No debería.
No está bien.
Pero ¿alguna vez he escuchado a mi consciencia?
No, nunca.
Esta noche no estaba en mis planes estar en mi apartamento sentado sobre Seokjin mientras me froto como gato en celo.
Las cosas se dieron sin darme cuenta, ni siquiera busqué llegar hasta este punto.
—Puedo serlo por hoy...— murmuró frente a mis labios, presionando mi cintura aún más fuerte, manteniendome en mi lugar sobre su entrepierna completamente dura como una roca.
Y ¿Quién no tomaría una oportunidad como ésta?
Por supuesto que está despechado y sólo quiere joder con alguien para sacarse el dolor de encima.
¿Me molesta ser ese alguien?
Claro que no. He estado con muchas personas que acababan de romper, son los que mejor cogen. ¿Los divorciados? Tienen tanto rencor dentro que te hacen ver las putas estrellas del orgasmo.
Y Seokjin es solo eso, un ligue más. Uno que estuve esperando dos semanas para que me joda.
Muevo mis caderas causando una deliciosa fricción entre nuestras pollas aprisionadas y él gime tirando la cabeza hacia atrás.
Admiro su precioso y ligeramente rosado cuello, gracias al rubor del alcohol, sus orejas están rojas como un tomate. Y él está con los ojos cerrados y los labios entreabiertos disfrutando y dirigiendo mis movimientos.
Esta vez sin miedo me acerco a su cuello, donde su preciosa nuez de Adan se marca y paso mi lengua por encima de ésta deleitandome del sabor de su piel.
—Ahhh~... — jadea en lo que me doy un banquete con su cuello, lamiendo y chupando, él da embestidas hacia arriba encontrándose con mi dura polla y haciéndome gemir
No hay una pizca de decencia.
Siento que toma mi camisa y me la rompe con prisa haciendo volar todos los botones a diferentes direcciones. Mi pene salta ante la hambrienta mirada de Seokjin sobre mi cuerpo.
Si está fingiendo, lo está haciendo de putamadre.
Sus manos recorren mi pecho desnudo lentamente y luego acaricia mi espalda bajando hasta mi culo e iniciando los movimientos nuevamente sobre su miembro
Se acerca a mi oído lamiendo mi lóbulo y muerdo mi labio idiotizado hasta que murmura —Tienes un culo de infarto... Ahhh~
—¿Quieres joderlo? — agarro sus manos y las meto por debajo del pantalón, sus ojos son lujuria pura, no sabía que tenía esa mirada oculta.
—Sí...
—Hazlo, jodeme duro y fuerte Seokjin...
Saca sus manos rápidamente de mi pantalón y las dirige hasta el botón delantero dispuesto a sacarme este pedazo de tela que tanto estorba, pero el maldito sonido de un celular sonando lo detiene.
—Mierda...
—¿Tienes que atender? — le digo ansioso porque me coja, él saca el teléfono de su bolsillo y sus cejas se arrugan un momento.
—Sí, es mi madre... Esperame un momento por favor, no te vayas a ningún lado — amenaza en lo que me salgo de su regazo y me siento en el sillón viéndolo ir hasta la cocina para tomar la llamada.
¿A dónde carajos me voy a ir? Dios, estoy tan malditamente caliente, solo necesito que me coja de una vez, me duele.
Seokjin me quiere joder el culo. Esto es lo más hermoso que he escuchado últimamente, no voy a olvidarlo jamás. Yo sabía que esa polla no podía ser completamente hetero.
A los pocos segundos bombón se acerca despeinando sus rubios cabellos y me mira de pie a una ligera distancia.
Aprecio su look pre-follada. Cabello despeinado, mejillas y cuello ruborizados y labios rojos e hinchados. Es un puto dios.
—Tengo que irme Tae...
—¿Qué? ¿Porqué?
Mierda me duele tanto el pene que no puedo ni pensar con claridad, no le cuesta nada quedarse al menos diez minutos, con lo caliente que estoy no creo durar más.
—Ha habido un accidente y debo viajar urgente...
