Capítulo 38

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Feliz sábado, zorritos!

Lo siento mucho por mi imprevista desaparición. Para quienes no me siguen en Twitter, mi teclado se rompió a principio de mes y eso dejó mi computadora absolutamente inútil para escribir o editar. Intenté repararla por todos los modos, pero imposible, por lo que tuve que conseguir una nueva y entre compra, recepción, configuración, y demás, temo que tomó más tiempo del que hubiera deseado.

¡Pero ya estoy aquí! ¡Ansiosa por poder terminar de escribir esta historia pronto! Por favor, mándenme fuerzas para lograrlo. Será duro despedirse de este par, amo demasiado a Key y Nix.

Como siempre, no se olviden de votar y dejar su comentario al final! Amo leer qué piensan!

Xoxo,

Sofi

***

Su cabeza lo estaba matando. ¿Por qué siempre la migraña le seguía al llanto? Era ridículo, el modo en que nada en Ashdown lo había hecho sentir mal físicamente, pero una buena cantidad de lágrimas ahora lo tenía sin descanso. Pip diría que era su cuerpo, finalmente poniéndose al día con el dolor de su corazón. Anton no creía en tal cosa, pero en aquel momento, podría haberlo considerado.

De un modo u otro, su cuerpo había dejado de estar tan tenso. Tal vez las lágrimas realmente hubieran hecho algo. Ya no sentía como si debiera estar listo para pelear o huir. Tal vez una parte de él había dejado de preocuparse tanto, ahora que Key había puesto una mano sobre su cabeza y dicho que se haría cargo. ¿Cómo podía haber llegado tan lejos sin ella?

¿Cómo podía ser tan dependiente de una humana? No debería. Aun si Key no fuera familia, no deseaba ser ninguna carga. Quería ayudar, y ser importante también, y que los otros no lo vieran solo como un peso extra. Porque incluso Pip había ayudado a su manera. ¿Entonces por qué se sentía tan inútil? ¿Por qué Ashdown seguía reclamándole algo que desconocía?

Había cruzado, y encontrado a Key, y abierto un túnel de sangre para salvarse, y curado su mente. ¿Entonces por qué, hiciera lo que hiciera, seguía sintiéndose inútil? Que la magia lo juzgara, tal vez debería haber escuchado a los humanos e ido a un psicólogo. Salvo que ahora era tarde, y no existía tal cosa en ese mundo cuando la muerte y el hambre eran más importantes. Quizás no fuera su cuerpo lo que estuviera enfermo, sino su mente. Tal vez la realidad, y cómo él la percibía, no coincidieran del todo.

Se detuvo un instate al ver a las dos niñas pasar junto a él. Ya no lucían tan alegres o entusiastas como antes, y creyó ver incluso a Fei llorar, pero ambas desaparecieron antes que pudiera comprobarlo. No importaba. Si ambas habían llegado tan lejos, entonces podían cuidarse. Sabía mejor que nadie que no debía juzgar a otro por su edad. Había sido el único en sobrevivir por su cuenta de su familia, aunque solo fuera a base de cobardía.

Extrañaba a Pip. Pero al menos ahora, podría regresar y decirle que había hecho algo para intentar arreglar todo cuando la volviera a ver. Y eso era mejor que nada. Porque incluso si no lo lograba, si no resultaba suficiente, intentar siempre sería mejor que nada. Y tal vez, todavía pudiera hacer algo más.

No le atraía en lo más mínimo la idea de cruzarse con Nix. Conociendo al brujo, prefería no imaginar cuál sería su humor tras recibir un balazo. Pero Dune había mencionado que él estaba recuperándose en el dormitorio de ellos dos, y había cosas que necesitaba coger de su mochila. Que la magia lo ayudara a sobrevivir en el intento.

Se detuvo frente a la puerta, indeciso, y golpeó con cuidado. Nada. Pegó la oreja a la madera solo para escuchar el más absoluto silencio al otro lado. Quizás tuviera suerte, y se encontrara dormido. No se atrevió a llamar de nuevo. Sería peor si se encontraba descansando y lo despertaba.

El ladrón de mundos (trilogía ladrones #3)Where stories live. Discover now