29. El plan en marcha

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Sus planes estaban hechos, los preparativos completos; en el dormitorio mas pequeño un solo cabello negro, largo y grueso (tomado del jersey que Annie había estado usando en Malfoy Manor) estaba enrollado dentro de un pequeña ampolleta de cristal sobre la repisa de la chimenea.

-Y estarás usando su propia varita, -dijo Harry, señalando hacia la varita de nogal-, así que considero que resultarás muy convincente.

Mientras la levantaba, Hermione parecía asustada como si la varita pudiera picarla o morderla.

-Odio esta cosa, -dijo en voz baja-. Realmente la odio. Se siente tan mal, no funciona bien para mí... Es como un poco de ella.

Annie se estremecía de solo mirar la varita.

-Sin embargo, tal vez te ayude a meterte en su personalidad -dijo Ron-. Piensa en todas las cosas que esa varita ha hecho.

-¡Pues ese es mi punto! -Dijo Hermione-. Esta es la varita que torturo a la madre y al padre de Neville, y ¿quién sabe a cuanta gente más? ¡Esta es la varita que mató a Remus!

Annie sintió como se le salía todo el aire y se obligó a respirar hondo.

La puerta de la habitación se abrió y Griphook entro. Por instinto, Harry se estiró para asir la empuñadura de la espada y la jalo cerca de él, pero lamento la acción inmediatamente. Podría asegurar que el gnomo lo había notado. Intentando distraer la atención sobre el bochornoso momento, dijo, -Estábamos revisando los detalles de último minuto, Griphook. Le hemos dicho a Bill y Fleur que nos vamos mañana y que no se levanten para vernos partir.

Se habían mantenido firmes sobre este punto porque Hermione necesitaría trasformarse en Bellatrix antes de que se fueran, y cuanto menos supieran o sospecharan Bill y Fleur, acerca de lo que iban a hacer, mejor. También les habían explicado que no iban a regresar.

Annie durmió poco o casi nada esa noche, con Edward a su lado. Él había estado tan triste y llorando cuando le habían dicho que tenían que volver a irse y se negó a separase de Annie. Lo que más le dolió a la castaña, fue que dijo que lo iban a dejar, como sus padres habian hecho aunque él sabía que no fue por gusto.

A las seis en punto, Annie se levantó de la cama, miró y arropó a Edward una vez más y se encontró con Harry, Ron y Griphook en el jardín.

El amanecer era frío, pero ahora que estaba llegando Mayo había poco viento. Al escuchar pasos, Annie se volvió y al ver la figura de Bellatrix, comenzó a temblar.

-Annie, Annie -dijo Harry sosteniéndola. Respiraba muy rápido por que sentía que no podía tomar suficiente aire- amor, es Hermione, no es ella.

Annie lo sabía, pero aún así era demasiado escalofriante. Escondió su rostro en el pecho de Harry y se obligó a calmarse.

-¡Ella sabe horrible, peor que gurdirraiz! De acuerdo Ron, acércate para que pueda hacerte...

-Bien, pero recuerda que no me gusta la barba muy larga.

-Por Dios Santo, esto no se trata de lucir bien.

-No es eso, ¡se pone en medio! Pero me gustaría mi nariz una pizca mas corta, trata de hacerla igual que la vez pasada.

Hermione suspiro y empezó a trabajar, refunfuñando bajo su aliento mientras transformaba algunos aspectos de la apariencia de Ron. Iba a recibir una identidad completamente falsa, y confiaban en la malévola aura de Bellatrix para protegerlo.

Annie se separó de Harry sintiendo un beso en su frente.

-Listo -dijo Hermione-, ¿Qué tal se ve, chicos?

Annie y las Reliquias de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora