Two Birds (Damian x Raven)

Nicbelian

35.4K 2.2K 400

Two Birds(DXR) Una vez que una persona entra a tu vida sin que tu lo esperabas, pueden llenarte tanto como de... Еще

Prólogo
1- Un día mas
2- Aun puedo
3- Terquedad
4- Pistas
5- Déjame ayudarte
6- Conjuro
7-Otra Vez
8-Respuestas
9-Sueño
10-Necesidad
11-Búsqueda
12-Temple
13-Reencuentro
14-En Blanco
15-Precio
16-Por ti
17-Lo que fuera
19-Gracias
Epílogo (Final)

18-Lo mejor de uno

1.4K 84 13
Nicbelian

Pasaron unos cuantos días después de la confesión de ambas aves con sus verdaderos sentimientos. No pudieron haberse puestos tan melosos como jamás lo habían hecho en su corta vida. No es que de repente se dijeran cursiladas, (aunque por ellos lo harían varias veces) sino que parecían polos opuestos que se atraían constantemente. Si querías encontrar  al petirrojo, buscabas primero al cuervo y viceversa. Jaime, Logan y Dick aveces se quedan en una parte de la torre escondidos viendo a la joven pareja antes de ser atrapados por Starfire. De igual forma no conseguían ver tanto ya que no harían mucho más que leer un libro tomados de la mano con Titus durmiendo entre los dos. También los encontraban en la sala principal sentados en el comedor bebiendo un té y charlando. Era una escena inaudita si lo pensabas. Raven antes sonreía ocasionalmente, pero  el cuarto Robin sonrío sólo UNA vez desde que llegó a la torre. Y fue cuando convenció a la hechicera de volver con ellos a la tierra. Ahora tenía una pequeña sonrisa adornándole el rostro, también estaba de buen humor más frecuentemente y ya no era tan gruñón. Incluso disminuyó los gritos hacia el cambia-formas. De hecho, las reprimendas eran en un tono más bajo que antes. Por lo mismo y lo anterior dicho, ahora tenían más cuidado al tratar con el joven Wayne. No querían arruinar el estado de "paz" que se había formado en todo el lugar. Pero si en tal caso lo llegaran a molestar, (como por "accidente" Gar derramó su bebida en su camisa una tarde pasada) solo necesitaban que la de ojos púrpura se encontrara en la escena para calmarlo con un simple roce de manos y una mirada. Gracias a eso Logan logró sobrevivir a la ira del petirrojo varias veces. Gracias a ello, el ambiente dentro de la torre era mucho más agradable y llevadero. Esto era un alivio para cada integrante de los titanes por todos los acontecimientos ocurridos hace no mucho. Y todos parecían estar volviendo a ser ellos mismos después de tantas sacudidas. Lo que no sabían, era que el par más notorio del equipo no les había contado toda la historia. A opinión de ellos, era mejor que menos gente se enterara, o al menos a esa conclusión llegaron después de tanto debatir sobre las consecuencias. La joven hechicera era la que más dudas tenía sobre todo esto. Y su notoria incomodidad no pasaría desapercibida por el azabache que se encontraba en la cocina haciendo un té para ambos. Raven se hallaba sentada al frente de la barra del comedor, con su barbilla reposando en sus brazos cruzados sobre la barra.

--Damian, ¿estás seguro de esto?-- Cuestionó por lo bajo mientras jugaba nerviosa con sus piernas para intentar calmar la creciente ansiedad que sentía.

El aludido, al escuchar la inseguridad en esa serena voz, se pronunció su entrecejo pensando en cómo responder. Si bien ya habían acordado en lo que iban a hacer, (aún no se sabía todos los detalles por la tardía aparición de Zatanna. Lo único que conocía, era que necesitaba estar mentalmente preparado) era normal que siguieran teniendo dudas al respecto. Tantas cosas podrían salir bien como mal.

