Capítulo 28

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La mirada entristecida y débil de Daphne aún permanecía en mi mente y no me permitía pensar con claridad. Aquella mirada que hería mi corazón y me carcomía el alma. Sentí una fuerte punzada en el pecho al recordar su llanto. La manera en la que me había mirado y me había llorado eran como aquellas que me dio cuando me declaró que fui yo quien la dañó años atrás. Su mirada estaba llena de dolor, y me sentía desesperado al no saber la razón. Me sentía impotente al no poder hacer nada al respecto, para poder calmar aquella preocupación que sentía. Me decía que todo estaba bien, pero sabía que no me decía la verdad. Tal vez temiendo que la respuesta me dañase de alguna manera.

Me sentí quebrar cuando el pensamiento de que pudiese dejarme pasase por mi mente. El temor me inundó entero y me sentí enloquecer.

¿Querría Daphne dejarme? ¿Y si realmente sólo pretendía corresponderme por temor a mi reacción?

Intenté borrar aquellos pensamientos de mi mente. Debía confiar en las palabras de Daphne. Ella me amaba, me amaba tal y como yo a ella. Nos amamos y nadie podría cambiar eso.

—Llamando a Tierra, llamando, llamando —la mano de Liam pasó por delante de mi rostro, haciéndome volver, como dijo, a la Tierra. Parpadeé unas cuantas veces intentando despejarme. Payne ladeó un poco la cabeza, con una sonrisa confusa en el rostro—. ¿En qué has estado pensando, Styles? Si ha sido en las malditas tareas, ni me hables.

—Fuese bueno siquiera que esté pensando en las tareas ahora —suspiré y negué con la cabeza.

—¿Qué es lo que te trae así entonces? —preguntó esta vez Lance.

—Daphne —mi voz logró salir en apenas un susurro, mientras la veía a lo lejos hablar con Jazmín, Emily y Charlotte. Había una sonrisa en su rostro, pero sabía que en su mente habían muchas preocupaciones; y sabía muy en el fondo que tenía mucho que ver conmigo.

—¿Y cómo va lo del trato?

Aquello me cayó encima como un balde de agua fría.

—Habla más bajo, imbécil —le calló Liam, haciéndose conocedor de mi incomodidad.

—Bien, bien —le contestó Lance de vuelta. Me dio una mirada un tanto confusa—. ¿No te habrás olvidado del trato, verdad, Harry? —me preguntó un tanto preocupado.

Quedé en silencio.

—Se acabó —suspiró Liam—. Oh, Harry, Harry, Harry... —negó con la cabeza.

—No me he olvidado del maldito trato —espeté con enojo, mintiendo. Estaba más enojado conmigo mismo que con ellos. Me levanté de mi asiento y, ya que no había profesor alguno, salí del aula a la velocidad de un rayo.

Me dirige al servicio higiénico, todos estaban en clase, o al menos la mayoría, por lo cual no debía preocuparme tanto por si hubiese alguien o no ahí, aunque rogaba internamente que nadie estuviese; quería estar solo, solo siquiera un momento. Quería pensar con claridad las cosas tan sólo un momento.

Cada vez que recordaba que tan sólo por una propuesta pude conocer realmente a Daphne, siento como si me diesen una apuñalada en el pecho. El dolor que sentía era tan profundo como la preocupación que sentía de tan sólo pensar en que Daphne quería dejarme; o cuando la veía llorar, cuando la veía decaída, triste. 

Sabía que no merecía a Daphne, que ella merecía a alguien mucho mejor que yo... Pero era lo suficientemente egoísta como para dejar a alguien tan valiosa como lo era ella. No me importaba el dinero ni las cosas que poseía, de manera muy rápida y de manera profunda, sabía que cuando llegase el momento de la verdad, la habría perdido para siempre... Y con ella, mi corazón.

NERD.Where stories live. Discover now