Recibió una peculiar llamada al trabajo. Atendió con total normalidad pero la sorpresa se notó en su voz
-Doctor Strange, que gusto hablar con usted.... ¿Una cena? Ciertamente me encantaría. Lo veo esta noche
Y así fue. No terminó de trabajar hasta entrada la noche. En el estacionamiento se encontró con un auto junto al suyo que no estaba cuando llegó. Un hombre de traje y barba salió de el
-Buenas noches,Agente Ross
-Buenas noches,Doctor. ¿Ha venido por un asunto especial?
El hombre sonrió siguiendo el juego
-Recoger a un amigo
-Le haré saber que está aquí si esta dispuesto a esperar
-Será un placer
Everett fue hasta su auto a recoger algunas cosas y luego ambos subieron al auto del doctor.
-¿A dónde iremos esta noche?
-Un fino restaurante digno de alguien como usted
-Me halaga,Strange
El tiempo que duró el viaje pasó entre preguntas de trabajo y comentarios de lo ocupados que estaban. Cuando el auto se detuvo, no fue precisamente donde Everett imaginaba
-Esto es realmente inesperado
-Recuerdo que usted mencionó lo poco divertido que parezco ser. Sin embargo déjeme decirle que éste lugar lo conocí por mi cuenta y no gracias a mis hermanos o colegas
La enorme discoteca disparaba luces de colores por todos lados. La entrada estaba atestada de personas esperando entrar y pasar un buen rato. Everett se sorprendió aun mas cuando a Stephen le abrieron las puertas sin pedir entrada. La musica cubrió sus oidos como tapones evitando que escuchara cualquier otro sonido. Se acercó al doctor y le puso una mano en el hombro para que se inclinase
-¡¿Qué tan seguido viene aquí?!
-¡No tanto como cree! ¡Sigame!
Stephen le tomó la mano y lo guió hasta una mesa redonda reservada solo para ellos. Una mujer se acercó y Stephen le habló al oido, la chica mostró una sonrisa y se fue.
-¡Me sorprende lo bien que se desenvuelve en este lugar!
-¡Tengo mis secretos también!
-¡¿Puedo preguntar por qué me trajo aquí?!
-¡¿Tiene algún problema con eso?!
-¡En absoluto! ¡Solo me preguntaba si acaso usted..-
-¡¿Quiere bailar?!
Stephen agarró su mano y lo arrastró a la pista de baile.
Everett sonreía avergonzado, no estaba acostumbrado a ese tipo de ambiente. Se olvidó de su incomodidad cuando vio al doctor bailar, movía libremente las caderas siguiendo perfectamente el ritmo de la musica y había en su rostro una sonrisa que nunca creyó ver en alguien como él. Su cabello ahora despeinado caía en mechones sobre su cara dandole un aspecto, se atrevería a decir, sexy. Pero aún no había tomado lo suficiente para hacer una locura.
Regresó a la mesa y encontró a la mujer de antes dejando dos bebidas. No le importó lo que fuera, tomó una de las copas y la bebió hasta el fondo, echó un vistazo a su compañero y bebió la segunda para tener una excusa futura. Caminó decidido a la pista de baile y comenzó a moverse al son de la canción que escupían los altavoces, no supo cuando fue que se acercó tanto a Stephen y acabó bailando a su lado.
-¡Ross! ¡Parece pasarla bien!
-¡¿Bien?! ¡Sin duda una de mis mejores noches!
En un reflejo de luz logró ver una mano sobre su pecho, sintió un tirón en su corbata y se encontró siendo besado por Stephen Strange. El alcohol lo empujó a rodear el cuello del doctor y profundizar el beso. Cuando se separaron, se vieron a los ojos por unos segundos y soltaron una carcajada. Siguieron bailando después de eso y Everett nunca supo a que hora fue que regresó a su casa.