— Ya, dejen de regañarme. — Jungkook metió un poco de arroz en su boca.
— No, ni lo pienses. Al menos yo te seguiré reprochando todo lo que hiciste por mucho tiempo, meses seguramente. — Seokjin observó a sus demás amigos, quienes asintieron apoyando sus palabras.
— Pero… — Fue interrumpido por Yoongi.
— No. Nos preocupaste demasiado, nosotros somos los que estamos en el derecho de estar enojados. — Los chicos volvieron a asentir — Sobre todo Jin, hasta había comenzado a tomar mis pastillas para la ansiedad. — El chico bajó la vista, mientras Jungkook abría su boca de la sorpresa.
— ¿Para la ansiedad…? — Observó a su amigo.
— Si… — Respondió el mayor, mientras levantaba la vista — No fue fácil para nosotros… —
— Lo lamento tanto… — Murmuró lo suficientemente alto como para que sus amigos lo escuchasen.
— Ya, deja de disculparte. — Namjoon posó una de sus manos en su hombro, el pelinegro asintió.
— Bueno…les voy a hacer una pregunta. — Habló derrepente haciendo que todas las miradas se claven en él — ¿Por qué Seokjin y Yoongi estaban viviendo en mi casa? — Frunció un poco el ceño mostrando su confusión.
Todos se observaron e intercambiaron miradas, mientras los nombrados, sobre todo Jin, se sonrojaban.
— Para ponerte al tanto de lo que sucede con tus amigos, Jin y Yoongi están saliendo. — Soltó Hoseok con una gran sonrisa, mientras recibía una mirada fulminante.
— Jinnie…tranquilo, de igual manera lo iba a tener que saber. — El pelinegro tomó su mano por debajo de la mesa.
— Bien… — Levantaron sus miradas y se encontraron con un Jungkook con sus ojos desorbitados.
— ¡¿En serio?! ¡Por fin! — Se levantó de su asiento y se dirigió a la pareja, para abrazarlos fuertemente y felicitarlos.
Luego del ameno almuerzo que habían tenido, Jungkook se levantó de la mesa para hacer una llamada.
— ¿Jungkook? — Se escuchó esa voz tan serena y grave que lo reconfortaba a través del aparato.
— Rey…se que ésta es una pregunta fuera de lugar pero…¿Mis amigos no podrían ir al palacio? — Inquirió con un tono de voz algo agudo, mientras se mordía el labio inferior.
— Jungkook-ah…me gustaría dejar que viniesen, y aunque puedo hacerlo por mi posición, sería muy imprudente…ya estoy muy vigilado por parte de la señora Chong. — Le explicó algo apenado, puesto que sabía lo importantes que eran sus amigos para el chico.
— Es que… — Se detuvo antes de terminar la frase, no le encontró sentido el seguir insistiendo.
— Lo lamento… — Dijo luego de la larga pausa de su comprometido.
El pelinegro estaba apunto de despedirse y colgar, hasta que se le ocurrió una idea que, esperaba, funcionase.
— Su majestad, ¿Ellos podrían ir a la boda? Como no tengo familia, son los únicos que podrían considerarse como tal. — Taehyung no lo podía ver, pero los orbes de Jungkook parecían lanzar pequeños destellos de felicidad, mientras una gran sonrisa se formaba en sus finos labios.
— Espera… — Se escucharon algunos ruidos y voces lejanas que hablaban, pero el pelinegro no pudo entender que decían —…bien…¡Jungkook-ie! Ellos pueden venir a la boda. — Le anunció con toda su felicidad.
— ¡¿Si?! ¡Genial! — Exclamó algo fuerte, recibiendo la atención de Jimin, quién había salido del comedor para saber que estaba haciendo su amigo — Ya voy a ir, adiós Ta- Rey. — Se recordó de decir, ya que nadie podía escuchar el nombre real de su majestad.
— Bien, adiós precioso Jungkook. — Y el castaño cortó la llamada, dejando a un pelinegro todo sonrojado.
— ¿Era el Rey? — Se sobresalto por la voz de su amigo proveniente de detrás suyo.
— ¡Jimin! No me asustes… — Le reprochó — Y si, ¿Cómo sabes? — Ladeó la cabeza.
— Pues, porque lo nombraste, aparte…estás todo sonrojado… — Movió sus cejas de arriba a abajo con una mirada y sonrisa pícaras.
— Oh cierto, lo dije. — Y río para si mismo, haciando caso omiso a las acciones de su amigo.
— Por cierto, ¿Ya te vas? — Inquirió el rubio.
— ¿Uh? Si, si, ya es hora, pero, está vez, créanme que los volveré a ver. — Abrazó a su amigo, luego se adentraron a la cocina para que Jungkook saludara a los demás.
Después de despedirse bajó a la entrada del edificio en donde estaba, para así llamar al palacio, decir su apellido y nombre, y pedir que lo fuesen a recoger.
No pasó mucho tiempo, y un auto negro y lujoso se estacionó frente a él, así que se acercó y, antes de subir, verificó que fuese un guardia real el que estaba dentro, luego se adentro.
Al llegar, lo primero de lo que se pudo percatar es de que todos parecían muy agitados. Guardias, sirvientes, todos parecían estar apresurados y estresados. Así que al encontrarse con Yoonki, no dudó en preguntarle que sucedía.
— Yoonki, ¿Qué está pasan- — Fue interrumpido bruscamente por la secretaria, que se veía sumamente alterada.
— Su majestad, ¡Eso me pasa! ¡¿Podrías preguntarle cómo se le ocurre, sin una organización previa, publicar que estará en el salón King Huong anunciando oficialmente quién es el futuro Rey?! ¡Dios mío! ¡No hay tiempo, corran! — Gritó, aunque todas las personas a su alrededor ya corrían.
Jungkook se sorprendió por la palabras de Yoonki. Inmediatamente se dirigió con prisa a la habitación de su comprometido.
Al llegar abrió la puerta sin golpearla, encontrando a un Taehyung con pantalones de vestir y una camisa abierta sobre él. Le importó muy poco el hecho de que se estaba cambiando, y lo confrontó.
— ¡Taehyung! ¿Podrías explicarme que rayos sucede? — Se contuvo de decir una verdadera grosería.
— ¿Uh? Pues anunciaré que serás Rey, eso es lo único nuevo. — Comenzó a abotonarse su camisa, algo abochornado por la situación.
— ¡Pero Yoonki me dijo que lo harás sin previo aviso! ¿Sabes lo locos que están todos en el palacio? — Le preguntó.
— No lo sé, pero de igual forma lo haré, quiero hacerlo. — Habló firme y decido, terminando de abrochar el último botón.
— ¿Por qué tan derrepente? — Le Inquirió confundido.
— Simplemente me cansé de leer por las redes y las páginas del Reino que por qué aún no había anunciado quién era el supuesto Rey, que si todo había sido una total farsa. Eso me dolió en el fondo, así que decidí demostrar que estoy felizmente comprometido, y que me casaré. — Sonrió con esa sonrisa tan peculiar que derritió a Jungkook, se colocó el chaleco, luego la corbata y el saco encima, para salir de la habitación, con su mayor persiguiendolo por detrás.
El silencio los inundó a los dos. El pelinegro solo procesa el hecho de que dentro de tan solo minutos, sería incluso más conocido que un idol, siendo que antes era un simple ciudadano con un trabajo. El cual, para estas alturas, no creía, ni tener, ni necesitar.
— Jungkook, tienes que venir conmigo. — Anunció derrepente el castaño.
— ¿Tengo? — Ladeó su cabeza, cosa que mataba de ternura a Taehyung.
— Si, si tienes precioso — Tomó sus cachetes y los apretó un poco, luego los soltó — Si te anuncio, tienes que aparecer y demostrar como eres y que eres real. — Le explicó, a lo que el mayor asintió. Estaba algo ansioso por lo que sucedería.
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Estaba, básicamente, envuelto en ropa de color negro, buzo, bufanda, pantalón, zapatos, todo. No tenía ningún tipo de problema con ello, amaba ese color, solo que hacían 29° C, y no estaba en las mejores condiciones para estar tapado por todas partes con ropa.
Escuchó como Yoonki inhaló y exhaló varias veces antes de mirarlos y hablar — Su majestad bajará justo allí — Apuntó con la mirada a una alfombra de color rojo, apenas visible por la cantidad de personas que la tapaban de los lados. Esta misma dirigía a una gran puerta, que llevaba a una sala de conferencias — Y tu, Jungkoo- — Fue interrumpido por el castaño.
— Rey, Yoonki, el ya es Rey. — Le corrigió Taehyung, haciendo que Jungkook se sonrojase. Se sentía raro escuchar eso, aunque fuese su propio marido el que lo había llamado así.
— Yo… — Suspiró para relajarse y prosiguió — Y a usted, Rey, lo llevaremos del otro lado, donde no hay paparazzis, ¿Entendido? — Inquirió acomodándose su cabello, signo de nerviosismo.
— Entendido. — Afirmó Jungkook, mientras Taehyung solo asintió.
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[Capítulo sin revisión]
Atte ; {℘;℘}