugado en mi mano y tartamudeando al leer el nombre de la calle.

—Sí, está cerca de uno de los canales hacía el norte.

—¿Está muy lejos?

—No, puedes ir caminando. Son como cinco cuadras de aquí.

—Oh, gracias.

—Puedo llevarte si quieres, tengo auto— ofreció.

—No, gracias, hoy caminaré, tengo tiempo de sobra—, musité con aplomo.

—Oh, está bien, ¿puedo invitarte luego a un café? Para conocernos, digo, vamos a ser vecinas— se encogió de hombros un tanto avergonzada y ligeramente ruborizada.

—Claro, me encantaría.

—Hasta luego, entonces.

—Hasta luego— dije. —Oh, y Thank you—, murmuré lo que había aprendido de Rosé el día de ayer, cuando agradeció al mozo.

Manual de lo prohibido | ChaesooWhere stories live. Discover now