Príncipe de la Luna

By DulceJime

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La leyenda dice que una noche, antes de que todo existiera, a excepción de los astros, en la Tierra cayó una... More

Datos
Forastero
Su nombre es...
Solum Sognare
Sombras
Vidente
Even Garden
Sauce Azul
Danza de la Luna
Rescate
Padre
Cuando la lluvia termine
Datos II
Tesoro
Carta
Villa Sena
Voz
Erase una vez... estábamos tu y yo
Bifurcación

Recuerdos del bosque

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By DulceJime

Todos se quedaron asombrados, de por si el hecho de que el antiguo peli negro ahora tenga un cuerpo femenino era dificil de asimilar, fue más el hecho que tenga mas de 3500 años de edad, el shock de todos fue interrumpido al escuchar toser de nueva cuenta a la peliverde, Kirishima se acercó preocupado, alzó su playera para revisar su espalda.

—Te excediste demasiado, la maldición creció otros 10 centímetros.

—¿Maldición? Que alguien me explique que diablos esta pasando — vociferó Bakugou. Se escucharon quejidos, Momo se revolvió en su lugar despertándose.

—¿Qué pasó? ¿Dónde estamos?

— Estamos en un templo dedicado a la Diosa Luna,  fuimos atacados por las sombras pero ya estan a salvo — habló Izuku mirando a la sirena.

— ¿Izuku? ¿Qué te pasó ?

— Izu, ya es hora de contarles. — Kirishima le lanzó una mirada a la peliverde

— Supongo que si... presten atención no lo repetire de nuevo. — Todos asintieron e Izuku comenzó.— tampoco me interrumpan, si no entienden algo lo explicare al final.

Mi madre era la princesa Inko, la última princesa y reina conocida por todos los seres mitológicos, al hacerse reina se le otorgó el nombre de Celestia. Hay una regla que todas las princesas deben hacer y es encontrar a una pareja.

Bueno, mi madre no la había encontrado. Por lo cual mi abuelo la comprometió con un noble humano, mi madre no estaba de acuerdo pero sino encontraba a alguien el poder de la Diosa se veria en peligro, por lo cual con una sonrisa había aceptado. En aquel tiempo aun habían rencillas contra las otras razas, una noche, fueron los embajadores de los Arcantes, entre ellos él guerrero mas poderoso conocido hasta ahora, Yagi Toshinori, apodado como All Might.

Dicen que cuando ambas miradas se encontraron fue algo mágico, azul y verde se mezclaron haciendo una combinación armoniosa. Los embajadores se quedarían por al menos dos semanas mientras se arreglaban los acuerdos, esas dos semanas bastaron para descubrir que el era el indicado era la pieza faltante que mi madre buscaba. Se lo comunicaron a mi abuelo y los arcantes, ambas partes estaban felices por este hecho menos uno, el antiguo prometido de mi madre estaba molesto. Le habían arrebatado el tesoro más gigantesco del mundo.

Y no, no hablo del amor hacia mi madre, sino del poder de la Diosa. Mi abuelo al ver su actitud les pidió que huyeran y desaparecieran de Asteria. Asi lo hicieron.

Se hicieron pasar por viajeros y mercaderes, no les fue difícil entablar relaciones con las demás razas dado que ambos sabían bastantes lenguas. Al cabo de dos años nací. Y si, nací siendo hombre dato que le sorprendió a mis padres pues creyeron que el poder de la Luna no me sería transferido pero no les importó tanto, solo querían verme sano y salvo.

Es muy lindo ¿no es así Yagi?— la peliverde cargaba a un niño en sus brazos que tenia una pelusa de color verde en su cabello.

Claro que si Inko, se parece a su madre después de todo.

¿Cómo deberíamos de ponerle?

Izuku... siento que su nombre va con todo lo que podrá hacer. — el pequeño bebé sonrió al escuchar eso. — ¡Oh! A mi campeón parece ser que le gusta. — el rubio alzó a su pequeño quién reía.

Cuando tuve dos años comenzaron a viajar de nuevo, yo nací en Elven Garden y nos trasladamos hacia la tierra de las Ninfas, fue ahí cuando nos enteramos que mi abuelo había muerto y Hizashi, el antiguo prometido de mi madre se había hecho rey. Esta noticia preocupó a mis padres, pero eso significaba que no volverían a Manen. Al cumplir los 4 años notaron que también tenía magia, podia ver a las hadas de la naturaleza y jugar con ellas.

—¡Mira mami! Las haditas me enseñaron a jugar con el fuego. — corrí hacia ella mostrándole la pequeña flamita en mis manos y después convertirla en un corazón.

Eso es muy lindo Izu, pero te dire algo. — se hincó frente a mi— siempre ten cuidado, todos los elementos, todo lo que conforma la Naturaleza es hermoso pero también peligroso. Mi niño se que podras crear cosas maravillosas pero siempre ten en mente que todo tiene su vida propia.

Aquello se quedo en mi memoria, mi padre me enseño a pelear con espadas, a la edad de 6 años podia darle una pelea reñida. Yo pensaba que era un chico normal, a lo mucho que era bueno en magia pues comencé a aprender rápido, mi madre al manejar la magia tambien, llegue a pensar que era una bruja blanca.

Estuvimos dos años viajando hasta que al fin nos asentamos en un pequeño claro, cerca de Ragonia, la tierra de los dragones. De vez en cuando mis padres viajaban hacia las demas naciones principales de las 9 razas. Me llevaban, aunque era aburrido las juntas, al acabar los lideres me enseñaban un poco de su nación y magia, jamás me pregunte porque hacian esto. Pero una tarde todo cambio...

Tenia 8 años, habia salido a buscar unas cosas al pueblo cercano, esa tarde me entretuve al jugar con unas crías de dragón, regresé ya algo tarde, generalmente a esa hora todo estaba iluminado pero estaba oscuro.

— Mamá, papá perdon la demora —hable al entrar, pise algo resbaloso, baje la mirada encontrándome con un liquido rojo, mi vista se acostumbró a la oscuridad note un rastro de sangre, con miedo lo segui, llegue a la parte trasera de mi casa donde la puerta estaba abierta, la abrí encontrándome a mis padres. — ¡Mamá! ¡Papá! — corri hacia ellos.

Izuku... — susurró mi madre, tenia una herida muy grande en su estómago, mi padre ya estaba muerto, su cuerpo presentaba heridas de defensa, debio de haber caído protegiendo a mi madre, trate de ayudarles pero mi madre me detuvo— mi niño... tienes qué irte... llévate la espada de tu padre...

— ¡No puedo dejarlos! ¡¿Que hare sin ustedes?!

— Mi dulce Izuku.... mamá y papá siempre estarán contigo, lo sé perfectamente. Te amamos Izuku... debes de irte... te amo mi niño...— acarició mi rostro y no me importó que me manchara con su sangre, su mano cayó laxa al suelo, me derrumbé, lloré gritando al cielo. No quería que me dejarán.

Entre lágrimas cave dos tumbas para ambos dejandolos muy juntos, de sus tumbas florecieron rosas de luna, la flor favorita de los tres. A mis 8 años todo mi mundo había cambiado.

Después de eso, tome la espada de mi padre vagando por las tierras hasta que termine un pequeño grupo de Elementales me rescató, ahí comenzaría mi vida de ladron. Pase los siguientes 10 años robándole a los nobles humanos que habían empezado a conquistar varias zonas de las demás naciones.

Me había ido de Soleira, el segundo continente donde se encuentran el 70% de las naciones mitológicas para ir a Asteria. Me asente a un pequeño grupo de humanos que también se dedicaba a robar, cuando no estaba haciendo mi trabajo practicaba con los elementos, jugaba con ellos mostrando mi respeto hacia estos.

A varios se les hacia raro que podía controlar cualquier elemento a mi antojo. Pero no era demasiado difícil, las hadas y espíritus eran los que mas me ayudaban. Una tarde llegó a nuestra aldea un hombre de cabello blanco con ojos azules y pupilas alargadas como un dragón.

Busco al joven Midoriya, ¿Esta aqui?

— Soy yo, ¿que desea?

— Mi nombre es Lindel, quisiera contratar sus servicios joven.

— Esta bien, ¿que es lo que quiere?

— El cetro de la princesa Luna.— su mirada era muy seria. — te ofreceré un buen pago si me lo traes.

— Supongo que podría hacerlo, ¿para cuando lo deseas?

— Para el Eclipse, esa noche necesito que me lo traigas.

— Esta bien, ¿cómo lo contactaré?— me dio un pequeño mapa. Iba apreguntarle que era pero ya se había ido.

Aquel hombre era bastante extraño, tuve que ir a la capital, como había dicho aquel hombre extraño se acercaba el Festival Lunar, fecha donde usualmente se hacía la ceremonia de posesión, por lo cual el palacio estaba agitado y contrataban a más personas. Entre esas yo fui contratado, me aprendí los horarios de los guardias, el sistema de seguridad de la sala del Cetro asi también me memoricé cada detalle del cetro para reemplazarlo. Hice la réplica a base de madera y metal.

Terminé los detalles una noche antes, por lo que al día siguiente, a las once de la noche espere el cambio de guardia, las hadas y espíritus estaban más inquietos aquella noche, pero no le tome importancia. El cambio se efectuó, sali de mi escondite para tomar rápidamente el Cetro y después cambiarlo por la falsa. Fue una sensación rara, el cetro tenia el mango corto pareciendo mas una varita, al observarla de cerca se me hacia muy familiar pero no recordaba de donde, la cambié rápidamente por la falsa y la verdadera la meti en mi bolso. Y asi como entre sali sigilosamente.

Baje por las paredes externas del palacio, previamente había preparado un caballo, el eclipse estaba comenzando, el papel que aquel hombre me dio se transformo en un ave guiándome. Poco después de que avanzara escuche mucho ruido y gritos en el palacio. Solo sonreí no me atraparían a estas alturas.

Seguía avanzando, los espíritus estaba bastantes inquietos, tanto que me estaban molestando, así que empecé a cantar aquella canción de cuna que mi madre cantaba cuando estaba intranquilo. Pareció funcionar porque se calmaron, ademas me seguían una actitud bastante rara, conforme seguía cantando mas voces se unieron, observaba a los lados, hadas, espíritus y otros seres mitológicos seguian la canción, mi bolso comenzó a brillar.

Saque el cetro y este estaba brillando, dejaron de cantar y lanzo un brillo.

¡Por ahi! — ¿me habían alcanzado tan fácil? Golpee las costillas del caballo el cual comenzó a galopar mas rápido, escuchaba las pisadas de los caballos del rey, llegamos a un claro, el ave de papel se quemó, el caballo enloqueció tirándome, las pisadas se escuchaban mas cercanas por lo comencé a correr adentrándome en el bosque. El cetro seguía brillando llegue a otro claro donde habían unas ruinas, trate de ocultarme ahí pero me tropecé y por ende se cayó el cetro.  El galopeo se detuvo, me giré encontrándome con el mismo rey.

¿Inko?— su expresión se transformó en una de sorpresa, pero pronto tuve la espada en mi garganta — Eres su engendro, vienes a reclamar lo que es tuyo ¡¿no es asi?! — alzó la espada y rodee pra evitar la herida, ¿reclamar lo mío? ¿De que hablaba?

Me levante y el bajo del caballo persiguiéndome, recordé que traía la espada de mi padre así que lo confronte. Estaba perdiendo, aquel hombre era muy bruto, pero tenia una meta en mente y era matarme, el cetro seguía brillando algo en mi me decía que lo tomara, lo empujé corriendo hacia donde había caído, leyó mis movimientos porque en seguida que se paró y lanzo su espada clavándose en mi muslo, cai al pasto dolia a montones, pero no quería morir...

No deseaba morir, me arrastré no me faltaba mucho, tome el cetro y una sensación de poder me embargo, mire al rey y una luz salio de mis manos cegándome.

Desperté tiempo después, el eclipse estaba terminando, seguia dormido en el suelo, me apoye en mis brazos para levantarme, al hacerlo un mechon de cabello largo se deslizó por mi hombro, abri los ojos de par en par mi cabello había crecido, no solo eso mis manos eran mas delgadas y delicadas, habia un arroyó cerca asi que me asomé me habia convertido en una chica, no entendia nada. Busque el cetro este era mucho mas diferente, el mango era más largo, ademas de que una estructura de metal hacia levitar una esfera con una estrella y el ciclo lunar adentro de esta, miré hacia arriba, observando el cielo estrellado y la luna llena.

Fue algo mágico pero juro que escuché a la Luna hablar diciendo:

" Ahora tu eres la heredera"

— Después de eso poco a poco descubrí lo que mis padres jamás me dijeron. Hace 1500 años conocí a Kirishima. El hombre que me pidió el cetro era un Vidente que sabía quien era yo, por ello me pidió específicamente que lo robara ese dia. Ahora uso magia de transformación para cambiar mi apariencia cada cierto tiempo, pero usando la magia el hechizo se cancela y mi cuerpo regresa a ser de mujer.

— Por el lazo, se todo lo que vivió. Por ello no necesité preguntar nada— explicó el pelirrojo.

— ¿Las marcas de tus ojos y brazos? — preguntó Momo.

—Aparecieron tiempo después, es como una marca de la magia, la de los brazos y espalda son tatuajes que me hice con las dríadas

—¿Por que sigues con vida? — fue lo primero que preguntó Shouto.

— Cuando una princesa o reina no deja descendencia para proteger el poder y que no se pierda, le da inmortalidad a esa princesa hasta que pueda dar a luz a un hijo.

—Bueno, ¿y por que no te has casado? — hablo Bakugou.

— No es tan facil Katsubro...— respondió

— ¿Por qué no? Solo va encuentra a un idiota, se embaraza y listo deja de ser inmortal.

— Tiene que ser compatible conmigo... y no no me refiero a que seamos igual, que sea compatible conmigo en cuanto a energía espiritual. Mi cuerpo, mi espíritu es una fábrica de magia, vida.

>> Al elegir a mi compañero debo de saber si tiene esa misma capacidad de almacenamiento de energía. Cuando se hace el lazo mi energía se pasara a la de él para que estemos al mismo nivel, si es menor, la energía que le pase sera mayor que la que tendré, al tener poca capacidad la magia lo irá consumiendo hasta matarlo. Por el contrario si tiene mayor que la mia, yo  tendría que generar mas energía para abastecerlo, seria una sobre producción que igual me terminaría matando y si muero yo el poder se irá. Por ello necesito alguien que tenga mi misma capacidad para que el flujo de energía sea igualitario.

— Y creanme es difícil encontrar a alguien. Pero creo que seré la última princesa— terminó por decir la chica.

— ¿Por qué? — Momo la miro temerosa.

— Tengo una maldición... una bruja me la impuso, queria mi cetro pero solo me responde a mi se enfureció y termino echándome la maldición. Cada que uso hechizos o conjuros con mucha energía la maldición crece me consumira hasta que mi corazón deje de latir.

— Entonces el hechizo que hiciste hace rato...

— Le consumió parte de su magia, pero al menos los salvo. — Eijirou acariciaba el hombro de la chica reconfortandola.

— Ahora saben toda la historia, pero no pienso irme y entregarme en bandeja de plata al rey o príncipe, no tengo idea quien dio la información de mi pero me rehuso a entregarme, sin mi los seres mitológicos correran peligro.

— No lo haremos. — todos miraron a Bakugou— no te entregaremos, además no sabemos si al entregarte nos dejaran libres. Pero necesitamos un nuevo motivo ahora...

— Acompañenos, nuestra idea era ir a Elven Garden a encontrar una curandera para Izu a lo mejor ahi encontraran un nuevo objetivo.—propusó el dragón

— Supongo que si. Hay que empezar de nuevo entonces, soy Katsuki Bakugou y este es mi equipo, Mina Ashido, Shouto Todoroki y Momo Yaoyorozu, bievenidos al grupo. — el dragón y príncipe miraron al grupo que estaba sonriendo.

Sonrieron de vuelta, y un sentimiento cálido llenó al pecoso. 

Aquella noche Katsuki se sintió más tranquilo, la mirada esmeralda del mayor le era mas real y cautivadora. Aun no lo sabia pero aquel príncipe se había transformado en su objetivo.

Espero si hayan entendido todo xD sino tratare de explicarlo mejor en comentarios si tienen dudas pongalo aqui jsjsj

Quien habra dado información sobre Izuku, no se si se sobre entendió pero el hecho de que Izuku sea la princesa es algo que solo los seres mitológicos saben no los humanos, ¿quien es el traidor?

Espero les haya gustado, psen a leer Midoriya es mujer acabo de publicarlo anoche :3

Nos leemos luego!

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