Annie y las Reliquias de la M...

By -luxtomlinson

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La caza de horrocruxes comenzó. Annie tiene en claro que todo aquí es vivir o morir, correr por tu vida y ser... More

C A S T
1. El comienzo del final
2. Tu Harry
3. La llegada a la Madriguera
4. Un día ajetreado
5. La visita del Ministro
6. El ministerio ha caído
7. El ataque en el café
8. Grimmauld Place
9. La visita de Sirius
10. Mundungus
11. Entrando al Ministerio
12. Comenzando el campamento
13. Las cosas se complican
14. Recolectando información
15. La pelea
16. El Valle de Godric
18. Uno más
19. La vida de Dumbledore
20. Reunidos de nuevo
21. Visitando a los Lovegood
22. Las Reliquias de la Muerte
23. Atrapados
24. Malfoy Manor
25. La tortura
26. Shell Cottage
27. Ollivander
28. Trazando los planes
29. El plan en marcha
30. Gringotts
31. La bóveda Lestrange
32. La llegada a Hogsmeade
33. La historia de Ariana
34. Devuelta en Hogwarts
35. La antesala de la lucha
36. ¡¿Que él hizo qué?!
37. La Sala de Menesteres
38. Estaba muerto
39. ¿Eres un mago o qué?
40. La muerte de Snape
41. No puedes dejarme
42. La guerra aún no termina
43. Muerto
44. Podían ser una familia ahora
Epílogo

17. La tenebrosa serpiente

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By -luxtomlinson

-Harry.. -susurró Annie deteniéndose. Harry la miró confundido- hay alguien mirándonos.

Se quedaron totalmente inmóviles, aferrados el uno al otro, mirando fijamente al negro y denso límite del cementerio. Harry no podía ver nada.

-¿Estás segura?

-He visto algo moverse, podría jurar que lo he visto...

Annie discretamente metió la mano en la túnica y aferró su varita.

-Es un gato -dijo Harry, al cabo de un segundo o dos, -o un pájaro. Si fuese un Mortifago ya estaríamos muertos a estas alturas. Pero salgamos de aquí, y podremos volver a ponernos la Capa.

Miraron hacia atrás varias veces mientras se abrían paso fuera del cementerio.

Se pusieron la Capa de Invisivilidad por encima. El bar estaba más lleno que antes. Dentro, muchas voces cantaban ahora el villancico que habían oído mientras se acercaban a la iglesia. Por un momento Harry consideró sugerir que se refugiaran dentro, pero antes de que pudiera decir nada, Annie murmuró:

-Vamos por aquí -y tiró de él hacia abajo por la oscura calle que conducía fuera del pueblo, en dirección opuesta a la que habían cogido para entrar. Harry podía divisar el punto donde las casas de campo finalizaban y la senda se convertía en campo llano otra vez.

Caminaban tan rápidamente como se atrevían, pasando más ventanas que centelleaban con luces multicolores, viendo los oscuros contornos de árboles de Navidad a través de las cortinas.

Annie levantó la vista y observó lo mismo que Harry. El seto había crecido salvaje en los dieciséis años que habían pasado desde que Hagrid había tomado a Harry de entre los escombros que
yacían dispersos entre la hierba, tan alta que le llegaba a la cintura. La mayor parte de la casa de campo estaba todavía en pie, estaba enteramente cubierta de oscura hiedra y de nieve, pero el lado derecho del piso superior había sido volado.

Ambos avanzaron hasta la verja, a paso lento. Se detuvieron justo frente a ella y Annie soltó un suspiro. Harry tocó la reja. Un letrero había surgido del suelo delante de ellos, alzándose a través de las marañas de ortigas y rastrojos, como unaextravagante flor, creciendo rápidamente, y en letras doradas sobre la madera decía:

En este lugar, en la noche de 31 octubre de 1981
Lily y James Potter perdieron sus vidas. Su hijo, Harry, permanece siendo el único mago que
Alguna vez haya sobrevivido a la Maldición Imperdonable.
Esta casa, invisible para los muggles, se ha dejado En su estado ruinoso como monumento a los Potter y como recordatorio de la violencia
Que destrozó a su familia.

Y alrededor de las palabras pulcramente rotuladas, había garabatos agregados por otras brujas y magos que habían venido a ver el lugar donde El Niño Que Vivió había escapado. Algunos solamente habían firmado con sus nombres con Tinta Eterna; Otros habían grabado sus siglas en la madera, no obstante otros habían dejado mensajes. Los más recientes de ellos brillaban intensamente sobre los grafittis mágicos de hacía dieciseis años, y todos decían cosas parecidas.

Buena suerte, Harry, donde quiera que estés.

¡Si lees esto Harry, que sepas que todos te apoyamos!

Larga vida Harry Potter.

Annie vio a Harry sonreír, haciéndola sonreír también. Éste abrió la boca para decir algo pero se detuvo abruptamente.

Una figura contraecha cojeaba senda arriba hacia ellos, su silueta marcada por las brillantes Se movía lentamente, posiblemente temiendo resbalar en la tierra nevada. Su porte, su corpulencia, su forma de andar arrastrando los pies, todo daba la impresión de una edad extrema. Observaron en silencio como se acercaba. Annie esta vez sí sacó su varita.

Al fin se detuvo a unas pocas yardas de ellos y simplemente se quedó ahí de pie en medio de la congelada carretera, frente a ellos Estaba de pie contemplando una casa que habría sido completamente invisible para ella, si no fuera una bruja.

Ella alzó una mano enguantada e hizo señas. Annie tragó.

-¿No se supone que no puede vernos? -susurró. La mujer les hizo señas otra vez, más vigorosamente.

Finalmente Harry habló, haciendo que Annie se
quedase sin aliento y saltara.

-¿Eres Bathilda?

La figura torpe asintió con la cabeza e hizo señas otra vez. Annie y Harry se miraron, para después asentir. Dieron un paso hacia la mujer y, de inmediato, ella cambió de dirección y cojeó regresando por donde había venido. Guiándoles junto a varias casas, se giró hacia una verja. La siguieron por el camino delantero a través de un jardín casi tan crecido como el que acababan de dejar. Ella tanteó un momento con una llave en la puerta principal, luego la abrió y retrocedió un paso atrás para dejarles pasar. Olía mal, o quizá fuera la casa. Annie tenia un mal presentimiento.

Cerró la puerta tras de ellos,
sus nudillos eran azules y moteados contra la pintura desconchada, entonces se volvió y estudió con atención la cara de Harry.

El olor a vejez, a polvo, a ropas sin lavar y comida rancia se intensificó cuando se desenrolló el chal negro comido por las polillas, revelando una cabeza canosa a través de la cual se veía claramente el cuero cabelludo.

-¿Bathilda? -repitió Harry. Asintió con la cabeza otra vez. Annie se apretó más contra Harry.

Bathilda pasó junto a ellos arrastrando los pies, echando a un lado a Annie como si no la hubiera visto, y desapareciendo en lo que parecía una sala de estar.

-Harry.. -susurró Annie bastante asustada.

-Está bien -le susurró él dándole un apretón a su mano.

-¡Ven! -le llamó Bathilda desde la habitación de al lado. Harry se acercó y besó sus labios para después separarse.

-Vuelvo en unos momentos -le susurró. Annie tragó y asintió, observando como Harry desaparecía tras el pasillo. Annie miró a su alrededor sintiéndose mal. El olor sólo empeoraba todo. Ejecutó un lumos y comenzó a recorrer el pequeño espacio. Todo estaba lleno de polvo, y de verdad no creía que alguien viviera ahí. Observó con curiosidad un libro. Lo tomó. "Vida y mentiras de Albus Dumbledore" escrito por Rita Skeeter. Annie lo guardó. Se iba a dar la vuelta para observar unas fotografías, cuando escuchó un golpe sordo que la hizo sobresaltar. Annie corrió escaleras arriba, tropezándose con algunas mientras los golpes se escuchaban más.

Llegó a la habitación y dejo escapar un grito cuando observó a una enorme serpiente atacando a Harry.

-¡Diffindo! -exclamó. La serpiente le siseó y siguió con su ataque. Annie se lanzó y mencionaba cada hechizo que recordaba tratando de no herir a Harry. La serpiente la golpeaba repetidamente, sacándole el aire.

Escuchó el grito de Harry.

-¡Él viene, Annie!

Mientras gritaba la serpiente se alzó, siseando salvajemente. Todo era caos. Hizo pedazos los estantes la pared, y la porcelana china astillada voló en todas direcciones mientras Harry saltaba sobre la cama y agarraba la oscura forma que sabia que era Annie. Ella gritó de dolor cuando tiró de ella a través de la cama. La serpiente se irguió otra vez, pero Harry sabía que algo peor que la serpiente estaba en camino, que quizás ya estuviera ante la verja, su cabeza se iba a partir por el dolor de la cicatriz.

La serpiente se abalanzó cuando Harry saltó corriendo, arrastrando a Annie con él; cuando la serpiente golpeó, Annie gritó,

-¡Confringo! -y su hechizo voló por la habitación, haciendo explotar el espejo del armario y rebotando hacia ellos, saltando del suelo al techo. Annie sintió como el cristal le hacía cortes en el rostro algunas partes de su cuerpo. La castaña escuchaba a Harry gritar del dolor. Miró la varita de Harry, rota. Sintiendo que quería llorar, la invocó. Lanzó un hechizo que derrumbó las cosas que había en la habitación bloqueando el paso a la serpiente y se desapareció.

(...)

