Capítulo 62. De regreso al trabajo

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Cuando Vanesa sintió los labios expectantes de Olivia posarse sobre los suyos, sintió un escalofrío recorrerle todo el cuerpo. Ese beso la hizo olvidarse de toda la mierda que tenía encima. Además la forense puso sus manos en la cadera de la inspectora y eso aún la prendió más. Sabía que si seguían así, podría llegar a perder el control en cuestión de segundos. Se conocía a la perfección y sabía que el que una mujer como Olivia la besara y la tocara como lo estaba haciendo, podía hacer que se olvidara de dónde estaba y podía dejarse llevar con esa espectacular mujer. Pero a decir verdad, el estar en un lugar frío, peculiar como era una sala de autopsias, rodeada de cadáveres, no era el lugar más estimulante y excitante para dejarse llevar con la forense. Eso también lo tenía claro. Pero Olivia la excitaba tanto que eso pasaba a un segundo plano para la inspectora. De hecho Vanesa se atrevió a introducir su lengua entre los labios de la forense, y ésta sonrió mientras sentía la lengua de la otra mujer buscar la suya. Ambas lenguas jugaron una con la otra, mientras las dos mujeres seguían abrazadas. Hasta que a Olivia le entró la cordura, por el calor y la excitación que su cuerpo estaba comenzando a sentir, y se separó lentamente de Vanesa.

-Guapa...Creo que conseguí animarte un poco. De hecho hasta yo me animé de más. Las dos tenemos que seguir trabajando. Así que...¿Te cuento los resultados que tengo de la autopsia de Isabel?¿Estás preparada para escucharme?

-Sí, claro. Sabes, no veas lo bien que me ha sentado venir a verte. Llego a saber ésto y hubiera venido mucho antes, Olivia.

-Y a mí me hubiera gustado que hubieras venido antes. Vanesa, no quiero verte así, tú eres una mujer vigorosa, alegre y fuerte, y me parte verte como te acabo de ver. Además tienes gente que te apoya.

-Lo sé, Olivia, pero no he podido evitarlo. Tengo que coger a Álvaro cuanto antes. El tiempo apremia.

-Bien, entonces vayamos al grano. Esta noche ya tendremos tiempo de hablar de lo que te ha pasado hoy, ¿Vale?

-Claro, Olivia. Aunque no sé si lo mejor será no hablar de eso, sí queremos tener la cena tranquila.

-Vanesa, sí me interesa que hablemos de cómo te has sentido hoy. No tengo problema con eso. Pero si tú prefieres no hacerlo, no lo haremos. Sólo quiero que tú estés bien.

Olivia consiguió separarse del todo de Vanesa, puesto que aún tenía una mano en la cintura de la inspectora.

Terminó por curarle la mano, y cuando ya lo hizo, se acercó a la camilla donde tenía el cuerpo de Isabel.

-Acércate, Vanesa, por favor.

De repente la inspectora sintió un frío extremo recorrerle toda su piel, conforme se iba acercando a la camilla. Volver a ver a Isabel ahí tumbada, ya abierta y cerrada por Olivia, y pensar en el padre de la joven totalmente abatido, no le ayudaba en nada a mejorar su ánimo. Todo lo contrario. Pero no le quedaba otra que acercarse a la camilla mientras Olivia le contaba todo lo que había descubierto en ese cuerpo.

-Te cuento, el asesino de Pilar es el mismo que el de Isabel. Lo confirmo. Pero debió de abordarla y asediarla rápido y corriendo. Me refiero a que sabía que podía ser visto, imagino que la adrenalina que sintió en ese momento hizo coger a la chica arriesgándose a ser visto. Isabel sí peleó con él, forcejearon. Ella se intentó defender. De hecho, en las uñas de la chica he conseguido sacar por ejemplo algún cabello del asesino. Así que convendría tener el ADN del padre de Álvaro, y así contrastarlo con el de Álvaro hijo.

-Sí, porque Álvaro no lo tenemos fichado. Entonces no tenemos su ADN.

-Vale, bien. Os toca conseguir el ADN del padre. ¿Marco está haciendo el registro en la casa?

-Sí, lo llamé antes y me dijo que ya estaba preparando al equipo para ir a la casa de Álvaro. Así que de aquí me iré para ver qué han conseguido. Sólo espero cogerlo a tiempo. Si vuelve a matar, no sé qué haré yo.

-¿Cómo qué harás?

-Olivia, si vuelve a matar, me pensaré seguir en homicidios.

-¿Qué? ¿Te estás escuchando? Eres muy buena en lo tuyo. Te lo aseguro. Te necesitan en homicidios. Así que olvídate de eso y haz lo que mejor sabes hacer. ¿Vale? Todos tenemos momentos que dudamos de si estamos haciendo bien o mal nuestro trabajo, Vanesa. No eres la única. Y por lo que he visto de ti, eres muy buena en lo que haces. Por favor, piensa bien las cosas antes de hacer nada.

Vanesa miró ensimismada a la mujer que tenía enfrente. Eso era lo que ella podía llegar a buscar en una pareja. Apoyo cuando más lo necesitaba. Y Olivia la estaba apoyando sin ser ellas dos nada. Esa mujer era perfecta para ella. No le gustaba tener que darle la razón a García, pero no le quedaba otro remedio que dársela. Olivia era una mujer increíble.

-Bueno, Vanesa. Sigamos, que te vas a tener que ir en breve. Isabel ha sido estrangulada. El hueso hioides lo tiene roto, al igual que Pilar. Y también ha sido violada. Esta chica también era virgen, tiene desgarros y contusiones vulvares causadas por el intento de penetración, y la consiguiente penetración, vamos. Pero no ha habido sangrado ni sufusiones hemorrágicas, y eso me da que pensar que la violó después de haberla estrangulado. Vamos, después de matarla. No hemos encontrado fluidos corporales del asesino en el cuerpo de la chica. Por cierto, como hice con el cuerpo de Pilar, cuando tengamos los estudios complementarios hechos, haré un informe definitivo para mandarlo al juzgado.

A Vanesa se le estaban removiendo las tripas por lo que estaba escuchando de boca de Olivia.

-Perfecto, Olivia. Muchas gracias. No sabes lo importante que es para nosotros que hagas las autopsias tan rápidamente. Es de suma importancia el tener información cuanto antes del cuerpo para saber por dónde podemos tirar.

-Lo sé. Sólo que con esta autopsia hemos sacado en claro que se trata del mismo asesino y que la abordó de forma apresurada. Con Pilar se tomó su tiempo. Además de esconder el cuerpo durante seis meses. Con Isabel lo ha hecho todo de forma descontrolada y caótica, y se ha arriesgado a que lo pillarais, sólo se ha salvado porque de noche y con este frío, a ninguna persona normal se le ocurre ir por el comienzo del bosque solo, y en este caso sola. Él ya sabe que esa zona, a esas horas y en esta época del año, está poco transitada. El cabrón sabía perfectamente lo que hacía, pero le pudo más su necesidad de controlar y mostrar poder sobre una mujer, y se descontroló. Lo que no entiendo qué hacía Isabel merodeando por los alrededores del bosque, y sola. Es lo que no me cabe en la cabeza. Pero también me choca que en el primer asesinato lo haya pensado todo y en el de Isabel se haya dejado llevar por sus impulsos. Es como si fueran dos hombres en uno.

-Ni a mí. Una chica de diecinueve años, sola, yendo de noche por ahí, da que pensar que discutió con alguien y se quiso alejar de todo, o bien quería drogarse y lo solía hacer en la caseta para no ser vista por nadie. En la próxima visita que haga a sus padres me informaré de si la joven se drogaba y por qué estaba ella sola por ahí a esas horas de la noche. Espero que sus padres puedan darme una explicación convincente. Y sí, a mí también me descuadra la diferencia entre un asesinato y otro, pero es lo que tú dices, quizás no tenía en mente hacer nada pero vio a Isabel y se le cruzaron los cables.

-Tienes razón, muchos progenitores no saben nada de lo que sus hijos hacen cuando salen de casa. O incluso cuando están metidos en sus habitaciones, se aíslan. Así que suerte con eso.

-Por cierto...Has visto a los padres de Isabel, los vi afuera nada más llegué. ¿Cómo te enfrentas cuando vienen los familiares a reconocer a su familiar muerto?

-Vanesa, lo hago igual que tú. Es parte de nuestro trabajo. No es nada fácil, pero sabemos a lo que nos enfrentamos y mientras tú das la pésima noticia de que ha aparecido muerto un familiar, yo confirmo que es el familiar el que está muerto, y doy los motivos de por qué está muerto. Lo hacemos lo mejor que podemos, aunque eso no quita que a veces nos influya más de lo que debiera. Así es la vida, Vanesa. Y así es el trabajo que nosotras hemos elegido. Alguien tiene que hacerlo, ¿No?

Vanesa miró a Olivia sin pestañear. La mujer tenía razón. Ella había elegido ser inspectora de homicidios y sabía perfectamente a lo que se tenía que enfrentar, tenía claro que era algo vocacional, como para Olivia ser forense.

Malasaña I. (5° Historia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora