(-Narra Kendall-)
Estos últimos días han sido realmente hermosos. Me encuentro en un momento de mi vida en el cual no podría encontrarme más contenta y realizada con lo que está ocurriendo en ella. Es decir, qué más puedo pedir?
Voy a casarme con un hombre excelente, que me respeta y me trata de la manera en la que me lo merezco. No solamente es atento y caballeroso, sino que también me hace reír y cuando me besa me hace sentir de una manera inexplicable. Además, a eso hay que agregarle que es ridículamente guapo. Pero lo más importante es que no solo me ama a mi sino que también a mi pequeña, Mia, a pesar de no ser. Oh Mia, el amor de mi vida. Es simplemente la niña más perfecta que existe, la bendición más grande que tengo. Y ahora ella también se encuentra muy feliz porque finalmente logró conocer a su padre, por el cuál me estuvo preguntando toda su vida prácticamente, y el amor que se tienen me llena el corazón.
Mirando en retrospectiva, el miedo que tenía por contarle la verdad a Alex era completamente ridículo. Él la adora y es la niña de sus ojos, y estoy bastante segura que haría absolutamente todo por ella. Y honestamente? Me alegra que haya vuelto a ser parte de mi vida. Obviamente al principio fue bastante incómodo debido a la manera en lo que lo nuestro terminó, pero ahora que ha asumido el rol de padre y además que cada uno tiene sus respectivas parejas (casualmente ambos a punto de casarnos), el único sentimiento que queda entre nosotros es el de cariño y respeto mutuo.
Justamente en este momento viene para la casa porque hoy le toca estar con Mia, y hoy es un día muy especial porque es la primera vez que ella va a dormir en su casa. Estoy un poco nerviosa, no voy a mentir. Es la primera noche desde que nació que dormimos separadas, pero lentamente tengo que ir acostumbrándome y dejándola ir porque prácticamente después de la boda de Alex volvemos a California, así que de vez en cuando tendrá que viajar sola a Nueva York por períodos largos de tiempo. Ese es otro de los motivos de su visita, no solo viene a buscar a mi hija sino que también vamos a hablar de el tema de la custodia y la manutención. No son temas fáciles de hablar, pero creo que tenemos la madurez suficiente para poder conversar al respecto sin pelear y buscando lo mejor y más conveniente para Mia. Además, dijo que tiene algo muy importante que decirme y no se me ocurre que puede ser, por lo que estoy ansiosa por saber de que se trata.
En ese momento suena el timbre, haciendo que salga de mi ensimismamiento en el que me encontraba mientras pensaba sobre todo estos diferentes temas. Apago el calentador de agua y hago mi camino hacia la puerta. Quito el seguro y al abrirla es Alex quien se encuentra al otro lado. Me sonríe y yo le devuelvo el gesto. Luego de eso se agacha para envolverme en un abrazo a manera de saludo y una vez que nos separámos me hago a un lado para que pueda pasar.
-Hola, cómo estás?- le pregunto una vez que cierro la puerta.
-Muy bien, y tú?- responde.- Cómo van los deberes de dama de honor?
-Bien, la verdad es que es Juliet es bastante independiente y no me pide que haga demasiadas cosas. Es más, creo que solo me dió el título solamente como algo significativo debido a nosotros- digo señalándonos a ambos.- Y tú? Como vas con los demás preparativos de la boda?
-Si te soy honesto, no he participado mucho de ellos- dice causando que ambos riamos.- Juliet piensa que es mejor que yo no me preocupe ni me estrese con ninguno de los muchos pormenores que conlleva el organizar un matrimonio así que Hunter la está ayudando con todo.
-Hunter?- pregunto.- Creo que no lo he conocido, quién es?
-Es cierto, no te lo he presentado- dice llevando una mano a su frente.- Es mi mejor amigo, lo conocí en la universidad y antes de que conociera a Juliet vivíamos juntos. Ella y él se llevan muy bien, y ahora con el tema de la boda están prácticamente todo el tiempo juntos; lo cual me alegra ya que ambos son de las personas más importantes en mi vida.- asiento y él continúa.- Creo que te caería muy bien.
-No lo dudo- respondo y me doy cuenta que aún seguimos parados en el pasillo de la entrada de la casa.- Vamos a la sala a sentarnos para poder charlar- digo señalando en esa dirección y comienzo a caminar hacia allá.- Tú toma asiento en el sofá, yo ya voy para allá.
Escucho sus pasos detrás mío, lo que confirma que me está siguiendo. Hago un pequeño desvío a la cocina y observo por el rabillo del ojo que el continúa caminando hacia la sala. Tomo dos tazas de una de las gavetas y después el café. Les pongo dos cucharadas a cada una y luego vierto el agua que había calentado previamente. Les agrego azúcar y luego con mucho cuidado de no quemarme tomo ambas tazas por las asas y me dirijo hacia la sala.
Llego al sofá donde Alex se encuentra sentado y le tiendo el café, el cuál acepta con gusto y luego me siento a su lado. Me agradece y luego le da un pequeño sorbo.
-Dos de azúcar, correcto?- pregunto esperanzada de que aún tome el café de la misma manera.
-Si, como lo supiste?- pregunta.
-Así solías tomarlo antes- respondo levantando mis hombros.
-No pensé que lo recordarías- dice sonriendo.- Y Mia? Está durmiendo?
-No, está fuera- contesto.- Fue con Luke a ver una obra de teatro con marionetas, pero no tarda en llegar. Quería que tengamos la casa a solas para poder hablar con tranquilidad.
-Que amable de su parte- dice sin un ápice de sarcasmo en su voz, lo que me sorprende ya que no se llevan muy bien que digamos.
No es que no se aguanten, pero más que tener una buena relación se toleran. Sé que algún día van a llegar a ser amigos, pero no va a ser de un día para el otro.
-Bueno, quieres...ehh...- no sé como abordar el tema sin ser muy directa o agresiva de alguna manera ya que esa no es mi intención.- Sabes que dentro de poco Mia, Luke y yo volveremos a California verdad?
-Si, lo sé- responde y suspira.- No he dejado de pensar en su retorno desde que me enteré sobre mi paternidad. No hay nada que quisiera más que se queden acá para siempre, a tan solo un poco de calles de distancia, pero sé que eso no es posible- noto un poco de tristeza en su voz y me siento un poco mal por él.
-Te entiendo totalmente. Yo no sé que haría si no tuviera a Mia todos los días conmigo, pero lamentablemente tenemos nuestra vida allá y no podemos mudarnos de un día a otro.- él asiente y quiere decir algo pero yo lo detengo con un ademán de la mano para seguir hablando.- Por eso es que quiero que puedas visitarla las veces que te sean posibles. No quiero ponerte ninguna restricción ni una cantidad exacta de días, porque yo ya tuve cuatro años con ella solamente para mi, y es más que justo el que tu tengas una cantidad similar de tiempo a su lado como yo. Lo único que hay que organizar son las vacaciones importantes; como Navidad, Pascua, Año Nuevo y, demás. obviamente incluyendo su cumpleaños.
-Gracias, no sabes lo mucho que significa eso para mí. - me dice posando su mano derecha sobre una de mis piernas. Su toque me toma por sorpresa pero lo miro fijamente a los ojos simulando que no es nada, y luego de unos segundos la quita para seguir hablando.- Lo que menos quiero es pelear por la custodia, pero si pienso que planearlo bien es lo mejor para el bien de todos. Cómo pensabas repartir las visitas y vacaciones?
-Bueno, mi idea inicial era que tu fueras a visitarla dos fines de semana al mes y ella viniera a verte los otros dos fines de semana si te parece bien. Y ya en las vacaciones y festividades, un año le tocaría contigo y otro conmigo, te parece?- sugiero y luego le doy un largo sorbo a mi café mientras espero su respuesta.
-Honestamente? Suena... bastante razonable- dice y oír eso me alivia de sobremanera.
-En serio?- pregunto, ya que no puedo creer que lo haya aceptado tan fácilmente.
-Si, es lo justo. Como te dije, no quiero pelear; y tampoco tengo intención de alejarla de ti.-le da un trago a su café y continúa.- Y respecto al tema de manutención...solo queda ir donde un juez y sea cual sea el monto que él dictamine, yo lo pagaré.
Estoy realmente sorprendida. Jamás pensé que tener custodia compartida de un niño sería tan fácil.
-Wow... de verdad, gracias.- le digo, y esta vez soy yo la que lo toma del brazo y lo aprieto suavemente.
-Por qué?- pregunta confundido.
-Por ser tan comprensivo y tan bueno, tanto conmigo como con Mia.
-No hay de qué. Eso es lo que hace la familia, no?- dice mientras se encoge de hombros.
Esa frase sí que no me la esperaba. Nos acaba de denominar como ''familia'', y debo decir que escucharlo decir eso es algo bastante surrealista. Jamás me hubiera imaginado que luego de todo lo que pasó entre nosotros todos esos años atrás, terminaríamos siendo eso exactamente: una familia. Y si, puede que sea algo disfuncional. Novios de secundaria que a pesar de ya no estar juntos comparten la custodia de una hija; acompañados de sus respectivas parejas y a la espera de un nuevo bebé. Pero una familia al fin y al cabo. Una cierta sensación de nerviosismo se hace presente en mi y se manifiesta en mi estómago, por lo que decido simplemente sonreírle y cambiar de tema.
-Ya que terminamos más rápido de lo que pensé con todo este tema- hablo- Qué es lo que querías decirme?
Lo observo y él se queda callado. Traga con incomodidad y se estira para dejar su ya vacía taza sobre la mesa de centro.
-Todo bien?- cuestiono, ya que puedo notar que la seriedad que se apoderó de él.
-Si, es solo que no sé como decirte esto.- pasa una mano por su nuca y frunce el ceño ligeramente.
-Tranquilo, puedes decirme lo que sea.- digo para asegurarle que entre nosotros hay la confianza suficiente, pero también porque me intriga saber que es lo que quiere decirme.
Doy el último trago a mi café e igualmente dejo mi taza en la mesa para poder prestarle atención.
-Bueno, aquí voy.- hace una breve pausa y luego empieza a hablar.- Por más que fuimos cuidadosos y tomamos todas las precauciones posibles... Juliet está embarazada.
Me quedo tiesa sin saber como reaccionar a lo que me acaba de contar. Vaya, Alex va a ser padre por segunda vez. Mia va a tener un medio hermano. Un hermano de otra madre. Esto es mucho que asimilar. Voy a ser... madrastra? De cierta forma si. Esto cambia toda la dinámica familiar y la relación con Juliet.
Alex llama mi atención chasqueando sus dedos en frente de mi rostro, por lo que me imagino que debo haber estado con mi mirada perdida sin darme cuenta.
-Kendall, estas ahí?
-Si, lo siento- digo sacudiendo mi cabeza.- Solo que la noticia me tomó por sorpresa, es todo. Felicidades Alex, vas a ser papá- le digo sonriendo, ya que genuinamente me siento feliz por él.
-Lo dices de verdad?- habla con suavidad.
-Claro que si, tonto.- digo dándole un leve golpe en el hombro.-Por qué no lo estaría? Vas a comenzar una familia, no hay nada mejor que eso.
-Me quitas un peso de encima- dice sonriendo.- Tenía miedo a que reaccionaras mal o algo por el estilo.
-No, cómo crees?- aclaro- Si, claro que no me lo esperaba y que esto afecta a Mia. Pero porque habría de molestarme? Mia va a tener un hermanito o hermanita! Ven acá- le digo y extiendo mis brazos en su dirección, dándole a entender que quiero darle un abrazo.
Él acerca su cuerpo y acorta la distancia entre los dos y me rodea con sus brazos. Acomodo mi cabeza en uno de sus hombros y el olor de su perfume invaden mis fosas nasales. Efectivamente, sigue siendo el mismo aroma que lo caracteriza. Él acaricia mi espalda sutilmente y ninguno de los dos dice nada por un par de minutos.
Luego decido que es momento de separarnos, por lo que lentamente comienzo a soltarlo. Él hace lo mismo y nuestros rostros quedan a centímetros el uno del otro. Lo miro a los ojos y él me sostiene la mirada un par de segundos, y luego la intercala entre mis ojos y mis labios. Inconscientemente hago lo mismo y siento como mis latidos comienzan a acelerarse. Alex acerca su cuerpo un poco más y la punta de nuestras narices están apenas tocándose. Qué está pasando? Va a besarme? Por qué no puedo alejarme?
En ese preciso instante, la puerta principal de la casa se abre y nos alejamos inmediatamente el uno del otro, cada uno hacia las esquinas contrarias del sofá. Alex comenzó a aclarar su garganta y yo traté de disimular mi nerviosismo y calmar los latidos de mi corazón mientras escuchábamos los pasos de los que suponía era Luke y Mia.
Efectivamente, mi pequeña entra en nuestro campo de visión, dando pequeños saltitos en vez de caminar y se dirige directamente hacia Alex.
-Papi!- exclama una vez que llega al sofá y se lanza a sus brazos.
-Hola mi amor, cómo estás?- le dice subiéndola a su regazo y plantando un sonoro beso en su frente.
Segundos después Luke aparece y me dedica una sonrisa, pero antes de saludarme se acerca a Alex y le extiende la mano a forma de saludo. Él la toma y se dan un cordial estrechón de manos. Yo observo la escena sin aún poder procesar lo que acababa de pasar, o bueno, casi sucede. Alex continúa jugando y conversando con Mia y Luke se sienta mi lado.
