Aline.
-eso no importa ahora, abuelo- respondo quitando el anillo de mi dedo para guardarlo en el bolsillo de mi chaqueta.
-¿no importa?- pregunta- cariño, claro que importa, estamos hablando de matrimonio.
Lo miro por algunos segundos antes de comenzar a hablar.
-Adrien me pidió matrimonio- comienzo- y acepté.
Sus ojos se abren con cierta sorpresa.
-¿por qué?- pregunta y me pongo de pie para tomar asiento en el sofá a lado de su cama- sé que no lo amas así que no mientas, no a mí, Aline.
-no lo sé- respondo mientras lo miro- yo, yo en ese momento me sentía como si no fuera yo ¿sabes lo que intento decir?- me detengo por algunos segundos- quería decirle que no pero todos nos miraban, en el lugar que estábamos todos nos miraban esperando mi estúpida respuesta...
-la presión social nunca es buena- interrumpe- ¿cuándo planeas decirle que no quieres casarte?
Me mantengo en silencio y solo espera por mi respuesta.
-¿qué es lo que tú sugieres?- pregunto y sonríe.
-cariño- comienza- no conozco completamente a Adrien, no tengo una opinión clara sobre él pero te conozco a ti- comienza mientras su mirada está puesta en mi- sé que mi Aline sigue ahí muy en el fondo está esa mujer que eras antes, la Aline que no se queda callada, la Aline que hace exactamente lo que debe de hacer, solo es cuestión de que la liberes de nuevo- alejo mi mirada de él- solo es cuestión de que le permitas tomar las riendas de nuevo, ahí estará tu respuesta- trago saliva- no sé que es lo que pasó para que te ocultaras y te convirtieras en alguien completamente diferente, pero me haría muy feliz si vuelves a ser la misma de antes o incluso alguien mucho mejor.
Limpio rápidamente una lágrima que ha resbalado por mi mejilla y solo aclaro un poco mi garganta.
-¿de qué quieres hablar conmigo, abuelo?- pregunto cambiando el tema, él nota lo que he hecho pero afortunadamente no sigue insistiendo.
Me pide que me acerque de nuevo y así lo hago.
-he tomado una decisión- comienza y solo lo escucho- he hablado con Alissa sobre esto y ahora sólo necesitaba hacerlo contigo también- asiento curiosa- quiero que tomes la presidencia de la empresa- suelta y siento como mis ojos se abren en señal de sorpresa, esperaba cualquier cosa, menos esto- quería que Alissa y tú compartieran la presidencia pero ella se ha negado, ha dicho que esta cómoda trabajando junto a René en su propia empresa y no ha tenido problema tampoco en que seas tú quien esté al mando- aún sigo sin creer lo que estoy escuchando.
-¿qué ha pasado con mi padre?- pregunto- quiero decir, ¿él está de acuerdo con esto?
-tu padre aún no sabe nada sobre esta decisión- responde- pero para ser sinceros no lo consultaré con él solo le diré las decisiones que he tomado y para poder hacer eso necesito tener una respuesta de tu parte.
-¿por qué estás haciendo esto, abuelo?- pregunto curiosa, no era una decisión que tomara de un momento a otro.
Piensa por algunos segundos hasta que finalmente termina hablando.
-no puedo tener más a un manipulador e insensible hombre como tu padre al mando- suelta- le he pasado tantas cosas pero ya me he cansado de eso- prosigue- es momento de que le de su escarmiento.
-si acepto tendré que regresar a Francia- afirmo y asiente- yo, no lo sé, abuelo.
-bien- responde- dejaré que lo pienses- prosigue mientras veo como se recompone un poco en la cama intentando ponerse de pie.
-¿qué estás haciendo?- pregunto de inmediato mientras me acerco a ayudarlo.
-quiero que vayamos por un helado- responde y lo miro con desaprobación- vamos, Aline- prosigue- nunca le habías negado un helado a tu abuelo- no puedo evitar reír hasta que finalmente le acerco su silla de ruedas y le ayudó a sentarse al igual que a ponerse sus zapatos.
-¿al mismo parque de siempre?- pregunto y asiente gustoso mientras comienzo a mover su silla de ruedas saliendo de la habitación y simplemente guiándonos hasta que pasamos por la sala.
-¿a dónde van?- por primera vez desde que llegué escucho la voz de mi padre, volteo hacia él y se está poniendo de pie.
-saldré a pasear con mi nieta- mi abuelo responde sin más- ¿algún problema con eso, Nathan?
Mi padre solo se detiene al escuchar la respuesta de mi abuelo e incluso luce un poco sorprendido.
-¿puedo ir con ustedes?- la voz de Eric se escucha e instantáneamente sonrío mientras veo al pequeño levantarse del suelo en donde jugaba con sus autos de juguete.
-solo si tus padres te dejan- mi abuelo responde y el pequeño pelirrojo voltea a ver a sus progenitores, Alissa estaba apoyada sobre el hombro de su marido y se recompone un poco para ver a su esposo quien al parecer da por hecho que mi hermana tiene la última palabra.
-debes de obedecer a tu tía y al abuelo, Eric- la pelirroja habla mientras la veo ponerse de pie para ayudarle a su hijo a ponerse su pequeño suéter, ¿dónde demonios estaba la perra de Alissa de hace unos años?- no debes de alejarte y debes de mantenerte cerca de ellos, ¿entendido?
-Sí mami- deja un beso en la mejilla de su madre y después corre a despedirse de su padre para finalmente llegar a nuestro lado.
-los acompaño- Adrien habla mientras se pone de pie pero antes de que pueda dar un solo paso más mi abuelo interrumpe.
-no te preocupes, Adrien- mi abuelo habla- estaremos bien- prosigue- me gustaría pasar este pequeño tiempo con Aline, ya que al parecer no estarán aquí para quedarse- solo miro a mi abuelo mientras dice todo aquello- y si lo que te preocupa es que algún otro hombre se acerque tampoco debes de preocuparte, sé artes marciales, unas cuantas patadas y nadie querrá acercarse- aprieto mis labios para no reír, ¿patadas? A mi abuelo sí que le gustaba bromear respecto a su situación en esta silla de ruedas, me concentro en cualquier otro punto para no soltar la carcajada que amenaza con salir de mi garganta.
-está bien- Adrien habla tomando asiento de nuevo junto a su madre- cualquier cosa puedes llamarme- dice eso en mi dirección, solo asiento rápidamente para después comenzar a caminar llevando a mi abuelo y con el pequeño Eric a mi lado, salimos de casa y después de algunos minutos llegamos a aquel parque al que casi siempre solía venir junto a mi abuelo, se había vuelto nuestro pequeño lugar.
-¿podemos ir por allá?- Eric pregunta emocionado mientras señala algunos columpios que están desocupados, asiento sonriendo y vamos hasta allá, dejo a mi abuelo en un pequeño apartado mientras voy junto al pequeño pelirrojo quien sube de inmediato al columpio frente a él y comienzo a empujarlo haciendo que ría, no puedo evitar no reír de la misma manera al ver la felicidad que él emana, amaba a este pequeño humano.
No sé cuánto tiempo llevamos aquí, pero ha pasado un buen rato, creo que había reído y disfrutado más en este pequeño lapso de tiempo que en los últimos cinco años.
Dejo de reír un poco mientras miro a mi alrededor, sentía como si alguien me mirara sin embargo no encuentro a nadie.
-Aline- mi abuelo se acerca moviendo su silla por sí mismo- ¿qué tal si nos traes un helado de allá?- señala con su dedo índice un puesto a la distancia y volteo a él curiosa.
-abuelo, tenemos este más cerca- indico con mi barbilla el señor que vende helados a unos pasos de nosotros.
-pero yo quiero de esos- vuelve a señalar hacia aquel punto.
Elevo una ceja mientras lo miro pero termino asintiendo mientras él se queda aquí junto a Eric, comienzo a caminar hasta aquel lugar, tengo que cruzar casi todo el parque para llegar hasta aquel puesto, una vez frente a aquel señor ordeno dos helados, uno para mi sobrino y uno para mi abuelo, pago y después de agradecer comienzo a caminar de nuevo para llegar junto a aquellos dos que me esperan, mi mirada va hasta dos niños que pelean por una pelota mientras su madre intenta tranquilizarlos, hago una mueca, siento como los helados en mi mano se estampan en algo y miro rápidamente al frente viendo como una camisa se ha llenado de chocolate, mierda.
-tiene que ser una jodida broma- hablo completamente nerviosa, ¿por qué tenía que ser descuidada justo en este puto momento?- yo en verdad lo siento...- subo mi mirada y las palabras se van convirtiendo en un murmuro-... mucho.
Aquellos ojos azules mirándome me hacen perder la compostura en estos momentos, su cabello rubio estaba ahi aunque ahora estaba un poco más largo y una barba estaba en su rostro también, sus ojos azules no se despegan por ningún solo segundo de los míos, un cosquilleo comienza a crecer dentro de mí y mi respiración comienza a acelerarse.
-Aline- su voz es tal y como lo recordaba.
-Noan- murmuro después de unos segundos y sin verlo venir ambos helados terminan por caer de mis manos por completo haciendo que ambos miremos al piso pero en menos de un segundo subimos la mirada de nuevo conectando nuestras miradas una vez más.