Capítulo 18. Nuevos datos.

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A la mañana siguiente a Vanesa se le pegaron las sábanas al cuerpo. Se había puesto la alarma para ir al gimnasio pero se quedó dormida. Se despertó justo para darse una ducha rápida e irse al trabajo.

Salió de la cama casi de un brinco y se acercó a la ventana. La mañana se asomaba fría, pero por lo menos no llovía. Podía coger la moto sin problema. Cuando llovía no le gustaba ir en moto por la ciudad. Ella confiaba en sí misma a la hora de llevarla, pero no confiaba en los demás. La lluvia siempre dificultaba la conducción a los conductores. Ya había tenido algún que otro percance con la moto, pero siempre había salido airosa e ilesa. Eso sí, para ella conducir por la montaña era otra cosa.

Esa mañana había quedado directamente con García en comisaría, así que se preparó el desayuno en casa. Sin saber por qué, estaba algo contenta, y eso que la investigación, aunque iba avanzando, lo hacía a una velocidad que a ella no la convencía del todo. Sabía que debía tener paciencia, y aunque le costara mucho tenerla, no le quedaba otra que esperar.

Vanesa llegó a su hora a comisaría. Justo por el pasillo se encontró con García.

-Vanesa, buenos días. No te quites la chaqueta, que nos vamos. Eso sí, deja el casco. ¿Llamaste a la grúa para que recojan tu coche?

-No papá, no llamé. Cuando tenga un rato llamo. Además puedo desplazarme con la moto.

-Eh, no te pongas así. Por mí como si dejas abandonado el coche en el parking de comisaría. Y suerte tienes que no llueve.

-No lo haré. Tranquilo. Sabes lo importante que es ese coche para mí, aunque sea algo material. Bueno, ¿Dónde nos vamos?¿Tienes algo?

-Yo no, pero Olivia sí. Me ha llamado pidiéndome que nos pasemos cuando podamos. Esta mujer no descansa.

-Bien, vamos entonces -Vanesa ya sabía por qué esa mañana estaba de tan buen talante. Tenía mucho que ver la forense.

Ya en el coche de García, Vanesa se animó a hablar con su compañero.

-¿Te ha dicho qué es lo que tiene?

-No, ella no da información relevante por teléfono. Prefiere darla en persona. Y hace bien.

-Sí, claro. Pues esperaremos a que nos cuente.

-Vanesa, ¿Has pensado en venir esta noche a tomar una copa al Dubliners? Al final convencí a Rosa con lo de siempre, diciéndole que nunca hacemos nada sin los niños.

-Pero es verdad. Con los compañeros sí sales a tomar copas. Pero con ella no. Ya os toca.

-Sí, por eso. Pero contesta a lo que te he preguntado.

-No lo sé, quedé con una chica que conocí. Así que veremos si me paso. Por lo pronto sí ceno por ahí. Y es posible que luego vayamos a tomar unas copas.

-Bueno, pues pásate y tómate algo con nosotros, ¿No?

-Lo pensaré, García.

En diez minutos los policías llegaron al instituto anatómico.

Cuando se dirigían a la zona de trabajo de Olivia, la inspectora sonrió. Sabía perfectamente con lo que se iba a encontrar en esa sala. Con la forense trabajando en algún cadáver con la música clásica de fondo.

Esta vez García tocó a la puerta de la sala y Olivia los vio detrás de la puerta por una ventana que había pequeña en la parte superior de la puerta. Los hizo pasar.

-Hola chicos. ¿Cómo vais?

-¿Podemos pasar?

-Sí, claro.

Los policías se acercaron donde se encontraba la forense.

-Bien, Olivia. Verás, con lo de las bolsas, tenías razón. Las hacen en un supermercado y ya lo tenemos controlado. Así que sabemos en qué zona vive el asesino. Lo del collar de perro estamos en ello. Eso nos llevará algo más de tiempo. Cuando salgamos de aquí nos pasaremos por las tiendas de animales que hay por la zona donde vive el supuesto asesino - comentó García a su amiga mientras Vanesa sólo se limitó a asentir, sin dejar de mirar a la forense. Se veía tan atractiva con su ropa de trabajo...La inspectora estaba algo aturdida por ver a la forense tan guapa, para su gusto.

-Muy bien. Me alegro. Vais avanzando. Yo os quería comentar que en efecto el polen es de olivo. Así que en el jardín tiene que haber algún olivo.

-Bien, gracias.

-Por cierto, ha habido un error a la hora de analizar los cabellos de perro. Así que se están volviendo a analizar. Lo siento.

-Tranquila Olivia, bastante haces. Vaya, tienes la sala llena.

-Sí, hubo un accidente con cuatro muertos. Así que no tengo descanso.

-Te toca ver si en el accidente el alcohol o las drogas tuvieron algo que ver, ¿No?

-Exactamente. Los de laboratorio van a estar también entretenidos. Teniendo en cuenta que el que provocó el accidente tenía diecinueve años, es fácil que encontremos en su sangre químicos o drogas.

-Joder, qué bien. No leí la noticia ni la vi por la televisión - comentó García.

-Tranquilo. Lo harán. Y más habiendo muertos, y jóvenes.

-Hablando de noticias, me han llamado al punto de la mañana para que les de información sobre el caso -dijo García tranquilamente.

Vanesa miró algo irrritada a García.

-Ya tardaban. Ten cuidado qué información les das. Sabes que la usarán en su propio beneficio, García.

-Joder Vanesa. Claro que lo sé. No es mi primer día de trabajo. Además siempre me llaman a mí y soy yo el que lidia con ellos. Así que relájate. Lo tengo todo bajo control.

-Está bien, García - le contestó la inspectora a su compañero algo más relajada. No sabía por qué le había dicho eso y además de esa manera. Estaba bastante cansada de los periodistas, y por suerte era García el que se comía ese marrón. Sabía que ella carecía de la paciencia necesaria para aguantarlos constantemente.

-Bueno, Olivia. Nos vamos. Gracias por llamarme. Nos vemos esta noche, ¿No?

-Sí, claro. Me alegro que Rosa se haya animado a salir. Se lo pasará bien. Por lo menos cambia los pañales y la cocina, por unas copas con una amiga y su marido.

-No me cabe la menor duda de eso, Olivia. Ella tiene ganas de verte. Y sí, quién nos mandaría a nosotros tener tres niños, pero lo de los pañales ya quedó muy atrás.

-Y yo a ella, Marco. Lo sé, es un decir - le contestó la forense a su amigo, pero no pudo dejar de mirar a la inspectora con ciertas ganas de que ésta le dijera que también se iba a apuntar. Como Vanesa no abrió la boca, se animó a preguntarle directamente - por cierto, inspectora. ¿Finalmente te animas a venir?- inconscientemente tenía ganas de verla fuera del trabajo. Quería seguir conociéndola porque a pesar de que no era su tipo, sí había algo en ella que le atraía y mucho.

-Doctora, tengo planes, así que no lo sé. Voy a salir a cenar por ahí y tal vez luego pase por el Dubliners. Avisaré a García si al final paso.

A Olivia le sorprendió oír que la inspectora tuviera ya planes. Pero no era quién en realidad para que le sentara mal que Vanesa hubiera decidido hacer algo alternativo. Pero ¿Con quién habría quedado?¿Con una mujer?Mejor dejar de pensar en Vanesa, así que decidió dar por concluida esa conversación con los policías, y así se lo hizo saber a los dos.

Malasaña I. (5° Historia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora