Just a little kiss || HyunIn

By xcrazzypizzax

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-ยฟMe das un besito, Jeongin? ๐“†™ ๐ป๐‘–๐‘ ๐‘ก๐‘œ๐‘Ÿ๐‘–๐‘Ž ๐‘Ÿ๐‘’ ๐‘ ๐‘œ๐‘“๐‘ก, ๐‘Ž๐‘‘๐‘œ๐‘Ÿ๐‘œ ๐‘™๐‘œ ๐‘ ๐‘œ๐‘“๐‘ก, ๐‘ฆ ๐‘Ž๐‘›๐‘”๐‘ ๐‘ก. ๐“†™... More

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Epรญlogo
Extra 1
Extra 2: The end
You make me feel special
Spin-off: Without Kisses

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By xcrazzypizzax

Incómodo.

Sí, era la mejor palabra que se podía utilizar para describir la situación que estaban viviendo.

Ya se habían alejado un poco de aquel claro en el que habían decidido pasar la tarde. Lo cierto es que Changbin exageraba al decir que eran muchas botellas, porque la realidad es que no pasaban de las diez. Hyunjin estuvo un rato meditando si podía salir de esa situación tan incómoda de alguna forma, pero también llegó a la conclusión de que no podía volver con diez botellas de agua llenas al mismo tiempo, por lo tanto, decidió no huir, y caminar junto al menor hacia la fuente.

El silencio se iba prolongando a medida que los pasos iban sumándose. Un par de pájaros catando era lo único que se podía escuchar, además del sonido de las ramitas esparcidas sobre la hierba siendo pisadas por los pies de ambos chicos.
Dentro de ellos, y solo para ellos, podían incluso escuchar el descompasado latido de su acelerado corazón, inquieto al encontrarse en una situación con el que siempre supieron que era su otra mitad.

Hyunjin miró de reojo al menor, observando con atención como este mantenía su mirada fija en el suelo, posiblemente sumergido en sus pensamientos.
Hwang no se dio cuenta cuánto tiempo estuvo contemplándolo, pero podía asegurar que no fue poco. Hacía muchos días que no lo veía, y ahora estaba demasiado cerca como para que su vista no bailase complacida sobre sus facciones.

Jeongin siempre le parecería precioso.
Con su tez pálida, suave, que en varias ocasiones se teñía de carmín por la vergüenza. Sus labios finos, pero ligeramente abultados, siempre extendidos en una sonrisa metálica que causaba ternura a cualquier ser viviente con razón que pudiera observarla. Su cabello castaño, desprolijo, o arreglado, concordando a la perfección con sus rasgados y oscuros ojos, bañados con un brillo feliz, risueño, que podía perdurar durante horas, e incluso días, sin perder su chispa.

Era demasiado bonito como para no caer por él, y solo podía ir a mejor si comenzaba a examinar su carácter.

Siempre tan amable, cálido, cariñoso. Arreglando los días grises con brillantes sonrisas que iluminaban el lugar como si de diamante se tratara.
Su personalidad comprensiva, buscando complacer al contrario de una forma beneficiosa para ambos, lo convertía en el mejor compañero, o amigo, que pudieras encontrar en la vida. Dispuesto a brindar amor cuando fuera necesario; en cualquier momento, solo para dibujar sonrisas en las bocas de las personas a las que quería.

También era valiente; cerniendose frente a sus miedos para plantarles cara.

Siempre admiraría esa parte de él.

Se aceptaba tal cual era, en un mundo en el que la gente como él, como ellos, no era bien vista. Comprendiendo la sociedad, adaptándose sin dejar de ser quien era. Sin temer demostrar afecto hacia otro hombre, o mujer, en público.

Jeongin, sin duda, era genial, perfecto, el chico más maravilloso que había podido aparecer en su vida.

Y Hyunjin... Bueno, él era afortunado de poder conocerlo.

–Hyung... –La insegura voz del castaño lo sacó de sus pensamientos, produciendo que comenzase a prestar atención a su entorno, y que su corazón latiera acelerado al escuchar al contrario dirigiéndose a él.– No quiero incomodarte, en serio, pero es que... Llevas un rato mirándome fijamente y... ¡No dudo que, quizás, estés en un viaje astral o algo parecido! –Aclaró, alzando ligeramente la voz mientras levantaba un poco los brazos. La realidad es que él también estaba bastante nervioso, y en esas situaciones siempre terminaba diciendo cosas extrañas.– Pero... Quizás, puedes, no sé... ¿Dejar de mirarme...? Yo... En fin, no pasa nada, hyung. –Finalizó, negando varias veces con la cabeza en un gesto de que olvidase todo lo que acababa de decir.

El menor apartó la mirada, con una mueca de incomodidad en el rostro. Había abierto la boca sin pensar en lo que iba a decir, y, como siempre, había soltado una estupidez.

Hyunjin no comentó nada y, al igual que el castaño, evitó el contacto visual.
Sin embargo, sin ser del todo consciente de aquel gesto, una pequeña sonrisa apareció en su boca.
Yang era demasiado cómico, y sus reacciones siempre conseguían animarlo un poco.

Quería volver a hablar con él, pero no se sentía seguro de cómo hacerlo. Le gustaría disculparse por como lo trató la última vez, y explicarle, de una vez por todas, las razones por las cuales, aunque quisiera, algo ajeno a él le impedía mostrarle lo enamorado que estaba. Le encantaría que el menor supiera que todos, y cada uno, de los suspiros bobos que escapaban, cada dos por tres, de su boca, se debían a él; que buscaba cualquier momento para pensar en su persona, y que era quien reinaba en su corazón, la persona dueña de sus sueños.
Que era el chico con el que le gustaría formar un futuro; uno genial, perfecto, y equilibrado, que le ayudase a olvidar su pasado, y mejorar su presente.

Le encantaría expresar tantas cosas...

Pero no podía, porque aún se sentía atado, porque  aquella oscura habitación que se fue iluminando poco a poco, aún se mantenía cerrada, y la llave, aunque estuviera a su alcance, parecía demasiado pesada para levantarla él solo. Le atemorizaba abrir la puerta, ver el mundo real, experimentar nuevas sensaciones.

Le aterraba aprender a vivir, porque ya estaba acostumbrado a no permitirse nada.

No tardaron en  llegar al lugar en el que se cernía la fuente. Jeongin fue el primero en comenzar a llenar las tres botellas de agua que había estado cargando todo ese rato. Lo único que acompañaba a ambos chicos era aquel detestable silencio incómodo, que parecía más ameno debido al sonido que producía el agua de la fuente.

Hyunjin conservaba su vista fija en la espalda del menor, mientras este concentraba toda su atención en terminar rápido su trabajo. Habían dejado las botellas posadas a un lado para ir llenandolas una a una, por lo tanto el mayor no tenía nada ocupando sus manos.
Mantenía los brazos cruzados sobre su pecho, con una expresión indecisa abarcando todo su rostro.

Sentía que estaba perdiendo una gran oportunidad. Ambos estaban solos, podía aprovechar para hablar con el de menor estatura y solucionar todo. Le daba bastante vergüenza, y sentía inquietud al imaginarse comenzando una charla con él, pero necesitaba hacerlo. Quería hacerle saber que no era su culpa, y que realmente no pensaba nada de lo que le dijo la última vez.

Se mordió el labio, con su cabeza llenándose de pensamientos contrapuestos de qué hacer en esos momentos. Tenía que elegir rápido, antes de que se le acabase el tiempo y tuvieran que volver hacia el claro con los demás.

Tenía que ser valiente por una vez, si quería mantener a su lado a la persona más bonita que había ocupado un lugar en su vida, y robado un pedacito de su corazón.

–Lleno esta botella y ya nos vamos, ¿Sí? No tardo –Masculló el castaño, sin girarse a mirarlo. Podía percibir la intensa mirada de el del lunar plasmada en su espalda, por eso mismo no quería girar su cabeza y enfrentarse a ella. Podía imaginar que estaba sumergido en sus pensamientos, y por eso mismo se notaba tenso. No quería interrumpirlo, ni hacer que el momento se volviera mas incomodo de lo que ya era.

El mayor solo respondió con un suave ruido salido de su garganta, en señal de que lo había escuchado.
Su corazón latía rápido debido a la adrenalina que abarcaba su cuerpo. Había hecho ya su elección, y se estaba dando ánimos para hablar con el castaño.
Por eso mismo, cuando este cerró la última botella, y la dejó junto a las demás para girarse a decidir con su acompañante cuántas llevaría cada uno, no espero ni un segundo más antes de abrir su boca, dejando salir la frase que había estado reteniendo en su interior todos esos días.

