El deseo del amo (Completa ✔)

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Estoy modo zombie, unos estilistas llegaron esta tarde para prepararme para el evento del que Caleb me habló. No nos hemos visto en todo el día, simplemente me dejó en manos de estas personas que no conozco y que me están transformando. No me importa ver el trabajo que hacen conmigo, solo pienso en los últimos sucesos y en lo miserable que es mi vida. Siento como peinan mi cabello, maquillan mis ojos y hacen ajustes en mi vestido, pero no estoy prestando atención a nada, solo puedo ver la ira y la decepción con la que me miraban los ojos de Caleb.

Tocan a la puerta de la habitación y se asoma la cabeza de Briam, le sonrío y él entra.

— Wow Peyton, estas hermosa.

— Gracias. — pura cortesía, en realidad no tengo ni la menor idea si tiene razón o no.

— Yo te llevaré al evento. — Mis ojos se abren.

— ¿Y Caleb? — mi voz salió algo apresurada.

— Surgió un imprevisto. Tendrá que pasar antes por su casa. — me explica y me quedo callada.

— Bueno...

— Pero en seguida nos alcanza. — agrega. Sonrío débilmente.

Vamos en el auto camino al evento, según tengo entendido es una especie de baile en beneficio a aumentar fondos públicos encaminados a escuelas y hospitales de bajos recursos, también se recaudará dinero para un programa de becas para los menos favorecidos pero con altos niveles intelectuales en los tres mejores institutos privados del estado, entre ellos se encuentra el Len Hworden. En nuestra época de estudiantes si era un escuela privada y asistían los hijos de los más ricos de la ciudad, pero no era tan exclusivo como ahora, el instituto fue acreditado y asumió un nivel aún mayor del que presentaba. La directora del instituto y madre de Edward estará ahí, me estoy informando de todo mientras vamos acercándonos al lugar. Briam está callado mientras maneja, no hemos hablado de nada y eso me aburre. Cierro la tablet que tengo en mis manos y lo miro fijamente, él no separa sus ojos de la carretera hasta que se ve obligado a hacerlo por el peso de mi mirada, le sonrío.

— ¿Qué? — me brinda una sonrisa torcida.

— ¿Así que Daffne eh? — ambos reímos.

— Si, eso parece. — un sonrojo le corre hacia el cuello, que tierno.

— No la hagas sufrir. — le digo seria luego de un breve silencio. — Mi amiga es, especial. No cualquier hombre tiene la paciencia o la dedicación que se debe tener para tratar con Daf, y tengo miedo que no puedas con tanto, termines abandonandola y rompiendo su corazón. Conozco a mi amiga y... — Suspiro. — No soportaría un corazón roto.

Él se queda en silencio, no dice nada, solo maneja y sus ojos visualizan la carretera. Me recuesto al espaldal del asiento del copiloto y miro mis uñas, algo en qué entretenerme, hasta que él rompe ese silencio.

— Sé de su enfermedad. —. Deja las palabras en el aire, hasta que agrega. — Sé a lo que me voy a enfrentar. He investigado sobre las personas con bipolaridad, puede que sea difícil tratar con ellos pero es aún más difícil para ellos porque no tienen autocontrol de sus actos, y cuando se dan cuenta de ello, les afecta y se deprimen con facilidad. La sonrisa de Daffne es la más hermosa Peyton, desde el primer día que la vi sonreír supe que quería ver esa sonrisa en mi vida siempre. Me asusta lo prematuro de mis sentimientos, Caleb me dice que estoy loco.

La sola mención de su nombre provoca un salto en mi corazón y una mala pasada de mi mente al traer imágenes de él de vuelta.

— No te niego que si me asusta lo que pueda encontrar o no ser lo suficiente para ayudarla o hacerla sentir bien, pero, me quiero arriesgar ¿sabes por qué? Porque solo ella ha logrado ablandar mi corazón y querer creer en el amor.