En Menos De Un Año Nos Casamos

Autorstwa Astral0808

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Cuatro chicas son becadas para ir a una escuela de gran prestigio, la vida les sonríe porque ellas anhelaban... Więcej

Prólogo
Rumbo a Estados unidos.
La Llegada
Primer encuentro (May)
Primer encuentro (Dawn)
Primer encuentro (serena)
Primer encuentro (misty)
¿Por qué siempre él?
Volvieron
las pesadas (parte 1)
las pesadas (parte 2)
La Mariscal
¿las aceptaron o no?
Soy Julieta y... ¿por qué tú Romeo?
Situaciones dudosas (parte 1)
Situaciones dudosas (parte 2)
Situaciones dudosas (parte 3)
Ellas Serán
El festival de primavera. (parte 1)
El festival de primavera (parte 2)
victoria y amigos.
Nace un Amor
Al descubierto
Sospechas y Regalos
Cumpleaños y... ¿una nueva pareja?.
Pijamada.
Declaración y Rumores
Planes y promesas
Castigada
Pretendiente y Cena.
confío en ella.
Primera Etapa.
Semestrales
La verdad
La verdad (parte 2)
En busca de una primicia y amenazas
Primer movimiento.
Búsqueda y pasado.
En busca de respuestas.
Sentimientos
Empezando de cero
Regresa la alegría.
Tradiciones.
Fin de la segunda etapa.
Cuentos y canciones.
Enfrentamiento
Evento.
Navidad (parte 1)
Navidad (parte 2) : Una llegada inesperada.
Navidad (parte 3): Esmeralda Larousse.
Navidad (parte 4): El camino a seguir.
Odio de familias
Una converzación Interesante.
Capturadas (parte 1) : Cambios y Planes.
Capturadas (parte 2): desfile y secuestro.
Capturadas (parte 3): Revelaciones y ayuda inesperada.
Capturadas (parte 4): Rescate.
Despedidas y Disculpas
La cena
Un nuevo año.
Matrimonio.
Epílogo (Misty)
Epílogo (Dawn)
Epílogo (May)

Epílogo (Serena)

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Autorstwa Astral0808

Quince años después

Una joven hermosa de ojos azules conducía un auto de último modelo mientras hablaba por uno de los micrófonos de llamada.

-- Te veré allá en dos horas Dawn, llegaré a tiempo, adiós -- apagó el auricular -- ahora sí díganme, ¿qué hicieron ustedes tres para que me llamara el director? -- miró a los tres niños por el espejo de enfrente mientras paraba frente a una luz roja.

-- No hicimos nada – respondió el niño pelimiel de ojos azules parecidos a los de ella.

-- No te atrevas a engañarme Eidan, el director dijo que te peleaste con uno de tus compañeros, ¿quieres explicarme porqué?

-- Ahora sí estás en problemas – se burló la niña castaña de ojos negros.

-- Tú ni hables -- reprochó a su hija -- mira que hacerte pasar por tu hermana... regresemos a ti, Eidan -- fijó su mirada en el mayor de los tres -- sigo esperando una respuesta.

-- Pero si no fui solo yo, los demás también se unieron.

-- Lo sé, pero los principales fueron tú, Heliot y los otros dos niños.

-- Te atraparon – se burló la segunda niña presente.

-- Esperanza, tú estás en problemas al igual que tu hermano y hermana. Apenas lleguemos a casa todos vamos a tener una plática seria – la luz cambió a verde y ella puso en marcha el auto.

Al llegar a su destino cuadró el auto, bajó junto a los niños cogiendo sus cosas y luego entraron a la gran mansión.

-- A la sala, los tres – los niños hicieron caso. En el gran sofá los tres se sentaron en orden, de mayor a menor con su madre al frente -- Ahora sí, vamos a hablar.

Antes de que ella continuara, la figura de una señora hizo presencia con una bandeja de pastelitos.

-- Llegaron temprano, ¿qué tal la escuela?

-- Hola Abuela – saludaron los tres niños en coro.

-- ¿Qué sucedió? -- preguntó de inmediato -- para que estén así con su madre cruzada de brazos y esa mirada es porque hicieron algo.

-- ¿Ya llegó Gary? -- le preguntó a su madre.