Iba a decirle todo. No iba a guardar nada más. Quería ser valiente, sincero; quería hacerle saber al contrario que ya había hecho una elección.

Y su elección había sido él.

–Lo siento –Habló finalmente, confundiendo al contrario, que se había perdido nada más escuchar la voz del más alto.– Por todo. –Aclaró, inhalando una gran cantidad de aire, soltandolo luego lentamente. Necesitaba estar tranquilo para poder expresar todo correctamente.– Yo nunca debí hablarte así ¿no? Menos sin darte una explicación. Nunca quise hacerte sentir mal, tampoco quería que pensaras que ya no quiero rehacer lazos contigo... –Murmuró, bajando la voz a la vez que agachaba la cabeza.– Yo... Sinceramente, no creo que estuviera bien, pero en ese momento no estaba pensando con claridad y... No sé, perdón.

El más joven lo miraba con atención, sintiendo una presión en el pecho al observarlo tan indefenso. No había sido su culpa. Jeongin sabía que él no había tenido otra opción, no debería sentirse mal por ello.

–No te preocupes –Tranquilizó, sonriendo suavemente, tratando de brindarle un poco de paz.–, Hyunjin, sé que nunca fue tu intención. Chan me lo contó todo –admitió, apretando los labios con pesadez.–, y comprendo por qué lo hiciste. No estoy enfadado, no podría, yo en tu situación hubiera hecho lo mismo. No debes pedir perdón, realmente no creo que haga falta –Hyunjin lo observaba silencioso, esperando a que terminase de hablar. No le estaba gustando para nada el tono lastimero que estaba usando, y temía que las sospechas que rondaban su cabeza fueran ciertas.– Creo que lo mejor es alejarnos, dejar de estar juntos. No quiero que por estar en mi compañía te pase nada malo, no se supone que eso deba ser así. –Y, efectivamente, sí eran ciertas.

Jeongin se cruzó de brazos al terminar de hablar, algo inseguro de lo dicho. Había estado meditando todos esos días, desde que se enteró de la situación que vivía el más mayor, y había llegado a la conclusión de que eso no podía seguir siendo asi, y si Hyunjin no quería denunciar, la última opción para que todo eso cesara sería dejar de estar juntos.
Había sido una decisión algo dura, lo cierto es que le dolía el pecho al pensar que, nuevamente, sus caminos debían separarse; pero era por su bien. Jeongin solo quería que el azabache estuviera tranquilo, para que él también pudiera estarlo.

Hyunjin no emitía ningún sonido, tratando de procesar lo que había dicho el menor. No podía estar hablando en serio, se negaba.
Quería recuperar a Jeongin, quería dejar de lado su temor. Necesitaba seguir adelante, salir de la habitación y cerrar la puerta para nunca más volver a entrar, alejarse del lugar y olvidar que alguna vez estuvo allí.
Pero para eso necesitaba fuerza, algo que lo inspirase a seguir caminando, a no dejar de luchar. Necesitaba saber que después de todo el largo recorrido iba a haber alguien que lo estuviera recibiendo al llegar al final, que le hiciera saber que el esfuerzo no había sido en vano; que le prometiera que a partir de ese momento no estaría solo.

Que no volvería a sentir frío.

Que ahora todo sería calor.

Que ya no existiría una opaca oscuridad que no fuera destrozada por un mínimo rayo de luz.

Y sabía que ese alguien era Jeongin. Necesitaba que ese alguien fuera Jeongin.

–N-no estás hablando en serio –Balbuceó el mayor, lleno de temor, negando insistentemente con la cabeza. Jeongin lo miró confuso, ladeando la cabeza. Se supone que eso era lo que él quería.– ¿Por qué haríamos eso? Lo sabes todo... Yo no quería decir eso. Nunca quise. Era todo mentira, ¿Por qué insistes en alejarte? –Inquirió, angustiado, llevando una de sus manos a su propio cabello, moviéndolo con nerviosismo.– No te alejes, Jeongin, no de nuevo. –Suplicó, mirándolo con tristeza, rompiendo el corazón del más joven.

–Hyunjin, es por tu bien –masculló, apartando la mirada.– ¿Cómo voy a permitir que, por estar conmigo, te hagan daño? No, no y no. Lo mejor será hacer lo que quiera tu madre. –Aseguró, asintiendo convencido.

–¿En serio crees que eso será lo mejor para mí? –Inquirió, su voz sonando algo brusca, con el ceño fruncido en ofensa.– ¿En serio pensáis que lo mejor es asumir lo que estará bien para mi? Joder, no. No hagáis eso, no sabéis nada. –Negó con la cabeza, pasandose las manos, las cuales mantenían un sutil temblor, por la cara.– ¿Por qué iba a ser mejor para mí que dejases de estar a mi lado? ¿En serio crees que si eso fuera así estaría tratando de solucionar todo? ¿Acaso lo que yo quiera no va a ser tomado en cuenta? –Lo miró, con los ojos ligeramente abiertos en busca de una respuesta.

Los latidos del más joven iban desenfrenados, e incluso podía sentir como frías gotas de sudor resbalaban por su espalda. Hwang parecía inquieto, violento, hablando rápido de lo habitual a causa de todos los sentimientos que parecían agolparse en su pecho.

–Si te alejas de mi no te volverá a poner una mano encima –Murmuró,  agachando la mirada.

–¿Qué? –Inquirió, pasmado.

–Es eso, Hyunjin –Soltó un suspiro.– No quiero volver a ver que apareces con rasguños en tu cara. No me gusta observar como tu expresión está bañada en miedo, y reaccionas a la defensiva por un simple gesto de afecto. Me pone triste que lo pases mal, y si puedo evitar que eso vaya a peor, alejándome de ti, lo voy a hacer.

–¿En serio crees que eso cambiará solo porque te alejes de mi? –Alzó las cejas.– ¿De verdad piensas que, de repente, ella, cuando vea que ya no estoy cerca de ti, ni haya peligro de que vuelva a estarlo, me va a dejar en paz? ¿Qué me va a querer? ¿Qué volveré a vivir en un entorno de familia feliz?

–Sí... Bueno, supongo. –Respondió, dudoso, rascándose el antebrazo en en un gesto ansioso.

–Estas equivocado, Innie, demasiado –Negó con la cabeza, cerrando los ojos a la vez que miraba al suelo.– Esto lleva así desde siempre, no va a cambiar solo por dejar de estar a tu lado. Ya no quiero quedar bien frente a ella, ya no me importa que me haga daño; he comprendido que eso nunca cambiará, ni si quiera acatando sus reglas. No soy nada para ella, y ya estoy harto de tratar de serlo. Si no me quiere, que no me quiera; si me quiere dar una paliza, que lo haga. Me da igual, puedo aguantar –aseguró, su voz rompiéndose a medida que seguía hablando.–, yo sé que puedo hacerlo, sé que voy a lograrlo. Algún día saldré de allí, te lo prometo, intentaré cambiar, ser alguien mejor, ser yo. Ella dejará de ser importante para mí, no la necesitaré, porque os tendré a vosotros, a mis amigos. A ti.

–Hyunjin, yo... –No sabía que decir, no le gustaba como estaba hablando el contrario, pero no sabía cómo hacer que se detuviera.

–Jeongin, me gustas –Confesó, alzando la cabeza para mirarlo directamente a los ojos, sintiendo su corazón a punto de explotar, con las ya conocidas mariposas revoloteando en su estómago, llenándolo de cosquilleos, con los nervios carcomiendolo. El menor lo miraba aguantando el aire, sintiendo su mundo detenerse para después comenzar a ir veloz, acompañado de sus latidos.– Joder, estoy enamorado de ti, desde siempre. Me encantas, todo tú, eres perfecto, lo mejor que me ha podido pasar. Con sólo tu presencia has conseguido regalarme los dos mejores meses de mi vida, has sido el único motivo por el cual me levantaba con ánimos por la mañana; por el cual disfrutaba pasar tiempo fuera de casa. Disfruto contemplarte tratando de buscar algún error, que nunca encuentro, confirmando así mi idea de que no tienes ningún defecto. Y quiero que todo siga siendo así, quiero seguir acostándome por la noche con el pensamiento de que al día siguiente te podré ver, de que estaré contigo, y agarraré tu mano. Con la sensación de calidez que me embriaga siempre que estoy cerca de ti, la explosión de emociones que me da el escucharte reir. –Tomó aire, ordenando con rapidez en su cabeza todo lo que tenía que decir.– No me importa no gustarle a mi madre si sé que tengo alguna mínima posibilidad de gustarte a ti. Me da igual lo que piense la sociedad, me trae sin cuidado que la gente me vaya a odiar sin conocerme solo porque me gusten los chicos;  porque eres tú, Innie. Eres mi luz. Me has arreglado, Jeongin, te debo cada una de mis sonrisas, de mis suspiros, y de mis sueños. Mi tranquilidad es a causa de tu existencia, de tu compañía.
No puedes alejarte, no ahora. No me dejes solo, Jeongin, no lo aguantaría –Su voz se quebró, a la vez que su expresión se inundaba de tristeza.– Eres la única razón por la que sigo continuando, eres el único motivo por el que sigo aquí. –Finalizó, con la respiración agitada, y todas sus emociones revueltas.

Un prolongado silencio los envolvió.

Ambos tenían los sentimientos a flor de piel, y ninguno pretendía apartar la mirada de los ojos contrarios.
Jeongin notaba su rostro arder, y podía observar como el contrario también había adquirido algo de color.
Ninguno de los dos se esperaba eso, Hyunjin había hablado por impulso, pero no se arrepentía. Aún le quedaban muchas cosas por decir, aún le faltaba demasiado por expresar.

–Y-yo... No sé qué decir. –Jeongin se había quedado mudo. Las palabras del mayor no dejaban de repetirse en su cabeza, como si se tratase de un sueño al cual aún no le había llegado su final.

Hwang negó con la cabeza, soltando el aire que estuvo reteniendo.

–No tienes por qué decir nada –murmuró, dejando salir una sonrisa, quizás algo forzada.–, solo quería hacerte saber eso. Creo que mereces conocer la razón de mi insistencia de por qué no quiero que te alejes. –Apartó la mirada, avergonzado.– Has sido el motivo por el cual he progresado tanto, en tan poco tiempo. Te lo agradezco mucho, me siento mejor conmigo mismo ahora... –Mordisqueó su labio, llevado por los nervios. Nunca se imaginó que la conversación llegaría a esos temas, mucho menos que sería tan fácil soltarlo.– Yo solo quiero que os sintáis orgullosos de mi, ¿Sabes? Todos los cambios los hago por vosotros, porque sois lo único que tengo. Solo necesito saber que le hago feliz a alguien, que mi existencia no se basa solo en... Existir, sin aportar nada.

–No pienses así de ti mismo –Se quejó el menor, extendiendo uno de sus brazos para darle un suave empujón en la frente con su dedo índice. Aún estaba algo sorprendido por la declaración, nunca pensó que eso pudiera ocurrir, pero ahora que había pasado se veía con la necesidad de darle una respuesta.– Es muy noble que intentes mejorar para hacernos sentir bien a tus amigos, sin embargo, es algo un poco contraproducente –Opinó, volviendo a captar la atención del azabache.– Jinnie, si cambias, que sea para hacerte feliz a ti, para que tú estés orgulloso de ti mismo; para que al mirarte a un espejo te sientas feliz de ser la persona que eres. Creo que es correcto que busques a alguien en quien apoyarte, en este caso, a nosotros. Pero eso no significa que hagas todo lo que haces para complacernos a los demás. Debes gustarte primero a ti, quererte tal cual eres. Si gracias a nosotros puedes darte un impulso para conseguir eso, está bien, pero no debes hacer las cosas para gustarnos a nosotros –Sonrió suavemente.

» A mí, por ejemplo, me gustas tal cual eres, porque a mis ojos siempre serás perfecto. Y me encantarás, aún más si es posible, cuando consigas liberarte de todas las cadenas que no te dejan expresarte con libertad.
Ya estoy enamorado de ti, aunque aún no puedas extender tus alas, y no hayas aprendido a volar. Aunque ajentes externos no te dejen mostrar todos tus colores, y aún algunos tonos grises adornen tu alrededor; a mí ya me tienes. Y te esperaré, puedo hacerlo, no me importa cuánto tiempo sea, yo lo haré. Si tu decisión es quedarte a mi lado hasta que te veas con la fuerza suficiente de mostrarte tal cual eres, hasta cuando, por fin, te dejes a ti mismo comenzar a volar; no dudes, ni un segundo, que no me separaré de tu lado. Puedo ser tu refugio, puedo darte todo el amor que necesites, y llenarte de las palabras de amor que nunca te han dedicado, pero que mereces. Haré todo eso y más, pero necesito que te aceptes, que consigas amarte. Que comiences a luchar también para ti, no solo para los demás.
No estarás solo, ahora nos tienes a nosotros; pero debes saber que siempre te vas a tener a ti, que eres la única persona que nunca va a abandonarte, y por eso mismo debes aprender a llevarte bien contigo mismo, aunque en un principio cueste. Quiero que seas un chico fuerte, independiente, y orgulloso de ti mismo –Ahuecó una de sus mejillas, secando la  lágrima que había resbalado por la suave tez pálida del joven azabache, que escuchaba todo en silencio, reteniendo las miles de gotitas saladas que se agolpaban en sus cuencas con el deseo de salir.– Y yo te ayudaré a que te sientas así, porque te quiero, y porque eres importante para mí.

Solo eso bastó para que el mayor llevase ambas manos al rostro del más bajo, sosteniendo con cuidado sus mejillas, y dando un último vistazo a las preciosas facciones del menor, antes de terminar la acción juntando sus labios en un cálido beso, que ultimaba los últimos  sentimientos, y sensaciones, que no podían haber expresasado con palabras. 

La parsimonia en el movimiento de los labios del mayor consiguió relajar a Jeongin, haciendo que se dejase llevar por la calidez de su tacto, dejando que todos sus sentimientos fueran demostrados en aquel acto.
Deseaba hacerle saber al mayor, con aquel gesto, todo lo que le quería. Quería dejarle claro, que lo dicho con anterioridad era sincero, y real.

Hyunjin acariciaba con cariño la zona en la que sus manos estaban posadas, disfrutando el contacto, deseando que aquel momento nunca terminase puesto que su corazón latía con una tranquilidad que nunca pudo sentir.
Un cosquilleo de satisfacción se instaló en su pecho, extendiéndose a lo largo de su cuerpo, produciendo que una pequeña sonrisa se hiciera paso en su boca.

Después de tanto tiempo pudo volver a sentir lo que era el amor, y había decidido que no quería que esa fuera la última vez.

Se separaron después de un rato.

Hyunjin apoyó la frente sobre la del castaño, aún sin abrir los ojos, queriendo grabar en su cabeza aquel momento, sin olvidar ningún detalle, para que nunca pudiera borrarse, para conservar esos segundos como los más placenteros de su vida.

Jeongin tampoco trató de alejarse. Sin embargo, él sí abrió los ojos, pudiendo así contemplar de cerca la belleza que emanaba el contrario.
Algunas lágrimas escapaban rebeldes, mojando el semblante de Hwang, que mantenía la boca ligeramente abierta, respirando sosegado, de vez en cuando siendo interrumpida aquella calma por alguna inhalación brusca causada por retener el llanto.

–Eres lo único que me hace falta para poder sentir la tan conocida felicidad. –Musitó Hyunjin, abriendo por fin los ojos, encontrándose directamente con la cercanía del menor.

Y por fin se permitió sonreír de verdad al recibir el mismo gesto por parte del castaño, iluminando su rostro con alegría, antes de volver a plantar un suave beso en los labios del más joven, dejándose llevar por la atmósfera del momento, permitiéndose saborear por una vez más aquella tranquilidad.

Aquel acto sería la primera mancha de color que pintaría de tonos luminosos al azabache; la primera acción que haría una brecha en las cadenas que aún retenían a Hyunjin.

–Llevan un buen rato llenando las botellas de agua –Comentó Changbin, con medio cuerpo echado sobre la mesa en la que estaban sentados, algo aburrido por el silencio común.

–Sí, pues menos mal que en verdad ninguno tenía sed –Comenzó a hablar Minho, alzando una de sus cejas con cierta gracia.–, porque a este paso ya hubiera muerto deshidratado.

–Ojalá la persona que tuviera sed fueras tú –Masculló Changbin, sin si quiera dirigirle la mirada a Lee, diciendo eso solo para matar el aburrimiento.

