R E V E N G E | Villargas / I...

weymorat द्वारा

28.5K 2.5K 3.9K

Simón comprende que Juan Pablo no es culpable de las penas y tormentas que han pasado él y su familia durante... अधिक

I. B O D A
II. A D V E R T I D O
III. M I E D O
D A N T E
[RECUERDOS P.1]
[RECUERDOS P.2]
IV. H A R T O
V. I D I O T A
VI. L O P R O M E T O
[RECUERDOS P.3]
VII. ¿ A L E J A N D R O ?
VIII. S E G U I R
IX. [P.1] N O R M A L
[RECUERDOS P.4]
IX [P.2] M I E R D A
X: O T R A V E Z
XI [P.1] I N T E N C I Ó N
XI. [P.2] D I S C R E C I Ó N
XII. G R A T O
XIII. V I S I T A
XIV. R A R O
XV. C O N F E S I Ó N
XVI. L O S I E N T O
XVII.[P.1] C O N S C I E N C I A
XVIII. E N V I D I A
XIX. L E J O S
[RECUERDOS P.5]
XX. [P.1] M O L E S T O
XX. [P.2] A Y U D A
[RECUERDOS P.6]
Historia cancelada
XXI. P E N S A R
XXII: M Í R A M E A M Í
[RECUERDOS P.7]
XXIII. P A P Á
XXIV. E S T O Y A Q U Í
XXV. O L V I D A R
XXVI. N O C O M O A N T E S
XXVII. D O L O R
XXVIII. M E Q U E M A
[RECUERDOS P.8]
XXIX. [P.1] P A R A Í S O
XXIX. [P.2] A N T E I N F I E R N O
XXX. I N D A G A R
XXXI. I N F I E R N O
XXXII. S A N A R
XXXIII. A F E R R A R S E

XVII. [P.2] S U F I C I E N T E

688 62 64
weymorat द्वारा

[ Simón ]

Mi auto jamás en la vida había albergado a tantas personas, por lo general sólo yo me subo en él o en ocasiones Nathalia. Hoy conduzco para dos personas más, porque el abogado de mi padre se ha negado rotundamente a dejar a un ex-convicto solo deambulando por la calle y con la libertad de hacer lo que se le venga en gana. Coincidimos en ese punto porque Juan Vargas no es la persona más confiable del mundo.

Llamé a Villa antes de dirigirme al hospital, como era de esperarse se mostró angustiado y acordó que nos veríamos en el hospital.

- Ahora que estás libre no quiero que hagas alguna estupidez. - Mi mirada no se despegó en ningún momento de la carretera, desviarla estaba por demás. Él sabía perfectamente que mis palabras iban en su dirección. No le tomó mucho deducir qué intentaba decirle porque una pequeña risa escapó de su boca. - ¿Te parece gracioso? - Pregunté irritado.

- Sí. - Respondió; sentí su mirada posarse en mi cuello, por supuesto, sabe que me molesta que hagan eso. - ¿Qué pasa, Simón? Luces nervioso.

Tragué saliva. Este viejo está siendo un dolor de cabeza.

- No me digas que te preocupa que me encuentre con el chico un día de estos. - Sonrió. - Habrán pasado años, pero aún sigo siendo tu padre, te conozco de los pies a la cabeza... Tranquilo, no tengo el más mínimo interés en entablar una conversación con el hijo maricón de ese bastardo.

Apreté los dedos en el volante, intentando calmar mis intenciones de borrarle esa sonrisa con mi puño. Aunque lo único que hice fue recriminarle en mi mente una sola cosa.

"Su nombre es Juan Pablo, viejo idiota."

No me refiero a eso, sino a que un día de estos se te pueda ocurrir acercarte a los Villamil y echar a perder todo lo que hemos logrado. Todo lo que he logrado.

No soy tan estúpido Simón. A estas alturas Mauricio ya debe estar enterado que estoy libre, pero no que me encuentra tan cerca de él y su familia de mierda... No me voy a arriesgar a que lo sepa ahora y haga que su hijo se separe de ti.

─ Oh claro, no me gustaría perder a Juan Pablo. ─ Respondí con sarcasmo. No dijo nada más, lo cual agradezco; el camino al hospital sería más tranquilo sin su voz molesta taladrando mi cabeza.

El abogado lucía incómodo en el asiento trasero del auto, lo comprendo, en sus años de estudios en leyes y normas que no le importan a nadie seguramente no venía incluido soportar la discusión de una padre con su hijo sobre su relación hecha mierda y las vidas que planean destruir. Este hombre debe tener mucha paciencia, si yo fuera él hubiera abierto la puerta del auto y saltaría de él, aunque esté en movimiento.

Pero claro, al viejo no le importan mis nervios ni la jodida migraña que me ataca desde la mañana, con Nath reclamándome por largarme de su casa como si fuera un bandido, Martín en el hospital y Villa con sus mensajes que me hacen sentir miserable. Este último sentimiento es el que más me preocupa y me mantiene irritablemente frágil, temeroso y con dudas. Últimamente su presencia no me molesta tanto como antes y si con un poco de mi repele hacia él logró mantenerme despierto toda una noche, no me imagino cómo sería mi vida si su presencia dejara de molestarme por completo.

¿Ya me dirás a dónde vamos? ─ Rompió el silencio con su voz rasposa y profunda. ─ Dijiste que me llevarías con tu hermano.

No mentí.

Estábamos a un par de cuadras del hospital, por lo que supuse que era un buen momento para decirle. Aparqué el auto en una esquina para no arriesgarme a que nos vieran. ─ Escucha, hay un par de cosas que debes saber sobre Martín, y no te las dije porque creí que estaban solucionadas en su momento. Pero no lo estaban, por lo menos no del todo, y...─ No pude terminar porque como siempre se adelantó a sacar sus propias conclusiones.

─ ¿Me estás tratando de decir que mi hijo es una especie de adicto?, ¿Consume drogas o algo por el estilo?

─ ¿Qué?, ¡Por supuesto que no, Martín es un chico sano! Déjame terminar, por favor. ─ Suspiré. ─ Hace poco más de dos años Martín comenzó una relación con un imbécil que es dos años mayor que él. ─ Mi padre frunció el ceño. ─ No tienes que decirlo, fue mi culpa, lo descuidé tanto que él tuvo que buscar cariño y atención en otra persona, sobre todo porque mamá acababa de morir y yo tuve que hacerme cargo de los gastos. No voy a negarlo, lo ví un par de veces y nunca me dí la oportunidad de hablar con él y conocerlo, yo tenía mis propios asuntos y mientras Martín estuviera ocupado saliendo con ese tipo yo iba a poder enfocarme en ellos.

Le conté el resto con lujo de detalles, desde Dante hasta su repentina arrogancia durante su estadía en casa de Isaza; desde el principio tuve la doble intención de hacerlo sentir jodido por no estar ahí para proteger a Martín, y lo conseguí, después de mi explicación pude notar su semblante incómodo y culposo, incluso soltó algunas lágrimas. Eso me hizo sentir un poco mal, pero no iba a restarle detalles a una cruda verdad, yo lidié con ella estos años y ahora me toca compartirle un poco de la carga.

Tardó varios segundos en procesar la información, pero al final terminó comprendiendo.

¿Tendré que esconderme, verdad? ─ Sabía que no era tan tonto como lo parecía.

Si quieres ver a Martín, sí. - Resolví. - Escucha, Villamil seguramente estará con su amigo en el hospital, no puedo permitir que te vea y comience a hacer preguntas que no podré responder. Tú y el abogado se quedarán en la cafetería y no saldrán de ahí hasta que yo vuelva y te diga que es seguro.

Aún no me he olvidado que hay una persona con evidente incomodidad en el asiento trasero de mi auto. El abogado me agradeció con la mirada por notarlo, pero será mejor que no se haga muchas ilusiones porque me he olvidado de su nombre.

De acuerdo, pero cuando tengas noticias de Martín baja a decírmelas. ─ Asentí rodando los ojos.

Los tres descendimos del auto y tomé la decisión de adelantarme para no levantar sospechas, ellos me siguieron pero a un paso un poco más lento. Después de caminar unas cuadras llegamos al hospital por caminos separados, guié mi vista a la dirección de mis acompañantes y al comprobar que su destino era el que les encomendé pude ingresar al hospital.

Isaza se notaba desorientado, con los ojos hinchados y atentos a la puerta donde horas atrás ingresaron a Martín en una camilla. Villamil estaba junto a él abrazándolo, tratando de controlar sus balbuceos y pies rebeldes que se movían de un lado a otro bajo el asiento como muestra de desesperación.

Todo esto es mi culpa...─ Lo escuchó balbucear mientras liberaba nuevamente gruesas lágrimas.

El corazón del castaño se estrujo, y con su amigo aún en brazos logró recordar una de las frases más dichas por sus compañeros en la secundaria.

"Juan Isaza no llora. Juan Isaza no se entristece jamás. Juan Isaza parece una roca."

Esa cantaleta despertó el interés del ojiverde por el alto, entabló una relación cercana con él a base de pláticas amenas, donde comprobó momentáneamente que la frase tenía algo de fundamentos. Nunca vió una lágrima en su rostro durante ese nivel escolar, ni mucho menos en el siguiente.

Al parecer su gigante amigo era inmune a todo lo que la tristeza y sus estragos quisieran causarle a su corazón.

Pero como Villa, Isaza es una persona, claro que siente tristeza, sólo que sabe disimularla bien; pocas veces lloraba, pocas veces dejaba que los sentimientos le apretaran el corazón hasta derramar algunas lágrimas. Las excepciones eran contadas, pero las había.

Ese día era una de ellas, y desde su experiencia podría catalogarla como la más cruel y dolorosa excepción: Martín, su adorado pequeño, inconsciente entre sus brazos mientras le llamaba y no recibía respuesta.

¿Qué pensarían los chicos de la secundaria si lo vieran así?, Seguramente estarían muy sorprendidos.

Isaza se apegó un poco más al pecho de Villamil, ya no lloraba pero su cuerpo seguía tenso, el menor lo abrazaba con fuerza permitiéndole desahogarse. Por un momento logró olvidarse de lo sucedido entre ellos el día anterior, durante la noche se preguntó cómo volvería a ver a su amigo después esa tarde. Si con él faltó a la promesa que le hizo a Simón en el altar y la culpa aún le carcome.

Pero aquí está, tendiéndole la mano a su amigo de siempre y haciéndole saber que no está solo, que él también está preocupado por lo que pueda ocurrir con Martín.

No lo es. ─ Por fin dice. ─ No intentes lastimarte encarnado al culpable en tu cuerpo cuando no es así. Tú siempre has protegido a Martín de cualquier cosa que intente hacerle daño, nada de esto es tu culpa.

Isaza negó con una sonrisa igual de triste que la atmósfera a los alrededores.

─ No fue suficiente Villa, nunca ha sido suficiente. Porque mi pequeño está allá adentro y nadie viene a decirme cómo se encuentra. No dejo de repetirme una y otra vez que algo debió haberle pasado para que cambiara de la noche a la mañana, lo conozco y sé que el jamás se escaparía de casa... Sobre todo si teme a lo que está afuera. ─ Isaza sollozó en su hombro una vez más, para luego acercarse un poco más a él con la esperanza de que el aroma natural a yerbabuena que emana el cuerpo de su menor pueda tranquilizarlo un poco como en épocas pasadas.

La imagen que daban al público tendría demasiadas interpretaciones dependiendo de los ojos que la captaran. Un par de enfermeras los observaba con pena, otras más con desdén por el espectáculo tan deprimente en un lugar cuya aura ya lo era lo suficiente.Y no podía faltar la mirada incómoda de Simón, quien llegó instantes atrás.

Observaba a ambos chicos desde la distancia con los cuerpos demasiado cercanos para su gusto. Claro, el mal sabor de boca se incrementó considerando que Villamil abrazaba al mismo chico al que confesó besar. Extrañamente, sus puños no ejercieron la misma fuerza de cuando descubrió al menor en la misma posición pero con Alejandro entre sus brazos, aún así se sintió sofocado.

Una tos extremadamente fingida bastó para separar a ambos jóvenes de su abrazo, siendo contagiados de la incomodidad del mayor.

- ¡Monchi! - Exclamó el menor de los tres, levantándose inmediatamente de su lugar para abrazar a su esposo. Con ese brillo en la mirada que apareció al ver a Simón, cosa que no pasó desapercibida por Isaza.

- Buenos días, Simón. - Saludó cordialmente.

- Hola. - Simón respondió con sequedad. - ¿Ya te dieron algún informe de Martín? - Villamil aún seguía abrazando su torso, por lo que cierta cantidad de seguridad lo llenó.

- No. Aún lo están revisando.

Un ligero "hm" escapó de los labios de Simón.

- Por eso no quería que viviera contigo, de no haber sido así nada de esto estaría pasando.

- No culpes a Isa, Simón. - Villa levantó la cabeza para protestar siendo recibido por los ojos desafiantes de su esposo y no pudo evitar sentirse intimidado.

- Y tú no te metas en esto. - Gruñó. - Dime Isaza, ¿En qué maldito momento mi hermano terminó en el hospital, eh? ¿No se supone que lo cuidarías?

- Sé que fue mi culpa, Simón. No necesito tus jodidas palabras para que me lo recuerden.

- Me alegro que sea así. Porque al salir Martín del hospital me lo llevaré, no voy a dejar que tu estupidez lo ponga de nuevo en peligro.

Eso irritó al mayor de estatura.

- Vete a la mierda.

- Por Dios, dejen de discutir. Lo más importante es saber cómo está Martín, no quién es el culpable y quién no. Porque si de eso se trata tú también tienes algo de culpa, eres su hermano mayor y por ende, el que debería estar más cerca de él y no lo has estado... Así que ambos cierren la boca.

Ambos chicos se quedaron callados por un tiempo prolongado sabiendo que Villa tenía razón, pero no iban a herir sus orgullos admitiéndolo.

- Necesito hablar contigo. - Soltó el menor de repente con una mirada fija y suplicante en su esposo intentando hacerle saber lo mucho que le gustaría que aceptara acompañarlo.

Isaza les miró con algo de amargura sólo para esperar la respuesta de Simón. El azabache tenía una idea de cuál era el tema que Villa quería conversar con él, la cuestión es que no sabría cómo responder si su esposo se mostraba tan necio con el tema del beso.

- Este no es el mejor momento Juan Pablo, como tú dices aún no sabemos cuál es la situación de Martín, así que...

- Es importante. - Le interrumpió. - No tomará más de cinco minutos, te lo prometo.

Iba a lanzar otra negativa, pero Isaza se adelantó para plantear una solución.

- Ve con Villa, Simón. Estoy seguro que tienen que aclarar algunas cosas, yo me quedaré aquí esperando a que el doctor informe algo. Y si eso ocurre en su ausencia iré a buscarlos.

Sin escapatoria, Simón aceptó, siendo halado del brazo por Villa en dirección a un pasillo poco concurrido por enfermeras y personal médico, así podrían hablar con calma y sin llamar demasiado la atención.

Quedaron frente a frente, con sus espaldas recargadas en ambas paredes que limitaban el pasillo. Villamil con su respiración tenue y los ojos centrados en sus pupilas lograban poner nervioso a Simón, dejando de lado que el espacio era tan reducido que las puntas de sus narices podían tocarse sin mucho esfuerzo.

Juan Pablo tomó todo el aire que sus pulmones le permitieron, sabía que el tema a tratar era complicado, y por ello debía ser resuelto lo más pronto posible.

- ¿Dónde pasaste la noche? - Mal comienzo. Le preocupó la reacción de Simón durante cada segundo de espera por la respuesta.

- Me reuní con un compañero de mi antiguo trabajo, fuimos por unos tragos y como ya era muy tarde me ofreció quedarme en su casa.

- Entiendo. - Dijo sin dudar ni un poco. - Me hubieras llamado entonces, estuve toda la noche sin poder dormir esperando a que volvieras.

"Al parecer no fuí el único."

- Lo olvidé.

Últimamente olvidaba todo.

- Bien, no estoy molesto. Pero sí quería verte para explicarte lo que sucedió con Isa porque de no hacerlo la cabeza me va estallar.

- No tienes que...

- Sí Simón, tú mereces una explicación. Me siento como el peor esposo del mundo, y posiblemente lo soy. Y... Lo siento. - Sus ojos esmeraldas tenía un brillo acuoso que sólo pequeñas gotas de lágrimas podrían lograr y no pasó mucho para que la primera de ella descendiera por su mejilla. - Supongo que estás enojado y tienes toda la razón en estarlo, porque esto no es algo que se pueda arreglar con una confesión en una nota de voz. Isaza estaba tan triste, yo nunca lo había visto así y de alguna manera me hizo sentir culpable... En mi consciencia no sólo cargo con el puesto del peor marido del mundo sino también el peor amigo.

Simón sintió su corazón encogerse cuando Villamil recargó su rostro en uno de sus hombros para llorar a gusto. Se sintió como mierda en ese momento siendo el culpable de las lágrimas del más joven, quien para ese momento estaba más que aferrado al abrigo de Simón.

- ¡Perdóname, por favor! - Sollozó. - Me he quejado de lo mucho que odio las mentiras, las traiciones... Y yo te he traicionado. Ya no sé qué más hacer, sólo quería ayudarlo porque de alguna manera estoy en deuda por tantos años de no poder corresponder a sus sentimientos.

Claro, no podría ser Juan Pablo Villamil sin el toque dramático tan característico en su personalidad.

- Villa... - Pronunció tomándolo de los brazos para separarlo de su cuerpo.

- No me odies, por favor. Porque ni con todos los besos del mundo dirigidos a alguien más podría dudar un poco del amor que te tengo.

Desde que se casó con Villa éste se volvió experto en poner a su mente en aprietos, fue una de esas veces que no sabía cómo responder a su sinceridad. Lo tenía en frente mirándolo con esos ojos de cachorro buscando un dueño que siempre le roban las palabras y frases coherentes.

Nuevamente apareció en su mente ese pensamiento.
En otras circunstancias...

- Te perdono. Sé que no querías hacerlo realmente. - Respondió como si eso fuera verdad, como si él no tuviera razones aún más poderosas para disculparse con su esposo.

Tragó el nudo en su garganta y la felicidad llegó para Villa.

- Gracias Monchi, gracias por confiar en mí. Te prometo no volver a fallarte y poner todo de mi parte para ser el esposo que te mereces.

"No Villa, yo lamento mucho no ser quien tú te mereces."

- N-No hay de qué...

Sin siquiera notarlo los labios de Villa se posaron en los suyos con extrema delicadeza, poco a poco la resistencia en sus belfos era menor hasta llegar a un punto en qué dejó de estar ahí y correspondió el beso.

Sus labios se amoldeaban a la perfección como dos piezas de un rompecabezas destinadas a encajar; los ojos avellana de Simón fueron cerrados naturalmente al profundizar el beso, sus manos descansaban en la cintura del menor apretándola con algo de fuerza y las de Villa reposando en sus mejillas. Era un lugar público, pero para ambos no había nadie más, aunque suene un poco cliché; siendo el sonido de sus labios chocando lo único que los conectaba con la realidad.

Desde una esquina, recargado en una pared cercana Juan Pablo Isaza los veía disfrutar de ese beso sin sentir mucho en realidad. Pudo comprobar lo que le dijo a Villa la tarde pasada: un sólo beso suyo bastaría para sacárselo del corazón. Claro, le dolía un poco, pero no como lo habría hecho hace unos años, lo cual le hizo sentir orgulloso.

- Algún día Simón dejará de negarse, si yo me enamoré de Villa sin quererlo, ¿Qué le hace pensar a ese cuatro ojos que no puede correr con la misma suerte? - Suspiró. - Sólo espero que no sea demasiado tarde.

Minutos atrás Isaza aún mantenía la vista fija en el piso donde sus botas relucían con facilidad, ¿Quién lo diría? Había estado en ese hospital en días pasados para visitar a la abuela de Andrea a quien siempre tuvo un especial aprecio. Y ahora le tocaba estar sentado en la misma silla mientras esperaba noticias de su pequeño y todo por culpa de su primera visita.

Porque nadie le quitaba de la cabeza que Martín ocultaba algo, algo que comenzó esa noche que lo dejó solo y las cosas se pusieron de cabeza. Si tan solo Martín tuviera la confianza de contarle lo que pasó...

- Joven, ¿Es usted familiar del menor Martín Morales?- La voz del doctor se hizo presente en Isaza inmediatamente levantó la cabeza para asentir.

- ¿Qué le pasó?, ¿Ya está mejor?

- Por el momento sí, el joven presentó signos de deshidratación al momento de ingresarlo, estaba muy débil y muy probablemente los desmayos fueron causados por la falta de alimento. Dígame, ¿Me equivoco?

- No, desde hace días él no ha estado comiendo bien, llora todo el tiempo y no sale de su habitación.

- Muy bien, puede ser que el estrés también haya influido. Le hemos realizado unos estudios y ahora está estable, pero tendrá que quedarse en observación al menos dos días para asegurarnos de que recupere sus fuerzas.

- ¿Puedo verlo? - Preguntó.

- Aún no, lo trasladaremos a una habitación en unos momentos para que puedan visitarlo. Le avisaré cuando esté listo.

Isaza agradeció al médico y de inmediato fue a buscar a Simón y Villa. Encontrandolos en una situación extraña e incómoda como bien lo sabemos, esperó pacientemente a que ambos terminaran de besarse para darles las noticias de Martín que había dicho el doctor. Los tres regresaron a la sala de espera, ambos esposos tomaron asiento en uno de los sillones mientras Isaza llamaba a alguien por teléfono.

- Es Andrea, está preocupada por Martín. - Aclaró y retomó su conversación con la castaña.

Villa le dedicó una mirada extraña a su amigo, cosa que no pasó desapercibida por Simón.

- ¿Sucede algo? - Preguntó curioso. Villa asintió.

- Hay algo raro en esa chica, por alguna razón no me hace sentir tranquilo. La he visto muy al pendiente de Isa y de tu hermano que no puedo evitar desconfiar.

Si Andrea ocultaba algo, pronto lo iba a descubrir.

Hola, aquí weymorat reportándose con su vieja costumbre de actualizar a las pinches 2 a.m. 😂

Oficialmente este es el capítulo más largo que he escrito superando las 3500 palabras. ヽ(。◕o◕。)ノ Seguramente nadie leerá este capítulo hasta la mañana, pero ya tenía que actualizar. Además, hoy es un día especial.
Quizá a muchos no les importe, pero hoy la hija de Chen (un integrante de EXO, que es de mis grupos favoritos de K-pop) cumple tres meses de nacida, así que hay que celebrarlo .🎉🎊

Ok ya, como seguramente saben, el fandom de Morat está pasando por momentos difíciles ahora, prácticamente estamos "en reparación" para volver a ser lo que éramos antes. Yo deseo de todo corazón que eso ocurra y los que me siguen en instagram saben que es cierto, por del bien del fandom mi contenido en la fanpage va a cambiar y será más moderado. Estoy segura que todo esto pasará pronto y volveremos a ser ese fandom tan lindo y unido por esos cuatro colombianos bellísimos que nos maravillan con sus letras. ❤️😍

Además, hoy también se estrena la nueva canción así que doble celebración.

Probablemente suba capítulo mañana, así que estén pendientes. Saben que los quiero mucho y valoro cada comentario que me dejan. Nos leemos pronto.

- weymorat :)

पढ़ना जारी रखें

आपको ये भी पसंदे आएँगी

190K 24.4K 118
𝐅𝐀𝐊𝐄 𝐂𝐇𝐀𝐑𝐌 || 𝙴𝚕 𝚎𝚗𝚌𝚊𝚗𝚝𝚘 𝚎𝚜 𝚎𝚗𝚐𝚊ñ𝚘𝚜𝚘, 𝚢 𝚌𝚘𝚗 𝚜𝚞 𝚋𝚎𝚕𝚕𝚎𝚣𝚊 𝚑𝚊𝚛á 𝚚𝚞𝚎 𝚝𝚎 𝚊𝚛𝚛𝚎𝚙𝚒𝚎𝚗𝚝𝚊𝚜. Teen Wolf...
263K 18.6K 35
Con la reciente muerte de su padre el duque de Hastings y presentada en su primera temporada social, Annette empieza a acercarse al hermano mayor de...
~Warm~(YM) Shommy♡ द्वारा

फैनफिक्शन

563K 89.3K 36
Park Jimin, un padre soltero. Por culpa de una estafa termina viviendo con un completo extraño. Min Yoongi, un hombre solitario que guarda un triste...
Enemy [Y.M] I'm Aradia द्वारा

फैनफिक्शन

770K 114K 99
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...