Capítulo 10: "¡Malditos Mensajes!"

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Era jueves por la mañana y Conor solamente podía pensar en lo que le había dicho su hermano la noche anterior; -¿Era o no era buena idea dar el siguiente paso con Bella? ¿Cómo reaccionarían los demás si llagára a declarársele?- esas eran las preguntas que más rondában por su cabeza, y aunque estaba seguro que en verdad sentía algo fuerte y serio hacia ella, se negába dar el siguiente paso. Temía salir dañado, aunque no sólo tenía miedo por él; Bella era tan especial que una alarma en su cabeza le planteába un "NO" definitivo. Pero tampoco quería dejar de sentirla cerca, hacer a un lado aquellos deliciosos y suaves labios, su delicado cuerpo fuera de su alcance era como una tremenda y dolorosa tortura; por esa razón había seguido con aquel juego sin rumbo.

Hale se veía cada vez más desanimada por dicha actitud y es ella cabía la constante e importante pregunta -¿Estará únicamente usándome?- que la llenába de pena. No, no sabía a lo que jugában, pero aún así no le impedía a que se acercára a ella. ¿Y cómo no? si aquel le hacía sentir un lindo cosquilleo en la boca del estómago.

En ese momento ambos tenían un encuentro matutino inolvidable, lleno de dulces besos que parecían decir "buenos días" mientras le sonreían al comenzó de aquella mañana. Y aunque ambos se encontrába distraídos en la habitación del chico de ojos celestosos, éste logró sentir que su celular bibrába su celular en el bolsillo trasero de su pantalón, lógrando el fin de aquellos beso.

Cuando Maynard vió su celular encontró un par de mensajes de la persona más inesperáda: Amber Nicole; ¿Cómo tenía cara...?, se preguntó al instante en que cambiába toda su atención de los labios de su amada a la pantalla de su celular. Y la duda provocó que los mensajes fueran abiertos:

*Conor, amor. Hce mucho que no nos vemos ¿Dónde estas?*

*Márcame en cuanto puedas, necesitamos arreglar unas insignificantes cosillas*

Él, aplicándo la mayor fuerza que podía cerrando su puño, tensó su mandíbula y miró a la pequeña e inocente que se encontrába frente, como si ésta hubiera leído aquellos estúpidos mensajes. En sus ojos mostrába que buscába comprensión y apoyo, confundiéndola y preucupándola.

–¿Pasa algo? –se apresuró a decir.

Paul sólo le dedicó una mirada más antes de echárse a la cama estirándoce de los cabellos, de una manera frustrante a la vez que soltába un suspiro exasperado. En serio que cómo podía tener cara aún para enviarle  mensajes como si nada hubiera pasado y para el cólmo, atreverse a decirle amor. Pero para fortuna de aquella chica, aún no la había olvidado y el recuerdo de pequeños momentos felices aún seguían tibios guardados en su corazón; si sentía algo por Bella, pero también podía percibir ese sentimiento hacia aquella engañosa mujer, y es que el amor que le había tenído había sido tan fuerte que aún perdurába muy a pesar de la infidelidades con las que le había pagado su amor.

–No...

Se colocó nuevamente de pie y avanzó hacia ella de manera lenta, deseoso de posérla y poder olvidar todo el problema que le hacia Amber en su cabeza. La tomó por la cintura y apegándola a él con un tanto de fuerza, comenzó a repartir besos en su cuello, elevando de manera lenta hasta su clavícula para despúes de unos segundos parar sobres sus labios besando con pasión y demostrando su anhelo interior. Cuando sus besos fueron correspondidos, sus manos comenzáron a deslizarse con lentitud hasta su trasero, apretándola a él. Comenzó verse más comprometedor cuando aparecieron las acaricias, y aún más cuando Conor la recostába sobre su cama. Pero ella no se encontrába lista, así que en cuanto tuvo la oportunidad, una Bella temblando por el éxtasis que sentía interiormente y a la vez el nerviosismo; puso las manos sobre sus pecho, lo separó de ella de una manera lenta. Sentía que la vergüenza la consumía interiormente cuando lo miró a los ojos con una cara un tanto enrojecida. 

Errónea venganza (Conor Maynard) *Detenida Indefinidamente* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora