NERD.

By xxniallersflowerxx

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-Feo. -Okay. -Insoportable. -Okay. -Te detesto. -Okay. -Apestoso. -Okay. -... Te amo. -O... ¿Qué? Daphne Hur... More

NERD. |Harry Styles|
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Epílogo
¡Gracias!

Capítulo 28

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By xxniallersflowerxx

La mirada entristecida y débil de Daphne aún permanecía en mi mente y no me permitía pensar con claridad. Aquella mirada que hería mi corazón y me carcomía el alma. Sentí una fuerte punzada en el pecho al recordar su llanto. La manera en la que me había mirado y me había llorado eran como aquellas que me dio cuando me declaró que fui yo quien la dañó años atrás. Su mirada estaba llena de dolor, y me sentía desesperado al no saber la razón. Me sentía impotente al no poder hacer nada al respecto, para poder calmar aquella preocupación que sentía. Me decía que todo estaba bien, pero sabía que no me decía la verdad. Tal vez temiendo que la respuesta me dañase de alguna manera.

Me sentí quebrar cuando el pensamiento de que pudiese dejarme pasase por mi mente. El temor me inundó entero y me sentí enloquecer.

¿Querría Daphne dejarme? ¿Y si realmente sólo pretendía corresponderme por temor a mi reacción?

Intenté borrar aquellos pensamientos de mi mente. Debía confiar en las palabras de Daphne. Ella me amaba, me amaba tal y como yo a ella. Nos amamos y nadie podría cambiar eso.

—Llamando a Tierra, llamando, llamando —la mano de Liam pasó por delante de mi rostro, haciéndome volver, como dijo, a la Tierra. Parpadeé unas cuantas veces intentando despejarme. Payne ladeó un poco la cabeza, con una sonrisa confusa en el rostro—. ¿En qué has estado pensando, Styles? Si ha sido en las malditas tareas, ni me hables.

—Fuese bueno siquiera que esté pensando en las tareas ahora —suspiré y negué con la cabeza.

—¿Qué es lo que te trae así entonces? —preguntó esta vez Lance.

—Daphne —mi voz logró salir en apenas un susurro, mientras la veía a lo lejos hablar con Jazmín, Emily y Charlotte. Había una sonrisa en su rostro, pero sabía que en su mente habían muchas preocupaciones; y sabía muy en el fondo que tenía mucho que ver conmigo.

—¿Y cómo va lo del trato?

Aquello me cayó encima como un balde de agua fría.

—Habla más bajo, imbécil —le calló Liam, haciéndose conocedor de mi incomodidad.

—Bien, bien —le contestó Lance de vuelta. Me dio una mirada un tanto confusa—. ¿No te habrás olvidado del trato, verdad, Harry? —me preguntó un tanto preocupado.

Quedé en silencio.

—Se acabó —suspiró Liam—. Oh, Harry, Harry, Harry... —negó con la cabeza.

—No me he olvidado del maldito trato —espeté con enojo, mintiendo. Estaba más enojado conmigo mismo que con ellos. Me levanté de mi asiento y, ya que no había profesor alguno, salí del aula a la velocidad de un rayo.

Me dirige al servicio higiénico, todos estaban en clase, o al menos la mayoría, por lo cual no debía preocuparme tanto por si hubiese alguien o no ahí, aunque rogaba internamente que nadie estuviese; quería estar solo, solo siquiera un momento. Quería pensar con claridad las cosas tan sólo un momento.

Cada vez que recordaba que tan sólo por una propuesta pude conocer realmente a Daphne, siento como si me diesen una apuñalada en el pecho. El dolor que sentía era tan profundo como la preocupación que sentía de tan sólo pensar en que Daphne quería dejarme; o cuando la veía llorar, cuando la veía decaída, triste. 

Sabía que no merecía a Daphne, que ella merecía a alguien mucho mejor que yo... Pero era lo suficientemente egoísta como para dejar a alguien tan valiosa como lo era ella. No me importaba el dinero ni las cosas que poseía, de manera muy rápida y de manera profunda, sabía que cuando llegase el momento de la verdad, la habría perdido para siempre... Y con ella, mi corazón.

Quería evitar que llegase ese día, pero no sabía cómo. Quería hablar con Austin de una buena vez por todas y decirle que no quería continuar con el aquel acuerdo, pero el temor de que se negase y le contase todo a Daphne, me llenaba de un terror indescriptible. Me detestaba a mí mismo por no tener el valor suficiente y poder hablarlo con Daphne, pero aquello sería lo más estúpido que se me ocurriría hacer. No me lo perdonaría jamás. No podía hablarlo con Daphne ni con Austin; no tenía salida. ¿En qué momento mi vida se tornó un problema? No sabía qué hacer.

Cierro la puerta de uno de los baños detrás de mí. Las lágrimas mojaban mi rostro. Lágrimas de dolor, odio... impotencia. No quería esto, pero era demasiado tarde. Queriendo desahogarme con algo, solo pude comenzar a golpear la pared sin sentido alguno. Mis nudillos ardían y dolían al poco momento de haber empezado, pero aquel dolor no se comparaba en absoluto con lo que sentía dentro de mí. Soy un maldito bastardo. Observo mis manos; mi respiración es agitada y mis lágrimas continuaban cayendo descontroladamente. La sangre brotaba sin parar de mis manos.

—Venga, Harry. Ábrenos —tocaron mi puerta las voces de Liam y Louis.

—Váyanse.

—Harry, Daphne está buscándote. Te ha visto salir furioso y... quiere hablar contigo. —Casi susurró Liam—. Hermano, sentimos haberte puesto de esa manera; pero ella en serio se pondrá mal. Está al borde de la desesperación y enojo y desea arrancarnos las entrañas. Quiere hablar contigo.

Silencié.

Ellos sabían el poder que ejercía Daphne sobre mí. Pero me negué una vez más a salir; de tan sólo verla sólo me aferraría más a ella y la estaca dentro de mi pecho se profundizaría más y más.

Escuché unos murmullos y luego los pasos de Louis y Liam alejarse.

—¿Harry?

La voz de Daphne resonó en mi cabeza y el lugar en sí. Aquella suave e hipnotizadora voz suya. Me preguntaba una y otra vez: ¿Por qué tenía que ser tan perfecta conmigo?... ¿Por qué no era mala, egoísta? ¿Por qué tenía que ser dulce y amable? ¿Por qué, por qué, por qué?

—Harry... Cariño, sal de ahí, por favor. ¿Estás bien? ¿Te hicieron algo Louis y Liam? Voy a matarlos... Estoy muy preocupada, Marcel. Dime algo, por favor, sé que puedes oírme —su voz era angustiada e intentaba hablarme con calma y dulzura. No quería ponerla mal... Si abría la puerta, me vería llorando: habría roto su promesa.

—Déjame, por favor —le pedí, queriendo y a la vez no...

—No es lo que quieres, tú no quieres que me vaya —susurró, suspiró.

Y detestaba que tuviese razón.

Solté el seguro de la puerta. Levantó la mirada y abrió los ojos como platos.

—¡Oh, Dios mío, Harry! —soltó un jadeo, espantada. Sus ojos se llenaron de lágrimas inmediatamente y lleva sus manos hacia su rostro y cubrió éstos. Sentí una fuerte punzada en el pecho—. ¿Qué hiciste? —sus manos abandonaron su rostro y, temblorosamente, acariciaron las mías—. ¿P-porqué hiciste esto, Harry? —Su mandíbula estaba tensa, las lágrimas continuaban cayendo por sus mejillas—. ¡Contéstame!

—Yo... Lo siento. —No supe que decir o hacer. Ella sollozó una vez más, me dolía verla así—. Lo siento, perdón... yo...

—Vámonos. —dijo, y con delicadeza, jaló de mi mano para poder así encaminarnos a la Enfermería.

No protesté ni me quejé, sería mejor dejar las cosas como estaban ahora, sabía que lo peor vendría luego. Al llegar, la doctora se sorprendió de vernos nuevamente, eran muchas las veces las que aparecíamos aquí, sobretodo yo. La doctora nos observó con asombro y un tanto asustada al dirigir la mirada hacia mi mano. Daphne dio la excusa de que me había herido en la clase de laboratorio, con la mirada gacha sin querer que la mujer la vea con los ojos rojos. Ésta asintió con calma, pero sabía que en el fondo, al ver nuestros rostros, sospechaba la verdad. Me vendó las manos y me aconsejó con que debía ser muy cuidadoso, minutos después ya estábamos en la siguiente clase.

Daphne no me dijo nada en todo el día, estuvo sumida en sus pensamientos y, como la mayoría del tiempo últimamente, haciendo que me explote la mente pensando en las posibilidades de lo que podría estar pasando por su cabeza.

¿Sentiría dolor? ¿Decepción? ¿Tristeza? Necesitaba saber urgentemente que pasaba por su mente, aquello estaba martirizándome. Llega la hora de la salida y suelto un suspiro de alivio, pero a la vez me siento aterrado al saber lo que me espera. Daphne se despide de Jazmín Day finalmente, y luego me da una mirada. Miro a mis zapatos, nervioso. Ella se acerca a mí y toma mi mano con suavidad, sin querer hacerme daño; su vista queda perdida un momento sobre las vendas que cubren mis heridas, pero luego mueve levemente la cabeza como saliendo de sus pensamientos y me sonríe débilmente.

Nos dirigimos al estacionamiento sin pronunciar palabra alguna, y aunque la bulla es permanente en el lugar, sobre nosotros solo hay silencio. Daphne suelta un suspiro y suelta mi mano. Siento un tremendo vacío. Ella me indica con la cabeza para que entre en su auto y lo hago, ella entra al lugar del piloto y cierra la puerta tras de sí.

—Bien... —levanta la mirada y me mira directamente a los ojos. Tiene una leve sonrisa en los labios, como si desease darse fuerza a sí misma, pero su mirada la delata con fiereza; está dolida—. ¿Qué es lo que sucede? —me pregunta con extrema calidez, haciendo que las cosas se hagan más difícil aún para mí.

No sé qué decirle, desearía poder haber pensado en siquiera una excusa, pero eso ni se me ha pasado en la mente. He estado más concentrado en ella y en lo que pudiese pasar por su mente más que en lo que podía decirle yo.

—Perdóname... Sé que he roto tu promesa, y que probablemente estés furiosa conmigo.

—Sí, sí que has roto la promesa que me hiciste... Pero, no podría molestarme por ello ahora... Eres tú quién me preocupa, Harry. ¿Qué sucede? ¿Por qué te has herido?... ¿Tengo algo que ver? —aquella última pregunta apenas la susurró.

—No —negué inmediatamente—. No es por tu culpa si es lo que quieres decirme —le aclaré, pero ella pareció no creerme—. Daphne, yo te amo, no creas que esto es tu culpa... Sólo... Sólo fue un ataque de nervios —intenté justificarme, pero supe inmediatamente que ella sabía que no era del todo cierto.

—Tal vez no quieras hablarlo conmigo ahora, pero Harry, tendrás que hacerlo en algún momento, y no muy lejano... Quiero que confíes en mí, por favor. Estaré contigo por sobretodo, ¿bien? —llevó su mano hacia mi mejilla, dándome una suave caricia. Llevé mi mano sobre la suya y besé el dorso de su mano—. ¿Te duele mucho? —me preguntó, temerosamente dulce.

—No mucho —negué con la cabeza—. No en realidad.

—Te quiero mucho, ¿sí?... Te amo. —Acerca su rostro al mío y presiona sus labios sobre los míos.

Un suspiro repentino de alivio escapa de mis labios y llevo mi mano hacia su nuca para acercarla más a mí, profundizándonos, queriendo sentirla más, mucho más cerca de mí. Su lengua se desliza entre mis labios y sus manos acarician mi pecho de arriba abajo cuando la aproximo sobre mis piernas. La respiración me falla y me abandona, obligándome a alejarme un segundo, pero vuelvo enseguida a su boca.

Podría vivir de esto por siempre.

                                                                                                                                                                                                                                                                   

                                                                                                                                                                                                                                                      

La tarde está sobre nuestras cabezas y su respiración es tranquila; por mi mente no puede evitar pasar una y otra vez el momento en que lo vi con lágrimas en los ojos. Sentía que mi corazón se rompía en pequeños pedacitos al verlo de esa manera... Tan vulnerable y asustado. No sabía lo que sucedía, que problema había, que era lo que tanto lo aturdía; me repetía una y otra vez que me adoraba, quería, amaba, y amaba más y más cada vez que lo hacía... Pero algo me hacía desconfiar. No de su palabra..., pero... Tenía un mal presentimiento. Sentía que estaba ocultándome algo..., pero no quería armar un lío por ello; tal vez mi mente solo me jugaba una mala pasada.

Mi barbilla descansa sobre su cabeza, sus brazos se aferran a mi cintura y me divierte la manera en la que estamos. Su rostro refleja una dulzura indescriptible y mi corazón muere de ternura al verlo formar un puchero entre sueños. Me pregunto que estaría soñando. Pero al poco tiempo, la dulce mueca que forma desaparece de su rostro y frunce el ceño. Suelta un jadeo, notablemente asustado, y de repente me siento entrar en pánico cuando suelta un grito ahogado de dolor.

—Harry, Hazzie, despierta —muevo sus hombros sin mucha fuerza, pero él no se inmuta y me obligo a ejercer más potencia para lograr despertarlo—. ¡Harry, despierta! —le grito, al borde de la desesperación.

Sus ojos se abren de golpe, muestran horror y susto y un gemido ahogado escapa nuevamente de sus labios. Llevo mis manos a su rostro y le miro a los ojos.

—Tranquilo, Harry... Estoy contigo, tranquilo —No sé si decirle que estoy con él sirva de mucha ayuda, pero él me abraza con más fuerza murmurando cosas que no logro entender—. ¿Estás bien? —le pregunto, su respiración va tranquilizándose de a pocos.

—Gracias por despertarme —me susurra con los ojos cerrados. Quiero preguntarle qué es lo que había soñado y lo que le había aterrado, pero decido dejarlo pasar para no inquietarlo.

La noche llega y Harry debe volver a casa; no quiero que se vaya, pero tampoco quiero que se sienta acorralado por mí. Me da un largo beso y deseo que el momento sea infinito, pero está claro que no lo es.

—¿Me escribes al teléfono? —le pido, y no quiero sonar rogante, pero no puedo evitarlo.

—Iba a pedírtelo primero —sonríe y deja un último beso casto sobre mi boca—. Saluda a tus padres por mí —me dice y me siento derretir. Me agrada la manera en que busca ser un buen chico para mí, incluso más de lo que lo es. Asiento con la cabeza.

—Tú igual, si hablas con tus padres esta noche envíale mis saludos también, y a Gemma —le recuerdo advirtiéndole y él suelta una risita.

Miro la hora ya y son las siete y media de la noche antes de que pueda darme cuenta. Mi cachorra ladra a la puerta y a continuación son mis padres los que pasan a través de esta. Me levanto del sofá y me acerco a ellos.

—Papá, mamá —sonrío y saludo a cada uno en la mejilla. Les pregunto cómo les ha ido en el día y hasta yo misma me sorprendo de mi radiante humor. Nanny anuncia que es la hora de cenar y es entonces que recuerdo que aún no he aclarado las cosas con ella desde el día en que me encontró con Marcel en mi habitación. Me sonrojo sin poder evitarlo de tan sólo recordar ese día. Sólo espero que me crea y me comprenda.

—Daphne, pequeña —me llama mi padre y levanto la mirada del plato.

—¿Sí, papá?

—Quería hablar de aquella vez... El día en que fuiste a la fiesta de Zayn —me dice mientras inca el tenedor en su pedazo de carne sobre el plato—. Sobre... ¿Harry?

Casi me atraganto al oírle pronunciar el nombre de Harry, entonces me recuerdo mentalmente también que no lo he hablado del todo con ellos, esa vez sólo lo había dicho por decir y no pensé que fuese a cuestionármelo luego.

—Oh... Harry —apenas susurro. Llevo la servilleta a mis labios y trato de distraerme pasando lentamente ésta sobre mi boca—. ¿Qué sucede con él, papá?

—Quiero hablar de él... No lo sé, ¿cómo se conocieron? Háblame de él, nena. Me gustaría conocer, ya sabes, al chico afortunado de mi nena —me dice con calma, pero no sabe lo nerviosa que me pone—. ¿Cuánto tiempo llevan juntos?... ¿Cuándo pensabas decírnoslo?

—¿Estás molesto? —le pregunto con cierto temor. La vez que presente a Austin a mis padres, se habían llevado una buena impresión; sus padres eran de dinero y socios, aunque Austin sólo había estado pocas veces en mi casa, más nos las pasábamos en la suya.

—Oh, no, no... Sólo quería saber cómo les va —Pretendía darle mirada nerviosa a mi madre, queriendo que me salve en caso de que el ambiente se torne muy serio, pero la situación no parecía tan complicada—. No quiero entrometerme del todo en lo que es tu situación sentimental, pero... ¿Qué ha pasado con Austin?

Tragué duro.

—Papá... —solté un suspiro, incómoda—. Austin y yo... Rompimos. Las cosas no funcionaron —me encogí de hombros. No quería dar detalles de nuestra ruptura, sólo me arruinaría el día recordando lo sucedido.

—Vale, entonces, dime: ¿Cómo es Harry? —me brindó una sonrisa sincera. Mis labios no pudieron evitar curvarse hacia arriba.

—Bueno... No llevamos mucho tiempo juntos, apenas hemos comenzado un tiempo juntos desde que nos conocemos —Mentí en cierta parte. Era cierto que no nos conocíamos mucho tiempo, pero lo de estar juntos... Era un tanto extraño de explicar—. Compartimos clases juntos, y bueno, hace unos días me ha presentado con su familia.

—¿Entonces esto va muy enserio? —preguntó mi madre, uniéndose a la conversación de repente.

