The walls are coming down, the here and now is coming round
It will some day let you down
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El día está yendo extrañamente bien para Harry, más después de la conversación con Niall de la otra noche. Él sabe que tiene que dejarlo ser, así que ha dejado sus pensamientos atrás y simplemente está preparando el siguiente examen, rezando porque las vacaciones lleguen pronto.
El día está yendo extrañamente bien, vuelve a pensar, hasta que Karen da un porrazo en la puerta.
"Buenas noches, amor," Harry saluda desde su lugar, no demasiado interesado en levantar su mirada.
"¿Buenas noches?" El tono es frío y seco y Harry ya se está temiendo lo peor, cuando la ve mirándolo por encima. "Estuviste en casa de Louis."
Harry suspira. Bien. Jodidamente bien.
"Karen..."
"No, Karen, no," Replica y Harry sabe que quiere pelear. Pero es que no tiene ganas, está exhausto de sobrepensar las cosas, de tener tantos frentes abiertos a la vez. "Te intentó besar, Harry, ¡maldita sea! Y sigues yendo tras su culo."
Harry deja de lado los folios cuando ve que su esposa no está dispuesta a dejarlo ir.
"Karen, es mi amigo." Le dice, tranquilo. "Por más que me intentara besar, él no se acuerda y yo no voy a hacer que lo haga. Por favor."
"¿Y dónde está tu sudadera negra?" La morena deja el bolso sobre la silla y coloca sus brazos en jarra. Su postura sigue siendo recta y perfecta, cosa que no sorprende a Harry. Incluso en una discusión, incluso. "Dijiste que se la ibas a pedir."
"Amor, ¿para qué voy a revolver las cosas?" Su tono es apacible, conciliador. "Él no lo sabe y es mejor que viva en la ignorancia, ¿no? pedírsela solo hará que empiece a recordar y lo mejor es que no sepa que me intentó besar."
"Que te den, Harry," Karen murmura y él frunce el ceño, porque ella no es así. Ella suele ser amable y comprensiva, no tajante e hiriente. "que te jodidamente den. Estoy harta de ese estúpido vecino. Te intentó besar, obviamente quiere algo contigo y tú se lo estás poniendo en bandeja."
Harry se levanta, frustrado.
"¿Qué dices?" Pregunta, confuso. "Lo que él quiera te tiene que dar igual, lo que te tiene que importar es lo que yo quiera. Y yo no lo quiero a él. Te quiero a ti. ¿Lo entiendes?"
Pero Karen parece no querer dar su brazo a torcer, tiene sus labios juntados en una línea fina y sus brazos cruzados sobre su pecho.
"No te creo, Harry, lo siento."
Y Harry está tan dolido. Dios.
"¿Alguna vez, en los tres años que llevamos casados, te he dado un motivo para que desconfíes de mi?" Casi está tirándose de los pelos. "¡No! No lo he hecho nunca. Y sin embargo, tú vuelves a las tantas de la noche, de supuestas reuniones con tu padre, ¿y yo dudo de ti? No, confío ciegamente, porque eso es el matrimonio, Karen. Confiar el uno en el otro, confiar en el amor que nos tenemos."
Karen suspira desde su posición.
"Yo no creo en tu amor," Le dice. "no lo estás demostrando, no cuando sabes que me duele y aún así vuelves a él una y otra vez."
"El problema es que lo pones como si él fuera mi amante o algo y no es así." Intenta hacerla entender, por lo visto, sin mucho éxito. "Yo no tengo que elegir entre él o tú. Louis es mi amigo y tú eres mi esposa. Él tiene mi amistad y tú tienes mi amor. Ni siquiera deberíamos estar peleando por él."
"¡Pues lo estamos haciendo!"
"Dios, Karen..." Harry suspira de nuevo (¿cuánto lo ha hecho ya?) y se intenta acercar a su esposa, pero esta, reticente, se aleja. "Es un hombre."
"¿Y qué tendrá eso que ver? ¿Crees que no conozco tu pasado universitario?" Karen alza una ceja y él frunce el ceño, extrañado.
"¿Qué pasado?"
"Te conocí un poco más recatado, Harry, pero eso no limpia todo lo que fuiste."
"Oh, así que ahora estamos juzgando mi pasado." Harry ríe de forma irónica. "¿Qué hay del tuyo?"
"Esto no es mi problema, eres tú el que está tonteando con él."
"¡Otra vez!" Exclama. "¡Yo no estoy tonteando con él, por Dios, Karen, ten un poco de raciocinio por una jodida vez en tu vida!"
El grito hace que Karen dé dos pasos atrás.
"Lo voy a tener," Repone. "lo voy a tener. Me voy a casa de mis padres."
La morena comienza a recoger su bolso de nuevo.
"Oh, vamos, Karen..."
"No," Lo para, girándose sobre sus talones y enfrentándose con él. "no, Harry, déjame en paz. Ni siquiera se te ocurra llamarme."
Y lo siguiente que Harry hace, es tirarse sobre la silla, con lágrimas de frustración y un portazo escuchándose de fondo. Karen se ha ido igual que ha vuelto.
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Dos horas han pasado desde que Karen se ha ido y Niall ni siquiera contesta su teléfono. Tampoco hay nadie en casa de Louis y él se está comiendo demasiado la cabeza. Dándole demasiadas vueltas a Karen y a Louis, pensando por qué la morena lo pone en posición de elegir, si incluso aunque sintiese algo fuerte por Louis, él no sería capaz de dañar a Karen. No por ahora, claro, porque no quiere ser moralista, no puede jurar.
Él quiere a Karen, lo hace de verdad. La había conocido justo al salir de la universidad, la misma noche en la que celebró su graduación. Harry había tenido sus pinitos en la universidad, sus relaciones con chicas y con chicos, pero Karen lo había encandilado con sus suaves labios y tiernas sonrisas.
Luego, todo sucedió. La chica consiguió un puesto importante en la empresa de su padre (¿consiguió?) y su estilo de vida comenzó a cambiar. Karen comenzó por el peinado, sugiriendo un corte más profesional, luego le regaló un par de pantalones de pinza para un cumpleaños y cuando él se quiso dar cuenta, bebían té una vez a la semana y con suerte la llama seguía viva. Harry había dejado de ser lo que era. Y recuerda a Louis diciéndole que si alguien te ama, esa persona te deja ser.
¿Karen lo deja ser? No, ciertamente no. Aunque suene cruel, él es todo lo que Karen quiere, no todo lo que él es. Para ser honestos, se está dando cuenta ahora. Y eso lo hace sentir un poco culpable, porque él se ha dejado hacer a la imagen de Karen y eso no significa que su esposa se merezca una infidelidad. No, desde luego que no.
Hace unos meses, él estaba feliz con su vida. Él adoraba a su esposa, las comidas con sus suegros cada domingo, las cenas en las que tenía que ir de traje, acompañando a Karen y saludando feliz a algunos de los más influyentes de la alta sociedad. Y ahora, sin embargo, todo eso se ve tan lejos e hipócrita que lo hace querer vomitar un poco.
Karen lo ama de verdad, él lo sabe, Dios lo sabe. Y Harry le debe lealtad por su matrimonio. Pero es que Karen se lo pone tan difícil... Le dificulta tanto el amarla.
Niall no contesta la cuarta llamada y Harry no hace más por intentar contactarlo. No lo culpa, estará en cualquier cosa. Y él necesita a un amigo de verdad ahora, pero ni siquiera le importa.
Deja atrás su propia casa, cansado de las cuatro paredes que lo envuelven siempre y se adentra solo al silencioso pasillo. Ningún vecino se escucha- ni siquiera la música fuerte de Louis y Harry hace una mueca.
Afuera está lloviendo cuando él sale con su cigarro en boca, pero no le molesta- cualquier cosa ahora mismo es mejor que su supuesto hogar. La lluvia lo está mojando cuando se sienta sobre ese pequeño cubo de mármol junto a la puerta de su portal y él simplemente se deja ir.
Las lágrimas caen rápido, combinándose con la fuerte lluvia.
Él se deja ir.
Llora como un niño pequeño, soltando pequeños gemidos y preguntándose cómo puede entender la situación. Porque él no la entiende. Es cierto, tienes sentimientos encontrados con Louis, quizá le llama más la atención de lo que debería pero al final del día, le gusta su amistad y compañía y no quiere perderle por Karen, a la que también adora. Todo es tan difícil en su cabeza ahora mismo. ¿Debería dejar de hablar con Louis y darle a Karen lo que quiere? ¿O quizás se está equivocando? Quizás Karen simplemente lo está siendo ser como él no es, y por su propio amor y dignidad, él no debe de permitir eso.
"Oh, ¿Harry?" Una voz corta la lluvia y la figura se acerca a él. "Oh, Harry, estás empapado."
Harry levanta sus ojos llorosos, encontrándose de frente con el problema principal de todos sus problemas, aunque suene redundante. Está sosteniendo un paraguas (que pone sobre él) y tiene un chaquetón negro sobre su cuerpo, ocultándolo. Su flequillo está ahora caído y sus ojos lo miran triste.
"Hola, Lou," lo intenta.
"¿Qué ha pasado?" Le pregunta Louis desde su posición, estirando su mano, mientras lo ayuda a levantarse y ambos caminan hacia dentro.
"Karen..." Dice, simple. Y Louis parece no necesitar más, cuando lo empuja bajo techo y cierra el paraguas.
"Vamos a casa," Le dice, ayudándolo. Louis pone una mano sobre su cintura y lo ayuda a avanzar hacia el ascensor. "Esta mañana me han arreglado la calefacción. Te haré algo caliente y podrás dormir."
Ambos entran en el ascensor y Harry levanta su mirada. Louis se cerciora de sus ojos tristes y llorosos, el verde haciendo mella en él- como nunca antes.
"Gracias."
Pero él se niega.
"No, no es nada, Harry," Le dice, mientras presiona el botón. "somos amigos, ¿no?" Louis sonríe. "eso hacen los amigos."
Harry duda. ¿Son amigos?
Pero no dice nada, se deja hacer por su vecino, que abre la puerta de su casa haciendo que el calor los envuelva.
"Ve a la ducha, te llevaré algo de ropa."
Así que, Harry se termina finalmente duchando con agua caliente (y aunque no quiera admitirlo, lo agradece). Louis aparece en algún punto, silencioso, dejando un pijama caliente sobre la taza del váter y soltando un simple "es de Zayn, lo mio no te va a quedar bien"- luego se marcha.
La ducha lo ayuda a reconfortarse un poco y cuando finalmente se ha secado y tirado sus rizos hacia atrás, sus pensamientos están mucho más ordenados. Un olor se cuela tras la puerta, y a Harry le ruge el estómago. A él no le parece haber estado tanto bajo la lluvia, pero su barriga parece contradecirlo.
Una nube de vapor se escapa traviesa cuando abre la puerta y camina sobre los calcetines de Zayn, con su ropa mojada en la mano. Louis aparece através de la puerta de la cocina.
"Dame eso, lo pondré en la secadora." se acerca, cogiendo suavemente la ropa de sus manos. Luego, lo mira, descifrando. "¿mejor?"
"Sí, Lou, gracias."
Louis en su lugar le muestra las arrugas en los extremos de sus ojos.
"Siéntate en el sofá, he hecho sopa de arroz."
Harry obedece y Louis aparece poco después con el plato. Pone Friends de fondo (Harry quiere reír internamente por su dulzura) y espera pacientemente hasta que Harry se toma todo. Él sabe que es momento de la conversación y quizás... quizás sí le va a dar una explicación- a pesar de que él sabe, perfectamente, que Louis no se la va a exigir.
"¿Quieres hablar de lo que ha pasado?"
"Karen se ha ido a casa de sus padres."
Louis hace una mueca y deja caer sus hombros.
"Lo siento mucho, Harry..." Su mano viaja tranquila hacia el hombro del rizado, y la aprieta con cariño, en un gesto de empatía.
"Oh, no, el problema es mío. Soy gilipollas." Harry se deja caer sobre el respaldo del sofá. "¿Todo eso de pantalones de pinza y polos de marca? Ese no soy yo. Llevo tres años pretendiendo serlo, pero no lo soy y..."
Louis lo mira y suspira.
"¿Y?"
Aunque parece saber algo que él no.
"Y estoy tan cansado. Adoro a Karen, demonios. Es mi esposa, la adoro..." Harry está derrotado, él lo nota. "Pero no puedo seguir siendo algo que no soy. Estoy cansado de pretender, de tener que dar explicaciones por cada paso que doy..."
"Oh, Harry," Louis lo corta por unos segundos. "Ella te ama también, lo vais a solucionar."
Pero Harry no está tan seguro, porque lo mira de soslayo, más tranquilo.
"Es difícil elegir, ¿sabes?"
"¿Entre qué?"
Louis ahora está confundido.
"Entre ser lo que soy realmente o mantener mi matrimonio."
"¿Crees que Karen...?"
Louis lo deja en el aire, pero Harry ni siquiera se ofende.
"¿Si es capaz de dejarme solo por ser como ella no quiere que sea?" Harry pregunta por él, ahorrándole la vergüenza. Y Harry se para por unos segundos, y piensa. "Sí, posiblemente."
"Eso es una mierda, hombre." Louis exclama, desde su posición. Sus palabras parecen estar elegidas a dedo y Harry no lo culpa, están hablando de su matrimonio. "Ella no debería darte a elegir... Perdóname, quizás estoy sonando muy atrevido. Es solo que eres genial, un buen tipo, ya sabes, y ella es muy afortunada por tenerte. No debería darte a elegir, simplemente tiene que aceptarte con tus excentricidades como tú aceptas las suyas."
"No te preocupes, Louis, puedes opinar lo que quieras," Harry lo tranquiliza, sincero. "de todas formas estoy en tu casa, a estas horas, me has dado algo de cenar. Tiene derecho a hacerlo."
Louis hace una mueca, no parece seguro de tener derecho.
"¿Te acuerdas lo que hablamos hace poco? ¿Viendo Friends?"
"¿Todo eso de que si una persona te amaba de verdad te tenía que dejar ser?" Harry pregunta.
Y demonios, claro que lo recuerda. Cada palabra que Louis le dijo, porque estaba cargado de razón.
"Sí," Louis responde, desde su posición. No están tan alejados, en realidad, pero Louis mantiene una distancia considerable. Sus ojos brillan, casi como si estuviese tan dolido como Harry.
"Sí, lo recuerdo."
El mayor sonríe y asiente, pero no dice nada más.
"¿Vas a dormir aquí?"
Su cambio de tema es repentino pero Harry le da la razón silenciosa, ellos no necesitan hablar más. Sabe perfectamente lo que Louis está intentando hacerle entender y seguramente, Louis sepa que él lo está entendiendo. Así que, acepta el cambio y hace un puchero desde su posición.
"Por favor."
"Perfecto," Dice el escritor, levantándose. "ahora acurrucate en el sofá mientras te preparo la cama. Hoy no te libras de un maratón de Friends antes de irnos a dormir."
Harry sonríe, complacido y a gusto con el plan.
Harry podría vivir así toda su vida.
Harry se está dando cuenta.