Capítulo 18.

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La espalda de Draken estaba recargada en la pared exterior de la escuela, uno de sus pies pisoteando la mala hierba. Levantó su rostro hacía el cielo y se llenó momentáneamente de la paz que le ofrecía su único momento de soledad.

En los jardines solo habían algunos estudiantes que disfrutaba del clima y leer al aire libre. Nadie lo molestaba, no habían gritos. Solo era él y sus pensamientos positivos del día, ¿Qué habría para el almuerzo?

Tan relajado estaba, que no se percató de la presencia a su lado tratando de imitar sus sutiles movimientos. Suspiró cuando la nueva persona habló, sacándolo de sus pensamientos.

—  ¿Dónde dejaste a Mikey? 

— Está en el baño. — No sabía porque respondía, por cortesía tal vez. Siguió con su frente en lo alto. 

—  Hmm, este es un buen lugar para esconderse.—  El del tatuaje en la sien resopló y negó, no se estaba escondiendo, pero no tenía que darle explicaciones.

— Supongo, Inupi.— Draken reconocía la voz del más bajo aunque solo hubiesen hablado unos minutos, por alguna razón la había guardado en su memoria.— Ahora tú, ¿Dónde dejaste a Kokonoi?

— Haciendo lo que mejor sabe.

Draken ladeó su cabeza lo suficiente para ver al chico de melena rubia, su cara quemada en vez de darle mal aspecto, resaltaba sus ojos.

¿Por qué pensaba esas cosas? Estar rodeado de cursis enamorados lo estaba ablandando.

— ¿Por qué no me sorprende?  — Preguntó sin recibir respuesta alguna.

Inupi solo habló para confesarle algo que había estado esperando, para eso debió buscarlo.

— Descubrimos quién es el admirador de Mikey. No fue tan difícil. No es el tipo más cuidadoso de la escuela, de hecho es tan obvio que da pena.

Draken entrecerró sus ojos, ¿Por qué presentía algo malo con aquella confesión?

Esperaba que el admirador de Mikey no fuese un tipo raro o un acosador potencial.

— Supongo qué quieres el dinero primero, ¿No es así?  — Fue directo al grano. Y para su sorpresa, Inupi negó.

— No, de hecho quiero que mantengas en secreto la identidad del chico.  Le debo algo.

—  No puedo prometer eso. — Habló exasperado. No estaba de ánimos para esos juegos.

— Entonces no te diré.

— Mierda, al menos dame una razón para no decir nada.

— Es Hanagaki Takemichi.— Draken por poco se ahoga con su propia saliva, definitivamente eso no lo esperaba. De todos los tipos raros que imaginaba, Takemichi era el último.

Y no, el rubio teñido no le desagrada, al contrario, solo que no lo imaginaba del tipo que enviaban cartas anónimas.

— ¿Takemicchi? ¿Estás seguro?

— Lo estoy, ya te dije que no es muy discreto que digamos. Solo ustedes no se dan cuenta.

— Tengo muchas preguntas, pero la principal es, ¿Qué hizo Takemicchi por ti?

Inupi se sonrojo y se abstuvo de contestar. Draken pensó que debió ser algo muy intimo. Ese Takemichi tenía secretos.

— Eso no importa.

—  Bien. — No iba a insistir, todo menos parecer un chismoso desesperado.

Draken soltó un largo suspiró  y volvió a mirar hacia el cielo. Las nubes habían tomado un tinte más oscuro, como si en cualquier momento fuese a llover. No estaba seguro de que hacer con esa información, delatar a Takemichi definitivamente no era una opción por el momento, menos cuando ese par sin darse cuenta parecían gustarse mutuamente.

No sabía quién era más ciego, Takemichi o Mikey, aunque no culpaba a su mejor amigo, siempre había sido distraído e infantil.  Por otro lado, Takemichi era demasiado gentil, le caía bien a todo el mundo y estaba lleno de inseguridades.

Ese par acabaría volviéndolo loco antes de que acabará la escuela.

Y hablando de su torpe amigo, Mikey hizo su aparición en completo silencio. Se les quedó mirando a Inupi y a él, con esa típica mirada aburrida.

— Oi, Kenchin, ¿Qué haces con este?

Inupi rodó los ojos y se cruzó de brazos. No comprendía cómo Takemichi se pudo haber fijado en un tipo como ese. Tan grosero y antipático.

— Nada, vámonos.

Draken se irguió, dándole un último vistazo a Inupi antes de irse con Mikey.

Inupi siguió recargado en la pared, con su mente viajando al momento exacto donde conoció a Takemichi. Koko había insistido para que se probará una prenda de mujer, un vestido para ser exactos. Y apesar de su renuencia, aceptó al conocer de antemano los fetiches de su novio.

En la tarde la escuela estaba vacía. Ellos siempre se quedaba tiempo extra "estudiando", por lo que aprovecharon para cumplir sus fantasías, sin saber que alguien más estaba en ese lugar,  buscando un libro para su clase de matemáticas.

Takemichi al ver a Inupi y Koko en ese juego de roles no dijo nada. Tenía las mejillas rosadas y sus manos temblaban, pero siguió su camino hasta tomar el libro. Fue amable y se despidió de la pareja justo antes de correr fuera, como si lo fuesen a perseguir por ver algo indebido.

Inupi había quedado helado, pero no dijo nada. Y se esperó lo peor al día siguiente. Nada pasó. Takemichi no los había delatado, ni divulgó información del par. Cada que lo encontraban por los pasillos actuaba natural, como si nada hubiese pasado.

Y así pasó el tiempo. Se había ganado el respeto de ambos.

Koko estaría de acuerdo con él, mantendrían el secreto. Esperaba que Draken cumpliera su parte.

...

Takemichi había fracaso al intentar dejar la carta más temprano esa mañana. Su grupo de amigos se había ampliado gracias al club de karate y no tenía privacidad alguna. Sus amigos tampoco pudieron ayudarlo.

Ni siquiera en el receso del almuerzo. Mikey se les había unido y habían comido juntos.

Concluyó que debía esperar que todos se fuesen a casa para cumplir su misión del día y los demás estuvieron de acuerdo, hasta Chifuyu que seguía molesto con Baji por "cambiarlo" por Kazutora.

Al terminar  las clases, se excusó con Mikey quien insistió en acompañarlo a casa, diciendo que tenía algo importante que hacer. Y lo dejó ir. Draken lo miró con cierto interés y complicidad, para luego arrastrar a Mikey consigo. Eso le pareció extraño, pero lo dejó pasar.

Después de dejar la carta en el casillero de Mikey sonrió. Los demás celebraron su gran logro y se le burlaron por lo ocurrido en la casa del capitán, porque sí, Takemichi les había contado todo.

Se alejaron confiados, sin darse cuenta que una pareja los miraba.

Kisaki ya sabía que Takemichi era el idiota que dejaba las cartas. Hanma se lo había confirmado cuando le aseguró que se había topado con el grupito un día después que empezaron las cartas. Y ahora, debía sacarle provecho a esa información.

No por nada era el más listo de la escuela, por otra parte, Hanma no se perdería nada que le diera emoción a su aburrida vida.

Buenas noches.

Primero que todo, ¡Gracias por leerme! Y sus votos. Alguna sugerencia o crítica, no duden en decirme.

La pregunta del día es... ¿Cuál es el anime/manga/película/serie qué más les ha sacado lágrimas? Ya que estamos en tiempos oscuros, bueno no. En mi época de kdramas, hubo uno que me hizo llorar de principio a fin, se llama: I miss You. Quedé traumada, me lo pienso antes de ver cosas tristes, ahora con Tokyo revengers también sufro.

Team Takemichi Vs Team Mikey.Where stories live. Discover now