Errónea venganza (Conor Mayna...

By fans_dreams99

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El célebre cantante Conor Maynard tiene una vida de lujos, de amor y cariño de quienes le rodean; una vida fe... More

Sinopsis
Prólogo
Capítulo 1: "El comienzo -Amber Nicole & Conor Maynard-"
Capítulo 2: "El descubrimiento de una traición"
Capítulo 3: "Sed de venganza"
Capítulo 4: "Bella Hale"
Capítulo 5: "Encuentro nocturno"
Capítulo 6: "Aléjate de mi hermana"
Capítulo 7: "Quiero besarla..."
Capítulo 8: "Una Sensación Extraña"
Capítulo 9: "Están enamorados"
Capítulo 11: "Intenta Hablar Con Ella"
Capítulo 12: Venganza
Capítulo 13: ¿Qué estoy haciendo?
Capítulo 14: No sé que me pasa...

Capítulo 10: "¡Malditos Mensajes!"

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By fans_dreams99

Era jueves por la mañana y Conor solamente podía pensar en lo que le había dicho su hermano la noche anterior; -¿Era o no era buena idea dar el siguiente paso con Bella? ¿Cómo reaccionarían los demás si llagára a declarársele?- esas eran las preguntas que más rondában por su cabeza, y aunque estaba seguro que en verdad sentía algo fuerte y serio hacia ella, se negába dar el siguiente paso. Temía salir dañado, aunque no sólo tenía miedo por él; Bella era tan especial que una alarma en su cabeza le planteába un "NO" definitivo. Pero tampoco quería dejar de sentirla cerca, hacer a un lado aquellos deliciosos y suaves labios, su delicado cuerpo fuera de su alcance era como una tremenda y dolorosa tortura; por esa razón había seguido con aquel juego sin rumbo.

Hale se veía cada vez más desanimada por dicha actitud y es ella cabía la constante e importante pregunta -¿Estará únicamente usándome?- que la llenába de pena. No, no sabía a lo que jugában, pero aún así no le impedía a que se acercára a ella. ¿Y cómo no? si aquel le hacía sentir un lindo cosquilleo en la boca del estómago.

En ese momento ambos tenían un encuentro matutino inolvidable, lleno de dulces besos que parecían decir "buenos días" mientras le sonreían al comenzó de aquella mañana. Y aunque ambos se encontrába distraídos en la habitación del chico de ojos celestosos, éste logró sentir que su celular bibrába su celular en el bolsillo trasero de su pantalón, lógrando el fin de aquellos beso.

Cuando Maynard vió su celular encontró un par de mensajes de la persona más inesperáda: Amber Nicole; ¿Cómo tenía cara...?, se preguntó al instante en que cambiába toda su atención de los labios de su amada a la pantalla de su celular. Y la duda provocó que los mensajes fueran abiertos:

*Conor, amor. Hce mucho que no nos vemos ¿Dónde estas?*

*Márcame en cuanto puedas, necesitamos arreglar unas insignificantes cosillas*

Él, aplicándo la mayor fuerza que podía cerrando su puño, tensó su mandíbula y miró a la pequeña e inocente que se encontrába frente, como si ésta hubiera leído aquellos estúpidos mensajes. En sus ojos mostrába que buscába comprensión y apoyo, confundiéndola y preucupándola.

–¿Pasa algo? –se apresuró a decir.

Paul sólo le dedicó una mirada más antes de echárse a la cama estirándoce de los cabellos, de una manera frustrante a la vez que soltába un suspiro exasperado. En serio que cómo podía tener cara aún para enviarle  mensajes como si nada hubiera pasado y para el cólmo, atreverse a decirle amor. Pero para fortuna de aquella chica, aún no la había olvidado y el recuerdo de pequeños momentos felices aún seguían tibios guardados en su corazón; si sentía algo por Bella, pero también podía percibir ese sentimiento hacia aquella engañosa mujer, y es que el amor que le había tenído había sido tan fuerte que aún perdurába muy a pesar de la infidelidades con las que le había pagado su amor.

–No...

Se colocó nuevamente de pie y avanzó hacia ella de manera lenta, deseoso de posérla y poder olvidar todo el problema que le hacia Amber en su cabeza. La tomó por la cintura y apegándola a él con un tanto de fuerza, comenzó a repartir besos en su cuello, elevando de manera lenta hasta su clavícula para despúes de unos segundos parar sobres sus labios besando con pasión y demostrando su anhelo interior. Cuando sus besos fueron correspondidos, sus manos comenzáron a deslizarse con lentitud hasta su trasero, apretándola a él. Comenzó verse más comprometedor cuando aparecieron las acaricias, y aún más cuando Conor la recostába sobre su cama. Pero ella no se encontrába lista, así que en cuanto tuvo la oportunidad, una Bella temblando por el éxtasis que sentía interiormente y a la vez el nerviosismo; puso las manos sobre sus pecho, lo separó de ella de una manera lenta. Sentía que la vergüenza la consumía interiormente cuando lo miró a los ojos con una cara un tanto enrojecida. 

A pesar de que ella no solía ser muy tímida esta ocasión era algo distinto. Habían estado casi a un paso de tener relaciones, cuando ella era una completa inexperta. Además, se sintió un tanto mal; él no se atrevía a proponerle ser algo más, pero si quería llevarla a la camas (en forma literal). ¿Sería que únicamente la quería para eso?   

–Lo siento, no estoy preparáda – se excusó antes de quitárselo de enzima y con una sensación destrozadora, salió de aquella habitación de una manera discreta.

Maynard no entendió nada de su actitud, había notado los ojos lloroso que ni siquiera se habían atrevido a mirarle antes de salir. ¿Había hecho algo mal? 

–Hey, ¿Qué paso? –Anna prestó toda su atención en ella cuando la vió al borde de las lágrimas–. Ven, vamos a mi cuarto.

Sentádas sobre la cama, la castaña comenzó a relatar lo que había estado a punto de pasar y lo que sintió, cuando la idea de que únicamente la quería para pasar el rato, llego a su cabeza. Su amiga únicamente la escucho y no supó más que decir; realmente no sabía lo que su hermano quería con ella, como para negarle que no era eso.

Y así fue como paso la tarde, ambas chicas tratáron distraerse de aquella posibilidad; mientras que por otro lado el hermano mayor de los Maynard seguía recibiendo aquellos inútiles he idiotas mensajes. ¿Qué no entendía que no le contestaría?, o eso prentendía antes de llegar al limité cuando llego el mensaje número 20:

*Amor, me preocupa que no me contestes, ¿estás bien?*

Conor respondió:

*Estoy bien. Ahora, hazme el enorme favor de ya no mandárme mensajes*

*Pequeño, ¿por qué me respondes así?... ¿Aún sigues enojado*

*Dejáme decirte que sí*

*Oh, vamos. Ambos sabemos que no durarás mucho así.*

Y ahí fue el momento en el que debió de poner un alto, sabía que podía sacarle el lado que estaba enamorado aún de ella. Lo sabía y aún así siguió respondiendo mensajes, sin pensar en el hecho de que podrían herir a Bella. -Pff, tenía contraseña su celular. Obvio que jamás los vería- fue exactamente lo que pensó cuando aquella idea llego a su cabeza.

*¿Cómo estas tan segura?*

*Porque te conozco, se cada uno de tus puntos débiles, y sé que aún me amas*

*No...*

¿Por qué seguía respondiéndole?

*¿Estás seguro?*

No, claro que no estába seguro. Ella lo conocía mejor a  que nadie y la amaba a ella más que a nadie en la vida. Quería tenerla en sus brazos y aunque le doliera su traición, no le importába porque sentía que podían vencer cualquier problema.

*No*

*¿Me extrañas?*

Un suspiró salió por su boca antes de responder. 

*Sí*

*¿Eso quiere decir que aún me amas como yo a ti?*

Su corazón se aceleró. ¿En serio aún seguía amandólo? Y a pesar de que la duda estaba ahí adentro, cayo en la trampa.

*Claro que te sigo amando como a nadie más. Nadie podrá sustituirte*

Ding- dong, el timbre desconcentro a los chicos que se encontrában en la sala de estar viendo el televisor, mientras que Bella le echaba un par de miráditas para verlo mandar mensajes.

–Ve tú –dijeron Jack y Anna a la vez, mientras lo veían.

Sólo recibieron el gesto de voltear lo ojos de su parte y fue de inmediato a atender la puerta, dejando su celular si bloquear por un lado.

-Perfecto- pensó Anna ante, cuando tomó el celular de su hermano de una manera disimulada y le hacia señas a Bella para que fuaran a su cuarto. Ambas subieron al segundo piso corriendo, estában deseosas por saber de qué se tratában aquellos mensajes que tanto habían distraído a Conor como para ignorar por completo a la castaña.  Y justo cuando revisaron el celular, los mensajes aún podían verse. Con curiosidad comenzáron a leer desde el inicio de aquel día.

En un principió, lo que ambas pensaron fue que aquella chica era una atosigadora pesad; más que cuando llegarón al final, los ojos de la castaña se vieron iluminados con una bola en la garganta. Se sintió tan mal y sólo logró permanecer con los ojos muy abiertos , a punto derramar lágrimas antes de escuchar como la puerta se abriá de golpe y Conor desesperado aparecía por ella.

–Anna, ¿por qué has toma... – su miráda se encontró con los ojos llorosos de aquella dulce chica, que tanto quería. Y entonces fue cuando se dió cuenta de lo que había pasado.

–Bella, linda –trató de acercarse, pero ella se alejómás derramando ya un par de lágrimas.

Entonces él pudo sentir como su corazón se movía bruscamente, sintiendo pena. Todo estaba mal por su culpa. Pero no había podído dejar a un lado a Amber, porque aún la quería, porque aún sentía algo cuando pensába en ella.

Él sin saber que hacer, le arrebató su celular a su hermana menor y le dedicó una mirada llena de vergüenza antes de salir por la puerta. sintiendó un dolor interno al verla llorar, y aún más por su culpa.

–¡Malditos Mensajes! –gritó cuando estuvo en su habitación, sintiendo rabia acumulada. Todo se había ido a la basura con su dulce castaña, y eso que ni siquiera tenía pensado retomar una relación con Amber. 

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