20

513 67 25
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Las enanas son un peligro.

Al entrar al campo de entrenamiento nos dieron las indicaciones que debíamos seguir a la hora de disparar, como por ejemplo que debemos disparar tan solo tres veces y que debíamos hacerlo lo más cercano posible al centro del objetivo, para luego darnos la orden de colocarnos en prona o más específicamente en la misma posición que todos habíamos adoptado durante el entrenamiento de la piedra en el barril, así que fue muy sencillo acomodarnos al recordar de qué se trataba. Todo esto luego de hacernos cargar nuestras armas con municiones reales, a lo que algunos chicos no pudieron disimular la emoción que sintieron cuando el arma se volvió un poco más pesada—por el peso de las balas—.

Esta vez también nos había tocado acomodarnos sobre unas bolsas de arena en tono verde militar, por lo que colocamos nuestros codos en las mismas mientras acomodabamos nuestras armas delante de nuestros rostros.

De mi parte, me acomodé en la posición luego de rectificar que los auriculares estuvieran acomodados de manera correcta sobre mis oídos, siendo ayudada por el soldado Kim, quién al verme se acercó a mi con velocidad rápida.

— Solo concéntrate en el objetivo y no pienses en otras cosas, si logras eso lograrás bloquear los pocos sonidos del exterior que se cuelen por las esquinas de los auriculares y así evitarás sentirte sofocada — y luego de susurrar esas reconfortantes palabras cerca mío se alejó y se colocó cerca del primer teniente, el cuál lo vió asintiendo con la cabeza.

Bueno, tenía la sospecha de que quería decir algo, me alegra no haberme equivocado.

Pero, ¿Qué tiene que ver eso con el primer teniente Lee?

Anyway.

A Jang-Soo aún no le había tocado disparar y en cambio debía quedarse de pie junto con nuestros compañeros restantes, haciendo cosas a las cuáles sinceramente no les hice caso y por lo tanto, no puedo explicar de que se trataban. Sin embargo, no estaba tan agusto, mi novio seguía estando casi en el extremo contrario a mí, por lo cuál me puse aún más nerviosa e inquieta de lo que ya me encontraba.

Obviamente no iba a estar tocándole durante el entrenamiento o viendolo a cada momento, pero sentir su presencia cerca mío me ayuda mucho a calmarme.

A este punto del entrenamiento ya se me estaba yendo el aire debido a lo rígido que estaba mi cuerpo en esa posición, haciendo que soltara pesados suspiros y respiraciones profundas a cada ratico, pero todo ésto se fue de mi radar de atención en el momento en que noté por el rabillo del ojo como uno de los tantos soldados que se encontraba en el lugar se colocaba en posición junto con una bandera roja, indicándonos el inicio de nuestro entrenamiento con el levantamiento de la misma.

Aquí vamos.

No estés nerviosa.

Tu puedes con ésto y más, no te derrumbes tan fácil.

𝗤𝗨𝗜𝗘𝗧 • 𝗗𝗨𝗧𝗬 𝗔𝗙𝗧𝗘𝗥 𝗦𝗖𝗛𝗢𝗢𝗟.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora