Dicen que los días próximo a tu boda pasaban como si fueran simples minutos, y nunca nadie tuvo tanta razón al decir eso.
Se sintió todo como un parpadeo. El mes había pasado volando, incluso estaba en su cuarto día de luna de miel en el océano de Singapur en el barco familiar que Carlisle le había prestado a Jasper. Clare esperaba quedarse en un hotel o ir de viaje, no ir a uno de los lugares más costosos y viajar en un barco tan lujoso.
Miró las sábanas blancas a su lado, estas estaban arrugadas ya que Jasper se había levantado para redirigir el curso a la costa para que pudieran pasear en la noche sin inconvenientes.
Recordó el día de su boda.
Una boda en la orilla de la playa, gracias al cielo Alice fue quién eligió el día, uno en donde el cielo parecía están techado por nubes blancas como la nieve.
Ella, caminando mientras se aferraba al brazo de su padre quién sin poder contenerlo ya estaba sollozando a mitad de caminó para entregarla a Jasper. Estaba tan nerviosa que sólo alzó su mirada cuando estaba a unos cuatro metros, y se lamentó por no hacerlo antes ya que fue una de las mejores imágenes de Jasper que había visto. Su cabello de color miel estaba peinado hacía atrás con perfectas ondas naturales, su piel pálida brillaba ligeramente y sus ojos dorados la miraban con amor.
El padre de Angela los caso.
Henry rompió en llanto sorpresivamente en los votos de Jasper, dónde juraba que estaría siempre con ella y que haría de todo por cuidarla. Ese chico que tanto despreciaba había ablandado su corazón con sus palabras.
Clare, inconscientemente, mientras vagaba por sus recuerdos reprodujo en su mente el discurso que dio Jasper en la fiesta que se celebró en el jardín de los Cullen.
En la mesa del centro estaban ella y Jasper con sus respectivos padres a sus lados. Fue el turno de los discurso y para sorpresa de todos fue Paul el primero en correr a hablar, teniendo incluso un pequeño duelo de miradas con Emmett ya que este también quería ir a por el micrófono.
— Se que esto no es muy propio de mí, pero el día de hoy se casa mi mejor amiga— dijo con una carismática sonrisa de medio lado que hizo suspirar a algunas amigas de la escuela que habían sido invitadas—. Fue duro saber que se casaría, no mentire...Se sintió como si tu hermanita menor se fuera a casar, me sentí celoso de saber que alguien la tendría para siempre a su lado— fijo sus oscuros ojos en el vampiro empático, ambos se dieron una significativa mirada— Pero se que esta en buenas manos, ella es sensacional y espero que sean felices.
Jasper asintió sutilmente al moreno.
Emmett rápidamente corrió al escenario en el momento en que el lobuno bajaba, algunos rieron por lo infantil que se vio.
— No saben cuánto me emociona tener una hermana pequeña ahora, es como tener un pequeño cervatillo que corre por ahí. Mi hermano de hecho la llama Bambi, ya saben, por esos enormes ojos que tiene— la gente soltó una risa por ese casual comentario que había soltado—. Se que serán felices, ambos se complementan el uno al otro. Mi hermano Jasper es serio, no muestra con facilidad sus emociones a cualquiera y Clare es como una bomba de alegría. Son perfectos el uno para el otro.
Así fueron, discurso tras discurso por algunos de la manda, amigos o familiares.
Vanessa incluso tuvo que ponerse de pie para ir a abrazar a Henry quien a mitad de su discurso no pudo seguir hablando ya que su llanto lo interrumpió.
Y por último fue Jasper, quién con cierta timidez subió al pequeño escenario y se colocó delante del micrófono sujetando en una mano su copa de champagne.
— Hace mucho tiempo creí que no merecía nada bueno en esta vida, y aún así en este día me sigo preguntando que hice bien para merecer a una mujer como Clare— sus ojos dorados fueron a detenerse en su esposa, oro y fuego se conectaron en ese instante—. Te lo eh prometido tantas veces, pero quiero seguir haciéndolo por el resto de mi vida y no me cansaré; te querré ahora y después, incluso te quise antes— Clare sonrió ligeramente al entender lo último, sintiendo una opresión en su pecho que la llenaba de felicidad—. Te amaré segundo a segundo, hora a hora, de primavera a invierno. Más allá de lo que podemos mirar, porque la única en el mundo que puede sacar lo mejor de mí eres solamente tú. Gracias, Clare.
Sacar lo mejor de mí, repitió sonriendo como boba.
Se levantó envolviendo su desnudo cuerpo con las sabanas y salió a cubierta. Jasper estaba en su lugar de capitán manejando el timón, escucho los pasos de su amada acercándose y pudo sentir su fragancia dulce. No pasó mucho cuando unas manos rodearon su torso por detrás.
— Hora a hora— susurró con delicadeza Clare.
— De primavera a invierno— finalizó Jasper lo que para ambos se había vuelto una promesa.
2 meses después.
Si había alguien peor que una madre histérica, era un Quil histérico.
— ¡No, no te vuelvas a meter!— gritaba corriendo detrás de la pequeña Claire quién se le había escabullido de los brazos— ¡Acabó de sacarte, por Dios! ¡Si te da un resfriado tu madre me matará a mí!— con dificultad logró atraparla entre sus brazos antes de que la cría se volviera a meter dentro del agua.
Clare reía junto con Seth y Paul en la orilla mirando el escándalo que esos dos hacían sin importarles los turistas que habían en el lugar.
— ¿Gritará del mismo modo cuando Claire comience a escaparse de casa para ir a fiestas?— bromeó Lahote cuando Quil estaba lo bastante cerca para oírlo a la perfección.
— Cierra la boca, Paul. A ver si actúas tan calmado cuando aparezca tu impronta— le respondió a la defensiva el chico Ateara colocando a la niña sobre la manta mientras le colocaba los calcetines para proseguir con sus zapatos.
— No creó que sea tan común encontrar a nuestra alma gemela— se encogió de hombros el moreno.
— Sam, Jared y Quil ya la encontraron. Yo creó que si es común— dijo Clare mirando a la niña quien se había acurrucado en los brazos de su protector, ahora dormía plácidamente y con sus mejillas rojas por lo cálida que se encontraba.
— Cuándo la mitad de la manada la haya encontrado ahí diré que es algo común. Que mal estar tan empalagado con alguien
— Si, creó que es la única cosa que no me atrae mucho de ser un hombre lobo— opinó Seth haciendo una mueca.
Los cuatro se pusieron de pie y recogieron la manta que usaron para sentarse en la arena.
— No puedo imaginarme a Seth imprimado, eres tan pequeño todavía. Solo tienes quince, tal vez cuando seas más adulto— opinó la inmortal.
Los cuatro caminaron de vuelta a casa de Emily ya que la brisa que corría se había vuelto fresca y Quil temía que Claire tomara un resfriado.
La vampira los acompañó y estuvo unos minutos nada más antes de despedirse. Se metió dentro del Jeep de su padre y condujo hacía la casa de los Cullen.
En el caminó no pensó mucho, estaba pasando por el pueblo cuando tuvo que frenar de por un semáforo en rojo. Miró con desinterés los autos que pasaban en frente de ella, Forks a veces era aburrido cuando te acostumbrabas al paisaje cotidiano.
Su mente estaba en blanco, no pensaba en nada y todo parecía tranquilo esa tarde, hasta que algo captó su oído. Una melodía que jamás había escuchado, pero extrañamente era familiar.
— When at night I go to sleep,
Angels watching over me, my Lord.
I pray the Lord my soul to keep;
Angels watching over me— quedo tiesa en su asiento, más de lo normal. Sus manos se cerraron con fuerza en el manubrio y lentamente miró a su lado izquierdo a través de la ventanilla. Del otro lado de la calle pudo oír múltiples vocecillas agudas cantando a coro, espero y espero con paciencia hasta que vio acercase un autobús escolar— All night and all day
Angels watching over me, my Lord.
All night and all day
Angels watching over me— el autobús pasó en frente del Jeep, dos globos blancos salían del la primera ventanilla y tenía un cartel que decía en lentes grandes "Orfanato Santa María de los Ángeles-Seattle"
Seattle.
Agudizó todos sus sentidos en ese momento. Escucho quince corazones latiendo, sintió doce olores frescos de sangre. Niñas pequeñas. Tres eres personas adultas, el conductor y otras dos personas.
Agudizó su vista en las ventanas y ahí las vio, dos monjas de vestimentas grises. Y en las filas de los asientos unas pequeñas cabecitas que se asomaban.
Y cuando estaba por apartar la vista, la vio. Su cabello era rubio fresa, de una extraña combinación de rubio y anaranjado. Estaba alborotado con dos coletas altas, sus ojos eran enormes, de un exquisito color chocolate y llenos de tristeza.
¿Porqué unos ojos tan hermosos se veían llenos de ese amargo sentimiento?
Frunció el ceño, su poder del ambiente se encendió en ese instante y cuando el semáforo cambió no dudo en acelerar a fondo para ir detrás de él autobús en el que iba esa niña hermosa.
Todo a su alrededor le decía que tenía que seguir ese autobús. A esa niña de hermosa mirada.
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Y volví a aparecer. Capítulo medio aburridon, pero se hace lo que se puede con la inspiración que tengo :(
Aviso: quedan solamente unos capítulos, tal vez dos para que sea el final definitivo :'v
Laven sus manos y bañense mis amores.