Narra Cheryl
Hoy es mi primer día de mi último año en Riverdale High school, lo cual para mi es un gran alivio ya que falta solo un año para poder ir a la universidad e irme para siempre de esa tonta escuela que me tiene harta, no me malinterpreten, la escuela es muy buena y ahí soy tratada como una reina, pero siempre he creído que el resto de los alumnos no están a mi altura, es decir, soy una Blosson, sangre de poder y clase recorre por mis venas.
Siempre llego temprano a la escuela, la puntualidad es algo que me caracteriza al igual que la responsabilidad, a pesar de ser la alumna más popular de todo Riverdale High, tengo uno de los promedios más altos junto con el de mi hermano gemelo Jasson.
Desde pequeños nuestros padres siempre nos han inculcado la importancia de la escuela y nosotros siempre hemos obedecido sin replicar nada.
Me subo a mi auto descapotable rojo, en serio amo este auto, muy aparte de tener mi color favorito y ser un auto muy lujoso, en este auto pase muchos de mis momentos favoritos. No espero a Jasson para ir a la escuela, ya que el tiene su propio auto idéntico al mío pero en azul.
Prendo el radio de mi auto y manejo rumbo a la escuela, mientras escucho mis canciones favoritas, al llegar, estacionó a mi bebé y caminó adentrándome a las instalaciones de Riverdale High, ya estando en los pasillos me dirijo hacia mi casillero donde guardo algunas cosas que no necesitaré hasta las últimas horas de clase. Me voy a mi salón designado y ahí encuentro a varias de mis amigas porristas, ellas al igual que yo son muy populares, sobretodo Verónica, que suele ser muy mencionada en cada rumor de la escuela, pero es muy buena chica a comparación de mi, ya que a mi se me conoce por ser una odiosa de primera, aquella que cuando tiene un mal día se lo desquita con el primero que se le cruce en el camino, pero Verónica es todo lo contrario, somos como el yin y el yang.
Verónica y yo seguimos hablando hasta que el timbre sonó y empezó nuestra primera clase del día.