↳ Capítulo 3.

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Sure, no problem for me— respondió ella y luego sonrió.

—Gracias, Rosé— dijo Jennie y luego me miró.

—En español, por favor— dije y las dos rieron.

—Que sí, que no hay problema— dijo mi amiga.

Miré a Rosé.

—¿Segura que no tienes cosas que hacer y te estoy quitando el tiempo sólo por mi capricho? Porque puedo esperar a que Jennie tenga tiempo, no hay prisa, de verdad.

—No—, me respondió. —Por mí está bien, a menos de que no quieras ir conmigo— rió.

—No, digo, sí— sacudí la cabeza. —Quiero decir, gracias por llevarme.

—A Rosé le gusta ese lugar, seguro que está más que encantada. Ella te puede dar el Tour— bromeó Jennie.

—Y para mí sería todo un placer— se rió y mostró todas las perlas blancas que formaban su sonrisa, en la que por un lacónico segundo, me perdí.

—Gracias— musité y me giré de nuevo a mirar la televisión.

Me había asustado un poco el inusual hecho, desvié completamente mi atención de mi mejor amiga y su novia a propósito, debido al pensamiento que la reacción había producido y me puse a pensar en eso. ¿Por qué encontraba a Rosé muy atractiva? Sí lo era, pero lo que realmente me preguntaba era ¿por qué todo en ella causaba una sensación extraña en mí? Miré de reojo a la feliz pareja a mis espaldas, y pude ver la sonrisa de Rosé volar hacía Jennie.

Entonces llegué a una conclusión fácil. Estaba deslumbrada por ella.

Por supuesto, era la joven más atractiva con la que me había topado en toda mi vida. Me reí discretamente, qué suerte la de Jennie.

—¿Te quedas a cenar?— preguntó ella, luego de un rato. —¿Sabes? Con Jisoo se me ocurrió una idea hoy, ¿por qué no salimos un día las cuatro? Nosotras tres y Lalisa— explicó ella sin esperar la respuesta de su novia a la primera pregunta.

—No, cielo, no puedo quedarme. Hoy hay cena familiar— torció el gesto. —Y lo de la salida las cuatro suena estupendo, le comentaré a Lisa hoy.

¿Debería preocuparme? Sabía que Jennie ocultaba muy dentro de ella la idea de emparejarme con alguien, pero al pensar en el hecho ¿qué tan malo podría llegar a ser si se trataba de la hermana de Rosé? Seguro también era atractiva.

—Hasta mañana, vendré a desearte buena suerte antes de que te vayas— dijo Rosé a su novia y luego besó su frente.

—Gracias, amor.

—Jisoo—, me giré a mirar a Rosé de nuevo al escuchar mi nombre. —Mañana tenemos muchas cosas por hacer, espero no te canses— sonrió.

De pronto sentí una emoción que no pude explicar, un ligero entusiasmo allí, cerca de donde se encontraba la fierecilla enjaulada.

—Hasta mañana— musité y le devolví la sonrisa.

Jennie y Rosé salieron hasta la puerta en donde tardaron más de cinco minutos en despedirse; traté de no pensar en ello, porque a fin de cuentas, su manera de decirse adiós era algo que a mí no me incumbía.

Luego de que oí la puerta cerrarse, Jennie se sentó a mi lado en el sofá y luego suspiró.

—¿No es perfecta?— preguntó.

—¿Qué cosa?— inquirí confundida.

—Mi novia— musitó con aire de orgullo.

Me reí, pero no dije nada. Aún cuando Jennie me lo había preguntado no podía decirle lo que pensaba. Sí, sí era perfecta, pero por alguna extraña razón, mi boca no podía soltar esas palabras enfrente de mi amiga.

Manual de lo prohibido | ChaesooWhere stories live. Discover now