-- Todavía no, pero de seguro llega pronto.

-- ¿Papá también tiene que estar presente? – preguntó el mayor.

-- Sí, esto lo conversaremos los cinco. Hasta que llegue su padre suban a sus habitaciones, cambiense, empiecen a hacer su tarea y no bajen hasta que los llame.

-- Sí, mamá -- respondieron los tres de inmediato.

Las dos mujeres solo miraban como los tres niños subían las escaleras casi corriendo como si hicieran una competencia.

-- ¡Dios! -- suspiró la joven madre mientras pasaba una de sus manos sobre su rostro -- ¿qué voy hacer con ellos?

-- ¿Te vuelven loca? -- preguntó con burla su madre.

-- Sí, jamás creí que ser madre fuera tan difícil.

-- Ahora lo sabes, yo tuve los mismos problemas contigo y tu hermana.

-- Pero ellos son tres.

-- No es justificación, el hecho de que tengas a uno demás no hace tanta diferencia.

-- Tienes razón, ojalá y se hubieran quedado siendo unos bebés, en ese entonces no causaban tantos problemas.

-- Tal vez no, pero era mucho más agotador, aún recuerdo cuando nos dijistes que estabas embarazada la primera vez.

-- Eso fue mucho que procesar...

Flash Back.

Luego del matrimonio de Drew y May su unión con Gary no tardaría en ser presenciada ya que ambos habían acordado casarse antes de mudarse; la universidad en donde Serena quería  continuar su carrera sería en Miami, luego de hablarlo con su esposo aceptó con la condición que ambos irían, ella no se negó, lo tomó como una oportunidad en la cual ellos podrían convivir solos como pareja alejados de sus familias, no es que no les agradara vivir con ellos, al contrario, amaba mucho a su suegro y su abuelo, pero al menos por un tiempo deberían vivir solos sin depender de ellos.

Tres años pasaron volando, para ese entonces ya se había graduado de pediatría, su carrera como diseñadora de modas continuaba sin objeciones, decidió trabajar un año más en aquella ciudad para luego volver a Los Ángeles pues extrañaba mucho a toda su familia.

A mitad de año el abuelo vino de visita pues tenía que hacer una inspección del hospital de la familia que había allí, ella aprovechó su venida pues llevaba varios días sospechando de algo.

-- Abuelo -- saludó alegre entrando al consultorio.

-- Serena, qué gusto verte -- se acercó a abrazarla -- hace mucho tiempo que no te veo, los extrañamos demasiado allá en la mansión.

-- Y nosotros a ustedes, aunque regresaremos muy pronto.

-- Eso suena bien.

-- Abuelo, me gustaría que me haga un análisis de sangre.

-- ¿Sucedió algo?.

-- Descuide, no ha pasado nada, solo quiero asegurarme de algo que llevo sospechando desde hace unas semanas.

-- ¿Y qué sería eso?

-- Tengo la corazonada de que estoy embarazada.

-- ¡¿Enserio?! -- una gran sonrisa se formó en sus rostro.

-- Sí, pero quiero que lo verifiquen en los análisis de sangre.

-- Enseguida, siéntate.

Los análisis que me hicieron fueron rápido, lo único que quedaba era esperar los resultados... tiene sus ventajas formar parte de la familia quien es dueño del hospital, en menos de media hora los resultados estaban listos, cuando leí lo que estaba escrito tenía una mezcla de sentimientos, mis sospechas eran reales, estaba embarazada. Le mostré los resultados al profesor, era muy evidente de que estaba feliz por enterarse de tal noticia.

Le pedí que no dijera nada pues quería que esperara a que Gary lo supiera para luego decírselo a los demás. Esa misma noche llegué un poco más temprano de lo usual al departamento pues intentaba ver la forma de como decírselo, al final solo se me ocurrió hacer una cena y luego entregarle los resultados de los exámenes. Cuando el llegó me saludó con un beso.

-- ¿Qué es lo que sucedió? -- preguntó un momento dejando de comer.

-- ¿Por qué lo dices? -- contrapregunté

-- Desde que llegué haz estado muy feliz, ¿qué te sucedió?

-- La pregunta sería ¿que nos sucederá?

