NERD.

Capítulo 29

Es de día y el sol es radiante, me despierto casi cantando al recordar la noche de puros mensajes de texto que tuve con Harry hasta quedarnos dormidos. Me levanto de la cama y estiro un poco los músculos, no puedo evitar soltar una sonrisa tonta al recordar que es así como son los comerciales de la televisión. Me doy una ducha con toda la paciencia del mundo, mientras tarareo una canción que: O lo he escuchado en algún lugar o bien me lo he inventado, aunque lo más probable sea lo segundo. Últimamente me la paso creando canciones inconscientemente, y lo peor es que todas son casi referentes al amor, ¡que pasada! Marcel está provocando efectos muy severos en mí.

—My, my, my, my... Oh, give me love —canto casi a todo pulmón, sin poder evitar el cosquilleo que siento en el estómago. Termino de ducharme unos minutos más y después de secarme el cuerpo con la toalla, dispongo a peinarme. Prendo el secador y juego con mi cabello dejando que el cepillo haga su trabajo. Deslizo el lápiz labial rosa sobre mis labios y me delineo sin exageración los ojos, me rizo un tanto las pestañas y retoco un poco mis mejillas. Al terminar de maquillarme me veo en el espejo; no es tanto el maquillaje que suelo usar, es más suave y se ve más natural, lo cual me gusta... Y espero que le guste a Harry también. Me cambio rápidamente con unos shorts y una blusa ligera, mis tacones y pulseras y estoy lista. Tomo mi teléfono en una mano y mi mochila en la otra.

—Buenos días a todos —saludo cantarinamente y me acerco a besarle la mejilla a mi padre y a mi madre.

—Buenos días, nena —me sonríe mamá—. Te veo más radiante que nunca hoy —suelto una risita y me encojo de hombros.

Me dirijo a la cocina y veo a Nanny haciendo mi desayuno diario, me acerco a ella, teniendo en mente que aún no he hablado con ella sobre Harry y esa vez en mi habitación.

—Buenos días, Nanny —le saludo, un tanto temerosa. Ella se gira a verme y me brinda una sonrisa, aunque sé que no es del todo verdadera.

—Buenos días, Daph —me contesta de vuelta en un tono amable. Somos presa del silencio nuevamente, no sé cómo comenzar, como decirle que no pasó nada aquella vez y que pudiese creerme.

—¿Estás molesta conmigo? —pregunté tontamente, mi subconsciente gruñón rodó los ojos.

—¿Por qué lo estaría? —pregunto calmadamente, y haciéndome hervir de los nervios más aún.

—Nanny... No te molestes conmigo —casi susurré—. Esa vez... en mi habitación..., no pasó nada, te lo juro. No quiero que te enojes conmigo. Sé lo que piensas, que una mujercita de su casa debe darse siempre a respetar... Pero, entre Harry y yo no ha pasado nada, fue un pequeño error. La noche anterior habíamos llegado tarde después de la fiesta de Zayn, y habíamos tomado un poco; no quise dejarlo ir solo a casa de esa manera y tan altas horas de la noche, o, madrugada —intenté justificar, aunque no era del todo mentira—. Pero no hicimos más que dormir, no te miento, sólo dormimos. Y cuando nos encontraste... así, fui yo quién le jalaba de los cabellos pensando que pudo haberme hecho algo y quería sacarlo a patadas de mi habitación —solté una pequeña risa al recordar ese día. Ella también rio—. Pero él no me hizo nada, Nanny. Por favor, créeme, no quiero que te enojes conmigo... Eres muy importante para mí.

No me había dado cuenta de lo rápido que estaba hablando, y exhalé cuando terminé de hablar. Ella sonrió suavemente y asintió con la cabeza aunque sin decirme nada.

—Sólo quiero lo mejor para ti, Daph. —Dijo unos segundos después—. Sabes que te quiero mucho, desde pequeña te he cuidado —sonríe—. Sólo se cuidadosa con tus decisiones, no desconfío del chico, pero tampoco es que pueda asegurar que sea el ideal... Pero bueno, eso solo lo sabes tú, nena. Recuerda también siempre mantenerlo en su lugar, uno hay que ser cuidadoso y hacerle el pare cuando se deba, ¿bien? No estoy molesta, sólo me inquieté un poco, pero ya que me estás hablando ahora de ello, me siento mejor —me brinda otra sonrisa y me acerco a ella para abrazarla.