Death God; JinTae

By -winterjin

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Kim Taehyung fue uno de los chamanes más importantes del palacio, sin embargo, luego de ser acusado e impuest... More

00. Death God
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Epílogo.

03.

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By -winterjin

—Podemos explicarlo.

Dijeron ambos hermanos a la vez mientras veían la expresión de pleno enojo en el rostro del chamán.

Sus intentos por retener a Seok Jin habían sido en vano, uno tras otro. En cuanto el muchacho encontró un jarrón con cierta decoración ambigua, salió de la tienda sin siquiera dirigirle la mirada y sin decirle nada más. Aún cuando Taehyung fue tras él para buscar respuestas, fue como si él se hubiera desvanecido en el aire. Sin rastro de él. Era poco decir que se sentía humillado.

En sus dos años viviendo en Gongju, no existió alguna vez una persona que perpetuara su paz. Y de repente venía un jóven a insertar un caos en su cabeza sin la menor preocupación.

—Tardaron una hora más de lo acordado —reprendió Taehyung. Estaba cruzado de brazos con la espalda pegada en el mural de piedra musgosa, y paseaba su mirada de uno a otro.

—Nuestro padre tardó más de lo esperado para irse a la Agencia Estatal —explicó Jimin.

La chica asintió e intervino —. Nunca come con nosotros, no sé qué se le ha metido a la cabeza hoy.

—¿Crees que haya sospechado que Taehyung come con nosotros? —le preguntó Jimin mientras su rostro expresaba genuina sorpresa. Riwoo sacudió la cabeza —. Me parece una idea factible, mamá trata a Taehyung como si fuera un hijo. ¿Crees que no se le haya escapado decir algo frente a papá?

—¡No es eso! ¿No viste cómo se la pasó hablándome sobre los preparativos para el ritual de la próxima semana? —contestó sin ánimos de seguir discutiendo —. Solo se preocupa por la Agencia Estatal y nada más. No trates de encontrar excusas donde no las hay, Park Jimin.

El chamán, quieto en su lugar, se dedicaba a observarlos con incredulidad. Mientras comenzaban a discutir de nuevo, él no podía sacarse de la cabeza la idea de ir tras el misterioso sujeto para averiguar cuáles eran los asuntos que lo llevaron a tal villa. Quería desenmascarar su identidad antes de que fuera demasiado tarde para hacerlo.

No podía permitirse estar en riesgo cuando su pasado seguía atormentandolo cada día. Habían pasado dos largos años, pero sabía que el palacio no flaquearía ni olvidaría la idea de buscar su paradero.

Aunque quería dejar su rencor atrás, pues sabía que no lo llevaría por un buen camino, no podía hacerlo tan fácil. La rabia recorría con avidez sus venas. Que aquel nuevo individuo llegara a buscarlo tan solo ampliaba más el margen de peligro del cual huía hace tiempo.

—¿Van a ayudarme sí o no? —remarcó cada una de las opciones. Los hermanos Park voltearon de inmediato para verlo, con la curiosidad tan evidente sobre sus rostros —. Me están haciendo perder tiempo con sus inútiles discusiones.

—¿Y ahora por qué estás de tan mal humor? —cuestionó la chica, cruzándose de brazos —. Hemos venido aquí a ayudarte, ¿Por qué otra razón estaríamos aquí parados? Al menos muestra un poco de gratitud.

—No estaba en mis planes que me ayudaran —señaló, despegando su espalda de la pared y caminando unos pasos hacia delante. Luego, al percatarse que no lo seguían, giró su cabeza y los miró con una ceja arqueada —. ¿No van a apurarse? Pronto comenzará a anochecer.

Pudo escuchar unos suspiros de frustración provenir de ambos y sonrió al ver cómo comenzaban a caminar para tratar de alcanzar su paso. Jimin parecía estar más asustadizo de lo común. El hermano mayor de los Park no era de ese tipo de persona, sin embargo tenía un respeto muy marcado hacia las cosas que involucraban lo paranormal. Era un muchacho que, en pocas palabras, rogaba por la aceptación en la Agencia Estatal para hacer rituales tranquilos.

—Me he encontrado con él antes de que llegaran —murmuró Taehyung, con intención de que no lo escucharan —. Por eso me he enfadado de que no hayan llegado antes.

—¿Te lo has topado? —cuestionó ella, levantando su Hanbok un poco para no tropezar al estar casi corriendo para alcanzarlo. Taehyung notó eso, arqueó una ceja y desaceleró su paso.

Poco tiempo después tenía a cada hermano a su costado, mirándolo con una expresión de mera preocupación en sus rostros. Sabía las reprimendas que acontecerían a continuación. Riwoo y Jimin lo trataban cómo un hermano más de la familia y eso, por más que tenía sus ventajas, era molesto.

