Miriam habÃa decidido quedarse un tiempo más para ayudar a Luna en la casa hogar.
En realidad hace mucho que habÃa querido tomarse unas largas vacaciones, pues desde que se graduó empezó a trabajar en la empresa de sus padres, asà que habló con estos y arregló todo para quedarse un par de meses con Luna ya que la vida en aquél pueblo era bastante tranquila y desde que oyó la historia de Luna comenzó a sentirse atraÃda por ayudar a las niñas que en pocos dÃas les habÃa cogido gran cariño y hasta la llamaban tÃa.
Miriam observaba a Luna quien mantenÃa una postura impecable durante todo el dÃa.
Miriam: Luna, porque no descansas un momento, ven sientate, te preparé un té.
Luna: Oh, gracias.
Qué amable eres!
Ya termino de guardar la vajilla y enseguida voy.
Miriam observaba a Luna que a pesar de que en su rostro podÃa ver lo cansada que estaba se mantenÃa derecha, luego con mucha delicadeza se agachó y guardó la vajilla en uno de los anaqueles para luego volverse a enderezar y caminar con mucha elegancia hacia la pequeña mesa donde se encontraba Miriam esperándola con el té caliente.
Miriam sirvió un poco de té en las dos tazas que tenÃa previamente lista para luego observar a Luna como se sentaba de manera elegante en la silla manteniendo una correcta postura y luego con mucha elegancia tomar la taza de té para beber un poco levantando su dedo meñique. Se la veÃa tan fina y sofisticada a pesar del cansancio que podÃa ver en su rostro.
Luna: Qué bueno que las niñas ya se durmieron.
Miriam no habÃa notado que Luna se habÃa dirijido a ella pues estaba sumida en sus pensamientos.
Luna: Miriam... Hey... Miriam...
Miriam: Ehhh... Si... ¿Me decÃas algo?
Luna: SÃ... Que bueno que las niñas ya se durmieron.
Miriam: Oh, si...
A Miriam se la veÃa distraÃda en sus pensamientos.
Luna: Miriam ¿Estás bien?
Te noto distraÃda.
Miriam: Oh... No... Bueno, un poco, solo pensaba ¿como lo haces?
Luna: ¿Hacer qué?
Miriam: Pues mantener tu correcta y elegante postura en todo tiempo. Apresar del cansancio nunca te veo encorvada o desparramada en un sofá, siempre te mantienes derecha y con una postura perfecta
¡Cada uno de tus movimientos son tan delicadamente elegantes!
Es decir, se que eres una modelo y actriz profesional pero pensé que las famosas en la intimidad de su casa eran como personas normales con movimientos torpes.
Luna: Pues creo que se debe a qué estoy acostumbrada desde niña ya que la Señora Dolores era muy estricta con nosotras y prácticamente nos "entrenaba" para ser unas perfectas señoritas.
Aunque sinceramente creo que le debo a esto gran parte de mi éxito en mi carrera de modelo y actriz, ya que mientras las demás chicas se esforzaban por mantener una postura correcta para mà era de lo más normal.
Aunque esto nos costó un precio muy alto.
Miriam: ¿A qué te refieres con eso?
Luna: La Señora Dolores decÃa que estábamos en una etapa de formación y que ella se encargarÃa de formarnos correctamente y que no permitirÃa que la hagamos quedar mal, asà que tenÃamos que ser las mejores en todo, ella no aceptaba una nota menor a diez en la escuela, incluso un nueve era inaceptable. Nuestro comportamiento debÃa de ser intachable, al igual que nuestros modales y toda nuestra manera de conducirnos y hasta de hablar, debÃamos dominar a la perfección el francés y como mÃnimo tocar un instrumento musical perfectamente. Desde nuestro caminar, nuestra forma de hablar y hasta el tono de voz debÃan ser el de una dama y por supuesto debÃamos aprender a coser, cocinar y todos los queaceres domésticos que una mujercita debe saber.
Es verdad que nunca nos faltó nada, en realidad la Señora Dolores era una mujer muy acaudalada por lo que la parte económica nunca fue un problema, sin embargo era demaciado estricta y hasta se podrÃa decir que cruel con sus castigos, y aunque nunca nos castigó en otra parte del cuerpo que no sean nuestros glúteos sin embargo sus castigos eran realmente dolorosos y humillantes.
Miriam: Cuánto lo siento.
Luna: Descuida, es parte de mi pasado, después de todo soy quien soy gracias cada una de esas experiencias.
Miriam: No puedo ni imaginar lo triste que fue tu vida.
Siento tanto hacer que recuerdes momentos tan dolorosos de tu niñez...
Luna: No, en realidad hasta creo que me hace bien hablar de esto con alguien, nunca lo habÃa compartido con nadie, siento que cada que te cuento una de mis experiencias es como si sanará una herida y cerrará ese episodio de mi vida para poder continuar mi labor con las niñas con una corazón sanado de mi pasado.
Miriam: Entonces puedes seguir contándome todo lo que quieras, por algo somos amigas, soy toda oÃdos...
Luna: Gracias amiga, me alegra que estés aquÃ, eres una buena oidora.
Miriam: En tus relatos has mencionado algo de "dÃa de entrenamiento intenso" o algo asà ¿Cómo era aquello?
Luna dió un profundo suspiro al recordar aquellos dÃas...
