El club de las C

By Seemydreams_

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Candice, Courtney, Cecile y Caitlin acaban de comenzar su cuarto año en el instituto. Sin embargo, lo que no... More

Introducción
Capítulo 1. Demasiado alcohol para una fiesta.
Capítulo 2. ¿Donde están mis amigas?
Capítulo 3. La resaca del día después.
Capítulo 4. Cada acto tiene consecuencias.
Capítulo 5. El chico de los ojos azules.
Capítulo 6. ¿Yo?¿Animadora?
Capítulo 7. No puedes ser tú.
Capítulo 8. Ya ni sale el sol.
Capítulo 9. Te invito a un helado.
Capítulo 10. ¡Que comiencen las pruebas del hambre!
Capítulo 11. Hay amores no correspondidos.
Capítulo 12. Los ideales de belleza.
Capítulo 13. Por miedo al qué dirán.
Capítulo 14. ¿Para que tener un crush si puedes tener nutella?
Capítulo 15. Ruby siempre sonríe.
Capítulo 16. ¿Quedarse en silencio o contar la verdad?
Capítulo 17. Un mal entendido.
Capítulo 18. ¡El cumpleaños número quince de Caitlin!
Capítulo 19. Mi amigo el protector.
Capítulo 20. Una palabra muy fuerte.
Capítulo 21. Las audiciones de canto.
Capítulo 22. Día de amigas.
Capítulo 23. Problemas ajenos.
Aviso importante
Capítulo 24. ¡Es Halloween!
25. Ocultar la verdad es sinónimo de traición
26. Courtlin por siempre
Aviso
27. Dos no se pueden divertir si uno no quiere
28. Demasiado para una noche
30. Conozcámonos más.
31. El que quería ser su príncipe y rescatarla
32. ¿Elegir un bando?
33. Una semana de mierda.

29. En el hospital se cuentan mentiras

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By Seemydreams_


Capítulo sin editar

Capítulo 29. En el hospital se cuentan mentiras

NARRA COURTNEY

Escucho mi móvil vibrar por quinta vez.

A pesar de que lo correcto sería cogerlo, declino esa idea por seguir durmiendo algo más. Mañana hay clase y aún me queda una hora más antes de tener que despertarme.

Hay que aprovechar al máximo las horas de sueño.

Una hora y media después es lo que tarda en sonar mi despertador. Cuando lo hace, lo primero que hago es observarme frente al espejo. Gracias a las llamadas de ayer, tengo cara de zombie andante.

—Courtney, date prisa o llegaremos tarde —Mi madre intenta meterme prisa.

No quiero enfadarla así que me pongo en marcha.

Realmente no tardo mucho en llegar a clase y lo agradezco puesto que hoy mi familia ha estado más callada de lo normal y en cierta parte, me ha resultado incómodo.

Como siempre, espero fuera a que lleguen las demás. Sin embargo, esta vez, a pesar de haber llegado tarde, ninguna aparece y eso me preocupa. Si iban a llegar tarde, ¿por qué nadie me avisó?

Mi teléfono vuelve a vibrar. Es la primera vez que lo hace desde anoche. La verdad es que no me había parado a mirar todas las llamadas y mensajes que tenía. Ahora que lo hago me doy cuenta de que mis amigas no han parado de llamarme toda la noche. Eso explicaría que ahora mismo no esté ninguna en clase.

—Por fin te dignas a contestar —Cecile suspira al otro lado de la llamada. Por su tono de voz no creo que venga a darme buenas noticias.

—Lo siento necesitaba descansar —Utilizo como excusa—, ¿qué pasa? —añado finalmente buscando una explicación.

Detrás de ella escucho más voces familiares así que supongo que estarán todas mis amigas juntas.

—Eiden tuvo un accidente ayer en la fiesta y lo han tenido que ingresar.

Abro los ojos como platos preocupada por lo que acaba de contarme Cecile. Ahora todo el remordimiento por no haber contestado las llamadas se apodera de mi.

—¿Está bien? ¿Por qué está ahí? ¿Puedo ir con vosotras? ¿En cuál hospital está? —Las palabras salen solas por mi boca y noto como Cecile se ríe al otro lado de la línea. La preocupación se apodera de mi. ¿Qué puede haberle pasado tan grave como para que esté en un hospital? Candice de seguro que estará destrozada.

Estoy de pie en la entrada de la escuela y la gente no hace nada más que mirarme raro aunque en estos momentos es lo que menos me preocupa.

—Tranqui Courtney, está todo bien, te habíamos llamado porque creíamos que era conveniente que también lo supieras, por si te querías pasar.

Mi amiga y yo nos quedamos un rato más hablando de la noche. Yo le conté que había dormido fatal pero no entré en detalles del porqué mientras que ella me habló sobre la "aventurita" en la que se embarcaron Candice y ella: ir a una discoteca de forma ilegal para que Candice se arreglara con Eiden y al final encontrar a un antiguo amigo de Candice y enterarse de que Eiden terminó la noche en el hospital.

Vaya nochecita.

Cuando Cecile cuelga pienso en saltarme las clases de hoy. No creo que por un día haga mal a nadie.

Cojo mi teléfono móvil  y le escribo un mensaje a David, pidiéndole que si me podría pasar los apuntes de las clases de hoy se lo agradecería. Él, como es de esperar, se preocupa pero consigo tranquilizarle.

Llego al hospital en autobús. Una vez ahí busco la planta y la sala en donde Cecile me dijo que estaban esperando ella y los demás. La verdad es que no se quienes más están ahí pero tampoco fue algo que vi importante preguntar.

—¡Por fin llegas! —Caitlin se abalanza sobre mi y nos fundimos en un pequeño abrazo.

Le sonrío y observo el panorama a mi alrededor. Los hospitales siempre han sido lugares que no me agradan para nada. En este la mayoría de las cosas son blancas y en vez de transmitirme pureza o incluso paz, solo me hace sentir todo lo contrario.

Ahora Cecile y Candice están sentadas juntas, al lado de Cecile está Daniel y dos o tres más jugadores del equipo de la escuela, entre ellos Nathan. Esta vez está sin Jessica.

Caitlin y yo caminamos para sentarnos en frente de Cecile y Candice. Esta última está devastada porque no deja de llorar mientras que Cecile no para de consolarla e intenta animarla. A su lado Daniel observa en silencio la escena. Lo único que llama mi atención es que tiene agarrada la mano de Cecile y aunque estemos en un momento grave y especial nunca había visto a Cecile agarrándole la mano a un chico. Se me hace raro.

—¿Cómo está Eiden? —pregunto un poco con temor a cuales puedan ser sus respuestas. Candice levanta su cabeza del hombro de Cecile y me mira directamente a los ojos por primera vez desde que he llegado.

—A buena hora llegas.

Su respuesta es lo suficientemente tajante como para notar que no le agrada mi presencia. Trago saliva nerviosa sin saber que decir o que hacer. Tampoco me apetece estar en un lugar donde no quieren que esté.

Con cierta timidez me levanto del asiento y me pongo a esperar en una esquina alejada de los demás. Cecile no tarda en levantarse del lado de Candice y venir junto a mi.

—Está lo bien que podría estar después de recibir la paliza de su vida. Si quieres puedes ir a verle, ya todos hemos pasado. Le estábamos dejando un poco de espacio pero seguro que se alegra al verte —explica señalándome la sala en donde está el susodicho.

—Gracias Cecile.

Mi amiga me sonríe y yo hago lo mismo. Después nos despedimos y me dirijo hacia el cuarto de Eiden.

Al entrar me encuentro con que está tan tranquilo viendo la tele. Me fijo detenidamente en su rostro ensangrentado y en su pierna sujeta hacia arriba. De seguro que se ha roto algo. La verdad es que lo han dejado hecho un cuadro, me pregunto el porqué.

—No pensé que fueras a venir —suelta al darse cuenta de mi presencia.

—Hubiese venido antes si hubiera sido lo suficientemente lista como para no ignorar las llamadas por ir a clase.

Me acerco a él y le dedico una media sonrisa. Me da pena verle en este estado, nadie se merece que le hagan eso.

—Lo importante aquí es que por lo menos estás.

A su lado tiene un ramo de flores y una caja de bombones, seguramente se lo ha comprado Candice.

—¿Qué hiciste para terminar así?

La curiosidad se apodera de mi y es por ello que hago esa pregunta. No puedo imaginarme que puede ser tan fuerte como para que te den una paliza.

—Supongo que cabreé a quien no debía —Eiden se excusa en eso y se encoge de hombros quitando hierro al asunto.

—¿Supones? —Él asiente—, vale venga Eiden, ahora dime la verdad —insisto.

El susodicho ya no me mira a mi sino que deja su mirada perdida en la ventana.

—Estaba enfadado con Candice por pasar de mi y me metí en una pelea a propósito —confiesa sin apartar la mirada de la ventana. Agarro su cachete y tiro de él para que se atreva a mirarme.

—Estoy empezado a pensar que esta relación no os hace nada bien a ninguno de los dos.

Él se queda cabizbajo y yo tiro de su mentón hacia arriba. No me gusta que evite mi mirada cuando le hablo. La mirada de una persona siempre refleja la verdad.

—Creía que no la quería pero con lo de Daniel...

Eiden se queda en silencio, como si pensara en utilizar las palabras adecuadas.

—¿Qué pasó con lo de Daniel?

—Me di cuenta de que podía perderla y sentí miedo Courtney, un miedo que no había sentido antes.

Asiento para que vea que le comprendo. Realmente es normal que le pase eso, Candice y él han pasado por mucho.

—Y piensas que si tienes miedo es porque le quieres, ¿no? —cuestiono para intentar llegar al kit de la cuestión.

—Sí, no sé Courtney, creo que ya no sé quién soy sin Candice.

A Eiden se le resbala una lágrima. Eso hace que me acerque a él y lo abrace. Al principio él no reacciona hasta que finalmente me corresponde el abrazo.

—Así os quería pillar —La puerta se abre tan fuerte que del sobresalto nos separamos.

—¿Pillar? —pregunto desconcertada al ver a Candice de brazos cruzados.

—Con las manos en la masa.

Miro a Eiden y veo que está igual de sorprendido que yo. A Candice ya se le ha ido la cabeza.

—Deberías de descansar, creo que no estás con tus cinco sentidos Candice —aconsejo acercándome a ella para agarrarla. Mi amiga desde que nota mi contacto aparta su brazo y se aleja de mi, dirigiéndose a Eiden.

—¿Me estás engañando con ella verdad? —Candice agarra a Eiden de su camisa y lo zarandea. Yo la sujeto por detrás e intento apartarla sin hacerle daño pero al final solo consigo llevarme un codazo en mi barriga.

—Candice no quería que te enteraras así pero es cierto.

Directamente fulminó con la mirada a Eiden, ¿por qué está mintiendo?

—¿Qué? —Candice titubea. Ahora sí que se aleja sola de él, hasta de mi. Poco a poco se aleja de ambos quedando cada vez más cerca de la puerta. Mi amiga está temblando.

—Candice —Voy a explicarme sino fuera porque Eiden me interrumpe.

—Nos hemos liado un par de veces, nada serio pero tenías que saberlo Candice.

Lágrimas resbalan por la mejilla de la susodicha.

—Eiden, ¡no mientas! —reprocho sabiendo que su mentira nos saldrá cara a ambos. Él me mira con pena y entonces comprendo lo que intenta. Quiere alejar a Candice y como no sabe cómo hacerlo ha recurrido a eso. ¿Que mejor que hacerle creer a tu novia que has estado con su amiga para que te deje?

—Pensaba que podríamos llegar a solucionar lo nuestro —titubea Candice entre lágrimas y sollozos.

—Lo siento Candice nunca he pretendido hacerte daño.

Me quedo perpleja observando la escena. Siento como si realmente todo esto fuera una pesadilla de la que no puedo despertar.

—Lo has hecho igualmente.

Mi amiga llora de forma desconsolada. Conmovida por la situación me acerco a ella para intentar ayudarla y que vea la verdad.

—Candice —Apoyo mi mano encima de su hombro ganándome una mirada fulminante y que se aparte de mi.

—Y tú... —suelta señalándome mientras se acerca nuevamente de forma peligrosa a mi —, tú date por muerta porque te haré la vida imposible hasta que no tenga que ver tu cara de zorra mas nunca —sentencia antes de volver a alejarse y salir.

Abro los ojos como platos y me quedo inmóvil digiriendo lo que acaba de ocurrir. Como es de esperar, el silencio abunda en la sala. Eiden me mira con pena aunque se que no se arrepiente de lo que ha hecho, lo sé porque cuando le devuelvo la mirada la aparta. Para él seguramente esto solo supondrá perder a una de las tantas chicas con las que ha estado pero para mi será perder a todas mis amigas. Cuando las demás se enteren de lo que ha pasado (o realmente de lo que Eiden se ha inventado) no querrán verme más y adiós al club de las C, mi adolescencia y todos los momentos que me quedaban por vivir con mis amigas.

Eiden me ha quitado a una de mis mejores amigas y ni siquiera es consciente de ello.

—¿Qué mierda te ha pasado por la cabeza para decirle eso? —Tiro de Eiden y lo zarandeo de un lado a otro—, ¡me has arruinado la vida! —añado exhausta.

—Courtney era la única forma de que Candice me odiara tanto que ni se plantease volver conmigo.

—No me vendas excusas baratas Eiden.

Noto como la sangre me hierve. Paso mis manos por mi cabello y con la goma que llevo en la muñeca me lo ato. Ya hasta siento que sudo del susto.

—Ambos sabemos que Candice y yo sacamos lo peor del otro. Ya era hora de ir por caminos separados —argumenta en vano. Estoy tan enfadada que podría decirme cualquier cosa que no serviría de nada.

—¿Y que hay de mi Eiden? ¿Acaso yo no importo?

Estoy tan nerviosa que no dejo de moverme de un lado a otro en la sala. Cuando llego hasta Eiden, él tira de mi brazos y me detiene.

—No voy a dejar que pagues las consecuencias de mi mentira, te lo prometo.

Eiden parece seguro de lo que dice. Sin embargo, ¿de qué me sirve ahora que Candice me odia?

—Ya has dejado que eso suceda.

Esas son mis últimas palabras antes de salir de ahí y sentir que el mundo se me cae encima.





######

N.A:

Hey! Aquí está el nuevo capítulo, ¿que les pareció?

¿Perdonara Candice a Courtney?
Gracias por votar, comentar y leer <3

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