El Día Que Las Estrellas Caig...

由 kathycoleck

1.5M 169K 147K

Willow Hemsley soñó una vez con ser diseñadora. Con recorrer el mundo y conocer a un chico decente antes de r... 更多

Prefacio
Capítulo 1 : El adiós no dicho
Capítulo 2 : Madurez
Capítulo 3 : La loca
Capítulo 4 : Como la aguamarina
Capítulo 5 : Culpa de Piolín
Capítulo 6 : Más cerca
Capítulo 7 : Estrategia para conquistar a Willow
Capítulo 8 : Sermones
Capítulo 9 : Bajo la mesa
Capítulo 10 : Un pequeño regalo
Capítulo 11 : Soledad
Capítulo 12 : Alguien tiene que hacerlo
Capítulo 13 : Secreto descubierto
Capítulo 14 : Madera y menta
Capítulo 15 : Pasatiempo
Capítulo 17 : Una historia para no ser contada
Capítulo 18 : En el tejado
Capítulo 19 : Persona no grata
Capítulo 20 : Declaración
Capítulo 21 : Intolerable a los prejuicios
Capítulo 22 : Lección de honor
Capítulo 23 : La casa de la colina
Capítulo 24 : Confrontación
Capítulo 25 : Justificación barata
Capítulo 26 : Favor pendiente
Capítulo 27 : En voz alta
Capítulo 28 : Mañana
Capítulo 29 : Primeras veces
Capítulo 30 : Valor
Capítulo 31 : Amigo. Hermano. Traidor
Capítulo 32 : El loco
Capítulo 33 : Beso de buenas noches
Capítulo 34 : Paredes en blanco
Capítulo 35 : Perro fiel
Capítulo 36 : Un alma vieja
Capítulo 37 : Culpable
Capítulo 38 : Silencio
Capítulo 39 : Opciones
Capítulo 40 : Charla de despedida
Capítulo 41 : Hasta el fin del mundo
Capítulo 42 : Todo lo perdido
Tiempo
Capítulo 43 : En reparación
Capítulo 44 : A. Webster
Capítulo 45 : El adiós dicho
Capítulo 46 : Novecientos noventa y nueve intentos
Epílogo
Nota Final de Autor
✨ Extras ✨
La carta que no encontró destino
Después de ocho años
En el prado
¡Anuncio Importante!

Capítulo 16 : La familia perfecta

21.6K 3.2K 851
由 kathycoleck


ARLENE


Nada es perfecto en la vida. La perfección es una ilusión creada por los seres humanos en un intento desesperado para ser mejores. Mejores padres, mejores amigos, mejores empleados, mejores en todo. Sólo que nunca lo logramos, porque estamos demasiado dañados para ser perfectos. Por muy duro que lo intentemos, por mucho que nos esforcemos, siempre estaremos lejos de lograrlo. 

Hubo un momento, no obstante, en que creí que la perfección existía y fue cuando vi nacer a mi hija, Willow. Tres kilos de dulzura fueron puestos en mis brazos y, a pesar del dolor, del llanto de mi marido y el hecho de que mi vagina estaba a la vista de una sala entera de doctores y enfermeras, yo estaba feliz.

Si hubiera sido una persona religiosa, habría pensado que aquello era un milagro. En la familia Walsh, los niños jamás abundaron. Fui la única hija de mi madre y ahora Willow sería mi única hija, no porque repudiara la idea de volver a embarazarme, sino porque había heredado la dificultad para concebir de mi madre, y ella, a su vez, de mi abuela.

Nunca me sentí desdichada a causa de mis limitaciones, habían cosas peores que la imposibilidad de tener más de un hijo. Después de dos intentos fallidos, sólo podía agradecer. No importaba lo demás, menos ahora que tenía en mis brazos a la niña más hermosa del mundo. También la más ruidosa. Me tomó cinco minutos calmarla... y no sería la primera vez. Agradecía que Chris hubiera caído en la nebulosa de padre enamorado desde que la vio, así yo podía descansar a menudo, especialmente durante las noches.

Él la amaba con toda su alma, de esa forma en que solo un padre puede amar a su única hija. Cuidaba se ambas como si fuéramos su tesoro y, en esencia, era el modo en que nos veía. Willow constituía su mundo. Todas las veces en que enfermó, lloró al caerse, se asustó viendo una película o tuvo un ataque después de una pesadilla, él estuvo allí para acompañarla. Le habría construido cien castillos y doscientas casas del árbol si ella se lo hubiera pedido. Pero, mi hija nunca fue codiciosa; era razonable, inteligente, amorosa y sencilla. Terca hasta los tuétanos, desordenada y olvidadiza, eso sí. Aunque no por ello menos amada. Si acaso, la combinación nos hacía adorarla más.

En lo único que pensaba cada vez que nos veía juntos, es que tenía la familia perfecta.

—¿Sigues usando el teléfono de Nathalie? ¿Que ya no tienes uno nuevo? —pregunté mientras veía a una Willow de casi diecisiete años teclear un mensaje en un teléfono de aspecto gastado, en lugar del aparato táctil que su padre le había comprado.

—Los chicos de la tutoría siguen escribiéndome a este, incluso Nat.

—Deberías regresarlo. Fue un préstamo.

—Lo haré.

Nos quedamos en silencio y yo seguí peinándole la abundante melena. Era nuestro ritual antes de dormir, ya que ella siempre dejaba nudos en las puntas que por la mañana terminaban con el doble de tamaño. Su cabello estaba lacio de esa cosa que se había hecho en la peluquería, pero aún se enredaba.

—¿Puedo hacerte una pregunta? —dijo, de pronto.

—Sí, tienes que usar protección. —repliqué con toda la tranquilidad que pude reunir.

Sentada en el taburete frente al espejo del tocador, ella abrió mucho los ojos. No llevaba gafas y, si no hubiera estado preocupada, me habría reído.

—¡Mamá!

—Oh, por favor, ya tuvimos esta charla. Preferiría que esperaras hasta los dieciocho, pero yo qué sé. Últimamente parece como si los adolescentes desarrollaran más hormonas que las habituales. El otro día iba en la patrulla con tu padre y, ¿qué crees? Había un par de adolescentes en una esquina prácticamente teniendo sexo con ropa. Chris los amenazó con llevarlos a la comisaría por comportamiento inapropiado.

—¿Siquiera existe ese cargo?

—Creo que es el equivalente al exhibicionismo. No tengo idea. —chasqueé la lengua. —Pero no estamos hablando de cargos policiales.

—Mamá, no estoy acostándome con nadie. —aclaró con dignidad. —Y no tengo planes de hacerlo a corto plazo. Dios mío, eres como un padre histérico cuidando la virtud de su hija.

Me relajé.

—Oh, bueno. Menos mal. —respiré hondo sin cepillar su pelo. —¿Qué querías preguntarme, entonces?

—Mejor olvídalo, acabas de matar cualquier intento de conversación.

—Oh no seas molesta, cariño.

Ella dudó. Bajó la cabeza y cuando volvió a mirarme había vergüenza en sus ojos.

—Sé objetiva, ¿de acuerdo?

—Lo intentaré.

—¿Crees que soy bonita?

Detuve en seco el movimiento de mi mano.

—¿Desde cuándo eso te parece importante? Siempre has estado segura de ti misma.

—Dijiste que serías objetiva.

—Eres una joven hermosa, mi amor. —apoyé las manos en sus hombros. —Mírate. —mi hija lo hizo. —Tienes bonita piel, nariz perfilada, labios carnosos. Estás chaparra, eso no te lo voy a negar, pero es lo que hay.

Sonrió un poco. Yo la examiné detenidamente.

—¿Esto por un chico?

—No, no. Claro que no.

Demasiados "no" en una frase.

—¿Y por qué de pronto importa tu aspecto?

Willow respiró hondo.

—No es que me importe, mamá. —se retorció las manos en el regazo. —Es que veo a otras chicas, chicas normales, ya sabes, como Nat. Y me pregunto si debo cambiar un poco. A la gente no parece gustarle lo diferente y estoy bien conmigo misma la mayor parte del tiempo, pero a veces... a veces veo a Nathalie y todos esos chicos que la persiguen y siento envidia porque yo no puedo ser así. No poseo su facilidad para coquetear y jamás, jamás, jamás usaría un uniforme de porrista. La única razón por la que me toleran en el grupo de chicas interesantes de la clase es por ser mi amiga y...

—Ya basta. —le di vuelta en el asiento y me arrodillé frente a mi hija. —No tienes que cambiar para complacer a la gente. Te lo prohíbo ¿me oyes? Ya quisieran muchos ver la vida de la forma en que tú lo haces. Eres especial y que importe un carajo lo demás.

—Esa boca.

—Apuesto a que dices cosas peores. —puse una mano en su rodilla. —Dime que esto no es por un chico. Cosas del tipo "no sé si le guste por como soy" o "tal vez si muestro un poco de piel y comienzo a reírme de manera chillona, él se fije en mí". No te he enseñado nada de esa basura.

—No es por un chico. Es que a veces no me siento tan segura como pretendo verme.

—Creeré que me dices la verdad. Pero, sólo por si acaso, cualquiera que se interese por ti, amará ti pelo, tu risa y tus zapatillas raras. Recuerda eso cuando te mires al espejo.

—Sí, señora.

—Ahora date vuelta, te trenzaré el pelo.

—Qué mandona. —refunfuñó mientras obedecía.

El tema quedó atrás en cuanto empezamos a hablar de universidades y sus pretensiones de convertirse en diseñadora. Willow tenía vena de artista, aunque ni Chris ni yo sabíamos de dónde venía. La charla avanzó y nos perdimos en el sueño de un futuro brillante, el futuro que tanto su padre como yo, anhelábamos para ella. No se me ocurrió insistir para conocer lo que se escondía detrás de ese momento de debilidad, cuando había expuesto ante mí sus jóvenes miedos.

Si le hubiera puesto verdadera atención a sus ojos, me habría dado cuenta de que brillaban más de lo normal. Si hubiera sido un poco más perspicaz, habría notado que sus momentos de silencios no eran sólo pausas, sino que arrastraban algo consigo: una ilusión o un recuerdo especial. Si hubiera sospechado de su palabra, del hecho de que no se refería a un chico cuando mencionaba sus propias inseguridades, habría notado que, en realidad, mentía. Tenía todo que ver con un muchacho.

Pero, no me di cuenta de nada. En cambio, preferí confiar en la palabra de una adolescente ignorando que los adolescentes siempre ocultan cosas, ya sea voluntaria o involuntariamente.

Quizá fue ese el primer error. El desliz que, más tarde, me mostraría que mi familia no era tan perfecta como pensaba.

Ninguno lo éramos. 


________________________________

Nota de Autor: No creo que haya villanos en esta historia chic@s. Es todo lo que diré.


Me encuentran en Facebook, Twitter e Instagram como @kathycoleck

Gracias por leerme ❤️️ ¡Besote!

P.D: Subo este capítulo antes de lo previsto porque es cortito. Dejen su respectiva señal de que estuvieron por aquí 🤗💕

继续阅读

You'll Also Like

147K 15K 41
Alexis es una chica un poco distraída, lo que hace que a veces cometa muchos errores. Ella decide empezar a vivir sin sus papás. Luego de una estafa...
83K 2.1K 12
Dicen que cuando eres diferente, eres raro. Cuando tienes gustos diferentes también dicen lo mismo.. Pero, ¿qué pasaría si mis gustos son un poco ext...
712K 31K 47
¿Como algo que era incorrecto, algo que estaba mal podía sentirse tan bien? sabíamos que era un error, pero no podíamos estar sin el otro, no podíamo...
32.6K 2.2K 32
A Jess Black le arrebataron a su familia y, para cobrar su venganza, está dispuesta a perder su corazón también; a menos que encuentre a alguien que...