Capítulo 2: "El descubrimiento de una traición"

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Jack tomó aire con intranquilidad. Miró a su hermano y se sintió aún más nervioso bajo su mirada que demostraba su molestia. Tenía que terminar esto en ese mismo instante; pero se sentía temeroso de la reacción que podría tener su hermano mayor cuando se enterará de la verdad.

–Jack, apresúrate que no tengo tu tiempo –exigió Conor desesperado.

Tragó saliva con miedo a lo que ocurriría después. Temía que terminaría con un ojo morado, y aquella larga hermandad acabaría en el momento que el confesará todo. 

Había practicado durante todo el camino cómo habría que decirle sobre la verdadera cara de su novia, pero por más que trataba de recodar su conclusión sobre las palabras "perfectas" para explicárselo de mejor manera y sin brusquedad: nada. Absolutamente nada era lo que recordaba. 

–Conor, no sé cómo decirte esto hermano, pero sé que no te agradará.

Su hermano tomó asiento a un lado de él con la cara de preocupación. Y no era para menos, Jack nunca hablaba con seriedad, y que lo estuviera haciendo en ese momento, era muy mortificante.  

Conor lo miró fijamente con desespero y ansiedad , y es que no podía evitar sentir una bola en su estomago. Quería acabar con aquello en ese mismo instante y por eso es que tomó Jack de los hombros y con una mirada penetrante esperó a que se animara a hablar.

–Lo siento mucho hermano –se disculpo el menor, se odiaba en ese instante. Y en verdad debía, ¡SE HABÍA METIDO CON SU NOVIA!

Conor notó un par de lágrimas caer por las mejillas de su hermano; sintió un dolor interior al verlo sufrir, al verlo tan dolido, era tan evidente que con tan sólo ver sus ojos. Pero por más vueltas que le daba no lograba entender cuál era el problema; aunque de una cosa estaba seguro, podía creer  lo que quisiese, y nunca lograría pensar en lo que Jack estaba apunto de decirle.

–Me he metido con tu novia –confesó de golpe al borde de un abismo de defraudación. Lo había engañado; había traicionado a su propia sangre por un tonto capricho y deseo.

El mayor sólo logró mantenerse en silencio unos segundos. Le costaba creerlo, y por un momento creyó que se trataba de una mala broma. Mas en el rostro de su hermano no encontró ninguna mueca de diversión. Después de un largo minuto el desconsuelo y la cólera lo abrasaron en un río de dolor que hacía arder su interior lleno de decepción, provocada únicamente por la infidelidad de dos seres que tanto amaba.

Se puso de pie mientras su rostro palidecido se encontró encajado. No lo entendía, era tan irreal para él que ni siquiera el hecho de ver a su hermano llorar por su supuesto arrepentimiento, le daba credibilidad a la situación.

En un arranque de coraje, tomó de los hombros a la persona que tanto había cuidado de pequeño y con la que había compartido tantos momentos lindos. De un momento a otro y de un solo empujón lo tenía tirado en el suelo mientras le daba un golpe tras otro.

–Espera –se atrevió decir Jack aterrado mientras que sin mucho éxito esquivaba sus golpes –. Eso no es todo.

Conor se detuvo repentinamente y espero a que prosiguiera. Y así lo hizo. 

–No soy el único –expreso temeroso, no quería que su hermano sufriera más.

Conor lo tomo de la playera rojo de la ira y acerco sus rostros de golpe.

–¿Qué? –vocifero como si de un monstruo se tratase.

El chico asustado por la recién conocida actitud de su amigo del alma, se detuvo un poco pensando si decirle lo siguiente o era mejor callarlo.

–Ve a los departamentos de la universidad a la que fueron la última vez. La habitación B19.

El chico segado por el enojo se puso de pie y apenas pensó unos segundos antes de seguir las instrucciones de su hermano. Agarro sus llaves y en menos de 3 minutos se encontraba manejando al lugar que su novia lo había, prácticamente, arrastrado hacía apenas unas semanas. Y aunque se cuestiono si lo correcto era creerle a su hermano después de su traición, no quiso quedar con la duda. ¿Qué podría encontrarse él ahí?

Piso el acelerador lo más que pudo y en un par de minutos estuvo frente a la enorme y dichosa universidad. Preguntó por dónde quedaban los departamentos y cuando le resolvieron su interrogante, corrió rumbo a la habitación dada.

Apenas llego y abrió la puerta sin siquiera pedir permiso, encontrándose con una terrible y dolorosa escena.

Su chica en los brazos de otro hombre, disfrutando del momento a las espaldas de él.

 –Amber...

Ahí comenzó todo. Una venganza que terminaría involucrando a la persona menos indicada. Y que sin lugar a duda, terminaría totalmente destrozada.

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Chicas, necesito su opinión.

Como podrán ver he cambiado mi manera de escribir, y necesito saber si les gusta. Si hay algún problema, no duden en decírmelo y trataré de mejorar. Para eso son las críticas RECONSTRUCTIVAS.

Se los pido de favor.

Gracias. 

Errónea venganza (Conor Maynard) *Detenida Indefinidamente* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora