B R E A T H-Jasper Hale

Por _MaryRou_

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《Y cuando el demonio se convierte en tu salvador, te das cuenta que estuviste con el ángel en todo momento... Más

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Por _MaryRou_







Su fin de semana pasó tranquilo, tanto que diría que casi fue aburrido a excepción del domingo dónde fue a casa de Bella por la tarde a quedarse a dormir.

— Bella normalmente no es muy sociable, por lo que me impresión el saber que tendrá una pijamada— decía el padre de la joven Swan quién estaba apoyada bajó la puerta de la cocina viendo como su amiga y su padre hablaban.

— Oh, es alguien callada definitivamente, pero con la compañía correcta puede hablar hasta por los codos— los tres soltaron una risa y Charlie sacó la pizza que estaba calentando en el horno cómo cena.

— Te creó.

— Huele delicioso— sonrió la castaña rojiza al hombre quién hacía una mueca por lo caliente que estaba la bandeja de metal dónde estaba la pizza.

— Lamento que no sea mucho, era del almuerzo de hoy y sobró un poco.

— Descuida, Charlie. Por mi comería todos los días pizza.

El hombre le sonrió a la pequeña chica que estaba en el mesón, sin duda era alguien humilde y que apreciaba lo que una familia tenía para darle, eso lo pudo notar al instante.

Las dos subieron a la habitación de la castaña con una rebanada de pizza vegetariana en sus platos y un vaso de soda dietética. Se sentaron en la alfombra para hablar sobre la escuela y cómo había sido la experiencia de ambas el mudarse a mitad de año.

Bella en un momento quedó en silencio con la mirada perdida, cómo si recordara algo.

— Sabes, Jacob me contó sobre una leyenda de su tribu y los fríos, cómo ellos les dicen.

— ¿Fríos?

— Enemigos de la tribu— le dió un sorbo a su vaso y dejó el plato a un lado para mirar a su amiga—. Me contó que los Quileutes descendían de lobos y que su bisabuelo descubrió un aquelarre cazando en la zona, pero éstos afirmaron ser distintos a los demás y forjaron un tratado, algo así. Los Cullen descienden de ese clan enemigos.

— ¿Clan dices?

— Lo sé, es algo completamente descabellado— se puso de pie y tomó su laptop para encenderla. Comenzó a teclear unas cuantas cosas hasta que Clare vio que entraba a una página de películas antiguas— ¿Admiradora secreta?

— Ya veo porque somos tan buenas amigas— dijo con una sonrisa al ver que la chica Swan había elegido una de sus películas favoritas.

Así pasaron la tarde, viendo películas acostada en la cama de la chica y charlando de cosas triviales, pero a las once y media de la noche, ambas estaban sumidas en la intriga.

— ¿Entonces los Cullen son peligrosos?— inquirio Clare confundida—. Es algo que no puedo creer, digo ¿Haz visto a Alice? ¡Es alguien tan radiante con su sonrisa! Y Emmett, ese chico puede que tenga cuerpo de luchador de primera clase, pero si no fuera por eso, sería una de las personas más tiernas del planeta.

Bella soltó una risa y negó con la cabeza.

— No lo sé, tu los conoces mejor que yo.

Clare se quedó un minuto en silencio.

— Creó que ambas sabemos que los Cullen ocultan algo y es algo que nadie quiere que sepan...Toda familia tiene secretos y no creó que ellos sean la excepción.

— Lo sé— suspiró Bella quitándose sus zapatos, tomó el conjunto de pijama que tenía en su armario y salió de la habitación para meterse al baño que estaba justo en frente.

Clare la imitó y sacó su pijama del pequeño bolso que había traído y se cambió rápidamente a su pijama. Comenzó a trenzar su cabello hacía a un lado cuándo oyó a Bella salir del baño apresuradamente.

— Necesitamos respuestas— dijo firme y convencida.

— Ya eres amiga de Edward, ve y pregúntale— sonrío burlona haciéndo que Bella rodara los ojos divertida. Las dos se metieron a la cama con la laptop de Bella.

Fue cómo tener una pequeña noche de terror al querer buscar información de la leyendas Quileutes, habían pinturas antiguas extremadamente aterradoras sobre los caras pálidas, pero lo que más llamó la atención de las jóvenes fue la descripción de estas personas, entre esos algunos rasgos: pálidos, piel fría, fuerza sobrehumana, bebedores de sangre humana.

Y se puso peor cuando ambas decidieron que era hora de dormir. Clare tubo el sueño más extraño de todos.

Estaba siendo golpeada por el sol con fuerza, podía ver montañas arenosas por todos lados. Plantas secas y tierra de color anaranjado. Era como si estuviera en un desierto o algo parecído, incluso lo encontraba parecido a imágenes que había visto del Gran Cañón.

Giró sobre sus talones y se quedó inmóvil al ver a unos metros a Jasper en una vestimenta extraña, antigua, de camisa blanca, pantalón marrones y botas.

— ¿Jazz?— murmuró, pero se asustó al ver que el rubio la miraba con ira y temblaba ligeramente con sus puños cerrados—¿Jazz?— su voz sonaba en un eco lejano.

Podía sentir algo en ese momento, algo que se sentía completamente real; miedo. Estaba completamente aterrada de la situación.

— Te dije que te alejaras de mi— habló entre dientes, la castaña dio un pasó atrás en cuanto noto sus ojos negros— ¡Te dije que te alejara de mí!— exclamó fuertemente acercándose rápidamente y en cuanto abrió su boca dejando a la vista sus dientes, reaccionó.

Se incorporó de un saltó, podía sentir su cuerpo bañado en sudor y cómo sus manos temblaban ligeramente del miedo. Su respiración estaba acelerada por lo que se obligó a comenzar a exhalar e inhalar lentamente.

Vio a un lado dónde Bella dormía plácidamente.

Todo estaba bien.

Definitivamente no había sido una buena noche, para ella, por lo que cuándo Bella tenía que ir a la escuela y pasar a dejarla a su casa en su camioneta para que siguiera con su reposo, fue directo a su habitación para seguir durmiendo unas horas más. Esta vez logrando descansar sin extrañas pesadillas.

Su padre la despertó para bajar a tomar desayuno a las diez y después de eso el se fue afuera para revisar su jeep ya que había presentado unos cuantos ruidos extraños. Clare estaba dentro leyendo un libro sentada a un lado de la ventana de la sala que daba justo al bosque, era un día soleado y una brisa agradable corría por el pueblo. Dejó a un lado su libro y se colocó sus viejos tenis.

Se colocó su mochila con el tanque en su espalda y caminó para asomarse por la puerta principal que daba al lugar donde estaba su padre revisando su jeep.

— Iré a dar un paseo por el bosque— avisó en un gritó a lo que su padre asintió en respuesta y alzando su dedo pulgar.

— Ten cuidado.

Corrió rápidamente hacía la puerta trasera y salió con entusiasmo, en Miami no tenía un gran jardín como aquí en Forks que limitaba con el bosque. Y tenía que esperar todos los fines de semana para poder recién ir se excursión a alguna playa junto a sus padres.

Estaba con unos jeans y una camisa manga corta, con su sudadera atada a la cintura por si le daba frío después de unos minutos. Caminó y caminó mirando con una pequeña sonrisa a su alrededor, oír los pájaros cantando, como las hojas sonaban al ser movidas con la brisa, todo eso era algo que amaba desde pequeña. Sentir toda esa armonía, esa vida a su alrededor y ese equilibrio natural, eso la llenaba de paz.

Después de unos veinte minutos camiando, se acomodó la manguera en su nariz al sentirla ligeramente floja por haber saltado un tronco que estaba tirando.

— Pero que lindas— murmuró acercándose a un grupo de pequeñas flores blancas, las acarició con delicadeza pero no las arrancó de la tierra. Justo dónde estaban era dónde pertenecían, era lo que siempre decía.

Siguió caminando esquivando una que otra rama y mirando bien el suelo para no caer.

Una ligera capa de sudor cubría su frente, pero no le importaba en lo absoluto, ella seguía mirando todo con fascinación.

Un extraño ruido la hizo parar de golpe, algo estaba bufando y quejándose. Se acercó a unos arbustos dónde creía que venía el sonido y cuándo se asomó pudo ver un pequeño bebé venado el cuál intentaba ponerse de pie, pero una de sus patas trasera estaba lastimada con una extraña mordida de la cuál salía sangre.

— Oh por Dios— se quitó rápidamente la mochila de la espalda y sacó una botella de agua junto a una venda— Hey— dijo en un susurró, el venado la miró y comenzó a moverse con más desesperó tratando de huir—. Oye, no te haré daño— alzó sus manos y se arrodilló en frente del pequeño animal quién dejó de moverse y miraba a la chica atenta con sus movimientos, su respiración era acelerada en todo momento y podía ver el miedo en sus ojos—. Eso se ve feo, déjame ayudar— murmuró. Se quiso reír de ella misma al ver que estaba hablando cómo si de una persona tratase, pero le era imposible no sentir empatía por ese pequeño animal. Cuándo colocó un poco de agua para limpiar la herida tuvo que actuar rápido ya que el venado otra vez comenzó a moverse desesperado y cuándo ató con firmeza la venda, este se puso de pie y se alejó lo más rápido que pudo.

Sonrió ligeramente al ver que el animal de había puesto de pie, pero su sonrisa se borró al oír el sonido que jamás creería escuchar en vivo. Se giró lentamente y con cuidado de no hacer movimientos bruscos, el miedo la invadió por completo y estuvo a punto de soltar un chillido al ver a tan grande oso. El animal la mirada fijamente y en cuánto la castaña se puso de pie, esté la imitó alcanzando a pasar los dos metros de altura, soltó un feroz rugido que hizo gritar a la castaña lo más fuerte que pudo.

En ese momento, cuándo comenzó a correr esquivando los árboles, recordó un antiguo documental que había visto hace unos años en clase de ciencias naturales sobre los animales carnívoros.

Un oso no te ataca para matar, el al instante en que te tiene entre sus garras comenzara a devorarte aún si estás con vida.

Eso pareció incentivarla a correr más rápido de la feroz bestia que corría en sus cuatro patas detrás de ella. Tropezó con una rama que sobresalía rodando unos metros, su espalda crujio al caer sobre la mochila con el tanque dentro y una horrible opresión surgió en su pecho. Se giró a punto de caer desmayada por completo, y vio cómo el oso se acercaba más...y más...y más. Pero en un segundo algo lo derribó, cómo si un camión lo hubiera arrollado.

(•••)



— Y comencé a correr, pero el oso me siguió. Después creó que caí y me golpeé quedando inconsciente— finalizó la chica Sweety al oficial de policía quien anotaba todo en una liberta.

Sus padres están detrás de él mirandola con los ojos llenos de preocupación, su madre sujetaba un pañuelo en su mano el que ocupaba para quitar las lágrimas que de vez en cuándo caían.

— ¿No recuerdas nada más?— preguntó curioso— ¿Qué sucedió con el oso?

— Ya se lo dije, algo lo alejo de mi— repitió con ligera irritación.

— ¿Algún otro animal?¿Otro oso?

— No lo sé, quedé inconsciente a los segundos en que me golpeé— soltó un bufido molesta, era como la quinta vez que volvía a contar lo sucedido y el oficial todavía parecía no creerle.

Pero mentía, ella sabía lo que había visto, pero no pensaría siquiera en abrir la boca.

— Muy bien, suficiente— habló con autoridad el sheriff Swan entrando a la habitación— Déjela descansar, creó que ya fueron demasiadas preguntas repetidas.

— Pero, jefe...

— Ya, Coul. Yo me encargo— de mala gana el oficial le pasó la tableta junto la libreta dónde estaba todo el historial médico y la historia que le había narrado la joven adolescente—. Disculpen, es un novato. Son peor que los perros nuevos, quieren saber hasta cuántas veces uno respiró— la castaña rojiza soltó una risa por las palabras de Charlie—. Clare, ¿cómo te encuentras?— preguntó dejándo en una mesa los papeles y acercándose a un lado de la muchacha. Sintió lástima por verla ahí, con una mascarilla que le cubría toda su boca y nariz, su pelo enmarañado sucio y un pequeño raspón en su mejilla.

— E estado en peores.

— Si que es fuerte— sus padres le sonrieron al oficial dándole la razón—. Bueno, ya está todo. Finalizare los papeleos para que no sigan molestandote y enviaré a un grupo que vea que las personas no estén en riesgo de un oso feroz.

— Dos— corrigió el padre de Clare.

— Dos osos— asintió el oficial Swan, se giró a la pequeña chica— ¿Quieres que llame a Bella para que venga a verte?

— No, debe estar en clases. La llamaré por la noche yo misma.

— Bueno— suspiró dándole una última mirada—, eres fuerte. Que te sientas bien.

Clare le regaló una sonrisa antes de que el hombre abandonara la sala, al instante sus padres se posicionaron a su lado. Su madre a punto de explotar en llanto por cuarta vez.

— Mamá...— suspiró mirando a la mujer con cariño.

Clare sabía que debió haber sido preocupante que la policía la llamara a su trabajo para informarle que su hija había sido encontrada inconsciente en medio del bosque, y después al llegar que le notificarán que por poco fue devorada por un oso de dos metros.

Su padre tenía los ojos llorosos y miraba apenado a su hija, si tan sólo la hubiera acompañado o le hubiera negado esa caminata por el bosque ya que debía guardar reposo. Pero se veía tan bien su pequeña, tan estable y fuerte que no pensó que algo así sucedería.

— Bien, tus signos vitales están normales y no hay indicios de un posible colapso o líquido en tus pulmones. Por lo que mañana por la mañana te daré de alta— informó el Doctor Carlisle entrando a la sala con su calida sonrisa y escribiendo algo en el fichero médico de la chica.

— Oh, gracias Doctor Cullen— suspiro con alivió Vanessa, mirando con una sonrisa a su esposo al saber que su pequeña estaba bien.

— No hay de qué— les sonrío a los tres y fue hacía Clare para quitarle la mascarilla— Lo peor ya pasó, por lo que no necesitarás esto— la ayudó a ponerse la manguera en su nariz, Clare estaba ligeramente temblorosa y no por las manos frías de Carlisle que accidentalmente pasan a rozar su rostro

— Doctor...— su voz salió en casi un susurró, pero el la oyó perfectamente y le sonrió ligeramente dándole a entender que tenía su atención— ¿Podría hablar a solas con usted?

— Claro, claro— dijo al instante pero con nerviosismo en su voz.

Él lo sabe, sabe que yo sé.

Sus padres salieron para ir a la cafetería del hospital por café para pasar la noche, jamás dejaron a su hija sola en un hospital, siempre estaban los dos o se iban turnando.

— Yo...— pero cuándo creía tener valor para encararlo, este se esfumó al instante y comenzó a sentir miedo. Pero tomó una bocanada y soltó rápidamente las palabras— Vi a Jasper en el bosque.



Porfis, si les gusta VOTEN-COMENTEN-SIGAN
♡-M.R.

ESTOY EMOCIONADA POR EL PRÓXIMO CAPÍTULO, LO SUBIRÉ EL VIERNES POR LA NOCHE COMO OBSEQUIO DE SAN VALENTÍN

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