Luna: Bueno, pues eramos cinco niñas y la Señora Dolores le dedicaba un dÃa a la semana con cada una para según ella "formarla como una verdadera dama"
Solo que ella lo hacÃa de una manera muy peculiar...
Flashback...
Era un lunes el la mañana, las niñas ya estaban tomando su desayuno.
Dolores: Niñas como ustedes sabrán ya estamos a solo dos semanas de que empiecen las clases, asà que comenzaré hoy mismo con las clases de señoritas (Era asà como ella las llamaba)
Empezaré con Luna ya que por ser nueva es la que más las necesita, no quiero que valla a la escuela con una manera de conducirse tan ordinaria.
Las niñas solo se miraban entre ellas, Luna no sabÃa de qué se trataba aquello pero decidió en ese momento no preguntar, ya se lo preguntarÃa luego a las demás...
Dolores: Mili, por favor apenas terminen de desayunar quiero que acompañes a Luna y le enseñes como exfoliarse la piel, luego que se ponga el uniforme que corresponde y que baje. La esperaré en la sala a las nueve en punto, ni un minuto más, ya saben que una dama siempre debe ser puntual.
Mili: Sà señorita Dolores.
Al terminar su desayuno Mili y Luna subieron a su habitación.
Luna: Mili ¿Qué es eso de clases de Señoritas?
Mili: Pues... ¿Cómo te lo explico?
La Señora Dolores dedica un dÃa de la semana a trabajar con cada una en cosas como clases de modales, etiqueta, postura, cosas asÃ, incluso nos enseña a entonar algún instrumento musical.
Luna: Ufa.. qué aburrido, la señora Dolores tiene una idea muy anticuada de lo que es ser mujer ¿Acaso no ha oÃdo de la liberación femenina?
Yo de grande quiero ser una mujer moderna.
Mili: Pues ella cree que aún estamos en el siglo pasado y quiere criarnos como en sus tiempos.
Luna: La primera vez que vine me sorprendà al ver el comportamiento de todas, no te ofendas pero parecÃan mini señoritas, imagino que es producto de las clases de la Señora Dolores
Mili: Asà es, ella quiere que seamos unas perfectas damas en todo momento, sus "clases de Señoritas" son bastante molestas.
Luna: A que te refieres con "bastante molestas"
Mili: Lo siento mucho Luna, pero esto no te va a gustar, es más, a ninguna nos gusta pero no nos queda de otra.
Luna: Mili dime de una vez de que se trata. Me estás poniendo nerviosa...
Mili: Pues para comenzar el uniforme es solo está pequeña blusa... (Mili mostró a Luna una pequeña blusa sin mangas y de talle corto, la cual dejaba un poco al descubierto la espalda. Era más como una blusa interior ceñida al cuerpo)
Luna: ¿Qué? Yo... Yo no puedo andar asà por toda la casa, me da mucha pena.
¿Por lo menos podemos usar panties verdad?
Mili: Ella nos quiere con la cola al aire para poder corregir nuestra postura de un chirlazo. Si dejamos de mantenernos derechas en algún momento nos da un azote en el trasero con una de las varas que ha dejado en remojo en el patio.
Créeme Luna hasta que te adaptes esto será feo... A mà me costó mucho acostumbrarme a mantener mi postura siempre, pero por experiencia propia te lo digo "es mejor cooperar y no descuidar tu postura"
La señora Dolores siempre nos repite que una señorita bien educada casi siempre tendrá el trasero rojo durante su tiempo de formación.
También nos dice si ves a una niña bien comportado es más que seguro que tiene su cola roja y hasta con una que otra marquita en sus pompas; dice que es como un sello que garantiza a las señoritas de bien en el futuro.
Luna: Esa señora está loca, cree que está adiestrando animales de circo..... Y hoy yo seré su vÃctima...
Mili obsevo el reloj de pared que estaba en la habitación
Mili: Será mejor que te apresures para que estemos abajo nueve en punto si no queremos hacerla enojar.
Luna: ¿Qué tengo que hacer?
Mili: Ten. (Mili extendió un pequeño bote blanco que parecÃa ser alguna crema)
Luna: ¿Qué es ésto?
Mili: Es un scrub. Sirve para exfoliarse la piel. La Señora Dolores lo preparo ella misma, creo que tiene miel, azucar, jugo de limón o algo asÃ.
Luna: Huele rico.
Mili: Luego de ducharte lo frotas de manera circular por todo tu cuerpo para exfoliar tu piel, asegúrate de hacerlo muy bien, luego te enjuagas y te pones este gel de baño que es con aloe vera. La señora Dolores dice que debemos cuidar nuestra piel.
Luna: Okey...
Mili: Luego de salir de la ducha te secas muy bien y te aplicas esta crema hidratante dejas que se absorba por un par de minutos y luego te vistes.
Luna hizo todo como Mili le dedicó.
Luna: Esto me ha dejado la piel muy suavecita. Parece piel de bebé. Se siente rico.
Mili: Apresúrate, ya son casi las nueve.
Luna se apresuro en ponerse aquella blusa, luego se contempló el el espejo de cuerpo entero que estaba en el baño.
Luna: Ni loca... No pienso solo vestir esto. Me da mucha pena andar asà por toda la casa.
Mili: Ella dice que no debemos sentir vergüenza porque estamos entre mujeres.
Luna: Pues yo si siento vergüenza y mucha...
Mili: Lo sé, pero ya solo faltan 7 minutos y si no bajas con eso te aseguro que ella subirá muy enojada.
Luna tomó su toalla y se envolvió en esta de cintura para abajo. Luego salió del baño.
Mili: Sabes que te hará sacarlo.
Luna: Pero porque es tan mala... Por lo menos debÃa permitirnos usar panties...
Mili: Bajemos pronto, sabes que detesta la impunidad.
Luna y Mili bajaron estando Luna aún cubierta con su toalla.
Dolores: ocho y cincuenta y siete... Nada mal. Qué bueno que sabes ser puntual Luna.
Mili, ya puedes retirarte a tus labores.
Mili: Si señorita Dolores.
Dolores: Bien Luna, se que es tu primera clase y debes estar nerviosa pero quiero que sepas lo importante que es que una mujercita aprenda a conducirse como una dama en todo momento, esto te abrirá muchas puertas cuando seas mayor, no espero que ahora lo entiendas pero te aseguro que cuando seas grande me lo agradecerás.
Luego mostró un gran palelografo que habÃa colgado en la pared.
Dolores: Verás linda aquà están algunas cosas indispensables que tienes que aprender.
Primero una dama siempre mantiene su postura.
Esto es lo primero y más importante que debes aprender, olvÃdate de ese andar torpe, ya tienes suficiente edad como para que corrijas tu costura. En eso vamos a trabajar bastante.
Luna solo se dedicaba a observar estando aferrada a su toalla.
Dolores: Segundo, su forma de conducirse debe ser siempre elegante, tanto al caminar, al sentarse, levantarse, agachasre etc...
Tercero: Mantener siempre buenos modales.
Dolores continúo dando una serie de normas de lo que ella consideraba debÃa ser la manera de conducirse una dama.
Saber bien las normas de etiqueta, hablar con tono delicado, cuidar siempre su postura, ser delicada en todos sus movimientos, mantener siempre una piel radiante, hablar mÃnimo dos idiomas (de preferencia el natal y el francés) saber entonar por lo menos un instrumento musical a la perfección (de preferencia el piano o el violÃn)
Conocimientos de música clásica, conocimientos de literatura, mantener siempre un aspecto impecable (ésto incluye piel, cabello, ropa, zapatos, tener buen gusto al combinar las prendas, etc...) Saber cocinar, saber hacer todas las labores de la casa que una mujer debe hacer y hacerlas sin perder la elegancia y la postura en todo momento..... Etc... Etc... Etc...
La Señora Dolores continúo con su larga lista...
Dolores: Bien Luna, más tarde te enviaré una copia de esto para que puedas repasarlo en tus tiempos libres.
Luna: Si señorita Dolores
Dolores: Desde ya quiero que sepas que terminaras siendo una perfecta dama, yo misma me encargaré de eso, y más vale que cooperes, sino tendré que corregirte. Una Señorita bien educada casi siempre tendrá el trasero rojo durante su tiempo de formación. Las marquitas de los azotes en la pompas de las niñas son como un sello que garantiza que el el futuro será una jovencita de bien.
La Señora Dolores siempre usaba en sus clases una vara verde de aproximadamente un metro de largo que habÃa dejado en reposo durante varios dÃas de manera que estaba muy suave y flexible.
Con este daba pequeños azotes en el trasero de las niñas para correguir su postura o cosas asÃ. Y aunque en realidad no causaba ningún daño ni dejaba marcas en la piel más que un tono rosa que en uno o dos dÃas desaparecerÃa pues tampoco usaba mucha fuerza al aplicarlo sobre las nalguitas desnudas de las niñas durante la clase ya que sabÃa que la usarÃa muchas veces durante toda la clase y más que un castigo era un "incentivo" para que lo hagan correctamente.
Dolores: Ahora vamos a empezar por lo más básico, tu postura y forma de conducirse.
Necesito que te saques esa toalla para poder corregir tu postura.
Luna solo miraba al piso sin decir o hacer nada.
Dolores: ¿Te sucede algo linda?
Luna: Es que me da mucha pena...
Dolores: Tranquila mi niña, no tienes porque avergonzarte, estamos entre mujeres y además yo soy tu tutora. Es como cuando vas al médico, no debes sentir pena, esto es por tu bien, sé que ahora no no entenderás pero te aseguro que cuando sean toda una mujercita te darás cuenta que todo esto valió la pena.
Además solo eres una niña, eres muy chica como para sentir vergüenza, esas son cosas de adultos. Asà que no me hagas esperar más y por favor entrégame la toalla.
Dolores extendió su mano esperando que Luna le entregué la toalla.
Luna la miró pensando que no tendrÃa alternativa pues no querÃa hacer enojar a la señora Dolores y terminar igualmente sin la toalla pero está vez recibiendo unas nalgadas. Asà que lentamente dejando a la vista su pequeño y lampiño pubis junto con sus hermosas y repingaditas nalguitas las cuales estaban muy pálidas y blanquisimas (aunque este tono lo de durarÃa mucho).
y entregó la toalla a la Señora Dolores la cual la dobló y la puso sobre una silla.
Muy bien, viste que no fue tan difÃcil, además tienes un lindo cuerpo en pleno desarrollo, te aseguro que con algo de ejercicio, la dieta que les proporciono y aprendiendo a mantener una buena postura, poco a poco irá tomando más forma y te convertirás en una hermosa mujercita, cuando seas adulta dirás qué tenÃa razón.
Pero ahora no perdamos más el tiempo, primero quiero que subas a la balanza para ver tu peso.
Luego de pensarla y medir su estatura...
Dolores: Bueno Luna. Estás dentro del rango normal para tu edad, sin embargo estás muy bajita de estatura. Con ejercicios y buena alimentación lo solucionaremos. Desde mañana te daré un multi vitamÃnico que te ayudará a crecer y desarrollarte mejor.
Ahora trabajaremos con tu postura.
La Señora Dolores enseñaba a Luna a pararse derecha, hombros atrás, cabeza en alto piernas juntas y pompis repingadas.
Dolores: Muy bien Luna, ahora manteniendo esa postura quiero que camines en cÃrculo por toda la sala.
Luna comenzó hacerlo pero su caminar era torpe y perdÃa fácilmente perdÃa la postura.
Dolores: No pierdas tu postura Luna....... tu caminar debe ser elegante..... un pie delante de otro....... talón punta, talón punta.... hombros atrás, no te encorves.... quiero ver esa espalda bien derecha y esas pompis bien repingadas.... Luna levanta el mentón.... No apretes los glúteos al contrario repingalos más.......
La Señora Dolores corrigia a Luna constantemente haciéndola caminar en cÃrculos por toda la sala.
A Luna todo esto ya era demaciado molesto, ya tenÃan como treinta minutos en esto y le era raro caminar de esa forma, mucho más vistiendo apenas esa pequeña blusa.
Las demás niñas continuaban andando por toda la casa como si fuera lo más normal del mundo que su compañera esté asà con el culo a la vista de todas, ellas ya se habÃan acostumbrado a que un dÃa a la semana la Señora Dolores se encargaba una cada dÃa a enseñarles de esa manera.
Sin embargo a Luna le resultaba muy incómodo que todas estén vestidas mientras ella solo vestÃa esa pequeña blusa, esto la desconcentraba aún más haciendola perder con más facilidad la postura indicada.
De repente sitio un Zasss... Sobre sus posaderas.
El cuál le hizo dar un pequeño brinco y llevarse sus manos atrás automáticamente para frotar sus nalguitas.
Luna: Auch...
Dolores: Pon atención Luna.
Luna: Lo siento...
En realidad la señora Dolores no usaba mucha fuerza al azotarlas en las "clases de Señoritas" más bien era como un simple roce en sus nalguitas, pues era más como un llamado de atención y no un castigo.
Sin embargo aquella verde y flexible vara en remojo era lo suficientemente doloroso como para dejarles un hermoso color rosa sobre sus pompitas haciéndoles sentir un feo picor en ellas.
Dolores: Ya deja de frotarte. Pon sus manos a los lados y asume tu postura...
Esto continúo una y otra vez durante toda la mañana...
Luna debÃa aprender no solo a caminar con gracis, sino también a girar con elegancia, a agacharse y levantarse correctamente, a sentarse y a ponerse de pie... Todo esto lo tenÃa que hacer sin perder la postura por lo que un sin número de veces recibÃa pequeños azotes en sus nalguitas desnudas por parte de la Señora Dolores la cual perdÃa fácilmente la paciencia.
Zasss... Auch...
Dolores: Levanta más la cola niña, cuántas veces te lo tengo que repetir....
Zasss... Auch...
Mentón al frente y hombros atrás... Vamos no es tan difÃcil concéntrate si continúas ganándote tantos azotes terminaré borrando ese hermoso lunar que tienes en el glúteo.
Además veo que tienes buenas nalguitas para aguantar.
Asà estubieron hasta el medio dÃa, y aunque los pequeños azotes que recibÃa de la Señora Dolores no eran dados con fuerza sin embargo al estar continuamente recibiendo uno tras otro sus nalguitas tenÃan un hermoso color rosa muy asentuado dejando la piel de esta zona bastante calentita.
Dolores: Muy bien Luna. Tendremos que trabajar fuerte en esto, aún te falta mucho que aprender, debes acostumbrarte a tener movimientos delicados y elegantes, sueles perder tu postura con mucha facilidad, sin embargo veo que tienes dotes ignatas. Asà que se que con la ayuda de esta varita mágica (refiriéndose a la que estaba vara remojada que habÃa usado toda la mañana) se que lo lograrás.
Ya es casi la hora de almuerzo, tienes 15 minutos de descanzo, puedes ir a tú habitación y luego bajas a almorzar... Ah y puedes usar tus panties a la hora del almuerzo. Ahora sube a descansar.
Luna: Si señorita Dolores.
Luna empezó a subir las escaleras cuando sintió una fuerte nalgada...
Plas...
Auchhhh....
La señora Dolores le habÃa dado una fuerte nalgada dejando la marca de su mano grabada en las pompis de Luna.
Dolores: Sube con elegancia niña, no debes perder tu postura y por favor levanta la cola.
Luna: sà señorita Dolores (mientras se sobaba dónde le pegó)
Antes de entrar a su habitación Mili pasó alado de ella susurrándole "mira debajo de tu cama"
Luna al entrar a la habitación lo primero que hizo fue observar en el espejo el estado de sus pompis las cuales tenÃan con un hermoso color rosa intenso acompañado de la marca de la mano de la Señora Dolores.
Luna se frotaba su trasero mientras arrugaba su nariz.
Luna: Auch... Cómo pica.
Luego reviso debajo de su cama y ahà encontró un pequeño recipiente con agua frÃa y unos cuantos hielos junto un un suave paño.
Luna al verlos intuyó para que eran, asà que remojó el paño en el agua hasta que se enfrÃe para luego exprimirlo y colocarlo sobre su colorido trasero.
Cómo resultado empezó al sentir alivio al ir poco a poco enfriándose la piel de sus pompitas.
Luego de 15 minutos Luna se levantó y luego de secar con mucha delicadeza su trasero buscó un panty que no sea muy apretado para evitar el roce con sus adoloridas nalguitas.
Luego bajó apresuradamente pero al llegar abajo recordó qué debÃa mantener su postura e intentó hacerlo lo mejor posible pues querÃa evitar ganarse otro azote en su trasero.
Al llegar al comedor ya estaban todas incluyendo a la Señora Dolores de pie junto a sus sillas en el comedor.
Dolores: Bien Luna, has recordado mantener tu postura, parece que la varita mágica está causando efecto.
Ven, te sentarás junto a mÃ, asà podré corregir más tus modales a la hora de comer.
Luna que ya tenÃa mucha hambre fue a sentarse dónde Dolores le indicó, pero antes de poder hacerlo sintió otro azote con la "varita mágica" de la señora Dolores sobre sus panties.
Zasss....
AUCH...
Dolores: Esto fue por impuntual. Sabes lo mucho que valoro la puntualidad, es una virtud que toda señorita debe poseer.
Luna sobó un poco su trasero ya que este último azote fue un poco más fuerte que los anteriores.
Luego al sentarse le resultaba muy incómodo debido a que el último azote habÃa reavivado el dolor en sus posaderas.
Dolores: Luna, siéntate derecha.
Luna obedecÃa a cada una de las órdenes de la señora Dolores intentando mantener las normas de etiqueta dadas por ella, sin embargo al tener mucha hambre le resultaba muy incómodo comer con alguien corrigiendo todos sus movimientos a cada minuto.
Esto empezó a irritable a Luna de manera que al cortar su filete lo hizo algo tosco haciendo que este saltará de su plato al mantel lo cual molestó a la señora Dolores.
Dolores: SUFICIENTE LUNA...!
Ahora mismo te pones de pie y te inclinas sobre la mesa.
Luna obedeció a la orden de la señora Dolores pese a que sabÃa lo que pasarÃa pues no querÃa empeorarlo.
Luego la Señora Dolores tomó del elástico del panty de Luna y lo bajó descubriendo su trasero con el objetivo de que al azotarle pueda ver el estado de su piel y no aplicar más fuerza de lo necesario, ya que sabÃa que aún tenÃan una larga jornada de enseñanzas durante todo el dÃa y al haber obedecido Luna a su orden sin poner resistencia no querÃa ser muy dura.
Luego dió tres sonoros azotes en el trasero de Luna....
Zasss... Auch...
Zasss... Ay ...Sniff...
Zasss... Auuu..... Sinf.. sinif...
Luego la señora Dolores le acomodó la ropa interior y tomó asiento.
Dolores: Ya puedes sentarte Luna... Y recuerda hacerlo derecha.
Al sertarse Luna se puso de pie inmediatamente por el dolor que sintió en sus posaderas. Luego volvió a tomar asiento pero está vez con mucho cuidado.
Las demás niñas solo miraban la escena sintiendo lastima por su compañera.
Dolores: Continúen con su comida por favor.
Las niñas obedecieron exepto Luna que ya habÃa perdido el apetito.
Dolores: Luna continúa con tu plato, no te levantas hasta que lo hayas acabado.
Luna continúo comiendo y la Señora Dolores continuó corrigiendo y enseñando todas las normas de etiqueta hasta que terminaron de almorzar.
Al levantarse de la mesa la Señora Dolores indicó a Luna que tenÃa una hora para descansar y que luego la esperaba nuevamente en la sala.
Luna: Si Señorita Dolores.
Luna subió a su habitación a descansar, pero antes de acostarse decidió entrar a la ducha para refrescar con el agua de la regadera sus adoloridas pompis.
Al caer el agua frÃa sobre las nalguitas de Luna está sintió alivio al refrescarlas y asà apasiguó el dolor de las nalgadas recibidas y luego de secar sus pompitas con mucha delicadeza, se acostó en su cama boca abajo sin vestir esa área pero cubriéndose con una sábana y se quedó profundamente dormida.
Mili: Luna.... Luna despierta.... Luna....
Luna abrió los ojos adormilada.
Luna: Ehhh... ¿Qué pasa?
Mili: Luna despierta ya casi pasó una hora. La Señora Dolores te castigará si vuelves a llegar impuntual... Y te aseguro que si lo haces esta vez lo hará más fuerte.
Luna se levantó como un resorte de la cama.
Luna: Las clases de señorita... Hay no! Me quedé dormida.
Mili: Tranquila, aún faltan 2 minutos, si te apresuras llegarás a tiempo...
Luna estaba buscando desesperadamente su ropa interior...
Mili: ¿Qué haces? Presúrate ....
Luna: Estoy buscando mis chones...
En ese instante Luna se percató de que estaba mostrando sus nalguitas e intentó cubrirse.
Mili: Apresúrate a bajar, de todas formas no los vas a necesitar, si bajas con ellos la Señora Dolores te dirá que te los saques.
Luna: Tienes razón.
Mili: Menos de un minuto, ve pronto....
Luna bajó las escaleras rápidamente
La Señora Dolores ya estaba esperando a Luna. Al verla miró su reloj que tenÃa en su brazo, justo a tiempo... Casi no llegas, es mejor que te acostumbres a llegar unos cinco minutos antes ya que no se ve bien que una señorita ande toda desaliñada corriendo por llegar a tiempo.
Acabo de notar que tu caminar por las escaleras es muy brusco, asà que comenzaremos por eso.
La señora Dolores enseñaba a Luna como subir y bajar con elegancia por las escaleras, luego le pedÃa que ella lo hiciera mientras ella la observaba detenidamente como lo hacÃa y corrigiendo sus fallas.
Ãsto la avergonzaba mucho a Luna que al estar desnuda de cintura para abajo le era muy incómodo que estuvieran observando detenidamente cada uno de sus movimientos al subir y bajar una y otra vez. Esto hacÃa que se sintiera intimidada y avergonzada haciendo que no luciera elegante si no más bien de manera torpe.
Dolores: Espalda recta niña, espalda recta.
Saca más el trasero que se note la curva al terminar tu espalda y comenzar tus glúteos, saca más la cola.
Zasss...
Aunch...
Dolores: Que saques más la cola te dije.
Ahora un pie delante de otro, mueve tus caderas con gracia...
Esto continúo por bastante tiempo mientras las nalguitas de Luna continuaban siendo teñidas de rosa con la dichosa "varita mágica de la señora Dolores"
Luego continuaron nuevamente practicando su caminar por la sala pero esta vez llevando un libro sobre la cabeza.
Luna debÃa caminar de ida y vuelta por la sala una y otra sin dejar caer el libro de su cabeza y manteniendo su postura muy derechita, cada vez que dejaba caer el libro o perdÃa su postura recibÃa un azote en su trasero. Luego tenÃa que agacharse con mucha elegancia por en libro y volverlo a poner sobre su cabeza para continuar practicando su caminar por la sala.
Continúa derecha...
Para...
Avanza...
ahora gira...
Agáchate, toca en piso y vuelve a enderezarte....
Continúa caminando...
Quiero que te sientes...
Hazlo con elegancia...
Mantente derecha...
Al sentarte hazlo sobre la parte baja de tus pompis...
Ahora ponte de pie... Continúa caminando...
Levanta más el trasero...
Torso recto...
Mentón en alto...
Vuelve a girar...
Hazlo con delicadeza...
Con más elegancia, que tus movimientos sean sutiles...
Piernas juntas, una delante de la otra....
Hombros atrás niña, hombros atrás...
RepÃnga el trasero...
No dejes caer el libro...
Mantén el equilibrio...
La Señora Dolores le daba estás órdenes una y otra vez a Luna haciéndola practicar su caminar mientras castigaba su trasero una y otra vez a la más mÃnima equivocación.
Luna el trasero de Luna ya habÃa pasado de uno rosa a uno rojo...
Aunque la señora Dolores no usaba mucha fuerza en cada azote, sin embargo al caumularse uno tras otro por tanto tiempo, Luna ya tenÃa el trasero muy sencible de manera que a Luna le parecÃa que cada azote era aplicado con más fuerza que la que en realidad la señora Dolores usaba.
Finalmente después de varias horas de este suplicio, Dolores decidió darle a Luna veinte minutos de descanzo.
Dolores: Bueno Luna te daré veinte minutos para que subas y descances un momento luego te espero para tus clases de violÃn.
Luna: Sà señorita Dolores
Dolores: Ah... Y Luna, ya puedes vestir el uniforme regular.
Luna: Gracias Señorita Dolores
Luna comenzó a subir muy animada las escaleras al saber que ya podia vestirse pues detestaba estar con el culo a la vista de todos.
Dolores: LUNA...!
Luna: sà señorita Dolores
Dolores: Sube con elegancia como te lo enseñe
Luna: Sà señorita Dolores
Luna continúo subiendo las escaleras como la Señora Dolores se lo habÃa enseñado intentaba estar derecha y moviendo sus caderas con gracia, sin embargo aún lo hacÃa de manera torpe y poco elegante.
Dolores: Luna, repÃnga la cola...
Ay está niña, tendré que trabajar duro en ella, me va a dar mucho trabajo hasta que aprenda a ser delicada como una flor. Lo bueno es que tiene buenas pompis para aguantar los correctivos hasta que aprenda...
Durante esos veinte minutos Luna aprovecho para refrescar un poco sus nalguitas con la el pequeño paño húmedo que Mili le habÃa dejado debajo de su cama, ya con sus nalguitas mas frescas y al ver que ya acababa el tiempo de su descanso decidió vestirse y bajar rápidamente aunque aún tenÃa unos minutos para no llegar tarde.
Al bajar las escaleras lo hizo como la Señora Dolores se lo habÃa enseñado, intentaba hacerlo con elegancia y sin perder su postura. Pues sabÃa que la Señora Dolores la estaba observando.
