En dónde Su-Zu, una adolescente de 17 años que sufre día tras día con sus inseguridades y traumas, deberá enfrentarse a aquellos que le habían estado causando pesadillas en días pasados.
"No importan si las esferas caen o si se está acabando el mun...
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Criaturas con tentáculos que matan gente.
¿Recuerdan que no les comenté más acerca del intenso dolor de pecho que sentí una vez que empecé a entrenar y disparar, todo esto debido a que me distraje tratando de concentrarme en no perderme nada por los auriculares que evitan el paso de los sonidos fuertes?
Bueno.
No debí cantar victoria tan rápido.
Desde que todos volvimos a hacer el ejercicio y la mayoría—incluida yo— hayamos recibido tres puntos extra por hacerlo bien, salimos del campo de tiro y volvimos a formarnos en una fila, encaminándonos minutos después en la ruta de vuelta a casa. Esta vez no habían dicho estrictamente como debíamos acomodarnos, así que estaba en medio de Jang-Soo y Young-Shin mientras los mismos hablaban entre ellos. Durante todos esos minutos que sinceramente sentí eternos, el dolor en el pecho empeoró y empecé a tener la necesidad de contarle a Jang-Soo todo lo que había soñado, lo que había sentido y lo que había visto alrededor de éstos días.
Pero tenía miedo.
¿Y si no me creía?
¿Y si me tachaba de una paranoica que le falta atención?
Sé que él me entiende y jamás me diría cosas tan horribles, pero no puedo evitar pensar en cosas tan aleatorias.
Ese intenso dolor también trajo consigo una extraña urgencia por devolver de mi garganta al exterior comida que no había ingerido, acompañado de un nuevo y aún más intenso mareo, el cuál me llevó a aferrar mi mano al brazo derecho de mi novio que al notarme dejó un suave beso sobre mi frente y siguió hablando con el de lentes, echándome una suave mirada de vez en cuando.
Gracias a Dios no notó lo mal que me siento.
Pero internamente, desearía que lo hubiera hecho.
Estoy tan confundida.
¿Desde cuándo la sensación de un mal presentimiento me hace sentir tan fatigada?
— Pelotón dos, atención. — fijé mi mirada en la figura del primer teniente Lee, disimulando el susto que llegó a mi cuando noté que su figura se empezó a distorsionar.
¿¡Qué es esto!?
— Tomen un descanso de diez minutos en sus posiciones — ¡Que alivio!
— Chicos, tomen un descanso aquí — la profesora Park tomó la palabra y nos señaló la calle que se encontraba a nuestros costados de manera respectiva, así que nos apuramos a caminar hacia dichos lugares.
Solté el brazo de Jang-Soo cuando me pareció visualizar algo de color dorado brillante acomodado en el suelo, a lo que traté de acercar mi rostro de forma cuidadosa al objeto extraño, curiosa por descubrir de qué se trataba y un poco temerosa porque fuera algo peligroso. Sin embargo, mi curiosidad no pudo ser saciada cuando una mano que conocía demasiado bien bloqueó mi objetivo, arrebatándolo de mi alcance mientras se encargaba de analizarlo con curiosidad.