Y ese fue el baldazo de agua fría que necesitaba para bajarle a mi celo.
—Oh mierda, ¿está todo bien?
Luce preocupado pero no sé muy bien cómo calmarlo.
Me levanto y me acerco frente a él, dudo si abrazarlo o siquiera tocarlo. Él asiente decaído.
—Hablaré con Yugyeom camino a Gwangcheon...
—De acuerdo, ve con cuidado.
Doy una palmada sobre su hombro sin saber muy bien que más hacer, él pasa saliva y me mira preocupado, ¿está teniendo el maldito pánico gay ahora?
—¿Podemos hablar luego?
No, no quiero lidiar con su puto pánico.
—No hay nada de qué hablar amigo, está todo perfecto.
Lo voy dirigiendo a la salida, tengo una necesidad urgente de estar solo y su mirada apenada no me está ayudando con nada.
—Tae—
—Suerte en el viaje Seokjin, espero que todo esté bien en casa, regresa pronto ¿sí?
Sus ojos recorren mi rostro y muerde sus labios antes de cruzar la puerta de mi apartamento y despedirse con la mano.
Mierda.
Me apoyo de espaldas a la puerta, presionando una mano en mi pecho tratando de calmar los fuertes latidos.
Miro a Yeontan que me está juzgando en silencio y me agacho a su altura, él salta de inmediato a mi encuentro y lanza lamidas por todos lados.
—Al bombón rubio le gusta dejarme caliente Tannie... Se le está haciendo costumbre...
Recibo un par de ladridos de su parte.
Necesito un trago.
...
Los días siguientes se sienten como en automático, tengo mucho trabajo acumulado y me la paso casi todo el día en la oficina, mirando de vez en cuando a la última oficina del pasillo, que está vacía desde hace un par de días.
No me he comunicado con Seokjin, espero que las cosas en su casa estén mejor y que nadie haya salido herido.
Jimin me deja unos files con documentos para firmar, que son en su mayoría contratos con los diseñadores. Y se va a casa siendo ya viernes y casi seis de la tarde.
Miro mi torre de trabajo pendiente y avanzo con paciencia hasta que bajo todo lo posible para tener mi fin de semana libre, necesito ir a embriagarme y coger. Necesito coger con alguien.
Siendo casi las nueve de la noche, me subo a mi auto y voy camino a casa sintiendo la brisa de la noche que se está poniendo cálida.
Llego hasta mi piso y casi me cago del susto al ver a Seokjin afuera de mi puerta.
—¡Mierda! Creí que eras un puto fantasma...
—Hola también a ti, idiota. — responde sonriente, siento cosquillas en mi pecho pero espero que sea una amenaza de infarto y no otra cosa.
—¿Llegaste recién de viaje?
—Llegué en la tarde, pasé a casa a dejar unas cosas y luego vine a verte...
Se ve ligeramente tímido lo cual me causa ternura, tiene puesto una camiseta rosa básica y un pantalón jean rasgado en los muslos.
—¿Estás esperando hace mucho?
—Sólo unos veinte minutos o media hora...¿Bastante trabajo?
No sé porque seguimos hablando fuera de mi apartamento, así que me acerco y abro rápidamente para hacernos entrar — Ha sido una semana pesada ¿qué tal todo en casa?
—Mejor, mi hermana tuvo un accidente y mamá necesitaba algo de ayuda.
—Wow, tienes hermana y todo, míranos hablando como mejores amigos — le digo cerrando la puerta luego que él ha entrado, lo veo mirar alrededor curioso.
—¿Y Yeontan?
—Está con Jimin, le tocaba baño y control en el veterinario, él se hace cargo de eso este par de días.
Veo su postura tensarse en un instante y me lanza una mirada fija que no sé cómo describir.
—¿Taehyung?
—¿Hm?
No responde nada más, tan solo se acerca a mi sin darme tiempo a reaccionar y toma mi rostro entre sus manos, estampando su boca contra la mía.
Mis brazos rodean su cuello casi al instante, mierda, no sabía cuánto necesitaba esta boca sobre mi nuevamente.
—¿Tu oferta sigue abierta? — murmura sobre mis labios.
—Y mis piernas también guapo.
Se ríe de inmediato y pega su cuerpo al mío mientras rodea mi cintura, yo enredo mis dedos en su rubia cabellera y me dispongo a saborear de su deliciosa lengua.
Con dificultad nos dirigimos hasta el sillón, lo empujo dejándolo caer en este y me subo horcajadas sobre él sacándome la camiseta en el proceso.
Sus dedos van de inmediato al botón de mi pantalón y su mirada hambrienta me está matando.
—Es mi primera vez con un hombre...
—No me digas... Mmmmhh~ — sentirlo frotar su mano sobre mi bulto encerrado en mi pantalón me hizo ver el puto cielo.
De pronto mi cabeza se llena de todas esas ideas sucias que tuve mientras me la jalaba pensando en él y necesito con urgencia calmar mi deseo.
Me levanto de su regazo, me mira confundido mientras agarro su camiseta y se la retiro con delicadeza, un adorable aroma a vainilla invade mis fosas nasales, su loción definitivamente va a ser una mierda muy adictiva.
Lanzo la prenda a algún lugar de la sala y luego desabotono su pantalón mirando sus reacciones en el proceso, se muerde los labios cuando me ve arrodillarme frente a él, lo he soñado tantas veces y le haré ver las putas estrellas.
—Te voy a hacer una mamada...
—Si...~
—Si no te gusta, o te sientes incómodo, sólo debes decírmelo ¿de acuerdo?
Él asiente ansioso y relamo mis labios cuando bajo su pantalón y su ropa interior en un solo movimiento, su preciosa polla rosada e hinchada me da la bienvenida levantándose erguida ante mi rostro... se me hace agua la boca.
Me acerco despacio ante su atenta mirada y levanto los ojos para mirarlo fijamente cuando mi lengua recorre desde la base hasta la punta.
Abre su boca suspirando ante las vistas, deben ser mis ganas de comérmelo entero lo que hace que su pene empiece a gotear ante una sola lamida.
Sonrío de medio lado probando el sabor de sus fluidos y pasando la lengua sobre la punta de su dura polla, hago círculos alrededor de la cabeza mientras lo veo perderse en las sensaciones.
Luego la meto entera a mi boca, su polla es grande y gruesa, se siente como una maldita maravilla.
Llevo sus manos a mi cabello y él aprieta las hebras dejándose llevar por mi boca y poco a poco va tomando confianza para follármela.
Doy arcadas por ratos, sintiendo como me corta la respiración en cada estocada, me estoy poniendo tan duro solo por chupársela mientras escucho sus gemidos ahogados.
—Ahhh~ Si...
Se detiene un poco y suelta mi cabello, así que dirijo toda la atención ahora a sus bolas, chupándolas y dándome un puto festín con él.
—¿Te gusta?
—Sí...~
—¿Quieres venirte en mi boca bombón?
Digo ahora, pasando mi lengua por toda la longitud de su miembro, él tiembla bajo mis manos. Y yo la meto entera a mi boca succionando suavemente en la punta, lo veo retorcerse y tirar su cabeza hacia atrás.
—No... Q-quiero más~
Me levanto del piso y doy un vistazo al rubio desnudo sobre mi sillón, quiero gritar por la alegría de finalmente tenerlo a mi disposición.
Me desabotono el pantalón y lo veo mirar con atención mis movimientos, tomo la cinturilla del pantalón y mi bóxer y las bajo al mismo tiempo ante su mirada, mi polla salta dura y adolorida.
Sus ojos se pierden en ella, lo veo pasar saliva y relamer sus labios, luego me da esa maldita sonrisa de medio lado y es suficiente para acabar con mi mundo.
Estira su mano y la tomo de inmediato ahora dirigiéndome a su regazo.
Me siento sobre él, adicto al increíble placer de sentir su caliente piel en contacto con la mía y susurro en su oído —Te daré más...
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