—Queremos ir de a pocos, no apresurarnos mucho —me encogí de hombros—. Pero creo que ha sido un gran paso, ha sido algo casual y no quiso desaprovechar la oportunidad.

—¿Y cómo es su familia? —continuó preguntando mi madre con una sonrisa cálida.

—Es una familia muy buena; no tienen una casa gigante ni muchas cosas extravagantes que explotar, pero me han acogido con mucho cariño. —Sonrío con total sinceridad y llena de dicha—. Los Styles son una familia muy encantadora.

—Bueno... Espero que las cosas vayan muy bien con ustedes, nena. Harry parece ser un chico de confianza, bueno y agradable, y espero no estar equivocándome —me sonríe papá, y mi sonrisa se agranda aún más al oírle—. Lo que más quiero en esta vida es que mi reina y mi princesa sean felices —posa su mano sobre la de mamá y ella sonríe dulcemente.

¿Se entiende ahora por qué adoro mi familia?

La hora de la cena termina y me despido de ellos dándoles un fuerte abrazo. ¡Estoy que irradio de alegría! Me echo sobre mi cama después de darme una ducha e inmediatamente me cubro con las sábanas luego. Tomo mi teléfono en manos y reviso si tengo mensajes de texto, y exactamente, hay dos de Harry.

"Nena, ¿estás ahí?"

":("

Suelto una risita tonta y una sonrisa boba se forma en mis labios. Me sorprende la manera en la que me hace sentir Hal con tan sólo un mensaje, me asusta por un lado... pero me encanta de igual manera.

"¡Hazzie!<3333"

"Ignoraré por esta vez aquel apodillo tan niño que me has puesto y diré que ¡hace un siglo que te he enviado ese mensaje!" 

Me contesta y no puedo evitar soltar una carcajada.

"Estuve hablando con mis padres sobre ti en la cena." 

Le comento, esperando que no se sienta incómodo con ello y casi chillando de la emoción al recordar lo que dijo mi padre.

"¿Enserio?... ¿Y qué dicen?... Ahora estoy que me muerdo las uñas de los nervios, ¿con eso digo bastante, verdad?" 

Contesta unos segundos después, y suelto una carcajada. Se me hace muy tierno lo que me dice. 

"Espero que me hayas aludido como a un dios, ¡eh!" 

Casi puedo sentir su risa a través del mensaje. Ruedo los ojos.

"Les has caído de lo mejor, señor Modestia." 

Suelto otra risita sin poder evitarlo.

"¡¿Enserio?!"

"Enserio (;" 

Juro que no se lo cree.

"¡Eres la mejor, nena!" 

Suelto una risita, y quiero decirle que no ha sido mucho esfuerzo realmente, lo que dije sobre él y su familia ha sido cierto

"¡Punto para Harry!"

"Hazzie" 

Corrijo.

"Vale, vale... Te lo dejaré pasar esta vez (;"

Me rio como una tonta enamorada, se me hace extraño recibir una carita de un guiño de Harry, pero me hace gracia y me gusta.

"Señor Modestia, ¿no tiene sueño?" 

Le pregunto.

"¿Cómo podría desperdiciar el tiempo durmiendo, si puedo dedicárselo a la chica que ocupa mis mejores sueños? La realidad es mucho mejor que el sueño."

Y exploté. El teléfono abandonó mis manos y cayó en la cama, a continuación, comencé a saltar en la cama, llena de emoción. Retomo mi teléfono, aún con las mejillas ardiendo como el mismo infierno.

"¡Eres un cursi!" 

Le dije, con la sonrisa impregnada en el rostro.

"Me haces amarte más de lo que podría... tontín."

"Soy bastante afortunado, ¡A que sí!"

"¡Tienes que sentirte afortunado!"

"Oh, claro, me olvidaba que hablaba con la señorita Modestia, ¡eh!" 

Leí su risa.

"¿Señor y señorita Modestia?"

"Suena mejor "Señora", ¿no crees?... Aunque creo que sonaría mejor: "Sra. Styles", yo creo que sí (;"

Y es así que vuelvo a saltar en mi cama por segunda vez, aunque dudo en que sea la última en esta noche.

                                                                                                                                                                                                                                                                                           


                                                                              ***

Am excited! My bae is 21 now! <4

Hi everyone (: ¿Como están? He decidido publicar este capítulo hoy por el cumpleaños de Harry. No puedo dejar de leer el capítulo una y otra vez, srsly, tal vez exagero, no lo sé, pero es que... ¡Son tiernísimos! Vale ya, me calmo (?) Espero que les haya gustado este capítulo <3.

Las quiere un montononón,

Ellie(:

Nota publicada el 01/02/15.


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