Wigetta: Número equivocado

By PinketAura17

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Samuel entra a una cafetería que solía visitar antiguamente, pero esta ha sido renovada. Al sentarse en una d... More

2. Sexy desconocido
3. El primer mensaje
4. 'Tío sexy'
5. ¿Demasiado lejos?
6. Mal día, buena noche
7. Nombres
8. La llamada
9. ¡¡Cumpleaños!!
10. La esperada quedada 1/2
11. La esperada quedada 2/2
12. A veces uno hace hasta lo imposible
13. Alejados
14. Incómodo
15. Lo siento.
16. Nervios a flor de piel
17. ¿Cambiaría algo?
18. Lo que mal empieza, bien acaba
19. No es un final, solo un inicio.

1. La cafetería

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By PinketAura17

Samuel lo narrará: Pinkyes-chan

Guillermo lo narrará: Mrsdesrosiers17

Samuel:

Como si de una fuerza sobrenatural se tratase, me levanté justo un minuto antes de que la alarma empezase a sonar como loca, y así, procedí a apagarla. Cerré los ojos con fuerza cuando miré hacia la ventana, la poca luz que se colaba a través de las cortinas era demasiado molesta. 

"Otro nuevo día amanece" -Me animé a mí mismo, como siempre, aunque a decir verdad, hoy estaba demasiado agotado, y es que la pasada noche me la pasé estudiando. Este último año de Universidad era bastante duro, y no podía descuidar mis estudios... 

Caminé hasta el armario, preguntándome dónde habría dejado mi ropa deportiva el día anterior, y es que hoy tenía planeado ir al giimnasio, a pesar de los dolores que me dejó ayer. Cuando ya por fin la encontré -dentro de la bolsa deportiva, la cual estaba al final del armario-, me dirigí a las duchas que estaban en la primera planta de la residensia de la Universidad. 

Para mi suerte, a estas horas no había nadie, pero después -cuando regresaba de mis 'mañanas deportivas', como yo solía llamarlas-,  tendría que esperarme hasta que me tocase a mi entrar a asearme. 

Reí internamente, al pensar como Fran, mi mejor amigo, solía reprenderme por ducharme dos veces, alegando que bañarme antes de irme al gimnasio era absurda, y hasta cierto punto lo entendía, pero yo me sentía más despejado y vigoroso si lo hacía. 

Suspiré suavemente, ante el placer de sentir el agua caliente recorrer mi cuerpo, y es que realmente una ducha por la mañana era uno de los mejores placeres de la vida. Me tomé mi tiempo en la ducha, ya que disponía de este, pero como no quería ir con prisas, corté el agua y comencé a secarme. Esto era lo más incómodo de las duchas, aparte de que prácticamente te duchabas al lado de otra persona, el hecho de que no había banquetas ni ningún tipo de soporte en el cuál poner la ropa, la toalla y demás cosas. Era por eso, que tenía que ir con una toalla atada a la cintura simplemente, desde la primera planta hasta la tercera, donde se encontraba mi habitación. Aunque ya estaba bastante acostumbrado después de casi cuatro años. 

Miré atentamente la bolsa deportiva, que se encontraba en mi cama, preguntándome que ejercicios haría hoy. 

-Hoy no quiero forzarme mucho... -Me repetí, y es que tenía agujetas por cada parte de mi cuerpo. 

Empecé a vestirme, algo nervioso porque se me había pasado la hora, con unos pantalones cortos color negro, una camiseta ancha gris y mis deportivas, con las que llevaba casi un año completo. Cargué mi bolsa en mi hombro derecho y marché al gimnacio, donde normalmente olvidaba todas mis preocupaciones y me permitía desconectar del mundo. 

-Mierda. -Gruñí, para darme la vuelta y meter el mp3 en la bolsa. Casi lo olvidaba, y para mi era una de las cosas más importantes. Solía escuchar música a cada hora. 

Como era costumbre en mí, cuando me decidí a abandonar la residencia de la Universidad, caminé hasta un pequeño café que estaba frente a la calle donde antes solía ir casi todas las mañanas, aunque ahora no tanto por toda la presión a causa de los estudios. 

-¿Y si...? -Miré el reloj negro que estaba en mi muñeca, y asentí para mí. Podía permitirme llegar unos minutos tarde, ya que realmente nadie controlaba a qué hora entrabas y salías de allí; era más bien por mi manía de ser controlador respecto a todo. 

"Las cosas bien hechas, bien parecen." -Solté una carcajada mientras cruzaba un paso de peatones, al repetirme interiormente uno de mis tantos lemas de vida. 

El pequeño café era un lugar tranquilo y acogedor, o por lo menos... eso recordaba. Me sorprendí al ver la cantidad de gente que había, y es que no hacía más de tres meses, o quizá un poco más, que vine por última vez. ¿Cómo había podido cambiar tanto?

-Bueno... ¿y ahora qué? -Me cuestioné. Podía marcharme y ya está, pero es que ahora realmente se me había antojado tomar algo. 

"Chaval..." -Suspiré. Levanté la vista, intentando localizar un lugar alejado del bullicio donde podría sentarme e intentar estar tranquilo. Y lo encontré. En el fondo, no tan lejos de la barra. Caminé hasta allí, esquivando a varias personas y chocándome con otras. ¿Cómo podía estar esto tan lleno, cuando antes sólo había un puñado de personas, normalmente siempre las mismas?

-Disculpe, ¿qué desea? -Me preguntó una muchacha, que al juzgar por sus apariencias, sería una nueva camarera. 

"Wow" -Estaba muy, muy bien. Tenía el pelo castaño, ojos marrones, labios rosados, y un cuerpo... Negué con la cabeza ante mi indiscreción y recé porque ella no lo hubiese notado. Ella no dijo nada, tan solo me miró de arriba a abajo y sonrió de forma coqueta. 

-¿Perdón? -Me había quedado totalmente empanado, y no había podido escuchar lo que aquella chica me había dicho. 

-¿Qué deseas tomar? -Abrió una libreta e hizo el amago de escribir algo. Su mirada no dejaba de ir de mis labios a mis ojos. 

-Yo... em... -Pensé por unos segundos, deseando no parecer muy tonto. -Un descafeinado con leche, por favor.

-Está bien. -Lo apuntó, y seguidamente se fue, no sin antes dirigirme una última mirada. 

"Verdaderamente... wow" -Reí. 

Tenía la esperanza de que fuese ella la que me traería mi café, pero no fue así. Fue un chico de pelo moreno y ojos marrones. Parecía distante y tímido. Por lo que sólo me tendió el café a toda prisa, como deseando escapar de allí. 

-Gracias. -Susurré, y él por fin volvió a alzar la mirada. 

-D-De nada... -Se dio la vuelta y empezó a caminar. 

No pude evitar preguntarme qué le pasaba. 

-¿Qué te pasa? -Iba a llamarlo por su nombre, Guillermo, tal y como ponía en el delantal negro, pero me negué, ya que no lo conocía de nada y eso aumentaría la incomodidad y la extrañeza de la situación. Además, aquello había salido de mí sin pensar, pero es que no sabía si era por su timidez o por algo más. 

-Nada... sólo... -Dudó. -Llevo poco trabajando aquí, y siempre estoy detrás de la barra. -Era muy, muy tímido el chaval.

No supe qué decir, así que sólo asentí con la cabeza. 

-Adiós. -Fue lo único que se me ocurrió añadir cuando vi que él se alejaba. 

Él no respondió, sólo se marchó. 

¿Cómo se llamaría la chica de antes? Fui tonto al no fijarme en su delantal para ver su nombre. 

-Agh. -Gruñí. 

"Aunque..." -Apunté mi número en una servilleta, mientras sonreía. Simplemente le daría mi número y ya está, si ella querría algo conmigo tendría cómo contactarme. -"Realmente este estaba siendo un día extraño." -Y es que nunca había hecho nada de eso. 

Alcé la mano y cuando otro camarero se acercó a mí, pedí la cuenta y empecé a hablar:

-Oye... ¿Conoces a la persona que me ha atendido antes? -Pregunté formalmente, cuestionándome si realmente parecía tan estúpido como yo me veía.

-Claro, lleva trabajando poco tiempo, pero... sí. -Me alegré ante su contestación afirmativa, por lo que le tendí la servilleta, deseando que aquella chica realmente me quisiese llamar o algo. 

-¿Le podrías dar mi número? -Me miró sorprendido, aunque yo no me molesté ya que era lo más normal del mundo. ¿Quién te pedía que le dieses el número a una persona que si tan siquiera conoces, que nada más la has visto un segundo?

-Claro. -Asintió, cogió el dinero, y se marchó. 

Yo, algo alegre y asustado, salí de la cafetería, camino al gimnasio, para empezar con mis ejercicios y luego volver a la Universidad. 

"Ha sido una gran mañana." -Me dije antes de darme la vuelta y mirar atentamente la cafetería, asegurándome a mí mismo que vendría más a menudo. -"Y quién sabe, puede que el amor de mi vida se encuentre allí, dentro de esa cafetería."

(Autora: Pinkyes-chan)

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