Sintió un movimiento haciéndola despertar bruscamente. Harry parpadeaba y Annie solo pudo sollozar.

-Estamos bien -susurró ella al ver la expresión en el rostro del azabache. Sintio más lágrimas recorrer su rostro- estamos bien.

-Escapamos.

-Sí -susurró Annie. Ella se levantó y fue a mojar el trapo para volverlo a colocar en la frente de Harry.

-¿Cuánto hace que salimos?

-Casi cinco años -intentó bromear ella. Harry dio un atisbo de sonrisa. Ella suspiró- Han pasado horas. Es casi de día.

-Y he estado... ¿qué?, ¿inconsciente?

-No exactamente, -dijo Annie con inquietud-. Has estado gritando y gimiendo y... diciendo cosas -añadió. Se tapó la boca para reprimir un sollozo- no podía quitarte el horrocrux... estaba pegado a tu piel y..

Se le quebró la voz.

-Te quedó una marca por que tuve que usar un hechizo -susurró- también la serpiente te mordió pero estás bien..

Harry tiró de la sudorosa camiseta que llevaba puesta y se miró. Había un óvalo de color escarlata sobre su corazón donde el guardapelo le había quemado. También podía ver las marcas de colmillos medio cicatrizadas en el antebrazo.

-¿Dónde has puesto el Horrocrux?

-En mi bolso, creo que deberíamos mantenerlo a distancia durante algún tiempo.

Harry se recostó contra las almohadas y examinó la cara gris de ella.

-No deberíamos haber ido al Valle de Godric. Es culpa mía. Todo es culpa mía, Ann. Lo siento.

-No sabíamos que esto podría pasar -dijo Annie volteando el trapo para ponerle el lado frío. Le acarició la mejilla y Harry se recargó-. ¿Qué sucedió, Harry? ¿Qué sucedió cuándo ella te llevó arriba? ¿Estaba la serpiente escondida en alguna parte? ¿Simplemente apareció y la mató y te atacó?

-No -dijo-. Ella era la serpiente... o la serpiente era ella...

Eso hacía vívido todo ese horror.

-Bathilda debe llevar muerta algún tiempo. La serpiente estaba... estaba dentro de ella. Quien-Tu-Ya-Sabes la dejó allí, en el Valle de Godric, a esperar. Tenías razón. Sabía que volvería.

-¿La serpiente estaba dentro de ella?

Annie sentía el estómago revuelto de solo imaginarlo.

-No quiso hablar delante de ti,
porque hablaba Parsel, todo en Parsel, y yo no me di cuenta, pero por supuesto la podía entender. Una vez que subimos a la habitación, la serpiente envió un mensaje a Quien-tu-ya-sabes, lo oí en mi cabeza mientras lo hacía, le sentí entusiasmarse, dijo que me entretuviera allí ... y luego... cambió, se transformó en la serpiente, y atacó.

Bajó la mirada a las marcas punzantes.

-Se suponía que no tenía que matarme, sólo mantenerme allí hasta que Quien-tu-ya-sabes llegara. Si al menos hubiera logrado matar a la serpiente, entonces habría valido la pena, todo...

Con el corazón dolorido, se sentó erguido y apartó las mantas.

Annie le colocó una mano en el torso.

-Necesitas descansar -le dijo Annie. Él negó.

-Tú eres la que necesita descansar, Ann. Sigues estando preciosa pero te ves demasiado cansada -le dijo Harry tomándola del rostro.

Annie cerró los ojos.

-Me quedaré de guardia un rato.
¿Dónde esta mi varita?

Annie sintió que los ojos se le llenaban de lágrimas de nuevo. No sabía cómo aún podía seguir llorando.

-Vas a odiarme -le susurró con un hilo de voz. Harry frunció el ceño.

-Nunca podría odiarte -respondió Harry. Annie no pudo evitar el puchero que hizo, rompiéndole el corazón a Harry.

-Cuando lancé el hechizo.. no me di cuenta que tu varita estaba por ahí y... se partió a la mitad -terminó con un sollozo. Harry sintió que se quedaba sin aire- intenté repararla.. te lo juro que sí.. pero no..

-Shh.. -susurró él juntando sus frentes. Annie se sentía horrible. Harry sentía que había perdido una parte de él, pero no podía reprochárselo a Annie, le había salvado la vida- fue un accidente, ¿si? Está bien.

Ella negó aferrándose a el.

-Te sigo amando, Annie. Con todo mi corazón -le susurró intentando calmarla. Pasó un tiempo hasta que sus sollozos se detuvieron y su respiración volvió a la normalidad. Harry la separó un poco de él y observó como se había quedado dormida. Suspiró y le enjuago las lágrimas del rostro. La recostó suavemente en la cama y besó su frente.

-Te amo.

hooolas

esta parte se me hace super triste, idk

bUENO, bonito luneees

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