Caminé con paso decidido hasta la casa de Largo Alba. No hizo falta que tocara el timbre. La puerta estaba abierta.
Junto a la puerta me está esperando la empresaria Rebeca Oliva. No quiero ni siquiera saber cómo es que estaba al tanto de nuestros pormenores. Que sabía que tenía que estar ahí en ese preciso instante. Está vestida elegantemente, con zapatos de taco y vestido para un coctail. Definitivamente no es una mujer de acción. Ella es una mujer ejecutiva.
"Buenas noches, Erwin", me dice cuando estoy cerca. A un par de metros de ella me detengo. A mi lado están Drakken y sus mercenarios con sus rifles listos. Al otro están Ana y Morgan. Toda una comitiva la que tengo. Rebeca, en cambio, está sola. Eso me parece sospechoso.
"Hola, Rebeca. Pronto va a amanecer", le respondo. "¿Vienes sola? ¿Sin protección?"
"Oh, tengo protección", ella señala por encima de mí. Me volteo y veo dos sombras que se mueven al otro lado de la calle.
"Vampiros", comento. "¿Consideras seguro contratarlos para que te protejan?"
"Tú trabajas para ellos. Dime qué tan seguro te sientes", me responde.
Miro el interior de la casa. Dentro no se escucha movimiento. Pareciera que ahí solo habría fantasmas y cadáveres. Curiosamente, ése es precisamente el caso.
"Siento como si todo me hubiese llevado a este momento. Como que éste es mi destino", me digo. Ella asiente, pero no dice nada. "Por cierto, quería confirmarte que honraré nuestro trato. Ustedes serán nuestros únicos proveedores de maquinaria y repuestos. De todo lo que ustedes ofrezcan"
"Genial. Estoy muy agradecida", responde ella sonriendo. Rebeca no es una mujer fea. En sus tiempos debe de haber sido muy atractiva.
"Y hay algo más", le digo dando un paso hacia la puerta. "Próximamente vamos a tener una posición disponible dentro del Grupo De la Cruz. A lo mejor quisieras venir a trabajar para nosotros"
"Oh, vamos, Erwin. He trabajado mucho para poner a Oliva Motors en donde está. No la abandonaría luego de un golpe de suerte como éste. Tendría que ser un puesto muy interesante. Y muy bien pagado"
"Sí lo es. Se trata de mi puesto"
No le doy tiempo para que lo piense. Me meto a la casa. Entro solo. Mi comitiva se queda afuera.
Dentro ya están todos esperándome en la sala.
En una esquina está sentado Largo Alba. Él es el secretario del directorio. Fue el que convocó la reunión de urgencia, así que él es el que la preside, dada la ausencia de William. Tiene sobre las piernas un block de notas de madera, hermosamente adornado, en el cual ha estado anotando cosas.
En la esquina opuesta se puede apreciar a Joseph Anders. Está parado con una mano apoyada en el respaldar de un sillón, como indicando que si tuviera las ganas de sentarse, lo haría en ese mueble. Él está atento, con los ojos yendo de una persona a otra.
Y aislado en otra esquina está el último De la Cruz miembro del directorio, Dana. Ella fue nombrada solamente para que los De la Cruz no perdieran el control de la empresa. Es sumisa, tranquila y pacífica. No estimamos que vaya a ser un problema.
"Oh, por fin llega, señor Martin", me saluda Largo Alba. "Tome asiento, aunque no creo que esto vaya a durar mucho"
"Yo tampoco", anuncia Joseph. "El asunto es bastante simple. William se está retirando prematuramente. Ya lo ha hecho, de hecho. Su sucesora, Beatriz, acaba de ser pulverizada por una explosión, que espero que vaya a ser investigada a profundidad"
"Por supuesto que lo será", asiento sin poder suprimir una sonrisa en mi cara. Todos en esta sala sabemos que yo soy el responsable de ese accidente.
"Necesitamos elegir un nuevo presidente", termina Joseph. "¿Alguna nominación?"
"No necesariamente tiene que ser miembro del directorio", dice Dana en voz baja. "Propongo a Griffin De la Cruz como presidente. Déjenme que les explique por qué es la opción ideal..."
Estoy seguro que Griffin y Dana habían preparado un discurso sorprendente. Lamentablemente, tengo que interrumpirla.
"Griffin De la Cruz está muerto", digo sin mirarla. "Si tienen dudas, tengo el video. Se los puedo hacer llegar mañana a primera hora"
Dana se queda con la boca abierta. Se le ven los colmillos. Nunca antes había dejado a un vampiro con la boca abierta.
"¿Alguna otra nominación?", insiste Joseph.
"Yo tengo una nominación", les digo levantando la mano. "Yo. Erwin Martin para presidente del directorio del Grupo De la Cruz"
Los tres vampiros se miran entre ellos.
"Tú eres humano", termina por decir Anders.
"Eres mortal", complementa Alba.
"¿Eso qué tiene que ver? Éste es un puesto por un tiempo limitado. No es para siempre. Nombrenme a mí presidente de este directorio y podremos hacer los cambios que todos aquí queremos hacer"
Dana De la Cruz no se ve convencida. Como sea, ella no es el público objetivo de mi discurso. Largo y Joseph lo son. Y ambos se ven bastante convencidos.
"¿A favor de nombrar a Erwin como el nuevo presidente del directorio?", termina preguntando Joseph Anders. Él mismo levanta la mano. Por supuesto que Largo también lo hace. Dana no vota. Se queda mirándonos sin realmente entender qué es lo que está pasando. Qué es lo que acaba de suceder.
Y así es como termino siendo el primer humano en ser el presidente del directorio del Grupo De la Cruz. Mi padre y mi abuelo ciertamente estarían orgullosos de mí.
"Eso nos deja con otro problema", continúa Joseph. "Necesitamos un nuevo gerente general. ¿Alguna propuesta?"
Dana no dice nada. Aun está procesando lo que acaba de pasar.
"Ahí afuera tenemos a Rebeca Oliva", digo casualmente. "Es casi de la familia Ea ambiciosa, despiadada y muy inteligente. Congeniarán muy bien con ella"
"¿Dejará su empresa por nosotros?", pregunta Largo, que sabe perfectamente de quién estoy hablando.
"No lo sé. Si se resiste, podemos comprar Oliva Motors", respondo y luego me volteo hacia Largo Alba. "Me parece que esta reunión ha acabado. No tenemos nada más que decidir esta noche"
La luz comienza a entrar por una de las ventanas.
"Mucho me temo que ya es de día", sonríe Joseph Anders. "Tendremos que quedarnos aquí a esperar que el sol se oculte. ¿Será eso un problema, Largo?"
Largo Alba sonríe también y niega con la cabeza.
"Por el contrario, será un honor"
Me paro, hago una reverencia y me retiro. El sol está comenzando a iluminar todo. La calle Abastos pareciera revivir.
Ahí afuera me están esperando todos.
"¿Y bien?", pregunta Ana. "¿En qué queda todo?"
"Yo soy el nuevo presidente del directorio. Rebeca es la nueva CEO", digo. "Y otros varios cambios que haremos y que serán informados conforme vayan siendo aprobados. Estamos ante el inicio de una nueva era"
Todos me miran. Drakken se cuelga su rifle al hombro. Sus mercenarios se relajan.
"¿Quiere eso decir que ya podemos regresar a nuestras casas?", pregunta. "¿La misión ha acabado?"
"Aun no", le respondo de inmediato. "Aun tengo que mostrarle su nueva oficina a Rebeca. Ustedes, vengan conmigo a asegurarnos de que no haya ratas ahí dentro de las que nos tengamos que deshacer"
La gente duda a mi alrededor. Recién cuando comienzo a caminar en dirección a mi antigua oficina se convencen de que hablo en serio. Todos me siguen de inmediato: Ana y Morgan, Drakken y sus muchachos, Rebeca sin sus vampiros.
"¿Quién te va a proteger ahora que es de día?", le pregunto suficientemente fuerte como para que todos me escuchen.
"Ustedes", responde ella sin dudarlo. "Ahora que trabajo para el Grupo De la Cruz, mi seguridad es preocupación de ustedes"
Por supuesto que tiene razón. Ahora debemos preocuparnos de su seguridad. Va a ser un proceso de adaptación bastante interesante, pero al final estoy seguro de que la empresa bajo el mando de Rebeca es una buena idea.
Y yo, en calidad de presidente del directorio, tendré mucho más tiempo libre sin desvincularme del Grupo. Por fin podré dedicarle más atención a mi familia.
En este momento no puedo llamarlos, porque arruinaría el efecto épico de caminar por el medio de la calle rodeado de personal. Apenas pueda debo averiguar en dónde está mi esposa y mis hijos. Y mi padre, dicho sea de paso.