El día de la boda entre Ban y Stella transcurrió normal, en la mañana ambos despertaron juntos para después cada uno prepararse en diferentes lugares.
- Este es el vestido- dijo Diane mostrándoselo a las chicas presentes.
Stella lo miro fascinada, lo toco con cuidado, sintiendo cada detalle que este tenía.
- King y tu no tenían porque hacerlo- dijo Stella mirando a la gigante la cual se encontraba de su estatura.
- Claro que si! Eres nuestra amiga!- dijo feliz la castaña- y nos caes mejor que Ban- dijo sonriendo.
Las presentes rieron por eso.
- Entonces- empezó a hablar Jerico- ya visitaron toda Britannia?- le preguntó.
- No toda, decidimos hacer una pausa para celebrar la boda- dijo Stella tranquila- luego de esto seguiremos con nuestro viaje-
La preparación de Stella para su boda demoró un poco más de lo esperado, pero una vez lista ella simplemente se miraba en el espejo respirando profundamente.
- La pequeña Melissa también está lista!- dijo Elizabeth a lo que Stella mira a su pequeña y muere de ternura al verla con el vestido rosa pastel que lleva puesto.
- Que hermosa estás mi niña!- dijo tomando a la bebé en brazos- verdad que si?- les preguntó a las demás chicas las cuales asintieron- mami y papi se casarán hoy, mi amor- le dijo a su niña mientras besaba su manita- estas feliz por eso?- preguntó, en respuesta la niña rió llenando los corazones de las chicas de ternura.
- Awww Melissa es tan adorable!- dijo Diane viendo a la bebé- me pregunto cómo serán mis hijos con King- dijo la gigante sonrojada.
- Muy adorables!- respondió Stella mientras Elizabeth volvía a tomar a la bebé-
Todas se quedaron calladas en un silencio cómodo que no duró más que unos segundos ya que la puerta fue tocada.
- Pase- dijeron todas al mismo tiempo por lo cual rieron nuevamente.
La puerta se abrió dejando ver a Meliodas por esta.
- Hola!- dijo saludando con una mano- ya casi es hora- sonrió hacia su hija.
Todas asintieron, la primera en salir de la habitación fue Jerico junto con Diane, Elizabeth permaneció un poco más de tiempo junto a su hija y su nieta.
- Entonces...- Meliodas hizo una pausa- ya estás lista?- preguntó mirando a Stella y sonriendo por el día especial de su hija.
- Si- dijo volteándose a ver al espejo- después de todo lo que hemos pasado, estoy mas que lista para este día- dijo pasando sus manos por el vestido con delicadeza.
- Me iré adelantando con Melissa- dijo Elizabeth para así salir de la habitación.
Ambos asintieron hacia la diosa y quedaron solo ellos dos en la habitación.
- Oficialmente te tendré que dejar ir- dijo Meliodas viendo a Stella- los años viéndote crecer, no los cambiaría por nada- dijo mientras Stella lo miraba con ternura- eres una parte de mi, y has crecido en fuerza y belleza, pues claro, yo soy tu padre- dijo esto último con un aire de superficial haciendo reír a Stella- y ahora te casarás con mi mejor amigo, quien lo diría?- dijo tomando la mano de su hija. En ese momento los ojos de Meliodas se oscurecen- si te hace daño, ni su inmortalidad lo salvará de mi- dijo, para después volver a la normalidad en cuestión de segundos.
Esto hizo a Stella sudar frío mientras reía nerviosamente viendo a su padre. Suspiro cerrando los ojos. Ambos se miraron a los ojos asintiendo entre ellos, Meliodas sostuvo el brazo de Stella una vez fuera de la habitación, la hora esperada había llegado.
- King enserio se lució con la decoración de tu boda, además de dejarte celebrarla en el bosque del rey Hada- dijo Meliodas mientras ambos caminaban hacia su destino.
- Enserio...?- preguntó Stella ya que ella aún no había presenciado la decoración- Diane y el se ofrecieron por cariño a mi, no pude decir no- dijo la chica rascando su nuca.
- Mejor para mi- dijo Meliodas sonriendo, Stella lo miro interrogante- Que?- preguntó a lo que esta niega sonriéndole.
Stella mientras más se acercaba más podía escuchar los murmullos de los invitados, empezó a admirar la decoración, flores blancas caían por encima de las cabezas de los invitados, luciérnagas bailaban alrededor del lugar, su luz era lo suficientemente potente como para iluminar el lugar aún así no fuera de noche, sino más bien, se acercaba el atardecer. Más se acercaban y Stella pudo sentir como su corazón palpitaba con fuerza en su pecho, apretó un poco el brazo de su padre gracias a los nervios, este le dio un pequeño apretón a esta para calmarle un poco los nervios.
- Esta bien- le susurró cuando llegaron al inicio del camino hacia el altar- solo respira- le dijo, ella asintió cerrando los ojos y suspirando.
Volviendo a abrir los ojos y viendo cómo los invitados, conformados tanto por hadas como humanos, un par de gigantes, su tío Zeldris y la vampiresa Gelda, el arcángel Mael, Merlin junto al Rey Arturo, los que una vez fueron los siete pecados capitales, se levantaban al saber que la novia había llegado. Al final, en el altar, Stella pudo divisar a Ban, el la estaba esperando.
Empezó a caminar hacia el altar bajo la mirada de todos los presentes, pero su mirada había sido atrapada por la de Ban, ambos dentro de un transe al presenciar al otro, tanto que no se dieron cuenta cuando se encontraban frente a frente.
- Ban- Meliodas llamo al hombre, este miró a su mejor amigo que sostenía a su amada- ámala y se real- le dijo a su amigo a lo que Ban sonríe sin mostrar sus dientes.
- Se lo prometo, Capi- dijo Ban en el momento que Meliodas le pasó la mano de su hija a su mejor amigo.
- Sean felices- les dijo a ambos.
- Gracias, papá- contestó Stella sonriéndole.
Ambos se miraron unos segundos más para luego ver al rey Bartra, King quería ser quien oficiara la boda ya que se haría en su reino, pero el Rey Bartra quería hacer eso al sentir la emoción de que su nieta se casaría, el hombre se adaptó muy rápido al saber que Stella es hija de Elizabeth y Meliodas.
- Bien pueden sentarse- dijo el rey emocionado- estamos hoy reunidos para celebrar lo que será la unión entre el caballero Ban, pecado de la avaricia del zorro, y la princesa Stella- dijo Bartra, le concedió ese título por la razón anteriormente explicada.
Ambos se miraron sonrientes mientras Bartra hablaba, estaban más que felices ese día, y nada lo arruinaría. Habían pasado por diferentes cosas a lo largo de ese tiempo, tuvieron una hija, derrotaron al rey demonio, y ayudaron a traer la paz a Britannia nuevamente.
- Aceptan ambos respetarse mutuamente, estar juntos en las adversidades, ser la alegría y la paz del otro?- preguntó Bartra, ambos novios se miraban.
- Acepto- dijeron al unísono.
- Prometen ser fieles el uno al otro y el amor eterno?- preguntó nuevamente Bartra.
- Lo prometo- dijeron nuevamente al unísono.
El momento de decir sus votos ha llegado, el primero en hacerlo es Ban.
-El día en que te das cuenta que quieres pasar el resto de tus días con una persona, ese día comienza realmente tu vida, en nuestro caso, nuestra eternidad. Yo te elijo, Stella, para caminar juntos, dormir a tu lado, ser dicha para tu corazón y alegría para tu espíritu. Prometo respetarte, amarte y honrarte por el resto de mis días.- decía Ban mientras apretaba con ternura las manos de Stella, esta no pudo evitar derramar una lágrima hacia su amado, este acarició su rostro con cariño secando la lágrima rebelde- Este anillo significa que no tengo suficientes palabras para explicar lo importante que eres para mi. Te lo entrego como símbolo de mi amor- le dijo mientras le colocaba el anillo a su amada.
-Llegar a este día no ha sido fácil, pero cada prueba nos ha convertido en una pareja solida, capaz de hacer frente a las adversidades de la vida llenos de amor y felicidad- decía Stella mirándolo a los ojos- Saber que voy a permanecer a tu lado de ahora en mas es un compromiso que me hace sentir plenamente dichosa, por eso lo acepto sin miedo y con gratitud- sus sonrisas siguen en sus rostros- Te coloco este anillo como promesa de que cuidaré de ti y protegeré nuestro amor cada día como el primer día- dijo la chica al colocarle el anillo al hombre.
- Viendo las promesas que ambos se han dedicado, y antes de terminar, hay una pregunta que formular- dijo Bartra haciendo una pausa dramática- hay alguien aquí presente que tenga sus razones por las cuales esta unión no deba llevarse a cabo?- preguntó.
El silencio reino en el lugar, ambos, Stella y Ban miraban hacia los invitados expectantes y a la espera de que alguien se atreviera a decir algo para mandarlo a volar, ambos al mismo tiempo entrecerraron los ojos hacia los invitados en forma de reto para que nadie se atreva a protestar.
- Bueno, ya que nadie se opone- hablo Bartra después de un rato- me complace decir que los declaro marido y mujer- dijo al momento que Ban y Stella volvieron su vista el uno al otro- pueden besarse- dijo emocionado.
Ambos suspiraron al mismo tiempo acercando sus rostros.
- Te amo- se susurraron ambos cerca de sus labios para luego unirlos, Ban toma la cintura de Stella y esta última coloca una mano en su mejilla.
Al ambos separarse pueden escuchar los aplausos y felicitaciones por parte de los invitados, ambos se toman de la mano, y caminan fuera del altar por el pasillo entre las felicitaciones y aplausos.
Ya en la noche de ese día, se celebró la fiesta del matrimonio entre Ban y Stella, todos bailaban, bebían, comían y pasaban un buen rato con los, ahora, esposos.
- Felicidades!- los felicitó Merlin al acercarse a ambos.
Stella la miro unos segundos, luego de lo que paso con Arturo y Cath no habían vuelto a verse, incluso Merlin creía que Stella no la invitaría a su boda.
- Gracias, Merlin- dijo Stella acercándose a la hechicera- perdóname por lo que te dije ese día- se disculpo Stella- debi haberme puesto en tu lugar en vez de reclamar sobre tus decisiones- es interrumpida.
- Eso ya pasó- le dijo la hechicera- No tienes porque culparte, era normal que sintieras lo que sentiste.
Stella la abrazó, algo que sorprendió a Merlin, aún y encontrándoselo extraño lo acepto también abrazándola. Se separaron sonriéndose mutuamente.
- Felicidades, Stella, Ban- les dijo el Rey Arturo.
- Gracias, Arturo- dijo Ban contestando por ambos mientras tomaba a Stella de la cintura.
Ban beso la cabeza de Stella a lo que ella sonríe, ambos ven como Meliodas y Elizabeth se acercan hacia ellos junto con Melissa. Ban toma a su hija entre sus brazos apreciándola.
- No estoy de acuerdo con el vestido- dijo Ban a lo que Stella solo gira los ojos- pero no puedo evitar que mi princesa se vea hermosa- dijo besando la cabeza de su hija- Eso si, que ningún chico se le acerque, el Capi puede porque es su abuelo, pero King no- dijo haciendo reír a los presentes mientras Diane y King se acercaban.
- Oye! Stella si me deja cargar a Melissa!- se quejó el rey hada.
- No debería- dijo mirando con los ojos entrecerrados a su esposa.
- Dramático- dijo Stella mirándolo de la misma forma- King, Diane- llamó la atención de ambos y fijó la vista en estos dos- Gracias de todo corazón! Aunque sigo pensando que no debieron- dijo Stella un poco apenada.
- Bah no fue nada!- dijo Diane sonriendo enternecida por la chica.
La fiesta transcurrió con extravagancia gracias a los pecados, mas bien Meliodas y Ban los cuales tenían la competencia de ver quien bebía más, algo que no era nuevo. Las horas transcurrían y la fiesta se iba apagando, al terminar todos los invitados se fueron hacia sus respectivos hogares, solo quedaban los pecados y la familia real de Lioness. Stella salió un rato a tomar aire fresco desde hace un rato, esto ocasionó que Ban fuera a buscarla.
- Por que tan sola?- preguntó Ban al ver a su amada.
- Creó que pronto caeré dormida- dijo Stella riendo y volteándose a verlo- estoy exhausta- dijo sintiendo las manos de ban en su cintura.
- Exhausta te dejaré dentro de unos momentos- susurró Ban en el oído de su esposa para luego besar el cuello de esta- El Capi y Elizabeth cuidarán de Melissa mientras nosotros estaremos de luna de miel- dijo Ban uniendo su frente con la de Stella.
- Ban- dijo su nombre riendo mientras colocaba sus brazos alrededor del cuello de este- eres un cachondo- le dijo entre risas.
- Solo contigo, mi Stella, mi esposa- dijo Ban acariciando al rostro de Stella y mirándola maravillado- mi ángel- luego de decir eso colocó sus labios sobre los de su amada fundiéndose en un beso lleno de amor.
Este iba subiendo de tono mientras más tiempo pasaba, Stella pudo sentir como Ban apretaba su trasero con necesidad.
- Esperen a estar en su habitación!- una voz gritó detrás de ellos.
Ambos se separaron lentamente para ver a Meliodas parado detrás de ellos.
- Ya es mi esposa, no puedes decir nada- dijo Ban abrazando más a Stella hacia el.
- Por favor no empiecen- se quejo la chica.
- Creó que es un poco tarde- dijo Gowther apareciendo junto al resto de los pecados.
- Lo mismo digo- dijeron Diane y King al unísono.
Ban y Meliodas miraron a Stella un momento, como si pidieran permiso.
- Ya, adelante!- dijo riendo y viendo cómo ambos hombres llenos de adrenalina empezaban a combatir.
Continuará...
Este es el vestido que quise para Stella, me tomo tiempo elegir uno xd, pero aquí esta. A Stella le encantó y a Ban más, tanto que se lo quiere quitar xd.
En otras noticias me temo que ya está pronta la llegada del final de la historia, se los aviso para que no les llegue de sorpresa omg! No se que será de mi vida sin esta historia... pero bueno, todo lo que tiene un comienzo tiene un final y espero darles uno hermoso hahah.
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