2 de septiembre de 2013

2.9K 247 46
                                    

Mamá insistió en que saliera con ella hoy. No quería, pero no podía eludirla. Ella tiene que verme bien y no aceptar su invitación significaba admitir, implícitamente, que las cosas no se estaban recomponiendo. No tenía una excusa buena que ofrecer y ella olería mis mentiras a kilómetros de distancia, así que fui.

Comimos algo afuera, lo cual no sucedía muy a menudo, y fuimos de compras. Ella me mantuvo entretenida lo mejor que pudo y trató de todas las formas posibles el ser graciosa, lo que no se le daba tan bien. Me reí por compromiso e intenté verme animada, pero creo que mi falta de interés e indiferencia eran palpables.

Me sentía culpable. Ella no merecía eso, pero no es que yo pudiera hacer mucho más. No es que yo mereciera esto tampoco. Pero ella no tenía que ver con lo que había pasado. No debería arrastrarla, no debería ser este agujero negro que consume todo lo que me rodea.

No tengo que ser como tú.

* * * * *

Todavía guardo la caja de bombones que me regalaste en nuestro primer aniversario. Los bombones desaparecieron hace mucho, pero la caja metálica quedó intacta. No sé exactamente por qué la conservo. No la uso para nada, no hay cosas guardadas en ella. Pero la tengo. Trato de convencerme de que es por el hecho de que me gusta, porque es resistente y difícil de conseguir. Es mentira. La guardo porque tú me la diste a mí.

Guardaré mi diario en ella, para encerrarte por fin. Ya no me manejarás más, Chase. Ahora yo te controlaré a ti.

* * * * *

Es tarde y debería ir a dormir, pero hay algo que me inquieta y mi mente no se digna a callar. Pienso demasiado sobre absolutamente todo. Sobre mí y lo mucho que deseo superar esto, sobre Dylan y el miedo que comienzo a sentir respecto a nuestra relación, sobre mamá y lo mucho que puedo hacerla sufrir... Sobre ti. Sobre lo que hicimos. Sobre lo que pudimos haber hecho, si hubiéramos tenido la oportunidad.

No me dejaste ayudarte. Cuando yo me acercaba, tú huías a cualquier parte. Te encerrabas en ti mismo y evitabas hablar sobre esas cosas. No querías dejarlo salir, como si fuera peligroso o como si admitir todo aquello que escondías fuese a hacerte más débil. Esconderlo fue lo peor. ¿Qué creías? ¿Que protegiéndola a ella ibas a estar bien? ¿Creías que ibas a poder continuar con ella en tu mente? Qué estúpido. Qué ciego que fuiste. Qué egoísta e iluso.

No admitir cómo te sentías realmente le daba más poder. Ese agujero en tu corazón se iba a hacer más grande, más, mucho más. Ibas a seguir cayendo, pero parecía, a fin de cuentas, que eso era lo que tú querías. Y empujarías contigo a cualquiera que estuviera lo suficientemente cerca. Me empujaste a mí.

¿Yo qué culpa tenía, Chase? ¿Qué hice mal? Te quise, te cuidé lo mejor que pude. Prometí que no te lastimaría, y no lo hice. Jamás podría, porque no tenía ese poder. Eso se lo habías dado a ella. Todo era para ella... Y para mí ya no quedaba nada.

Nunca deberías haber salido conmigo porque desde un principio sabías que yo podría llegar a amarte y tú simplemente no podrías. Pero decidiste tener esa estúpida primera cita y regalarme bombones, como para estar seguro de que me tendrías a tus pies. ¿Pensaste que yo te querría por un maldito trozo de chocolate?

Podrías haberte detenido allí, no llamarme más o decirme que mejor fuéramos amigos. Me hubiera dolido, pero solo un poco. Hubiera estado bien con ello. Pero no. Tal parece que ejercer cierto tipo de control en mí era difícil de resistir para ti. Me invitaste a salir de nuevo. Y luego otra vez. ¿Qué se sentía? ¿Era emocionante jugar así con los sentimientos de alguien que siempre te fue sincera? Seguro que lo era. Seguro que era divertido contar con una chica que estaría para ti cuando la necesitaras. Seguro era gratificante ver el poder que podrías tener sobre mí.

Pasaron las citas y los meses. Nunca diste un paso atrás, a pesar de que realmente no me querías. Ni siquiera cuando rejunté mi valor y la poca dignidad que me quedaba para enfrentarte y decirte adiós. Si hubiera sido por ti, hubieras seguido con la farsa. ¿Por cuánto más? ¿Qué más querías de mí? Ya te lo había dado todo. Todo. ¿Qué más querías quitarme? ¿Dejarías pasar otro año así? Yo amándote y tu pretendiendo que te interesaba... ¿Acaso podrías caer más bajo? ¿Acaso podrías ser más ruin?

Eso no te lo perdonaré nunca. No te mereces nada de mí. Hasta mi odio es demasiado para alguien como tú, Chase. Eres vil, eres cruel, eres mentiroso. Eres un engaño con un bonito rostro. Pero ya no más, Chase. No más engaños para mí. Convence a otra con tus palabras y tus gestos. Ve a regalarle sueños y esperanzas a otra tonta. Con suerte, no encontrarás a nadie que se trague tus mentiras. Y te vas a quedar solo y muerto y podrido y esa cara bonita ya no va a valer nada.

No vales nada. Ni siquiera la tinta que gasto para expulsarte de mi sistema. Pronto, quiero creer y confiar en ello, ya no tendré que gastar nada en ti. Puede que te haya amado, Chase, pero ahora... Ahora, donde solía haber sonrisas y amor para ti, solo hay un vacío y un grito silencioso.  

De tu ex, con amor (Emma & Chase #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora