Llegaron camionetas del FBI, salieron soldados, rodearon a Zally y le apuntaron con sus armas. Ella apenas si había reaccionado, pues uno de los agentes le habló en voz alta, sin gritarle demasiado.
— ¡Red Girl!, las manos a la nuca.
Zally primero volteó a ver al agente, lo miró por unos largos y silenciosos segundos.
No estaban seguros de qué iba a pasar, así que el agente volvió a hablar.
— Dije, manos a la nuca.
Zally caminó hacia él, todos siguieron apuntándole.
— Agente, debo irme—dijo Zally.
El agente la observó y no le quedó más de otra que dejarla ir más que nada como agradecimiento, hizo señas a los policías para que abrieran El Paso y bajaran sus armas.
— Gracias—Zally caminó hacia la carretera y vio el autobús de la escuela, estaban reuniendo a todos, no sabía si de verdad ir, pero si no aparecía podrían sospechar.
Así que Zally respiró profundamente, se escondió detrás de un trailer.
— Armadura desaparece—dijo en voz baja—. Zally, solo actúa normal.
Corrió hacia donde estaban los demás y tomó del brazo a Cindy. Ya todos estaban completos y se fueron.
Durante el camino, todos les hablaron a sus familias para decirles que estaban bien, esta vez Zally solo mandó un mensaje a su hermano diciéndole que tenía que hablar con ellos.
— ¿Estás bien Zally?
— No.
— Pero si le ganaste.
— Cindy, no hablaré de eso aquí.
— Bien—la abrazó.
— Solo puedo decirte que todo está yendo muy mal, peor de lo que pensaba—sollozó lo más silenciosamente posible.
Cindy sintió un escalofrío al escuchar eso, pero necesitaba que Zally le explicara todo. Se quedó en silencio y siguió abrazando a su amiga.
Después de horas de viaje, por fin llegaron a Washington y todos fueron a sus casas, ningún alumno había salido lesionado.
A todos los esperaban sus padres, a Zally la esperaban Masha y Zeki, quienes tenían una notable cara de preocupación. Vieron a Zally y fueron con ella.
— Vamos a casa Zally—le dijo Zeki—. Preparé la cena.
— Si—dijo sin ánimos—. ¿Dónde está Will?
— Oh, él está en la casa con Xenna esperándonos—dijo Masha.
— Masha ¿verdad?
— Sí, no nos conocemos, pero igual estoy aquí para ayudar.
— Gracias.
Los tres subieron al auto y se fueron a la casa.
En casa estaban Xenna y Will, quienes se pusieron de pie rápidamente al ver a Zally.
— Zally, en serio nos gustaría saber qué pasó—dijo Xenna.
— Se los diré.
Zally explicó todo a detalle. Cuando mencionó el nombre de Aiden, a Will le pareció familiar ese nombre, intentaba recordar de donde había escuchado eso.
— Sabe quiénes somos, si sabe mi nombre debe saber el de todos ustedes—dijo llorando—. ¿Qué va a pasar? En verdad estoy muy asustada.
— Aiden—dijo Will—. No sé ustedes pero yo voy a matar a ese imbécil.
— ¿Qué dices? Ni siquiera sabemos de dónde viene—dijo Masha—. Pero estamos muy cerca de tener respuesta de nuestro robot.
— Masha, no sé si eso siquiera vaya a ayudarnos, no sabemos qué tan preparado viene ese tipo—dijo Xenna.
— Will, ¿tú te preocuparías?
— Ya lo estoy.
— Cualquier cosa que suceda, estaremos preparados, tendremos que dar un aviso internacional sobre esta amenaza, la gente debería saberlo—Dijo Xenna—. Y ustedes nos ayudarán.
— ¿Y si no lo logramos?—preguntó Zally.
— Algo me dice que lo haremos—la abrazó—. Chicos, me iré, avisaré al Coronel Collins y a Alondra.
— Nos vemos Xenna.
Xenna se fue a hacer su trabajo. Lo que había dicho no le convencía del todo a Zeki, pero ni siquiera entendía la situación en sí.
Todos necesitaban al menos una pista más.
Todos querían saber a qué se enfrentarían. Y Will ni siquiera estaba seguro de nada.
Los cuatro cenaron juntos pero en completo silencio, Masha se sentía un tanto incomoda, ya se había disculpado con Will ese mismo día, pero parecía que aún no le agradaba. Entonces su celular sonó <<Llamada entrante de Ivan, no puedo contestarle, me siento de lo peor ahora, no puedo seguir aquí, mejor me iré para pensar qué le diré a Ivan>> Pensó.
— Zeki, estuvo delicioso todo, pero debo irme, hay unas cosas que debo revisar—se puso de pie.
— Claro, nos vemos después en el trabajo.
— Si, adiós—le dio un beso de despedida—. Zally, un placer conocerte y cualquier cosa, también cuentas conmigo.
— Gracias Masha—hizo un intento por sonreír.
Masha se fue y quedaron los tres de siempre. Zally fue a sentarse a la sala con Zhelty, el pequeño gatito parecía saber que había demasiada tensión en la casa, se puso juguetón con Zally, esto la hizo sonreír y calmarse al menos un poco.
Eran muchas emociones para todos, solo tocaba esperar a que pasara algo.
Al día siguiente, las clases siguieron normales, pero Zally decidió no ir, no quería ver a nadie en esos momentos, se sentía demasiado culpable como para hablar con Cindy o con Anthony.
Se quedó en casa, su única compañía era Zhelty, lo cual no estaba mal.
Cindy estuvo llamándola todo el día sin recibir respuesta alguna, Anthony también lo intentó pero tampoco conseguía nada.
En esos momentos todos los medios habían explotado, hablaban de Red Girl y del sujeto que la golpeó. Esperaban a que el gobierno hablara al respecto.
Zally en todo el día, no prendió la televisión, ni su celular ni nada hasta la noche, donde se decidió a mandarle un mensaje a sus amigos en su grupo, el cual decía: "Hola chicos, solo quería decirles que estoy bien, pero pienso que los he metido ya en demasiados problemas, ya no se preocupen por mí, no pienso volver a la escuela, simplemente no podría, así que me disculpo de una vez. Ustedes son los mejores amigos, los amo mucho en serio, pero precisamente por eso, no debo seguir hablando con ustedes, gracias por aguantarme"
Después de enviar el mensaje se soltó en llanto como nunca, le dolía decirle algo así a sus mejores amigos, se acostó y abrazó a su gato, así se quedó.
Zeki y Will llegaron del trabajo, cenaron y no hablaron de casi nada.
— Zeki.
— ¿Si?
— Si logro partirle la cara a ese tal Aiden, tendré que besar a alguien de la emoción, no descarto que seas tú.
— ¿Qué?—Soltó una carcajada—. ¿Qué dices Will?
— Solo te estoy advirtiendo—sonrió, cumplió su objetivo de hacer reír a su amigo.
— Gracias pero a Masha no le va a gustar—también sonrío.
— Zeki, no te pongas toda la carga otra vez, te conozco muy bien—se puso de pie—. Soy capaz de golpearte para ver si te das cuenta de una vez.
Zeki se quedó callado por un momento. Pero reconoció que Will tenía razón.
— ¿Qué hago?
— Relájate un poco—le sonrío—. Olvídate de la EAF un rato.
— Mmm...
— Es más, salgamos a algún lado tú y yo.
— ¿Qué haremos?
— Ya veremos, vamos, nunca hemos salido a divertirnos.
Will logró convencer a Zeki y salieron a buscar algo qué hacer. Después de muchas caminatas y algunas cervezas, terminaron sentados en el estacionamiento de un Circle-K.
— No puedo creer que le hayas contestado así a ese tipo—Zeki estaba riéndose—. En serio eres increíble.
— Claro que lo soy—le dio un sorbo a su cerveza—. Oye, éstas bebidas no son tan malas, aunque extraño el sumish de Vorushkwa.
— Debo admitir que tenías razón, necesitaba respirar después de todo esto.
— Dilo, toda esta mierda que nos ha atormentado toda la semana.
— Si, que tiene por nombre Aiden.
— Ni lo menciones, pero le daré una buena paliza ya te lo dije.
— No lo niego, yo también.
— La hemos pasado mejor afuera de este Circle-K que cualquier fin de semana—se recargó en el hombro de Zeki.
— Si, aunque también aprecio nuestros momentos en familia.
— Yo también.
— Oye, dejamos a Zally sola en la casa.
— No te preocupes, ya me encargué de eso.
Will había contactado a Cindy y a Anthony para que fueran a animar a Zally, más que nada para que tuviera un momento de paz. Aunque no lo pareciera, el mal presentimiento era lo más presente en él.