Capítulo 21.

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Los últimos en despedirse de Takemichi fueron sus amigos. Estuvieron el resto de la tarde y parte de la noche chismeando sobre los sucesos de las últimas horas. Las burlas no faltaron cuando les contó sobre Senju. ¡No era su culpa por haber mal interpretado la situación!

Al estar solo en la comodidad de sus mantas, Takemichi llegó a una absurda conclusión: Le iba a confesar a Mikey sus sentimientos y de paso, le diría que fue el culpable de las cartas.

Por supuesto sería una acción muy arriesgada, porque aunque Mikey fuese amable con él, no quería decir que lo amaba de vuelta, ni siquiera sabía si lo veía con otros ojos, sin embargo correría el riesgo. Takemichi nunca ha sido una persona cobarde.

Se durmió pensando en todas las posibilidades, ¿Debería peinarse mañana? ¿Llevarle algún regalo? ¿Hablar primero con Draken?

Por lo menos esperaba no morir ignorado. Quería seguir siendo amigo de su amado capitán.

...

Al día siguiente se levantó con los ánimos renovados al cien por ciento. Mejoró del resfrío y hasta se bañó más temprano. Se peinó y frente al espejo práctico las posibles palabras de su confesión.

— Mikey-kun, soy yo el amor de tu vida.— No, no, eso sonaba muy simple.

— Mikey-kun, ¡Cásate conmigo!  — Se golpeó en las mejillas, negando rápidamente. No quería parecer desesperado.

— Mikey-kun... — Suspiró y salió del baño, susurraba entre dientes mientras bajaba las escaleras, al comer y mientras iba a la escuela. Estaba tan nervioso que era lo único en lo que pensaba. Su confesión.

...

— ¿En serio lo harás? — Preguntó Yamagishi, mordiéndose las uñas nervioso. Ninguno creía que Takemichi fuese capaz de tal hazaña.

—  Es lo mejor, casi morí al pensar que Mikey-kun podría amar a otra persona.  Es mejor ser el primero, aunque estoy seguro que me rechazará.— No quería pensar en esa posibilidad, pero era la más obvia. Mikey no le ha dado señales románticas, en todo caso, solo ha sido posesivo con él.

— ¿Y si le mandas una cartita con la confesión? — Inquirió Akkun, mirándolo preocupado.

— Debo dar la cara, ya fue suficiente con las cartas.

— Oh dios, en verdad lo harás.

Asintió valientemente y se recordó que debía hablar con Chifuyu por sus sabios consejos. No debían faltar.

— Suerte entonces.— Se abrazaron entre todos y prometieron estar allí en caso de todo que todo saliera mal.

Entre los cinco podrían vencer a Mikey si decidía patear a Takemichi, ¿Verdad?

Llamarían a Senju en caso de necesitar refuerzos.

Takemichi en realidad estaba preparado, en la salida soltaría todo lo que sentía por Mikey. Los golpes solo serían parte del proceso.

Y como si fuese una jugarreta del destino, las horas se pasaron muy lentas, demasiado lentas. No tuvo el valor de ver o hablarle a Mikey el resto de la jornada, por lo que se escondió tanto como podía.

Mikey preguntó varias veces por él, Chifuyu lo ayudó a ocultarse en el salón de mangas. Por fin tuvo la oportunidad de decirle lo que haría.

— También creo que es lo mejor, una confesión por todo lo alto. ¡Y luego se hacen novios!

— Tampoco nos adelantemos, ¿Y si me rechaza?

— No lo creo, Baji-san cree que le gustas a Mikey. Y yo confío en mi novio.

Takemichi se sonrojo. Las mariposas en su panza no hacían más que alentarse con las palabras de su amigo.

—  Ojalá sea cierto. Estoy nervioso, ¿Me veo bien hoy?

— Por supuesto, ah. Takemichi es muy valiente.  Yo en tu lugar ya hubiese vomitado.

— Ganas no me faltan.

Tanto Chifuyu como él, suspiraron en sus asientos. Ambos imaginaban el desenlace de esa historia llena de flores y mucho amor. Nada podría salir mal.

Cuando la última clase acabó, Takemichi se apresuró a buscar a Mikey. Sus amigos lo dejaron solo, diciéndole que lo esperarían en la salida.

Sospechaba que estarían tras los arbustos vigilándolo y cuidándolo. Takemichi lo creía innecesario, Mikey no lo lastimaría.

Sostuvo su mochila con nerviosismo, avanzando hacia donde solía reunirse con Mikey para ir a casa.

A varios metros divisó a Mikey y Draken charlando, un rostro conocido también estaba allí, ¿Ese era Kisaki?

Hacía mucho tiempo no se topaba con el chico. La última vez accidentalmente le tiró una maqueta escolar muy valiosa y Kisaki juró vengarse de él, ¡Él era un niño torpe! No tenía la culpa de correr sin mirar al frente y justo toparse con Kisaki y su tan dedicado trabajo. Intentó disculparse, pero no sirvió de nada. Kisaki solo le dijo que no se volviera a acercar a él.

Y lo hizo, hasta ahora.

Tenía un mal presentimiento.

Se acercó sigiloso hacía el trío. Y Kisaki entrometido le preguntaba a Mikey sobre las cartas, ¿Qué planeaba?

Mikey no se había dado cuenta que él estaba allí y soltó las palabras que jamás creyó escuchar.

— No estoy interesado en el chico de esas cartas. Es un ridículo y cobarde.

— Mikey, cállate.— trató de razonar Draken, el único que se dió cuenta que  Takemichi estaba allí. O bueno, Kisaki también sabía de él.

— No, Kenchin. Quiero que me dejen en paz. Soporté esas cartas solo por ustedes, pero no más. Si ese chico apareciera le dejaría en claro que no me gusta y jamás lo hará.  Lo odio por ser tan vulgar y esconderse detrás de cursis cartas.

Takemichi podía jurar que escuchó su propio corazón romperse. Soltó un jadeo sorprendido y por fin Mikey lo miró, no se veía nada arrepentido por lo que dijo.

— Takemicchi, te estábamos esperando.

Takemichi estaba paralizado. Un vistazo a Kisaki y supo que aquello había sido a propósito, tenía una sonrisa de satisfacción que quería a quitar de un golpe.

— Lo siento, Mikey-kun. Venía a avisarte que me iré con los chicos, tenemos tarea que terminar. — Se felicitó a sí mismo por no titubear. Draken se acercó a él y colocó su mano en su hombro. Se veía triste, ¿Acaso sabía lo que le pasaba?

— Oh, está bien... Te veo después.— Sin saber el daño que había provocado en Takemichi, Mikey se giró y caminó sin preocupaciones.

Creyó escuchar entre susurros a Draken decir: eres un idiota, Mikey. Te vas a arrepentir.

— Es una pena, ¿Verdad? Te gusta Mikey hace mucho tiempo.

Takemichi miró a Kisaki con odio y no se contuvo al empujarlo. Sus amigos intervinieron para salvarle el trasero y se lo llevaron lejos. Takemichi tenía los ojos llenos de lágrimas y sus mejillas rojas del enojo.

— Maldita rata con anteojos.— Le gritó Chifuyu al odioso chico, igual o más enojado que Takemichi.

Al final, las cosas salieron tal como pensaba, Mikey jamás podría corresponder a sus sentimientos. Nunca lo iba a superar.

Holaaaaaa, Noches, porque buenas mis nalgas. Bueno no.

Capítulo de hoy, toy triste. Espero les guste. Y cualquier error no duden en comunicarme.

La pregunta del día es... Aprovechando que mañana es la coronación de miss universo, ¿Quién creen qué gane? Obviamente yo diré que Colombia (?)

Gracias por leerme, de verdad.

Team Takemichi Vs Team Mikey.Where stories live. Discover now