Dolores: Espero que estés preparada para tu lección de violÃn y que hayas practicado durante la semana la canción que te pedà que ensayaras la semana pasada, ya has tenido suficiente tiempo como para que hayas mejorando, porque te aseguro que si no lo has hecho está colita traviesa pagará las consecuencias....
Vamos, acompáñame al salón de música.
Luna habÃa tocado varios años el violÃn cuando estaba en la escuela primaria, sin embargo ella detestaba ese instrumento musical asà que lo dejó al entrar al colegio ya que en la secundaria ya no era una clase obligatoria sino opcional, cuando llegaron los papeles del colegio anterior ahà Dolores supo que Luna ya tenÃa conocimientos de varios años de clase de violÃn, sin embargo al detestar ella el instrumento lo hacÃa de manera torpe haciendo chillar el instrumento en vez de sonar una bonita melodÃa.
Una vez en el salón de música...
Dolores: Vamos niña, quiero oÃrte tocar. Toma el violÃn y empieza ya, quiero escuchar la canción que te dije que ensayaran la semana pasada...
Luna no habÃa ensayado nada, asà que estaba muy nerviosa... Tomó el violÃn y empezó a entonarlo, pero al hacerlo lo hacÃa muy mal.
Dolores: Luna...
Luna: Sà señorita Dolores
Dolores: Descubre tu trasero y continua tocando.
Luna: Señorita Dolores...
Dolores: Descubre tu trasero y continua tocando.
Luna entre lágrimas descubrió su trasero.
Dolores: Ahora continúa tocando Luna.
Entre sollozos Luna continúo tocando el violÃn
Hasta que de pronto mientras tocaba...
Zasss...
Auchhhh... waaaa
Cayó el primer azote sobre el trasero de Luna haciendola brincar botando algunas lagrimitas...
Dolores: Continúa tocando Luna.
Luna: Por favor señorita Dolores...
Dolores: Luna, continúa tocando...
Luna continúo tocando hasta que sintió otro...
Zasss...
Auch... Waaaaa
Está vez el azote fué un poco más fuerte que el anterior de manera que Luna empezó a sobar su trasero frenéticamente...
Dolores: Continúa tocando Luna... Y tienes prohibido tocarte el trasero hasta que termines la canción...
Luna: Señorita Dolores, le prometo que ensayaré pero por favor...
Dolores no le permitió terminar de hablar
Dolores: Por su puesto que ensayaras, de eso estoy segura, ahora continúa tocando.
Luna: Pero Señorita Dol...
Dolores: No lo vuelvo a repetir Luna, continúa tocando
Luna continuar tocando hasta que volvió a sentir otro chirlazo en sus pompitas, asà entre azotes, llanto y el sonido del violÃn continúo hasta terminar la canción para luego llevar rápidamente sus manos hacÃa atrás y acariciar sus coloradas nalguitas.
Dolores: No lo has hecho bien, vuelve a empezar la canción, lo haremos hasta que mejores.
Luna: Pero Señorita Dolores
Dolores: No me hagas perder la paciencia Luna o quieres que cambie esta varita por la cuchara grande de madera.
Luna: No señorita Dolores.
Dolores: Entonces que esperas para volver a tocar.
Luna volvió a empezar nuevamente la canción volviéndose a repetir la escena de azotes, llanto y notas musicales una y otra vez y repitiendo la misma canción una y otra vez hasta terminar la clase de violÃn la cuál duraba una hora.
Al terminar la clase las pompis de Luna brillaban con un hermoso color rojo mientras ella lloraba y se sobra su maltratado trasero.
Dolores: Muy bien Luna. Suficiente de violÃn por hoy. Cómo veo que te está costando mejorar con el violÃn desde ahora te daré clases de violÃn tres veces por semana y la recibirás tal como lo hiciste hoy teniendo tu colita descubierta para asà poder corregir tus fallas. Te aseguro que en poco tiempo mejorarás. Por hoy es todo, la próxima semana aumentaremos una hora de francés.
VÃstete, ya puedes retirarte.
Luna: Si señorita Dolores... Sinif snif...
Luna se vistió como pudo y luego subió rápidamente a su habitación.
Sus compañeras que habÃan observado todo de lejos le tenÃan una lava cara llena con hielo en la habitación.
Cuando llegó a la habitación sus compañeras intentaron consolarla y le dijeron que se sentara en el hielo para apasiguar el dolor en su trasero.
Luna: Es verdad que la Señora Dolores no uso tanta fuerza como en los castigos anteriores pero no sé si fue peor recibir tantos, pero tantos chirlazos aunque no hayan sido dados con tanta fuerza, creo que mejor la próxima vez me rebelo.
Lucia: No te lo recomiendo, cuando empezaron mis primeras clases de Señorita me rebelé y terminé siendo castigada fuertemente y luego la señora Dolores continúo con las clases como si nada y aunque los siguientes azotes no eran muy fuertes al sentirlos sobre mi ya maltratado traserito fue horrible.
Cindy: ¿Aún duele?
Luna: SÃ, aún duele.
Cindy: ¿El hielo no te ayuda?
Luna: El hielo solo me congela el trasero...
Mejor ya me acuesto a dormir, fue un dÃa muy largo.
Mili: Y pensar que mañana me toca a mÃ...
Liz: Y luego a mÃ...
Tamara: Si, luego a Lucia, a mi y finalmente a Cindy.
Cindy: A mi no me gustan esas clases.
Lucia: A ninguna nos gusta.
Y Luna espero que sean buena para el francés porque sino la que te espera...
Luna: ¿A que te refieres?
Lucia: Ni yo ni Cindy somos buenas con el francés y al comienzo terminabamos con el trasero como Zebra.
Luna: Ni me digas eso...!
¿Y cuántas semanas duran estar horribles clases?
Tamara: Siempre las da, solo nos deja descansar un mes durante las vacaciones de verano.
Luna: ¿Qué? Ay no... Pero ¿Y la escuela?
Liz: En tiempo de escuela apenas llenos del Cole nos duchamos y bajamos a recibirlas durante toda la tarde.
Tamara: Lo bueno es que duran menos horas por ser solo en la tarde.
Las niñas estuvieron un rato más con Luna y luego la dejaron descansar.
Fin del Flashback...
Miriam: Valla y pensar que tuviste que soportarlo todos los lunes durante tantos años.
Luna: Si, y no solo el dÃa que nos tocaba pues si en cualquier momento la señora Dolores nos veÃa que descuidábamos nuestra postura o no nos conducimos de manera delicada o elegante nos daba una nalgada usando su mano, su chancla, su cepillo, la cuchara grande de madera o cualquier otra cosa que tenga a la mano haciéndonos rápidamente retomar la postura correcta. Asà que terminábamos acostumbrándonos a esto.
Miriam: Pobres chiquillas... Deben de haber pasado todo el tiempo con sus traseritos rojos esperando el gran dÃa de cumplir los 18 años.
Luna: Bueno en realidad los azotes cada vez más eran dados con menos frecuencia ya que a medida que crecias te ibas acostumbrando a mantener tu postura y a comportarte como toda una damita. Sin embargo cuánto más grande eras la Señora Dolores usaba más fuerza en sus castigos siendo estos más severos y también más vergüenza te daba que te azoten en público con el trasero descubierto.
Miriam: No me digas que apresar de que ya eran unas niñas grandes continuaba obligándolas a desvestirse de cintura para abajo frente a todos.
Luna: Bueno, en realidad a partir de los 16 solo nos pedÃa que descubramos nuestro trasero, es decir que levantemos nuestra falda o la bajemos un poco junto con nuestros panties hasta quedar nuestras nalgas desnudas para azotarlas.
Aunque si no lo hacÃamos y nos resistimos a ese castigo ahà si que no dudaba en desnudarnos ella misma de cintura para abajo y enviarnos por las dichosas ramas de abedul.
Miriam: Si mi mamá me hubiera castigado de esa forma a los 16 yo me morÃa de vergüenza y hubiera preferido que me tragara la tierra.
Luna: Aunque en las clases de señoritas continuabamos usando solo esa pequeña blusa, la Señora Dolores insistÃa que debÃa observar bien nuestra postura. Pero en realidad querÃa tener nuestras nalgas listas para recibir un azote por la más mÃnima falla.
Ella siempre solÃa decir que una jovencita bien educada casi siempre tendrá el trasero rojo en su tiempo de formación.
Miriam: ¿Y qué pasó con las clases de violÃn?
Luna: Se repitieron durante una hora tres veces por semana hasta que logré mejorar. Antes de comenzar a tocar yo debÃa descubrir mi trasero, recibÃa azotes por cada equivocación. Logré aprender gran mayorÃa de los éxitos de música clásica como los de Beethoben, Amadeus y Mozart.
La que realmente sufrió mucho con esas clases fue Cindy, ya que cuando la Señora Dolores descubrió lo buena que era con el teclado la hacÃa practicar mucho de la misma manera, ella de pie tocando el teclado con sus nalguitas desnudas y la señora Dolores detrás de ella lista para corregir la más mÃnima falla, cuando cumplió los 13 años fue aún más dura con ella, Cindy llegó a detestar el teclado aunque ahora se ha vuelto una concertista famosa.
Miriam: ¿Me estás diciendo que la pequeña Cindy es la Famosa Cindy di Clear?
Wow... Jamás lo imaginé...!
Luna: Si, pero casi nadie lo sabe ya que es parte de su pasado, normalmente no hablamos de estas cosas con las demás personas pues la prensa comenzarÃa hacer preguntas bastante incómodas.
Miriam: Valla que vida les tocó a ti y a tus compañeras.
Ahora comprendo porque eres tan fina y sofisticada en todo momento.
Luna: Bueno, en realidad creo que a esto le debo el éxito en mi carrera, asà que prefiero no guardar resentimiento aunque me costó mucho perdonar y superarlo, y ahora al compartirlo contigo me siento mucho mejor.
Gracias amiga. Eres la mejor.
Luna y Miriam se abrazaron...
Fin...
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Vaya, me parece mentira ... Otro capÃtulo más de Lunarcita con la serie La casa de Acogida.
Espero que les guste.
Aunque creo que últimamente he sido muy mala con la pobre Lunita... ððð
No sé si continuar con la casa de acogida o empezar una historia nueva con Lunarcita ya que tengo más historias en mente.
Opinen qué les gustarÃa más...
Desde ya agradezco sus comentarios.
Los quiero mucho. Hasta la próxima historia.
Bye...