Segundas Oportunidades

By MIsabelnm

266K 21.2K 8.2K

Continuación directa de mi historia "Reencuentros", por lo que deben leerla primero para poder comprender est... More

Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
ANUNCIO POR EDICIÓN
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 36
Capitulo 37
Capitulo 38
Capítulo 39
Capitulo 40
Capitulo 41

Capitulo 35

5.2K 653 251
By MIsabelnm

Lamento la demoraaaa! 

Realmente queria actualizar pronto, porque algunos por allí amenazaron con denunciarme por dejarlo donde quedo el capitulo anterior jajajaja pero me fue imposible! 

No solo porque estoy llena de trabajos para clases (estoy en mi ultimo año, y termina en Diciembre así que entenderan que ando apresurada con todo jaja) sino tambien porque acabo de inventar la vida completa de un personaje que hasta ahora nadie conoce bien (y pues nadie quiere xd) 

Me esmere mucho, así que espero mucho amor en este capitulo

REEDITADO: 5 de Enero 2021

Este capitulo es importante porque también responde algunas preguntas, y tiene pistas escondidas prop allí así que atentos!!! Esperare sus teorias

Al final del capitulo pueden hacer sus reclamos si no quedaron conformes jajaj 

+++

CAPITULOTREINTA Y CINCO

Ambos habían recordado, se dio cuenta Wei Wuxian con la respiración acelerada.

Su mirada se clavó en la del otro mientras sus cuerpos se calmaban de las actividades recientes, notando con facilidad que él no era el único que estaba siendo afectado.

Lan Wangji comenzaba a fruncir el ceño, sus manos cerrándose en puños donde estaban aún firmemente aferradas a su cintura como si quisiera acercarlo más, pero Wei Wuxian no pudo evitar separarse. Su espalda se presionó fuertemente contra la pared de roca, poniendo la mayor cantidad de distancia que podía entre ellos.

Su mente era un revoltijo de pensamientos, todos confusos y en conflicto, pero había una sola cosa de la que estaba seguro.

Él había muerto.

No recordaba como, su mente llenándose de lagunas y espacios en blanco que no podía ni sabía como llenar, pero lo había hecho. Él había muerto, pero en esos momentos se encontraba frente a Lan Wangji con sus respiraciones entre mezclándose después de... Wei Wuxian sentía que se sonrojaba solo de pensar en aquello.

Los recuerdos de dos vidas chocaban entre sí, dolorosos y crueles, y tan similares pero tan diferentes a la vez mientras lo llenaban de confusión. Pero en esos momentos, con el cuerpo del otro joven casi presionado contra el suyo a pesar de la distancia que intentó poner entre ellos, el mayor conflicto que se desarrollaba en su corazón se debía al joven Lan.

Y repentinamente una idea comenzó a gestarse en su cabeza...

—Lan Zhan —murmuró con sorpresa mientras una sonrisa involuntaria comenzaba a surgir en su rostro—, ¿era por esto que querías llevarme a Gusu?

***

Hace muchos años, mucho antes del surgimiento de las grandes sectas de cultivo. Mucho antes de que un joven inexperto asistiera el parto de la amada esposa de un emperador y también mucho antes de que un Dios conociera a un pequeño monje.

Mucho antes incluso del surgimiento de los primeros Dioses, existió un niño de cuerpo delgado y casi enfermizo. Su cuerpo débil, decían las ancianas del pequeño pueblo, era culpa de la madre. Mala sangre, murmuraban cuando veían pasar al pequeño niño cuya edad no era suficiente como para hacerle comprender los rumores acerca de su nacimiento.

La sangre de una prostituta, comprendería años más tarde.

Su padre, un joven pero respetado Señor del Imperio, había caído rendido a los pies de una simple y vulgar bailarina de un burdel, desairando incluso a la esposa que tenía en su hogar. Y así de simple, casi de forma inédita, una bailarina de burdel se había convertido en la segunda esposa del lugar.

Pero Chen Wang, demasiado joven para comprender aquello, tampoco había entendido la aparente rivalidad entre las dos esposas, ambas deseosas por el amor de un solo hombre, y ciertamente tampoco había percibido la envidia creciente en los ojos del hermano mayor que adoraba.

Su joven y respetado padre, enamorado de una simple prostituta, había mostrado una incomprensible e insólita preferencia por el hijo bastardo. Y Chen Wang no lo comprendería, así que crecería amable y cordial bajo el amor de dos padres, y ni siquiera su cuerpo débil podría impedir aquello.

Sus pasos, aún pequeños, lo llevaban a pasos apresurados hacia el hermano que tanto quería, su corazón anhelante por permanecer junto al joven que practicaba arquería en el campo de entrenamiento—. ¡Ning-gege!

El mayor lo miraría con descontento, su ceño frunciéndose casi automáticamente solo por el hecho de fijar su mirada en aquel hijo de... pero Chen Wang no lo notaría, claro que no. Su entusiasmo por la cercanía siempre cegándolo.

Pero lo comprendería más tarde, por supuesto, al igual que comprendería las miradas y susurros que tendían a seguirlo a él y a su madre por donde sea que caminaran. Aunque eso no sería lo único que comprendería a medida que crecía, porque con los años comenzaría a entender que aquel hilo rojo que unía a sus padres, atándolos desde sus meñiques, solo era visible para los ojos de Chen Wang.

Ya que sin importar cuantas veces detallará el hermoso rojo que adornaba una de sus manos de su amorosa madre, ella seguiría sin poder verlo.

Su madre no podría verlo, pero siempre lo recompensaba con una enorme sonrisa y unas suaves carcajadas, sus oídos atentos a cada uno de sus descabellados balbuceos, porque por supuesto que sentiría su corazón latir con mayor rapidez al pensar en que algo mágico pudiese realmente unirla al hombre que amaba.

Chen Wang crecería, por supuesto que si, y al llegar a la adolescencia habrían dos cosas que tendría muy claro. Él podría dudar de una y mil cosas en su vida, pero de aquellas dos jamás. Aquellas dos cosas ocultas y resguardadas en lo más profundo de su corazón.

La primera era que sus padres, por muy insólito que pudiera ser para los ancianos, eran la perfecta descripción de almas gemelas. Sus almas atadas entre sí por un delgado hilo rojo que conectaba sus manos y sus corazones.

Y la segunda y más importante cosa de la que Chen Wang estaba totalmente seguro era de que él no tenía un alma gemela. Sus manos estaban desprovistas de aquel hermoso rojo que podía ver en todos los demás.

***

Chen Wang se había equivocado, claramente, aunque él no lo sabría por varios años más. Él si tenía un alma gemela.

La niñez rápidamente daría paso a la adolescencia, y su cuerpo delgado y débil adquiriría una mínima cantidad de musculatura a medida que se desarrollaba, y aquella amabilidad y cordialidad que lo caracterizaba no se perdería ni siquiera al comenzar a comprender las miradas sobre él.

Su corazón aún se aceleraba mientras sus pasos lo llevaban donde su hermano mayor, siempre escapándose una hora para admirarlo practicar arquería como cada día. Su mirada deteniéndose sin poder evitarlo en los músculos fuertes que se flexionaban al tensar la cuerda del arco.

Y tal vez había algo mal en él, el chico sin alma gemela que anhelaba aunque sea una mirada de su hermano.

Chen Wang pudo notar el momento exacto en que su hermano mayor se dio cuenta de su presencia aún sin necesitar voltear a mirar, casi como si estuviese en sintonía con él. Y es que su hermano mayor siempre pareciera estar en sintonía con él, siempre atento y siempre sabiendo donde se encontraba y donde encontrarlo.

Siempre sintiendo la mirada de Chen Wang sobre su cuerpo.

Chen Xu Ning se giraría con molestia, como cada día en lo que realmente pareciera ser casi un ritual entre ellos. Chen Wang miraría con intensidad, y su hermano se giraría con molestia. Y él podría obtener aquella mirada que tanto anhelaba, solo un instante casi insignificante en su día a día que alegraría su vida completa.

Chen Wang sí tenía un alma gemela.

***

Lan Wangji sintió que su cuerpo se congelaba, sus memorias fluyendo a través de su mente, tan inquietas y ruidosas como el joven presionado contra él, y sus puños se apretaron más fuertes. Sus ojos se abrieron lentamente mientras su cuerpo bajaba de la nube de placer en la que había estado solo unos instantes atrás, su respiración saliendo en bocanadas fuertes y abruptas, entrecortadas, mientras un intenso dolor comenzaba a crecer dentro de él.

Un dolor que se negaba a morir, y que incrementaba con cada segundo que pasaba. Su mirada se negó a abandonar el rostro del otro, y su corazón se aceleró ante la pregunta que el joven le dirigía con incredulidad.

—Wei Ying —murmuró él casi en una súplica, su voz suave y baja, casi como si temiera que la persona frente a él se escapara de entre sus brazos. Aquel era un miedo que Lan Wangji nunca antes había sentido, y que hablaba de una experiencia que recordaba pero que jamás había vivido.

La muerte de su persona predestinada.

Y al mismo tiempo, inestable como su mente que seguía en su tarea de acomodar dos vidas, algo más comenzó a gestarse en su corazón. Por primera vez en su vida, Lan Wangji se sintió repentinamente posesivo.

Deseoso de mantener su mirada sobre el cuerpo del otro en cada momento, y de mantener sus manos cubriendo aquella suave y cálida piel por siempre. Anhelando nunca dejarlo como lo había dejado en otra vida.

Y ni siquiera se daba cuenta de que había recordado algo más que solo la muerte de su amado, porque simplemente no tenía la capacidad de darle un pensamiento a la gran cantidad de inexplicables cambios entre la vida que había vivido y la que en ese momento comenzaba a recordar.

Lan Wangji incluso era incapaz de pensar en su madre, mucho más libre y alegre de lo que él recordaba. Y también más viva, porque algo más había secuestrado su atención y le era simplemente imposible pensar en alguna otra cosa que no fuese Wei Ying.

Solo Wei Ying.

Su mente llamando el nombre del joven que amaba, y sus labios susurrando con reverencia lo que su mente repetía sin cansancio.

—Wei Ying, Wei Ying, Wei Ying.

Mientras sus alientos se entre mezclaban nuevamente por la intima cercanía, un pensamiento fugaz llego a su mente. Lan Wangji realmente no sabía como habían logrado esta segunda oportunidad, ya que su mente permanecía en blanco luego de enterarse de la muerte de su amado, pero de una cosa podía estar seguro.

Él podría tener aquello que no había logrado tener en otra vida.

Así que con una mente clara como no había tenido en varios minutos, murmuró mientras se acercaba más y más—. Wei Ying, vuelve a Gusu conmigo.

La respuesta de Wei Wuxian se perdió entre los labios de Lan Wangji.

***

Hace muchos, muchos años, mucho antes del nacimiento de los primeros Dioses, existió un adolescente que podía ver las almas gemelas. Un pequeño mortal nacido con los dones de fuerzas más allá de su propio entendimiento.

Su vida sería rememorada incluso después de su muerte; hombres, mujeres y niños narrando historias sobre el niño que podía ver el hilo rojo del destino, y así nacería una leyenda. Las personas contarían la historia sin siquiera sospechar que el niño realmente había existido, y las versiones irían alterándose, cambiando una y otra vez al antojo de quien las narraba.

Chen Wang escucharía estas versiones, y cada vez, sus labios se alzarían en sonrisas divertidas mientras su mirada encontraría los ojos de quien había amado la mayor parte de su vida. Pero el tiempo no tendría piedad alguna, y en su adultez, Chen Wang conocería un dolor que nunca antes podría haber imaginado.

Sus sonrisas se esfumaron, y sus días se volvieron grises. Toda la alegría de su vida se había extinguido con la partida de su persona predestinada.

Pero el mundo no dejo de moverse, los meses se convirtieron en años, y pronto Chen Wang estuvo listo para unirse a su amado en su muerte. Cuando Chen Wang finalmente cerró los ojos, fue con una sonrisa de oreja a oreja ante el alivio de no tener que seguir viviendo sin aquel que completaba su corazón, y su último aliento dejo su cuerpo mientras se rendía a los brazos de la muerte que lo llamaba.

Solo que nunca tendría la oportunidad de reunirse con su amado, porque sus ojos se volvieron a abrir.

Chen Wang estaba solo, nadie le dio la bienvenida a su nueva inmortalidad y nadie podría hacerlo, porque el primero de los Dioses había nacido sin nadie de testigo. Chen Wang no podría evitar pensar que era un castigo, obligado a vivir eternamente y sin poder unirse a su amado.

Recordando por siempre que no había podido cambiar el destino de su propio amado, pero obligado a escribir y decidir la vida de mortales que no conocería jamás.

Su corazón entumecido aún anhelando a aquel que lo completaba, deseoso de al menos una sola de aquellas miradas intensas y cargadas que ya no podría recibir. Chen Wang simplemente sabía, en lo más profundo de su propio ser, que nunca más podría ser feliz.

Entonces, ¿cómo podrían los otros tener un destino feliz?

Y sin nada más que hacer, él vago por el mundo.

Siguió vagando por miles y miles de años mientras escribía el destino de desconocidos, nunca acercándose lo suficiente como para encariñarse con otro nuevamente. Su paz y tranquilidad solo quebrada con el nacimiento de los Dioses, finalmente reconocidos por los mortales deseosos de alguien a quien orar y a quien adorar.

Los Dioses no lograrían interactuar con Chen Wang de forma directa, solo a través de pequeños e involuntarios cambios que a lo largo de los siglos podría contar con los dedos de una mano.

Y por cada pequeño cambio, por muy minúsculo que fuese, un sentimiento surgiría en él.

Como si un pequeño error estuviese sucediendo en el mundo, dejándolo desequilibrado y tan, pero tan incorrecto. Aquel molesto sentimiento no cesaría hasta que el error que había sido causado en el mundo fuese solucionado y el equilibrio fuese devuelto.

Y pronto los Dioses comprenderían que no podrían ir en contra del destino.

