Capítulo 16

171 15 0
                                    

Tras pensarlo bien, me armé de valor y me dirigí hacia la estación de tren, necesitaba poder hablar con Julien y contarle que estoy esperando un hijo suyo. Aunque por otro lado no sé si estaré o no haciendo bien. ¿Y si no me cree? Y si después de confesarle la verdad intenta quitarme a mi hijo.

¡Ay Dios mío! Ayúdame a desatar este nudo de pensamientos que no dejan de cesar en mi cabeza y acabarán por volverme loca.

Al llegar de nuevo lo que me fue la ciudad durante tantos años hice mi vida un pequeño y asfixiante aire entró en mis pulmones haciendo de algún modo que me sintiera febril.
Caminé durante un buen rato hasta la parada del bus, allí esperé el bus para ir hasta el casino y poder hablar con Julien.
Tras bajarme del bus, seguí caminando hasta llegar al casino. A escasos metros me quedé reparada contemplando como algunas personas iban y venían llevando sillas y mesas, jarrones de flores...a toda velocidad.
De nuevo comencé andar cuando me topé con Florian, él nada más verme me saludó dándome la impresión que estaba algo nervioso, puesto que no dejaba de mirar para todos lados.

—Florian, ¿te encuentras bien?

—Es-to...Si... — Su respuesta fue algo dudosa.

—No sé te veo algo nervioso, y desearía hablar con Julien.

—Samira, si quieres seguir mi consejo, él no volverá contigo. No insista más.

—No entiendo nada Florian, si yo solo deseo hablar con Julien porque...—Mi frase no fue terminada dado que vi aparecer a Dagna muy sonriente luciendo un bonito vestido celeste, y entre su alegría había un montón de periodistas haciendo le la misma pregunta.

«Como se siente al ser la señora Káiser»

Aquella pregunta se me clavó en lo más profundo de mi corazón, sin poderlo evitar desvíe mis ojos hacia Florian y no fue necesario más palabras. Julien y Dagna se iban a casar en un par de días.
Agaché mis ojos hacia suelo apretando las manos tan fuerte como me era posible, no solo había sido engañada por llamarlo de algún modo si no que él de nuevo iba a casarse con la mujer que siempre amó. Amó, volví a repetirme. Elevé mis ojos hacia el cielo intentando no desmoralizar me.

—Gracias por todo Florian, pero en estos momentos se me han quitado las ganas de hablar con Julien.

—Espera un momento Samira, si has venido hasta aquí será por algo importante deberías hablar con él.

—¿Acaso me serviría de algo?

—Mírate muchacha estás al borde de un abismo y tú corazón no puede olvidarlo.

—Lo sé, pero por lo que veo Julien se va casar y yo solo soy un recuerdo pasajero.

Agaché mis ojos y empecé a caminar de nuevo sintiendo un leve pinchazo en mi corazón un dolor intenso que solo yo misma lo he provocado al pretender enamorarme de un hombre equivocado.
De pronto sentí unas manos en mi brazo, con brusquedad me giró y de nuevo pude ver esos luceros azules que tanto me cuesta olvidarme de él.
Al verlo tapó mi tripa poniendo mi grande bolso ocultando de algún modo mi vientre.

—¿A qué has venido Samira?

—Para hablar contigo Julien, pero veo que andas ocupado preparando tu boda.

—Qué quieres.—Me hablaba entre dientes con su mirada puesta en mi llenos de odio.

—Suéltame. Ya te lo he dicho no quiero nada.

—Una mujer tan ambiciosa como tú no le basta con lo que tienes, aspiras a  más y más y sabes conmigo eso no te vale.

—¿Que me quieres decir?

Debo Ser FuerteWhere stories live. Discover now