–Ojalá el que hubiera muerto deshidratado hubieras sido tú –Contraatacó el ofendido, añadiendo a sus palabras un golpe en la nuca del más bajito, provocando la queja de este.

–¡Hey, que yo no te levanté la mano! –Voceó el pelinegro, reincorporándose de golpe para dedicarle su peor mirada al contrario, que se encontraba inexpresivo mirando hacia él.

–Pues ya ves que yo a ti sí. Ahora cállate, rata. –Demandó, haciendo un gesto con la mano, sobre su boca, para que se mantuviera en silencio.

–Chan, dile algo –Se quejó Seo, mirando al australiano.– Deseredalo, o yo que sé, pero haz que sufra.

–Shh, que ya vienen –Silenció Chan, empujando la cabeza del pelinegro (con cierto cuidado) con los ojos fijos en las dos siluetas que se acercaban desde la distancia. Los otros chicos al escuchar aquello miraron en la misma dirección, encontrándose con la imagen de ambos jóvenes hablando entre ellos, con dos grandes sonrisas iluminando sus rostros. Chris no pudo evitar sonreír sosegado.– Y parece que todo ha salido bien... –Murmuró, dejando que se percibiera la tranquilidad en su tono de voz.

Los dos alejados miraron al frente, observando como, los interesados orbes del resto, los miraban con insistencia.

Solo les quedó sonreír.

Sin duda estaba siendo un gran día.

N/a WOOOOO, PERO QUÉ HA PASADO AQUI, AAAAA.

¿CÓMO OS ENCOENTRAIS TRAS ESTE CAPITULO? ¿LO HICE BIEN?, ES QUE NO LO SÉ, ESTOY NERVIOSA AAAAAAAAAAAA ¿TENIAIS LAS EXPECTATIVAS MAS ALTAS O...?

Ojalá os haya gustado, y me haya salido como debe ser porque este, obviamente, es uno de los capítulos más importante, por no decir que es el más importante.

Solo queda saber qué onda con el ChangLix. Aún estoy viendo a ver cómo termino haciendo el siguiente capítulo, porque tengo dos ideas en mente. Ya se verá, ya se verá.
¿Tenéis alguna idea de lo que pueda pasar?  Uwu

RANDOM: ¿Cómo está vuestra integridad emocional después de Doble Knot? Porque la mía está jodida, me encantó. Arte, simplemente, arte.

BIEN, HOY SÍ QUE VOY A HABLAR MAS DE MI, BC ES MI CUMPLE, YAAAAY.

Bueno, antes de nada, ¿Como estáis vosotrxs, qué tal estos días? Uwu  Yo he estado genial, os lo prometo, volví a ver a varios amigos que no veía en meses. Estoy bastante feliz.

Hoy me ha felicitado mucha gente, incluso algunas de vosotras. Me habeis hecho sentir bien, gracias, os adoro ❤️
De hecho, es estúpido, pero me sentí genial al ver que hoy Chan hizo live JAJAJA el destino.

No quiero hablar tanto, tanto, tantoo, de mi, y son muchas cosas las que tengo que contar, así que mejor dejo aquí el tema xd. Solo quería expresar lo feliz que estuve, en serio fue genial. Tanto mi cumple, como el viernes-sábado (me quedé a dormir con mis nuEVE, amigos, lo dicho, fue maravilloso.)

Literal, hace diez minutos, una de mis mejores amigas viajó hasta donde yo vivo (unos diez minutos de viaje, en coche.) para regalarme un peluche. Es una Llama, se llama Park Jinnie. (Jinnie por Hyunjin, duh, y Park por Jimin, bc cumple el mismo día que yo y mi amiga es Army, todo va de la mano)

También estoy emocionada por el capítulo, cuando ocurrió lo del beso estaba muy nerviosa JAJAJA. Fue cool.
Hacía tiempo que quería que esto ocurriera.

Dejaré un gif de todo Skz aquí como auto-regalo de cumpleaños.

bueno falta Hyunjin pero es porque a él lo llevo en el corazón, ok.

Gracias por llegar hasta aquí, eso significa que os habéis comido toda la nota de autora, y no todos hacen eso xd.
Os quiero, gente, ojalá os haya gustado el capítulo❤️
Tened linda semana, lindo día, o linda noche 💕✨🤡

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