Capítulo 7

212 15 0
                                    

A pesar que trabajando podía tener mi mente ocupada, siempre tenía un minuto para pensar en Julien.
Exactamente estaba confundida, su historia me conmovió e incluso llego a plantearme que tanto él en su mundo de lujos como yo en el mío ambos necesitamos un poco de amor alguien que nos entienda y nos comprenda para entender que la soledad no es la mejor opción para seguir adelante en un mundo muy soberbio donde hoy tienes todo y mañana quizás no tengas nada.
Necesitaba ver a Julien, no sé porqué, era como una inquietud o algo similar por lo que hablo con Heide para que me dejara llevar la comida al señor Káiser.
Ella con su sonrisa habitual me prepara el carrito con la comida que había mandado pedir.
Ahora que me sé de memoria donde está la oficina de Julien camino más confiada pero con el temor de que si emprendo este juego todo pueda terminar mal y estaría exponiendo me a tirar por la borda mis ideas, las esperanza de obtener aquello por lo que d ser pequeña me explicaba mi padre cómo debía de hacerlo para llegar una vida honrada y me hiciera feliz.
Con lo que no contábamos era con la guerra donde nos ha dividido dejándome marcada para siempre sobreviviendo en un lugar donde debo de seguir aprendiendo a como sobrevivir dentro de las medidas posibles.

Antes de tocar la puerta llego a escuchar una conversación al parecer tenía compañía femenina seguro.
¿Qué espero de este hombre que vaya a cambiar sus hábitos por mí?
Pienso que sería una labor imposible y más si pretendo cambiar a un hombre que lo tiene todo por mi manera de ver la vida por haber pasado por tanto a mis veinticinco años.
Toco la puerta otra vez y él inmediatamente me da paso.

Abro despacio la puerta por si pudiera ver otra escena como la anterior.

— Buenas tardes, aquí le traigo su comida.  — Le voy diciendo mientras dejo el carrito y colocando la bandeja en la mesa.

— Hola preciosa. —Su  voz era... como lo podría definir, sensual e intrigante. 

Un escalofrío recorre toda mi espalda sintiendo una punzada en mi vientre. Maldigo  para mis adentros pues tenerlo tan cerca examinándome de  arriba a abajo con su mirada cargada de lujuria no me estaba ayudando a mantener mi compostura sino todo lo contrario, me derretía  por dentro.

— Aquí tiene señor su comida, ¿puedo retirarme? — Puedo observar como la mujer de cabello castaño, joven y educada se levanta de la silla, se acerca hasta Julien dándole un par de besos y guiñándole un ojo se marcha en silencio, no si antes echarme un último vistazo.

— Puedo preguntar, ¿quién es la mujer que estaba hablando contigo?

— Simplemente es una trabajadora del casino, no pienses lo que no es, los celos no son muy buenos aliado y ahora  siéntate deseo hablar contigo.

— ¿Conmigo? —Pregunté asombrada.

— Sí. Mire Samira, lo he pensado muy bien y sé perfectamente como este plan a de funcionar, por supuesto no debes enamorarte de mí ni yo lo haré de tí. No debe existir sentimientos entre nosotros, recuerda que todo esto es un juego porque sólo fingimos ante mi abuela.
Espero que estés de acuerdo y aceptes el dinero que te voy a ofrecer.

— Y usted, ¿acaso no le atraigo como mujer?

— Admito que eres bonita, inteligente y con un carácter muy fuerte. Pero yo en estos momentos no pienso en el matrimonio, para ello debo de estar seguro de que en verdad ame a esa persona y mi amor es correspondido para dar ese paso.
No quiero lastimarte Samira, esa no es mi intención y mucho menos hacer algo en contra de tu voluntad.
Aunque admito que me gusta mucho mi vida de libertinaje.

Trago saliva mientras mis manos arrolla mi mandil de la furia que  manaba por mis venas. Aprieto mi mandíbula conteniendo las ganas de abofetearlo por engreído.
Alzo mi barbilla demostrándole mi orgullo.

Debo Ser FuerteWhere stories live. Discover now