Tomó las dos tazas de té en ambas manos para girarse hacia la de ojos amatista con semblante preocupado y le extendió un brazo para que tomara la suya. Raven tomó cuidadosamente la taza de la mano firme del Wayne, rozándola con delicadeza. Sin saberlo, ese pequeño acto sonrojó muy ligeramente las mejillas del menor, reflejo que aprovecharía la mitad demonio después que le respondiese.

--Yo... Sabes que no, pero en mi opinión sería mejor si menos gente se involucrase.-- Dijo Damian tratando de sincerarse, odiaba hacerlo, pero con ella podía darse esos "lujos".

Raven suspiró antes de dar su primer sorbo. Al estar tan inmiscuida en sus pensamientos, el tenue sabor de las hierbas calientes la relajaron al instante. Y fueron las mismas que le sorprendieron al sentir algo nuevo en té.

--¿Cómo hiciste el té esta vez? Se siente distinto-- Preguntó con su tono y calma característica. Damian le dio una pequeña mirada antes de probar su propio té y abrió un poco los ojos en sorpresa al sentir lo mismo.

--Los hice mezclando e hirviendo cada hierva antes de hacer la mezcla. Es la primera vez que lo hice, ¿por qué? ¿No te gusta?.-- Inquirió con un tono algo fuera de su personalidad robusta y altanera, era casi como si lo que dijera la otra en respuesta le afectaría en sus acciones de sobremanera. Tampoco era una sorpresa, los dos en esos pocos días se mostraron lados que por nada del mundo enseñarían a alguien más, excepto ellos.

--No no, de hecho sabe mucho mejor que el té de tiendas. ¿Dónde aprendiste a hacerlos?-- Devolvió la pelinegra.

--Alfred me enseñó. ¿Quieres que te enseñe?-- Respondió sin tapujos dando otro sorbo a su taza mientras la miraba fijamente.

Raven asintió con algo de asombro, a decir verdad habían varias cosas de él que no sabía. A pesar de haber visto gran parte de su vida cuando se conocieron. Eran los detalles y modos de actuar los que desconocía. Y le fascinaba descubrir cada una de sus facetas poco a poco. Adentrarse en esas joyas de verde era algo que podía hacer todos los días a partir de ahora y jamás se cansaría de hacerlo. Dicen que los ojos son el espejo del alma, incluso si no puedes ver. O eso fue lo que su madre le decía algunas veces, la mayoría cuando sus poderes se descontrolaban y los sacerdotes de Azarath no sabían como lidiar con ella...

--Raven-- La llamó un cercano Damian que estaba mirándola consternado.

La nombrada se dio cuenta que estuvo divagando de nuevo, incluso en presencia del menor de los murciélagos, era desesperante aveces.

--No es nada, me perdí en mis pensamientos.-- Le dio una sonrisa mientras daba el último sorbo. El azabache entrecerró los ojos sospechando de si era cierto o no.

--Tengo que admitir que te quedó exquisito, chico maravilla.-- Se levantó de la silla  para girar dentro de la cocina y dejar la taza en el fregadero. Luego se puso detrás del menor y lo abrazo con ambos brazos, notando como se tensó al principio y rápidamente se relajó. A pesar de todo seguía sin estar acostumbrado a ese tipo de afecto. Dejó  descansando su cabeza por encima de uno de sus hombros, cerró los ojos y suspiró con alivio.

--No te preocupes hoy Damian, ya lo estaremos en su momento, ¿no lo crees?-- Sugirió Raven ahora más calmada.

--Sabes que no puedo evitar preocuparme... Y menos si se trata de ti-- Mencionó por lo bajo tomando uno de los brazos que lo rodeaban, acariciándolo por encima. La chica se enterneció por ese detalle, así que muy lentamente, fue acercando más y más su rostro hacia el del chico que estaba abrazando para besar una de sus mejillas con delicadeza. Recorrió un camino desde ahí hasta que capturó los labios que no se cansaba de probar y degustar con paciencia. El beso empezó a subir de tono una vez que el de casaca roja mordió el labio inferior de la demonio para tener una abertura, comenzando así otra danza húmeda por el dominio, como era de costumbre, ganaba Damian, pudiendo explorar por completo ese lugar ya tan conocido. Raven fue moviéndose poco a poco hasta estar a horcajadas del chico para estar mas cómoda. Ambos empezaron a recorrer el cuerpo del otro sin prisa, tomándose el tiempo en cada caricia. Repentinamente, Damian se levantó cargando a Raven en brazos mientras que ella en respuesta abrazo su cadera con sus piernas, todo sin romper el beso que de hecho subía en intensidad y pasión. El azabache la colocó en la barra para seguir besándola con aún mas "fuego". El oxigeno pronto fue necesitado y obligó a que rompieran aquel largo y tortuoso beso. Se miraron a los ojos observando como la lujuria y el deseo se reflejaba en ellos. Damian fue directo al cuello tomando por sorpresa a la hechicera quien jadeó por lo bajo por la sensación tan nueva que experimentaba. El Wayne siguió mordisqueando y chupando la parte justa donde se encontraba el pulso.

--Dami... Eso deja marca-- Una Raven que se había dejado llevar se quejó a duras penas por la pequeña nubosidad que comenzaba a formarse en su mente.

--No me importa, ¿o acaso te preocupa que los demás lo vean?-- Respondió juguetonamente al momento de lamer la notoria marca que había hecho.

--Idiota-- 

Raven entonces sujeta el rostro del menor para acomodarlo de nuevo y así poder seguir poseyendo aquellos labios enrojecidos. Ahora sus cuerpos zumbaban emoción cada vez que un chispazo eléctrico recorría la espina de cada uno. Aumentando todas las sensaciones que se traducían en caricias más intensas. Después de unos pocos minutos que se hicieron eternos por ambas partes, se separaron dejando un notorio hilo de saliva entre las bocas. Las respiraciones agitadas se marcaban  Volvieron a mirarse sin decir palabra alguna. Lentamente, se abrazaron con cuidado. No había ánimo para hacer nada más, solo sentir el calor que proporcionaba el otro les era suficiente. Era increíble que gracias a la conexión que compartían, pudieron pasar de estar casi devorándose a estar con un sencillo abrazo sin necesidad de palabras.

--Sabes...- Damian dijo - Si alguien nos encuentra así en la cocina, pensaran que somos una especie de...--

--¿De qué? ¿De pervertidos ninfomanos que no se controlan?-- Bromeó la hechicera con una sonrisa cómplice.

--Eh, no...--El sonrojo evidente lo hacia más divertido para la de ojos púrpura. Apretó más sus piernas acercándolo aún más que antes.

--¿Seguro?-- Movió un poco sus caderas para molestarlo. Logró su cometido cuando un suspiro apagado salió de la boca del azabache después de que rozaran sus entrepiernas.

--Raven...-- Suspiró mientras trataba de controlarse.

--¿Si?--

--¿Podrías dejar de hacer eso?--

--Oh, tendrás que especificar, mi pajarito-- 

Volvió a mover sus caderas de manera más pronunciada, esta vez con un roce más apretado que antes. Casi estaban casi unidos si no fuera por la tela que los cubría por encima. Damian sentía como si sus propios movimientos ya no los controlaba y daba paso a sus instintos, intentó controlarse tensando sus músculos, pero cuando volvió a caer bajo esa mirada inquisitiva de aquella hechicera que logró cautivar su corazón arrogante y solitario, no pudo resistir el deseo tan profundo que nacía de besarla.

Y así, otro fuego volvió a encenderse, mas pasional y amoroso como nunca lo habían hecho. Damian fue empujando lentamente el cuerpo de Raven hacia la barra, quedando encima y teniendo control total de su cuerpo. Los jadeos roncos y suaves del par de aves llenaban la sala principal. Parecían estar perdiendo el control y ceder ante sus necesidades más carnales conforme pasaban los segundos.

Fue entonces que Damian comenzó a bajar desde los labios rojos y ensalivados hasta el cuello, y finalmente terminó manoseando uno de sus senos con la delicadeza y cuidado más grande que jamás había tratado de esforzar. Se sintió realizado cuando oyó como la oji-amatista dejó salir un suspiro de alivio al momento de masajear su suave piel, también cuando las dos manos de la chica fueron a su cabello para apretarlo. El joven Wayne se acercó una vez más para deleitarse con el sabor agridulce de sus labios adictivos.

-- Damian, espera un segundo...-- La muchacha habló tratando de hablar fuera de esas sensaciones. 

--¿Qué pasa? ¿Te lastime? ¿Quieres que pare?--

 El contrario pensó que había hecho algo mal y entro en una especie de pánico. Jamás en su vida querría hacerle daño de cualquier forma, y lo había hecho, aunque sea por la cosa más pequeña. No se lo perdonaría.

--No, no en absoluto. Me encantaría que siguieras, pero Dick y los demás van a entrar en esta sala en unos minutos, los sentí ingresar a la torre.-- Se explicó Raven

La expresión del azabache se contorsionó en una de irritación total, se separó de la pelinegra y la ayudó a reponerse. Limpiaron la mesa y los trastes lo más rápido que pudieron y se fueron al sofá principal con un par de libros que estaban leyendo. Al sentarse, Damian irradiaba una clara molestia, una que notó la otra y lo comprendió bastante bien. Se acercó y le dio un tierno beso en la mejilla.

--Tranquilo... Ya habrá tiempo para eso... ¿Cuantos días faltan para que Zatanna venga?--

--Llega mañana, de hecho... ¿Cómo te sientes?-- 

--Bastante bien la verdad, y con ese trato que me diste, oh créeme que me siento de maravilla--

--Como desearía que estuvieran fuera una hora más...-- Musitó con clara mortificación.

--Tranquilo pajarito, ya tienes las garras sobre la presa, ahora te falta saborearla pieza por pieza con lentitud...-- Dijo Raven con una sonrisa cómplice y altanera que apenas se notaba. 

A Damian se le llenaron los dos pómulos de un escarlata que no logró controlar.

--Que lengua tan atrevida, señorita Roth-- Respondió Irónico el árabe

--Eso es porque no está ocupada ahora mismo, señor Wayne-- 

Jugó con el mismo tono y en claro desafio

--Si estás intentando que me calme, estás logrando justo lo contrario.-- Pronunció carraspeando los dientes.

--Oh, ¿enserio?- Se fijó en el bulto que se había formado y hecho notar en los pantalones del petirrojo. -Entonces creo que me podría encargar de eso...--

Se acercó silenciosamente mientras gateaba  hacia el chico que trataba de controlar la explosión de hormonas que estaba teniendo, con ojos cerrados no se dio cuenta que la chica se había acercado tanto hasta que sintió como le mordisqueaba el lóbulo de una oreja.

--Raven, muévete. Llegaran en cualquier momento-- Trató de alejarla sin mucho éxito. Entonces la de tez pálida se sentó encima mientras seguía con su acción.

--¿No se supone que querías que parara hace un momento?-- Mencionó Damian entre suspiros relajados.

--Cambie de opinión-- Respondió divertida al momento de darle una última lamida al lóbulo.

Acto seguido, se bajó del chico y se acomodó a su lado, recostando su cabeza contra su hombro, suspirando de alivio cuando cerró los ojos.

--Cada vez que haces eso, me dan ganas de arrancarte tus jeans y top negros...--Mencionó siendo directo y sin tapujos como siempre.

Raven abrió los ojos y alzó las cejas al escuchar semejante confesión, además de que sus mejillas se acaloraron por sus palabras. Giró para observar como el joven Wayne la estaba devorando con una filosa mirada. Cautivada, acercó su rostro al del contrario para saborear sus labios con sabor a miel.

--Damian...-- Susurró Raven  con ansias en su voz. Fue cerrando lentamente los ojos conforme el rostro del árabe se acercaba por igual. Rodeó su cuello con ambos brazos y el chico le atrapó la cintura. Al acortar distancias, los dos se volvieron a fundir en un beso largo, pero esta vez casto y lleno de emoción. 

Voces se empezaron a escuchar desde el pasillo de entrada, alertando a la pareja que se separó momentáneamente. Aunque poco le importó a la hechicera que quería seguir con su acción.

--Raven, ya están a-- Las palabras fueron tragadas por la boca de la pelinegra que logró arrebatarle el habla con otro beso. Intentó de separarse, sin embardo esa idea fue desechada casi al instante cuando el sabor y la sensación de los suaves labios de la oji-amatista se caló en su ser. Le siguió el juego y la acercó aún más.

La puerta se abrió mostrando a todos los titanes llevando varias bolsas de diversos productos de mercado. Dick iba a la cabeza y fue el primero en notar a la joven pareja que parecían vivir en su propio mundo. 

--Dejemos las cosas en la barra, luego acomodamos, ¿si?-- Habló en voz baja el primer Robin que iba en sus ropas casuales. Los demás le siguieron con un asentimiento de cabeza e hicieron lo que les dijo. Partiendo cada uno a diversos lugares de la torre.

Después de un rato bastante largo, las aves por fin se separaron. Tenían los labios hinchados y bastante rojos, el mismo color que sus rostros pero mas ligero.

--Definitivamente hoy despertaste más romántico-- Mencionó entre jadeos la chica demonio con una mano en el pecho del petirrojo.

--Y tu demasiado hermosa como para no hacerlo-- 

Declaró con las mismas bocanadas de aire, sintiendo como sus manos querían moverse sin control alguno por el cuerpo.

--¿De verdad eres Damian Wayne?-- Exponía Raven en risas mientras ladeaba la cabeza a un lado en señal de incredulidad.

--En carne y hueso señorita.-- Recalcó en el mismo tono usado por la mayor pero con mucha más arrogancia.

La chica le regaló una pequeña sonrisa antes de pararse del sofa y estirar sus brazos, ni siquiera supo el tiempo que estuvieron "distraidos".

--Raven...-Damian dijo- En un rato oscurecerá, me preguntaba si quisieras ir a ese lugar de atracciones de hace unos años-- 

--¿Al parque? Porque no!--Respondió con entusiasmo antes de ir a la cocina y notar la cantidad de cosas que había sin ordenar.

--Pero... Hablo de solo los dos...--Habló por lo bajo y con ligera vergüenza

--Oh, hablas de una "cita"-- Sin duda aprovecharía para molestar de cualquier forma sin con eso sacaba ese lado que tanto le agradaba.

--Lo que sea...--Respondió al momento de levantarse de igual forma y empezar a ordenar las cosas.--

--Entonces iré a arreglarme, en un momento saldré... ¿Y como se supone que iremos?--

--La verdad es que no puedo conducir "legalmente", así que tendremos que decirle a Grayson que nos lleve, es el único que nos puede llevar sin que empiecen a preguntar cosas innecesarias-

--Tienes razón-Afirmó Raven- Vendré en un rato, y tu también vas a cambiarte, Damian.-- Decía al momento de irse de la sala.

El nombrado bufó a lo dicho y repitió la acción. Al llegar a su habitación, cerró la puerta y se dispuso a ver que podría ponerse, no pasó ni un minuto y ya había elegido que iba a usar. Una casaca verde oliva y una camiseta blanca, jeans negros y unas zapatillas de negro. 

"Al final si fue útil toda esa ropa que Grayson trajo"

Pensaba al momento de verse en el espejo y pasar una mano hacia atrás para acomodar su cabello. Acto seguido, agarró su móvil y marco el número de Dick, esperando detrás del tono. Analizando que iba a hacer una vez estuviera ahí. Si bien la otra vez no fue malo, ahora estaría solo con la hechicera. No ha tenido problema con eso hasta ahora, no obstante todo esto era nuevo para él. Y jamás había... "salido" con alguien. Era imposible hacerlo cuando te encontrabas en una montaña invernal mientras te entrenaban para atravesar gargantas de muchísimas formas distintas durante 10 años. Nunca tuvo una "vida" en ese sentido. A su pensamiento, no le molestaba, pero muchas veces le costaba mostrarle afecto a la que lo sanó hace un buen tiempo. Cada vez se abría mas eso si. Quería hacer todo lo posible para que ella estuviera relajada y... Feliz.

--Hola Damian, ¿sucede algo?-- se escuchó como respondió a la llamada.

--Grayson, espero no tengas nada que hacer esta noche. Necesito que me lleves a mi y a Raven a un lugar.--

--¿Qué? ¿Y por qué no viniste a decírmelo? No estamos lejos niño-- Reprochó con una interrogante a su pequeño hermano.

--Porque quise, ¿nos llevaras o no?--

--Es posible que lo haga. ¿Y que harán?-- Él sabía que esto no era una pequeña salida porque si.

--No es de tu incumbencia-- Cortó en tono seco

--Escucha enano, hice que todos entraran sin hacer ruido, me debes una. Porque tendrías que adivinar, estabas tan ocupado besuqueándote que no quería molestarte. --  La verdad es que a pesar de esa actitud tan nefasta, lo quería bastante, aunque fuera tan déspota la mayoría del tiempo. Suerte que la oji-amatista está ayudándolo en ese sentido, sino sería como el día en que se conocieron.

--Jamás pedí que hicieras nada, payaso de circo.--Le regresó de vuelta en su tono particular.

--Claro, como lo estás haciendo ahora, ¿no?--

--Solo quiero saber tu respuesta, Grayson-- Espetó irritado mientras tomaba el puente de su nariz con sus dedos y fruncía el ceño.

--Jajaja, Damian, claro que los llevaré. ¿Cuando es?--

--En media hora.--

--Bien, los esperaré abajo.--

--Gracias--

Dick se sorprendió  que le agradeciera, ahora era más seguidos que antes, mejor dicho, casi nunca lo hacía.

--De verdad ella te está haciendo bien, pequeño D.-- Finalizó la llamada.

Damian bajó con lentitud el móvil pensando en lo último que dijo. Siempre había creído que él era lo más importante en su vida, nadie más incluso si se tratara de su abuelo o madre. Gracias a su padre y... Raven, Lo hacía sentir algo extraño dentro de sí, algo que era completamente fuera de lo que el creía que era "amor". Era distinto a lo que sentía por la hechicera, algo más liviano pero que se sentía bien, era completamente distinto a todo lo demás.

"Acaso es..."

--Damian, ¿ya nos vamos?-- Una voz ya bastante conocida y apreciada por el cuarto Robin se escuchó detrás de la puerta, con ligero golpeteo a la misma. Logrando bajarlo de esa nube de pensamientos.

--Si, ya podemos... Irnos -- Al abrir la puerta se encontró con una Raven con un outfit que logró calarse al instante y clavarse en su corazón.(Unos jeans blanco con una chamarra negra, una camiseta violeta y unas zapatillas de la misma tonalidad)

--¿Estás bien?-- Mencionó preocupada la pelinegra antes de colocar una mano sobre una de sus mejillas. El chico en respuesta posó su mano por encima de la otra, acariciándola y cerrando sus ojos para sentir más el tacto. La contraria enarcó una sonrisa antes de robarle un beso corto.

--Vamos, Grayson nos espera abajo-- Dijo Damian devolviendo la sonrisa.

--Te ves bien, creo que demasiado...-- Añadía Raven mientras observaba de arriba a abajo la apariencia del petirrojo.

--Tu te ves mucho mejor, créeme-- 

Ambos se miraron una última vez antes de bajar finalmente para salir. De camino se encontraron con Logan y Jaime que lo único que hicieron fueron hacer muecas de besos. Solo bastó una mirada de la pareja para que se fueran en dirección contraria.

Al llegar a la entrada, Dick se encontraba charlando con Kori en sus ropas casuales. Cuando los vio, se acercó para dirigirse a ambos.

--Chicos, no es que prohíba que salgan, al fin y al cabo no son niños. Sólo les pido que se cuiden, ¿de acuerdo?-- Habló Starfire con su tono tan amigable de siempre. Finalmente se despidió con una mano antes de ingresar a la torre. Entraron al auto y fueron conduciendo hacia aquel parque al lado de un muelle.

Al llegar, Dick los dejó solos y prometió que estaría ahí en dos horas o hasta que ellos le avisaran.

Antes que ingresaran al lugar, se quedó quieta, mirando al petirrojo como si estuviera esperando algo.

--¿Qué?--  Habló Damian sin saber porque lo miraba de esa forma.

Raven susrpiró y acto seguido, le tendió una mano.

--Aún te quedan cosas por aprender, chico--

Damian captando a lo que se refería, tomó la mano templada de la pelinegra, sintiendo como con tan solo ese acto, sentía una brutal vergüenza que se lograba tragar para sus adentros. Decidió que quería pasar esta noche como simplemente como Damian Wayne, nada más. Empezaron a caminar y a disfrutar de cada atracción. Se sentía completamente distinto que cuando vinieron con todo el grupo. Era mucho mas personal. Comieron un montonazo de algodón de azúcar (Gracias a Raven) y después una hora, llegaron a la noria lo que hizo que ambos sonrieron para sus adentros. Cuando comenzaba a ascender, la pelinegra tomó el brazo del azabache y se recostó en su hombro, cerrando sus ojos y respirando profundo.

--¿No deberías estar viendo el cielo?-- Preguntó con calma el Wayne mientras acariciaba la cabeza de la hechicera.

--Eso no suena muy propio de ti, Damian-- Rió por lo bajo por la sugerencia.

--Tu me enseñaste a ver la belleza en todo, hasta en lo más cotidiano. Fue hace un año, ¿recuerdas?--Devolvió al momento de acostar su cabeza sobre la de su compañera.

--Estás muy empalagoso, chico maravilla.-- Reprochó con sarcasmo la demonio.

--Es tu culpa-- Devolvió con gracia y serenidad el petirrojo.

Al bajar de la atracción, fueron directos al muelle para simplemente relajarse. Se sentaron y solo tuvieron las manos juntas en la madera. Cada uno recostándose en la cabeza del otro y con solo el sonido del mar de y una que otra persona que pasaba por allí. La feria quedaba de segundo plano. 

--Oye-- Dijo Raven

--¿Hm?-- 

--Ven aquí-- Se zafó momentáneamente de su propio agarre y prosiguió a darle otro de los miles de besos que le ha dado. Se acercó a su rostro y lo ladeó hacia un lado y el contrario hizo lo mismo.

--¿Raven? ¿Te sientes bien?-- Antes de que pudieran unir sus labios, el chico notó como unas venas se empezaron a marcar en la piel de la oji amatista, y también su tonalidad de piel comenzó a degradarse de la nada.

--¡Raven!-- Exclamó aún más preocupado al ver como los parpados de la chica empezaron a cerrarse. El muchacho sintió como la histeria empezaba a dominarle, pero todavía no podía sucumbir al pánico. La chica entonces perdió el equilibrio y cayó directo al pecho del petirrojo. Damian la recostó para tratar de ver que estaba pasando. Cuando de la nada y antes que la tocara, comenzó a convulsionar violentamente al mismo tiempo de que su nariz y orejas empezaron  a secretar hilos de sangre.

El terror se presentó en la mente del menor conforme veía los movimientos tan erráticos y el dolor que sabía que Raven estaba sufriendo.

Fue más rápido de lo que pensaba.

Estaba lejos de la torre, y su compañera lucía como si la vida la dejaba con cada encorvada que daba.

"¡No,no, no NO MALDICION!"


Продолжить чтение

Вам также понравится

28.8K 1.4K 53
Dos bandos, el equipo del mejor asesino del mundo "Jeff The Killer" y el equipo del rey del terror "Slenderman"....ambos peleando por su territorio (...
41.2K 2.8K 9
Es mi opinión del porque se debió quedar el Narusaku en vez del Sasusaku o el Naruhina , aquí explico. ¿Que es el NaruSaku? ¿Como surgió el Amor? De...
17.6K 2K 60
Ellos han jurado vengarse de cualquier Hyūga que se ponga en su camino, desafortunadamente ella fue un daño colateral, estaba en el lugar equivocado...
111K 14.6K 173
Entra para obtener más información de la historia 💗