Jimin fue el primero en darle un leve golpecito en la nuca, haciéndolo fruncir su ceño.

—No me digas que le has enfrentado tú solo —dijo el muchacho, cuando Taehyung subió y bajó los hombros con despreocupación fue cuando sintió otro golpe asestarse en su cabeza —. ¿Qué tal si te embrujaba ahí mismo?

—Tampoco te pases de ingenuo, Jimin —intervino Riwoo, entrecerrando los ojos —. ¿Cómo va a hacer un ritual de magia negra en la tienda de la señora Kim?

—Tiene sus artefactos extraños.

Riwoo rodó los ojos —. Los artefactos por sí solos no ayudan ni dan material para realizar un ritual tan complejo como ese.

—Lo ví escoger entre varios jarrones —. Aquello pareció atraer la atención de ambos, pues dejaban de discutir y miraban a Taehyung —. ¿Creen que tenga algo que ver con que esté buscando al loco Dae?

—Podría ser... —la muchacha hizo ademán de estar pensando, como si tratara de revisar en su mente si poseía conocimiento sobre algún procedimiento —. No he leído mucho sobre la magia...

—Yo sí —respondió con firmeza Taehyung, esperando que sus amigos se alegraran por que podrían desenmascarar con rapidez a Seok Jin, sin embargo, solo recibió unos golpecitos en su nuca que lo hicieron soltar un quejido de dolor —. ¿Podrían dejar de golpearme y terminar de escuchar lo que quiero decir, mocosos?

—¿Eres estúpido acaso? Ya veo por qué te buscan y te culpan falsamente, ¿Qué tienes que hacer leyendo libros prohibidos? —preguntó Jimin, sintiendo una sensación agria en su garganta —. ¡Por alguna razón están prohibidos! No debiste haberlo hecho cuando eras una figura pública de tanta importancia. Hasta la familia Real te consideraba parte de ellos. Es entendible que se sintieran traicionados por tu actitud.

—Tampoco te pases, Jimin —murmuró Riwoo entre dientes, mirando de soslayo con nerviosismo a Taehyung.

—Es sentido común, Ri —le contestó su hermano. Jimin se caracterizaba por ser muy firme cuando una idea se posaba en su cabeza —. Si sabía el riesgo que conllevaba portar con libros de magia negra, ¿entonces por qué los mantenía en su habitación del palacio? ¿Por qué no los escondió mejor? Se lo ha buscado él.

El chamán empuñaba sus manos con fuerza. Reconocía que lo que hizo estuvo mal, y que alguien más se lo dijera solo lo hacía enfadarse por la vergüenza que le causaba.

Las acusaciones tomaron fuerza en cuanto los guardias reales descubrieron que poseía varios libros de magia negra en sus aposentos. Sin embargo, Taehyung nunca los había usado. Ni una sola ocasión. Para él, esa magia estaba prohibida y no tenía ni la menor intención de usarla en toda su vida. Involucrarse en esos temas traía una serie de consecuencias, y su orgullo como chamán lo mantenían muy fuera de esos alrededores.

Pero el conocimiento no debía ser vetado así nadamás.

—Los tenía por mero aprendizaje, Jimin. Un chamán completo debe de conocer esos temas. Es cuestión de ética hacer lo que dicen los libros o no —respondió, su voz tomando una tonalidad firme —. ¿Y adivina qué? No hice nunca eso. Que otros tuvieran envidia sobre mi posición en aquel lugar no tiene nada que ver con que poseía libros ocultos. Aprovecharon la situación y me llevaron abajo. ¿Qué culpa he de tener yo?

—Debiste haberte escondido mejor. Además, ¿un chamán completo? Debes estar bromeando.

—No es mi problema que la Agencia Estatal esté llena de cobardes que no pueden realizar ni un solo ritual que involucre a algun alma en pena. Es patético.

—No hay que involucrarnos con el plano de los muertos. Perteneciste a la Agencia Estatal, así que debes saberlas de memoria, ¿no?

Riwoo abrió los ojos, un poco consternada. Jimin había tocado el tema que lograba agitar las fibras orgullosas de Kim Taehyung. Su participación en la Agencia era un tema que siempre rehuía y el cual no mencionaba por nada del mundo. Era natural que, tal como lo hacía en esos momentos, su expresión facial hubiera cambiado, y el aura que desprendía se llenara de pesadumbre.

—Según mi padre nos dijo, eras el mejor chamán de HanSeong. Tu madre y tú eran los más reconocidos chamanes, por eso el Rey decidió contratarte para ser el chamán principal del palacio, ¿no es así? ¿Por qué has cambiado tanto entonces? —. Jimin dejó salir una risa y lo señaló burlesco —. Tu madre seguro ha de estar tan decepcionada de que te hayas ido por el mal camino.

—No la metas en esto —dijo entre dientes, su poca paciencia empezaba a reducirse a raudales.

Todo ello lo conocía mejor que cualquiera. Conocía sus acciones, conocía sus errores y también su pasado. ¿Por qué debía venir alguien a señalarlo por ello? A Taehyung no le desagradaba Jimin, y llegaba a considerarlo un hermano, por lo que no podía enojarse con él con la misma extensión que aquellas palabras le habían causado un conflicto mental.

—Solo estoy cansado de esto. Nos preocupamos todos por tí. Que sigas involucrandote en estas cosas cuando el palacio está detrás tuyo es preocupante.

—Pues no lo hagan.

Jimin arqueó una ceja —. ¿Qué?

—No se preocupen por mí. Puedo cuidarme solo.

—Como sea —. Jimin bufó, cruzando sus manos tras su espalda y adelantando el paso, sin la menor pizca de interés por seguir con la conversación.

A Taehyung no le importaba mucho. El enojo podría durarle al menos unos minutos, luego lo pasaría a segundo plano. Pero, ¿Cómo se deshacía de su mal sabor de boca? Por primera vez en tanto tiempo, sentía su cabeza dolerle por los rastros traídos de aquella situación.

Había hablado sin pensarlo otra vez y eso no lo dejaría de perseguir.

Esa semana había repercutido de gran manera en la tranquilidad que con tanto esmero construyó por mucho tiempo.

—Jimin está genuinamente preocupado por tí —. Esta vez, Riwoo fue la que se acercó a Taehyung para hablarle en voz baja —. Papá nos ha contado lo que le pasa a los chamanes que se involucran con los muertos, a los que traicionan a toda la comunidad, es por eso que no puede dejarlo pasar.

—Si no me involucro con los muertos, ¿Quién lo hará? Tú misma lo sabes más que nadie, has estado conmigo en casi todos los rituales. Hay personas moribundas y enfermas a grandes extremos, ¿Quién los va a salvar? Las ofrendas a los dioses, los cánticos y alabanzas no lo harán. Los médicos tampoco lo harán —explicó Taehyung —. Si no estoy yo ahí para exorcisar y ayudarles a sacar los espíritus errantes, nadie más lo hará.

—Eso es lo que no entienden —aseguró ella, luego le sonrió —. Por eso debes enseñarme cómo se hace, te ayudaré.

—¿Vas a renunciar a tu puesto en la Agencia? ¿Tu padre te dejará vivir en paz si lo haces?

—Tal vez no renuncie.

Taehyung la miró curioso —. Estarías rompiendo las reglas.

—Mi padre ha dicho que si salgo de la Agencia entonces tendrá que buscarme un esposo. Yo no quiero eso —hizo una mueca de disgusto que hizo reír a Taehyung por primera vez en aquel día —. Seguiré cumpliendo con mis labores allá y me desenvolveré como una chamán privada, tal como tú lo has hecho estos dos años.

—¿Desde cuándo eres tan rebelde? Me llenas de orgullo.

—Desde que empecé a juntarme contigo —aseguró, luego señaló a Jimin —. Él está molesto por lo que le has dicho, pero también se ha equivocado. Haré que ambos se pidan disculpas. No puedo permitir que estén enfadados.

No tardó en percatarse de que se acercaban al bosque y dejaban atrás la villa. Jimin tuvo que reunir su orgullo y dejarlo a un lado, pues no se atrevía a dar un solo paso dentro sin la compañía de aquellos dos. El paisaje frente a ellos era apabullante. El océano de árboles que se abría paso provocaba un ambiente misterioso. Era difícil mantenerse cuerdos después de escuchar tantos mitos terroríficos que tenían como protagonista aquel sitio.

—¿Están seguros de que lo que haremos saldrá bien? —preguntó Jimin, su voz temblaba de vez en cuando —. Vamos a enfrentarnos a un sujeto del que no conocemos nada más que su nombre y a un pasado asesino... A mí no me parece tan inteligente.

—No nos enfrentaremos a ellos —aseguró Taehyung, siendo este quien dió el primer paso adelante demostrando que no tenía ni una pizca de miedo —. Los investigaremos sin que se den cuenta de nuestra presencia, no hay nada de que preocuparse. Tenemos que averiguar qué clase de persona ha llegado a la villa y ser precavidos.

—No creo que los encontremos hoy.

—Pues yo sí lo creo, vamos a separarnos.

Ambos hermanos lo miraron incrédulos. Taehyung subió y bajó los hombros.

—Eso sí que no, por eso hemos venido todos juntos —intervino Riwoo —. Yo sé dónde está la casa del loco Dae, yo los guiaré hasta allá.

Taehyung sonrió, sabiendo que su amiga saldría con una locura como esa, pero Jimin no parecía tan contento.

—¿Cómo es que sabes dónde vive el médico? —le preguntó su hermano, ella sacudió la cabeza y rió.

—No es mi primera vez por aquí, ¿crees que un alma curiosa dejaría pasar la oportunidad de averiguar dónde queda la casa del loco?

—Park Riwoo.

—Vine aquí hace ya varios años, ¿sí? Solo un par de veces. No necesitas regañarme. ¡Además, venía acompañada! Con el grupo de amigas de la escuela —murmuró, sabiendo que su hermano mayor tan solo se enojaría mucho más.

—Hablaremos de esto en casa —le indicó —. No te escaparas de esta, le diré a papá.

—¡Ah! Eres tan aburrido, Jimin —mencionó Taehyung en un suspiro. Tratando de esa forma persuadirlo a que dejara el tema a un lado —. Además, es algo que pasó hace tiempo, ¿crees que vale la pena mencionarlo ahora? ¿Tu padre no creerá que has estado encubriendola todo este tiempo?

—¿Por qué te metes en lo que no te importa?

—Ella está bien, y también ha dicho que no volvió a hacerlo. ¿Qué más da?

La verdad era que, cuando el señor Park se enojaba, era una cuestión preocupante. El hombre era tan estricto que, solo con sus palabras, podía hacer temblar de miedo a cualquiera. Era mejor no hacerlo enojar, o explotaría con todos a su alrededor.

Jimin no respondió más e hizo un ademán para que Riwoo les enseñara el camino. Ella sonrió satisfecha y asintió, adelantando el paso y dejando a los dos caminar a la par detrás de ella.

A Taehyung no le era incómodo estar en aquel fúnebre lugar. En realidad, lo envolvía en una calma sorprendente. A pesar de las habladurías que decía la gente, el sonido del bosque era tranquilizador para sus oídos, la vista era asombrosa y el aire que se respiraba era inigualable.

Recordaba a grandes rasgos que, cuando estaba en la Agencia Estatal, las reuniones para hablar sobre los secretos que escondían aquellos insólitos lugares eran su parte menos favorita. No soportaba que hablaran tan mal sobre un sitio tan bello. En primera instancia, eran recordados de los animales salvajes que habitaban ahí, en especial los tigres, pero para el chamán aquello no era un problema.

¿Tanto le temían a sus propios dioses? No parecían ser merecedores de alabarlos entonces.

—¿Qué tal si nos persigue un tigre? —preguntó Jimin. Taehyung frunció el ceño, sorprendido que luego de pensar en ello, el tema saliera a colación —. Moriremos y nadie sabrá de nuestro paradero, ¿no nos merecemos al menos un funeral digno?

—Los tigres son los guardianes del bosque —aseguró Riwoo sin siquiera mirarlo.

—Guardianes del bosque... Sí claro —rodó los ojos y se abrazó a sí mismo —. Son animales salvajes que buscan comer, genia.

—¿Y de verdad quieres convertirte en chamán? Debes estar bromeando —contestó Taehyung entre risas. Jimin estuvo a punto te defender su postura, pero el contrario siguió hablando —. Si nos encontramos a un tigre blanco no nos pasará nada. Es uno de los cuatro dioses guardianes y es bien sabido que expulsan los espíritus vengativos y protegen el pueblo.

—¿Por qué no ha expulsado al loco Dae entonces? ¿Tan poderoso es que no puede con un viejo?

Taehyung arqueó una ceja y chasqueó la lengua —. Debes cuidar tus palabras, Park Jimin. Estamos en el hogar del Dios, no querrás que se enfade.

—Esto es malo... Muy malo. Debimos haber traído persimón.

Tanto Taehyung como Riwoo se detuvieron para observarlo con burla. Era difícil de creer que un aprendiz de chamán se refiriera de tan mala manera hacia uno de los más poderosos guardianes de Joseon, pero era aún más difícil de digerir que alguien que tenía de visión convertirse en chamán creyera que el persimón los ayudaría a ahuyentar a los tigres.

—No puedo creer que acabes de decir eso —dijo su hermana, soltando una carcajada y negando con la cabeza mientras reiniciaba su caminar.

Taehyung no pudo evitar reírse también.

—No entiendo el motivo de sus burlas.

Era claro que una simple fruta no ahuyentaría a un animal tan fuerte y grande como lo era el tigre, sin embargo, eran creencias que los habitantes de la villa se pasaban entre sí con cada año que pasaba. Otra cosa que desagradaba a Taehyung con gran fuerza; la ignorancia de las personas.

—Tomaremos un atajo —murmuró Riwoo, deteniendo su andar y volteando a verlos —. Subiremos una colina que tiene de vista la parte trasera de la casa. Es mejor mantenernos lejos si queremos salir con vida de esta.

Y dicho aquello, volvió a ponerse en marcha. Cada vez el cielo se pintaba con  tonos más oscuros, derrotando la poca luz que quedaba sobrando. Los ruidos del bosque se hacían más ensordecedores; las chicharras estridulaban con más fuerza, el viento soplaba moviendo los árboles y luego, sonidos que Taehyung parecía ser el único en identificar.

—¿Escuchan eso? —preguntó en voz baja, sin embargo, sus amigos lucían tan desinteresados que ni prestaban atención.

Un ligero crujido de hojas y unos aullidos que solo escuchaba cuando hacía los rituales para expulsar los fantasmas más poderosos. Era como si el bosque fuera el escenario perfecto, y ellos estaban siendo parte del espectáculo auditivo.

—¿De verdad no lo escuchan?

Jimin suspiró cansino —. ¿Qué se supone que debemos escuchar?

—Puedo escuchar a los... —estuvo a punto de decir más, pero decidió callar.

Era imposible hablar con alguien tan temeroso como lo era Jimin, y Riwoo parecía concentrada tratando de buscar el camino correcto con el prevalecer de la oscuridad. Detuvo sus pasos, notando como Jimin no parecía darse cuenta de ello y seguía caminando, concentrado meramente en aguantar la pesadez de sus piernas que habían dolido por el gran trayecto.

Taehyung quería encontrar el origen de los sonidos.

Dió unos cuantos pasos hacia atrás, cuidando no pisar alguna rama o hoja que pudiera delatarlo, y luego suspiró, dándose unos momentos para pensar en lo que iba a hacer. Sus manos sudaban y temblaban. ¿Habría algún ritual dándose a cabo ahí mismo? ¿Se trataría del nuevo sujeto de la villa? Odiaba que su curiosidad necesitara ser alimentada, por que su toma de decisiones se veía seriamente influenciada de eso.

—Tengo que ir, tengo que ir —murmuró para sí mismo. Sus amigos ya habían recorrido un gran camino sin él, que incluso se perdían entre el paisaje frondoso.

Esperaba que al menos algo bueno saliera de ello.

Como si aquellos sonidos le llamaran, comenzó a inmersarse en el bosque. Recordaba que durante la infancia, su madre le contaba sobre los espíritus que solían habitar ahí. Los fantasmas que podían fingir sus alaridos para engañar a los más débiles, los fantasmas de agua que arrastraban a sus víctimas hacia los profundos lagos, pero sobre todo, los espíritus vengativos.

Conocía lo que se hablaba sobre el infierno, pero no estaba familiarizado con él. Su madre solía alertarlo acerca de un espíritu vengativo en especial, que era conocido por escapar del infierno y perpetuar el mundo de los humanos. El espíritu vengativo podía aparecer en cualquier lugar, por lo tanto, estaba expuesto a que uno pudiera aparecerse.

Los Nachalsa eran uno de sus mayores temores.

—¿De dónde proviene el sonido? —susurró, mirando a todas direcciones, pero no veía nada. Sus ojos comenzaban a dolerle por la falta de luz.

Pensó entonces en sus amigos, que seguro ya se habrían dado cuenta de que no los seguía y no pudo evitar sentirse mal. Era peligroso aún cuando iban los tres juntos, pero era más arriesgado el hecho de separarse. No se lo perdonarían esa vez y podía entenderlo.

—Veo que eres tú el que me ha estado siguiendo —una voz rasposa se hizo presente a sus espaldas y no pudo reaccionar antes de que su espalda fuera pegada al tronco de uno de los árboles —. Creí haberte dicho que no te metieras en mis asuntos, chamán.

Taehyung alzó la cabeza y, con la poca luz que la luna podía brindarle, visualizó el rostro de quién tanto buscaba. Seok Jin lo miraba de una manera que no podía describir con facilidad. Era una mezcla de enojo y de diversión. Una mirada que el chamán podría vincular con el mal.

El Hanbok que portaba era de un negro profundo, su porte era más atemorizante de lo que ya parecía y su expresión más intimidante. Si a Taehyung ya le parecía extraño las dos veces que lo vió en la villa, ahora parecía otro sujeto diferente. Las manos de Jin presionaban sobre sus hombros y lo mantenían presionado sobre el tronco.

—No te estoy siguiendo.

—No puedes mentirme, Kim Taehyung, sé que has venido aquí por mí —mencionó. Aunque su voz estaba siendo fuerte y rasposa, no podía dejar pasar lo melodiosa que resultaba para sus oídos. Hipnotizante —. Pero debes irte ahora. Te he dicho que te diré por qué he venido a buscarte, sin embargo, no lo diré ahora. Entiéndelo.

—¿Qué harás con el médico Dae? —cuestionó Taehyung, importandole poco que el muchacho frente a él se sacara de quicio. Había entrado al bosque a buscar respuestas, y las encontraría.

—¿Escuchas eso? —intervino, señalando hacia arriba. Taehyung frunció el ceño, ¿cómo es que también escuchaba lo que él? —. Kim Taehyung estoy haciéndote una pregunta, ¿Escuchas eso?

—Eres un chamán, ¿no es así? —el contrario soltó una risa sardónica y sacudió la cabeza —. ¿Cómo es que escuchas aquello? ¿Eh? Solo los chamanes que hemos sido seleccionados por los dioses podemos atrapar esos sonidos en nuestro campo auditivo, ¿crees que ibas a esconderte por mucho tiempo?

—No soy un chamán —insistió, frunciendo el ceño y cambiando el tema de conversación con astucia —. Esos sonidos... ¿los reconoces?

—Son espíritus vengativos, ¿y qué?

—Nachalsa, ¿te suena? —. Seok Jin parecía estar divirtiéndose con como la expresión del chamán se llenó de terror —. El bosque, en estos momentos, está lleno de ellos. Y si no te vas, puedes ser una de sus víctimas. ¿Quieres terminar siendo presa fácil de ellos? Te recuerdo que son tu mayor temor, Taehyung. En el momento en que veas uno, tu cuerpo se paralizará por completo y tu respiración se detendrá. Desearás nunca haberte entrometido en el bosque...

Las palabras de Seok Jin iban entrando en él e inyectaban temor en sus venas. La perspicacia con la que el sujeto lo persuadía a sentirse temeroso era asombrosa. Taehyung nunca se había sentido tan pequeño como lo hacía en esos momentos, y estaba avergonzado. Presionó sus ojos, como si quisiera que todo fuera un mal sueño. Sin embargo, cuando los abría, todo seguía siendo igual.

—No les temo —se defendió a como pudo, tratando de reunir todo su coraje para no dejarse intimidar. Su postura se recuperó y su expresión, aunque seguía teniendo rastros de preocupación, lucía igual de sería que la del contrario —. ¿Qué hay de ti? ¿Estás exento de ser presa de los espíritus vengativos? Ambos somos humanos, Seok Jin. Te desgarrarían y comerían vivo. No trates de impregnar miedo irracional en mí, pues no funcionará.

—¿Miedo irracional? ¿Estás subestimando el poder que...?

—No lo hago —interrumpió deprisa. Seok Jin presionó sus labios en una línea recta, parecía molesto cada vez que lo interrumpía —. ¿Cómo es que implicas que los Nachalsa son mi mayor temor? Soy un chamán. Los espíritus vengativos son solo otro fantasma y ya.

Seok Jin parecía estar divirtiéndose con la situación —. Te conozco, Kim Taehyung. ¿Cuántas veces más debo decirte que no puedes esconder tus debilidades frente a mí?

—Tú no me conoces.

Dijo de manera apresurada, atropellando sus palabras. De un momento a otro sus sospechas de que pudiera tratarse de un espía del palacio tomaban fuerza. Conectando los puntos de cada conversación que habían tenido todo llegaba a la misma conclusión.

—De acuerdo, tú ganas —el contrario le dedicó una sonrisa tan amplia que lucía un tanto fingida. Sus manos soltaron los hombros de Taehyung y este pudo sentir como su cuerpo se había tensado tanto por ello —. Ya que estás aquí, ¿por qué no me ayudas?

—¿Ayudarte? ¿Por qué debería yo hacer eso?

—Tú me ayudas a deshacerme de Dae, y yo te cuento mi identidad, es un trato muy justo a mi parecer. Aunque puede que estés un tanto sorprendido en cuanto sepas la verdad. De ser ese el caso, no me hago responsable de las consecuencias que puedas experimentar —explicó, cruzando sus manos tras la espalda y sonriendo con una autosuficiencia impresionante.

Taehyung se despegó de aquel árbol, y arqueó una ceja mientras lo miraba de pies a cabeza. El muchacho parecía hablar en serio. ¿A qué se referiría con deshacerse del médico? ¿Estaba acaso implicandolo en un asesinato? Ya tenía suficiente con el estrés que le provocaba no saber sobre él, pero que ahora actuara como una persona desquiciada era de preocuparse.

—No me meto en ese tipo de cosas. Soy chamán y me deshago de espíritus, no de personas.

Seok Jin asintió mientras hacía un mohín —. A eso me refiero.

—El médico Dae es una persona y por más que haya sido acusado de asesinato es una falta de moral hacer lo mismo que él ha hecho y...

Sus palabras se vieron interrumpidas en cuanto una risa brotó de los labios del contrario. Los alaridos podían seguir escuchándose a la lejanía, los susurros entre las ramas de dejaban oír y la brisa se tornaba fría. Taehyung no era tonto. Lo que Seok Jin había dicho era cierto. En esos momentos, había muchos espíritus vagando por todos los rincones del lugar. Al ser chamán, podía atraerlos con más facilidad hacia él.

—Dae está muerto —le aseguró. Taehyung abrió los ojos en demasía. Quiso hablar, pero no encontraba las palabras correctas —. Él murió hace varios años, es natural que se haya terminado en convertir en un espíritu negativo. Muy peligroso si debo mencionarlo.

—¿Cómo es que sabes eso?

—Muchas preguntas, ¿por qué no vamos caminando hacia allá? —le sonrió falsamente y señaló el camino tras ellos.

Taehyung negó —. ¿Has estado vigilando al loco Dae de cerca todo este tiempo? No veo de que otra manera sepas sobre él. Si no eres chamán, ¿entonces cómo?

—La paciencia no es tu fuerte —bromeó, luego se inclinó para tomarle con firmeza del brazo y comenzar a arrastrarlo consigo por el desigual y descuidado camino.

Al chamán aquello le sorprendió mucho y trató de desprenderse de su agarre, fallando en cada intento. Tuvo que adelantar su paso pues el contrario caminaba con tanta prisa que era difícil de asimilar. Taehyung no tenía idea de en lo que se había metido.

—¡Espera! —exclamó con un tono de voz fuerte que incluso inmutó un tanto a Jin. El sujeto de giró para verlo e hizo un ademán de que lo escuchaba —. No he aceptado tu propuesta aún. No puedo hacerlo si no me das razones suficientes para creer en tí. Si necesitas de mi ayuda, entonces sé claro y habla directo.

—No estoy relacionado con los que te inculparon en el palacio. Sé que tu mayor preocupación ahora es escapar de ello, así que puedes tener la certeza que no te delatare ante ellos.

Le parecía fascinante que Seok Jin supiera cada uno de sus temores. No sabía su identidad, pero estaba seguro que no era un humano. Una simple persona no podría tener una intuición como esa. No podría desprender un aura tan extraña. Así como tampoco podría tener una gran habilidad para hipnotizar a todos con su encanto.

—¿Crees que es tan fácil?

—Quiero deshacerme del espíritu vengativo de Dae —explicó por fin, Taehyung guardó silencio, queriendo escuchar todo —. Que un alma tan poderosa como esa esté vagando por un lugar tan sagrado como este es malo. Dae está haciendo que la poca armonía que existía en el bosque se desequilibre. Hay más Nachalsas que antes, más fantasmas maliciosos. El espíritu guardián no estará feliz con esto.

—¿Y tú ayudarás con la armonía? — Seok Jin asintió satisfecho, Taehyung soltó una risa —. Perdón por ser un oportunista, pero no pareces ser de fiar. Tu apariencia y tu actitud no son las propias de una persona que busca la paz y servir a los dioses.

Seok Jin esbozó una sonrisa ladeada —. No perdamos más tiempo, caminemos. Puedes hablar lo que tú quieras entonces.

El chamán rechistó, pero al final aceptó. El contrario ya no lo tomaba del brazo, sino que caminaba con parsimonia a su lado. Su mirada se paseaba por el paisaje que tenían frente a sus ojos y una de sus manos parecía sostener algo. Taehyung frunció el ceño y se inclinó para ver. Seok Jin se dió cuenta de inmediato y arqueó una ceja.

—¿Qué ves?

—¿Qué es eso que cargas contigo?

Seok Jin hizo una mueca de disgusto y lo señaló —. ¿Ya te he dicho que odio que hables en tono tan informal conmigo? ¿Es que acaso no sabes quién soy? ¿Estás consciente de mi posición, pequeño...? 

—Lo sabría si alguien no tratara de hacerse el misterioso todo el tiempo —murmuró, luego volvió a insistir —. ¿Qué traes ahí?

—Una espada.

El sujeto no volvió a responder nada sobre eso después.

—Puedes seguir con tu discurso sobre la armonía y la paz —indicó Taehyung, bromista, pero al ver que Seok Jin fruncía el ceño con enojo tuvo que callarse —. A lo que me refiero, es que no creo que seas esa amable persona como te has descrito. A grandes rasgos, pienso que eres un fantasma errante y ahora me toca ser la víctima después de tratar con tantos pacientes.

—¿Un fantasma errante? — Seok Jin lucía totalmente ofendido —. ¿Cómo podría alguien como yo ser de ese nivel tan bajo? Sube tus expectativas un poco más.

—Espíritu vengativo.

Otra mueca en el rostro de Jin —. ¿Por qué me desharé de uno entonces? ¿No sería traición a uno de los míos?

—¡Pues me rindo! No tengo las energías para estar discutiendo contigo.

Llegaron hasta donde una pequeña casa de madera reposaba, Taehyung frunció el entrecejo en cuanto notó el olor nauseabundo y putrefacto que invadía el ambiente. Era un escenario más terrorífico de lo cual se había imaginado. La casa parecía que se caería en cualquier momento, la maleza crecía en gran cantidad cubriendo la mitad de la puerta y el sonido faltaba, como si se tratase de un lugar separado en otro mundo.

—¿Vas a entrar? —preguntó el chamán. Jin parecía haberse puesto serio y tomaba su espada con una de sus manos, preparado para blandirla en cualquier momento.

—No. Dae hará presencia en algún momento y podremos seguirle el rastro —explicó —. Pero no será tarea fácil, tardaremos al menos un par de semanas.

—¿Lo has visto ya?

Sacudió la cabeza —. Ha pasado una semana pero no se ha presentado. ¿Tan temible soy? —rió, sin embargo a Taehyung no le parecía divertido en absoluto —. Es normal que se sientan intimidados. Mi trabajo después de todo es llevarlos de vuelta al otro mundo.

—¿Tienes contacto con el otro mundo? —preguntó Taehyung, avergonzandose un poco con la emoción con la cual esa pregunta había salido, por lo que carraspeó —. Me parece curioso, es solo eso.

—Veo que te interesan esos temas —. Seok Jin lo miró fascinado, y Taehyung no pudo evitar sentirse un tanto incómodo ante su profunda mirada —. Pues sí, tengo contacto directo con el otro mundo.

—¿Eres un Jeoseung Saja? —. A Taehyung le provocaba cierto conflicto y emoción de estar viendo uno por primera vez. Nunca, en su vida como chamán, había presenciado a un ángel de la muerte. Sin embargo, cuando el chico negó con la cabeza, su entusiasmo se esfumó por completo.

—Yeomra —mencionó. Taehyung ladeó la cabeza.

—¿Qué tiene que ver el Dios Yeomra con esto?

—Tiene mucho que ver, me parece un poco incómodo que no te hubieras dado cuenta desde ya —aseguró, levantando una mano para darle unos golpecitos en el hombro al chamán —. Soy Yeomra.

Taehyung tragó saliva y de inmediato rehuyó del contacto físico que el otro tenía con él. ¿Todo ese tiempo había estado bajo la presencia del Rey Yeomra? Entonces, todas las acciones de Kim Seok Jin vinieron hacia él como una oleada, todo tenía tanto sentido. La presencia tan pesada, los dolores que experimentaba al estar cerca de él, la forma en la que se había hechizado ante su belleza y sobre todo, su actitud. Todo había estado frente a él y no se había dado cuenta.

Kim Seok Jin era Yeomra. El Rey del otro mundo.

Tigre blanco; en Corea, los tigres blancos eran identificados como uno de los "4 guardianes" que cuidaban las "4 direcciones". El tigre blanco era conocido por proteger el Oeste. Estas creencias fueron arraigadas de la cultura china, más en específico la dinastía Han.

Persimón; sacado de un antigüo mito del folklore coreano llamado: "El tigre y el persimón seco". Es un cuento muy conocido.

Nachalsa; son considerados unos de los más temibles fantasmas. Se alimentan de carne humana y sangre. Más que fantasmas, son demonios.

El "otro mundo"; en Corea, así se le llama al "Inframundo/infierno". El otro mundo es diferente a cualquier otro infierno. En este, existen varios dioses por cada nivel. Se dice que si una persona cumple las 8 pruebas en 49 días podrá renacer.

En resumen: todos van al otro mundo, sean buenos o malos. Los pecadores se quedan muchísimo tiempo en las pruebas y los que obraron bien renacen al poco tiempo.

Yeomra; uno de los 10 dioses que reinan en el otro mundo. Sin embargo, Yeomra es conocido por ser el más importante de todos. Es un Dios neutro.

Durante los capítulos, se irá conociendo a grandes rasgos sobre el "Otro mundo", esta ha sido una pequeña introducción a la temática de la historia.

También, la identidad de Seok Jin queda resuelta. Yeomra es mi Dios favorito de la mitología coreana, y deseaba escribir sobre él. Espero a ustedes también les guste ✨

Yeomra es un Dios neutral como lo he dicho, su personalidad va a salir reluciendo a través de los capítulos.

Si tienen alguna duda sobre la trama pueden preguntarme, también si tienen algún comentario, queja o crítica ❤️❤️

Los tqm y agradezco el apoyo que le dan a la historia. ¡Tengan un buen día!

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