IMAGINA: la primera cita con Clint
En la primera cita, Clint te invitó a un restaurante cercano y donde tocaban música jazz en vivo; sabía que eso te volvía loca y quiso complacerte para dejar una buena impresión sobre él (no era necesario, ya estabas perdidamente enamorada desde hace tiempo).
Pero ya habiendo cenado y haber pedido el postre, se quedaron un momento más para platicar y tomar unas copas de vino.
Tú te sentías bien al respecto, pero notaste que Clint, con solo unos pequeños sorbos, estaba empezando a ponerse más gracioso, las palabras las decía más arrastradas, se reía por todo y se perdía en tus ojos más de lo normal.
-Clint, ¿te sientes bien? -lo miraste extrañamente
-Sssí querida, perfectammmmente... ¿por qué lo diceshhh? -ya era notoria su embriaguez
-¡¿Cómo es posible que con solo unos sorbos de vino ya estés tan embriagado?! -suavizaste tu voz para que los demás comensales no notaran tu malestar
-Esss que la verdad soy malísssssimo para tomar alcohol... jajajaja -soltó tremenda carcajada y todos en el lugar voltearon a verlos; tú solo te cubriste el rostro con una mano, escondiéndote -pero no te preocupes, estoy muy bien... es más, voy a darte una sorpresa, mi vida
-¿Qué sorpresa? -preguntaste nerviosa e incómoda -¿mi vida? -caíste en cuenta de la la manera en que ya te trataba aquél Vengador
Barton se levantó de su lugar y se dirigió al director de la banda de jazz que amenizaba la noche, le pidió algo al oído y aquél con una gran sonrisa le cedió el lugar en el piano. Comenzaron las notas de ese bello instrumento y luego, la voz de Clint resonó por el audio: "Te prometo que puedo hacer mucho más que arquería..."
Los otros comensales voltearon a donde estabas ubicada, especialmente las mujeres; unas con rostro de compadecerte por la vergüenza que tu acompañante te hacía pasar, y otras con mirada tierna al ver que él estaba haciendo tonterías por hacerte sonreír.
Te encantaba que fuera tan ocurrente, divertido y espontáneo aunque al mismo tiempo te espantaba que precisamente por esas virtudes, te metiera en aprietos ante los demás.
Era seguro que los demás Vengadores, de una u otra forma, se iban a enterar. ¡Qué horror!
Definitivamente, esa cita, no la ibas a olvidar jamás.