-- ¿A que te refieres? -- cogí mi bolso que estaba colgado en la silla, saqué el sobre y se lo entregué -- ¿es encerio? -- me miró expectante.

-- Sí, el abuelo fue quien me hizo los análisis. Seremos padres.

No tardó en ponerse de pie para luego cargarme, se notaba que estaba feliz, ya habíamos hablado de un plan familiar pero lo estábamos viendo dentro de otros dos años más... supongo que no le importó.

Fin del Flash Back.

-- El nacimiento de Eidan nos trajo felicidad, al ser nuestro primogénito la noticia se dio a conocer en todas partes.

-- Aunque esa vez los paparazzis no te asecharon.

-- Lo sé, me alegra de que ya no se inventaran cualquier nocticia sobre mí, las cosas...

-- ¡Es mío! -- la voz de una de sus hijas proviniendo del segundo piso hizo que se pusiera de pie.

-- ¡No es cierto! -- gritó su hermana respondiéndole.

-- Parece que van a empezar a pelear, otra vez -- comentó su madre.

-- Encárgate del almuerzo por favor, iré a ver que sucede.

-- Suerte con ellas.

-- La necesitaré.

Subió las escaleras de inmediato hacia el segundo piso, al llegar al largo pasillo se dirigió a la puerta color blanco decorada con flores de lirios rosas.

-- ¡¿Qué está pasando?! -- al entrar a la habitación vio a su hijo en medio de sus dos hermanas con una de sus manos alzadas con un pequeño pote -- ¿qué sucede? Hasta abajo se escucha sus gritos.

Al ver a su madre, los tres empezaron a hablar, cada uno explicaba su versión, pero como hablaban al mismo tiempo ella no les entendía nada.

-- ¡Silencio los tres! -- ordenó, ellos se quedaron callados -- Eidan, explícame lo que está pasando.

-- Se están peleando por el brillo, vine porque escuché algo caerse, cuando entré a su habitación ellas estaban apunto de pelear.

-- Entiendo. Les recuerdo que están castigadas -- miró a las dos niñas -- que peleen hará que su castigo sea el doble -- las dos bajaron la cabeza -- dame eso, Eidan -- el niño le entrego el pote -- yo me quedaré con esto. Hasta que su castigo termine, no se los devolveré. Y no quiero protestas -- dijo antes de que las niñas empezaran a quejarse -- ya que no puedo dejarlos solos ni un momento, vayan por sus cosas... los tres. Harán su tarea en el patio, bajo mi vigilancia hasta que el almuerzo esté listo.

Los tres niños hicieron caso a lo dicho por su madre, una ves que tenían sus útiles en manos bajaron junto a ella saliendo al gran campo del patio trasero. En una de las mesas del jardín, los cuatro miembros tomaron asiento.

Mientras los pequeños realizaban sus tareas, Serena miraba con detalle a cada uno de sus hijos. El mayor tenía once años, su parecido físico idéntico a su padre, pero con algunos rasgos similares a ella. Fijó su mirada en las dos niñas, pequeñas de nueve años. No había duda de que cuando las miraba le recordaba a ella y a su hermana... su hermana... Selena tenía razón cuando dijo que le pondría su nombre a su hija... ojalá y hubiera dicho que tendría gemelas, eso habría sido de mucha ayuda. Sus dos hijas se parecían mucho, tenían el mismo cabello castaño risado, los ojos negros... una más puros que el de la otra, igual así eran muy hermosas.

-- Llegué -- la voz de su esposo hizo que volteara para verlo.

-- ¡Papá! -- los tres niños se retiraron de la mesa yendo a abrazarlo.

-- Lamento la tardanza -- se disculpó con Serena -- si no fuera por la junta hubiera llegado antes.

-- No te preocupes, tu padre me lo había dicho hoy en la mañana.

-- Ya que estoy aquí, ¿qué es lo que hicieron ustedes tres? -- miró a sus tres hijos, ellos no respondieron -- ¿qué es lo que hicieron? -- miró a su esposa.

-- Siéntate, te va a gustar escucharlo -- él hizo lo que dijo -- ustedes tres también -- los niños suspiraron con pesadez -- ¿Se lo dicen ustedes o se lo digo yo? -- los tres niños miraron hacia otro lado -- Bien, lo diré yo. Lo que sucedió fue que Eidan se peleó con uno de sus compañeros, las gemelas se hicieron pasar una por la otra en la prueba de gimnasia, a parte de que casi pelean hace un momento por no compartir un bote brillo.

-- ¿Cuántas veces les hemos dicho que hay cosas que van a tener que compartir? -- las niñas solo lo miraron sin decir nada -- ahora, suplantar la identidad de la otra... ¿cómo es que los profesores no se dieron cuenta?

-- Son tan parecidas que nadie se fijó que la otra era quien daba sus pruebas.

-- No es la primera vez que lo hacen. En cuanto a ti, Eidan, ¿Por qué te peleaste con tu compañero? -- el niño se quedó callado -- ya me estoy haciendo una idea pero luego la comprobaré. Entren a la casa, su madre y yo discutiremos su castigo -- los niños tomaron sus cosas y salieron corriendo.

-- Se parecen a ti -- mencionó Serena, él solo la miró -- las gemelas... hacerse pasar la una por la otra... se nota que saben como manipular a la gente, son muy audaces.

-- Es normal en los niños... todos lo hacen.

-- Eidan no lo hace, esta es la primera vez que se mete en problemas, algo grave debió ocurrir.

-- Tal vez, pero no nos lo dirá.

-- Eso lo sé... ¿qué castigo les damos?

-- Quitarles el postre no funciona, siempre logran encontrar la forma de como llevárselos de la cocina.

-- Tampoco lo de su tableta. No importa cuántas veces cambie la contraseña, siempre la averiguan, incluyendo la del internet. El cumpleaños de las gemelas se acerca...

-- No las vamos a dejar sin fiesta, si lo hacemos se pondrán tristes y luego harán que nos sintamos mal como si fuéramos las peores personas del mundo. Recuerda como se pusieron cuando no pudimos comprarles los ositos de peluche que les prometimos.

-- Ese juguete fue el más vendido... ¿cómo es que aún no se han dado cuenta de los que les dimos es una imitación que nosotros hicimos?

-- Tenían seis años, a esa edad aceptan todo lo que les parece adorable, gracioso y delicioso.

-- Dejemos a las gemelas de lado, ¿qué castigo le damos a Eidan?

-- Buscarle un castigo a Eidan... ¿Podemos regresar a las gemelas? -- él negó -- es difícil buscarle un castigo, él no hace nada malo, ¿cuándo fue la última vez que le pusimos un castigo?

-- Nunca le hemos dado un castigo, nunca ha hecho nada malo.

-- ¿Por qué es tan difícil buscarles un castigo?

-- Porque son buenos niños, tienen notas excelentes, los profesores los adoran, son educados y no son unos creídos.

-- Tienes razón, pero no podemos dejarlos sin castigo.

-- No podemos exigirles nada, solo que estudien, será mejor que refuercen los temas que no son tan hábiles, aparte de quitarles la televisión. Al menos es algo.

-- Mamá, papá -- su hijo de once años interrumpió la conversación -- la abuela dice que es hora de almorzar.

-- Enseguida vamos -- respondió su padre -- pero antes de entrar, vamos a hablar.

-- De acuerdo -- se sentó enfrente de él -- lamento lo que hice, no lo volveré hacer.

-- ¿Por qué lo hiciste? Debe existir alguna razón, tú no haces las cosas sin pensar. No eres de aquellos que se lanzan por una simple provocación.

-- Solo defendí a una compañera a la que molestaban, Felix le quería pegar.

-- Está bien que hayas querido defender a tu compañera, pero agarrarte a golpes no fue la mejor desición.

-- Ya lo sé, lo siento -- su madre le extendió la mano.

-- No habrá castigo para ti -- Serena lo abrazó -- lo dejaremos pasar por esta vez, pero a la próxima no te salvas.

-- Sí, mamá. Entremos de una vez que hoy hay pastel de nueces para el postre.

Sus dos padres se pusieron de pie para caminar detrás de él.

-- Gracias por todo -- Gary la abrazó -- no puedo tener mejor familia que esta.

-- Digo lo mismo -- sonrió -- esto es lo mejor que me ha pasado en la vida, y no lo cambiaría por nada en el mundo.

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