Los años siguieron pasando, y pronto el Dios de la vida y la muerte ascendió y con ello se abrió la posibilidad de la reencarnación. Y muchos años antes del nacimiento de las grandes sectas de cultivo, Chen Wang escribiría sobre una pareja cuyo amor superaría incluso a la muerte.

Escribiría sobre una canción que no contaba con poder espiritual, una canción que no era para nada poderosa. Solo creada como una manifestación de amor de una persona a otra, y repentinamente invadido por un extraño sentimiento, tal vez nostalgia por el recuerdo de aquel que él mismo había amado y que seguiría amando por el resto de su vida, Chen Wang hizo algo que nunca antes había hecho.

Chen Wang les daría un regalo.

Le daría a aquella manifestación de amor parte de su propia magia y poder, y la canción, originalmente sin poder alguno, se entremezclaría en sus almas con el poder del amor que aquellas dos personas se tendrían. Y luego de la muerte de su amado, le permitiría a Lan Wangji reconocer a la mitad de su alma sin problemas.

Llevaba el destino de dos personas entre sus letras, entre sus melodías.

El amor que ambos se tendrían sería tan fuerte que quedaría prendada en la canción que sus corazones compartirían, y sería tan poderoso que incluso en una vida que él no escribiría y que no debería suceder, sus almas entremezcladas por aquella magia se reconocerían incluso sin aquellos recuerdos compartidos.

Sus almas tocándose y compartiendo aquello que habían vivido juntos, reconociéndose mutuamente como lo que eran. Almas gemelas.

Sería por eso que tiempo después de escribir aquello, sus pasos lo llevarían inconscientemente a uno de los antepasados de quien, en el futuro, tendría la tarea de escribir aquella canción para su amado. Y con la tarea de guiar al pequeño monje por el camino que había decidido para él y sus descendientes, Chen Wang le mostro algunos de sus secretos.

De esa forma, dentro de la naciente secta Gusu Lan surgiría la idea de una persona predestinada, tradición que muchos siglos después influenciaría directamente en un joven que, enamorado, esperaría trece años por quien sería la única persona para él.

Y en algún punto, Chen Wang decidiría aislarse del mundo que ya lo había olvidado, eliminando así cualquier posibilidad de encariñarse nuevamente con aquellas vidas tan cortas y fugaces. La vida de Chen Wang no sería más que una leyenda, contada de boca en boca.

El adolescente de la leyenda sería intercambiado por un niño de la calle, pobre y débil cuyas miradas y rumores sobre su persona se debían a sus balbuceos incoherentes sobre el destino y las almas gemelas. Estaba solo y nadie le creía, contarían las madres a sus hijos. Y el hermano mayor sería cambiado por un joven que habría recorrido miles y miles de ciudades siguiendo el hilo que se aferraba a su meñique.

En algún punto, incluso sus nombres se habían perdido.

Y finalmente el Dios del destino no sería conocido por nadie.





+++

Espero que les haya gustado!!!

De verdad me esmere mucho en esto, uniendo las partes de la historia que ya habia escrito como el hecho de la leyenda que varias personas han mencionado a lo largo de la historia, y como la parte del pequeño monje (que si nadie recuerda, es Lan An), y uniendo partes de la novela que de hecho encajan bastante con la historia jajaja

Espero que ahora amen al Dios del destino! Es solo un Dios incomprendido y solitario que perdio a su amado y que no pudo unirse a él en la muerte, pero no sabe que su amado sigue por allí dando vueltas jajajaj 

Entonces, aclaro inmediatamente: Chen Wang podía ver el hilo rojo de todos los demás menos el suyo propio (como en la leyenda), y aunque no se menciona, Chen Xu Ning (su hermano mayor/alma gemela) podía ver el hilo rojo que los ataba.

Demore en este capitulo, porque de hecho originalmente la historia de Chen Wang si sería como la leyenda (niño pobre y alma gemela que recorrio muchos kilometros hasta encontrarlo) pero no quedaba conforme como quedo, así que aqui estamos! 

Confieso que me emocione un monton al pensar en que el alma gemela de Chen Wang haya sido su hermano mayor jajaja lo pecadora no se quita, perdon

Ahora sí, TEORIAAAAAAS!! Encontraron las pistas que deje??? 

Los amoooo

Continue Reading

You'll Also Like

176K 4.8K 31
la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...
112K 4.5K 32
𝐨𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭, +16, 𝐜𝐮𝐭𝐞 todos los personajes son mayores de edad todos los personajes le pertenecen a Haruichi Furudate <3
128K 22.6K 60
Jimin es un humano común y corriente, un día va a una excursión en el bosque y al recostarse en un árbol es transportado a un mundo mágico, llamado f...
75.9K 6.3K 19
"No, claro que no, es obvio que no me gusta Bradley, el es mi enemigo y... Maldito idiota, sal de mi mente, haces que mi corazón se acelere." Max es...