Capítulo 22.

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Dos semanas habían pasado, dos largas y tortuosas semanas. Takemichi lloro todo lo que debía y ahora estaba mejor o por lo menos, eso se decía mientras revolvía su plato de espaguetis en la cafetería. Tenía el codo apoyado en la mesa, su mejilla descansando en la palma de su mano. La mirada estaba fija en cualquier punto distante, suspirando de tanto en tanto.

Sus amigos lo veían con preocupación. No hablaba mucho y sonreía poco, el brillo en sus ojos azules había desaparecido. Ya ni siquiera lloraba. Era una especie de cascarón vacío.

Esperaban que el tiempo lo curara todo.

—  Deja de jugar con la comida y come ya.— Le regañó Senju, quien se había puesto al tanto de todo lo ocurrido con Mikey. La chica estaba molesta, quería patear ese plano trasero del capitán.

— Yo estaría peor si Baji-san me rechazará.— Abogó Chifuyu, sorbiendo su jugo de fresa sin muchas ganas. Tampoco tenía apetito. El ambiente sombrío lo espantaba.

— En teoría, Mikey no rechazo a Takemichi, solo al de las cartas. Y fue nuestra idea desde el principio, así que somos los verdaderos culpables.  — Comentó Makoto, logrando que todos bajarán la cabeza, estaban arrepentidos.

Y en parte era verdad, Mikey seguía buscando a Takemichi a toda hora, en los recesos, después de la escuela y en el club de karate, al cual por cierto dejó de asistir por obvias razones.

No había razones para creer que Mikey odiaba a Takemichi.

— Ya chicos, no pasa nada, lo juro.— Respondió Takemichi, levantando su cabeza para seguir comiendo. No quería seguir escuchando del tema, dolía cada vez que mencionaban a Mikey.

—  Lo sentimos... — Dijeron al unísono.

La mesa nuevamente quedó en silencio. Ninguno se atrevía a bromear con el estado de Takemichi.

Hasta que soltaron una queja grupal cuando el motivo de la tristeza del rubio teñido hizo su aparición.

¿Qué buscaba está vez?

— Takemicchi, ¿Por qué ya no te sientas conmigo? — Preguntó Mikey, arrastrando las palabras. Se acercó al chico, rodeándolo con sus brazos.

Takemichi se tensó por su toque, pero su cuerpo traicionero se calmó ante la cercanía, lo extrañaba.

¿Por qué debía estar tan enamorado?

— Lo siento, Mikey-kun. No es mi intención. — Contestó apenado.

— Suéltalo, enano malvado. — Senju trató de apartar a Mikey de Takemichi empujándolo.  El nombrado, frunció el ceño, fastidiado.

— No te metas, Senju. — Advirtió con ese tono de voz demandante que no dejaba espacio a la duda.

— Ella tiene razón, Mikey. Deja a Takemicchi.— Draken jaló de la oreja al chico, quien se quejó como un niño al ser alejado de Takemichi.

Hacía días que notó el cambio de ánimos del rubio, era como si estuviese triste y quería saber el porqué, solo que nadie le respondía, ni siquiera Takemichi y empezaba a preocuparse.

Mikey lo quería, se descubrió a sí mismo pensando más de lo usual en esos ojos bonitos.

— Kenchin, no quiero. — Estiró sus brazos hacia Takemichi, inflando sus mejillas.

— Deja de actuar como un niño, cuando Takemicchi esté listo te dirá que ocurre.

— Está bien. — resignado, relajó sus expresiones.

Y se sentaron en la mesa, compartiendo grupalmente la incomodidad. Sería un largo día.

Takemichi seguía distraído, sin inmutarse.

Team Takemichi Vs Team Mikey.Where stories live. Discover now