Toma mi rostro con ambas manos y seguidamente me besa con fuerza. Tardo un poquito en reaccionar pero luego le devuelvo el beso. Su lengua pide permiso para entrar en mi boca y yo se lo permito. No sé si es que está marcando territorio o simplemente tenía muchas ganas de besarme, pero me siento incómoda con lo pasional del beso frente a mi hija y Alex y nos separo con una sonrisa.
-Hola preciosa- dice Luke y acomoda un mechón de cabello detrás de mi oreja.- Te extrañé mucho.
-Yo también- respondo.- Cómo la pasaron?- pregunto refiriéndome a su tarde con Mia.
-Excelente. La obra le encantó- me dice y yo me alegro de saber que mi hija tuvo una linda tarde.
Veo como Alex le susurra algo en el oído a Mia y ella se pone de pie y corre hacia mi. La levanto y la abrazo con fuerza, para después sentarla encima mío.
-Princesa, me dijo Luke que la pasaste bien, cuéntame.
-Si, la obra era sobre la princesa Rapunzel y era muy, muy linda- dice con su dulce voz sin dejar de sonreír.- Además, Luke me compró palomitas y refresco.
-Me alegro linda- digo mientras regaño con la mirada a Luke por darle comida antes de la cena, y él me dedica una mueca como disculpándose. - Estás emocionada por ir a dormir con papá?
-Si, mucho!- dice asintiendo efusivamente.
-Entonces sube a mi cuarto a traer tus cosas. Te alisté todo dentro del bolso de mariposa- explico y ella no pierde tiempo.
Se pone de pie y a la mayor velocidad que sus pequeñas piernas se lo permitían se fue corriendo en busca de su bolso. Inmediatamente la sala se sume en un sepulcral silencio, y no sé si soy solamente yo la que lo siente, pero la incomodidad es palpable. Ninguno de los tres dice nada, y con Luke al medio logro evitar el tener que ver directamente a Alex; lo cuál agradezco ya que después del extraño momento que acabamos de vivir no creo que podría.
-Tienen algo planeado para esta noche?- rompe el silencio Luke, dirigiendo la pregunta hacia Alex.
-No, en realidad no- dice, y por su tono de voz puedo reconocer que se encuentra tan sorprendido como yo por el hecho de que le esté hablando.- Pensaba ver alguna película de Disney y luego leerle cuentos o lo que ella quisiera hacer antes de su hora de dormir.
-Sólo no le des azúcar esta vez, de acuerdo?- suelta de manera agresiva.
Veo como la mandíbula de Alex se tensa y sé que se está aguantando las ganas de responderle algo fuera de lugar, lo que sería acorde al comentario que Luke le acaba de hacer. Eso fue un accidente y no era necesario que se lo recuerde. Por suerte Mia reaparece en la sala con el bolso colgando en uno de sus hombros, y al verla los tres nos ponemos de pie ya que eso significa que ella y Alex ya se van. Caminamos todos haca la puerta y Alex la abre.
Me agacho a la altura de Mia y la abrazo con fuerza.
-Diviértete y cuídate mucho si?- le digo, con los sentimientos alborotados por el hecho de que es la primera vez que pasamos alejadas.
Ella asiente y me pongo de pie. Seguidamente Luke se agacha, le susurra algo en el oído y luego de darle un beso en su frente vuelve a erguirse para quedar parado a mi lado. Alex le extiende una mano y ella la toma inmediatamente.
-Nos vemos, adiós- nos dice Alex con una media sonrisa en el rostro.
Se dan la vuelta y comienzan a caminar hacia el auto. Alex toma el bolso de Mia y le abre la puerta, y acto seguido la sube en el asiento para niños que tiene ya instalado en la parte trasera y le abrocha el cinturón de seguridad. Cierra la puerta y mientras él rodea el auto para subir al asiento del conductor, Mia agita su mano para despedirse hasta que finalmente Alex arranca y el auto se aleja y lo perdemos de vista.
Luke cierra la puerta y pienso en reclamarle el comentario bajo que le hizo a Alexander haciendo referencia al incidente ligado a la diabetes de Mia, pero él me toma de la cintura y acorta la distancia entre nosotros para besarme con la misma pasión con la que lo había hecho con anterioridad en el sofá. Sofá en el que momentos antes había estado a punto de besarme con mi ex.
-Que te sucede hoy eh?- digo cuando logro separarnos brevemente, aunque él no quita sus manos de mi cintura.
-Acaso no quieres besarme?- pregunta con una ceja levantada.
-Claro que quiero besarte, pero me sorprende tu fogosidad de hoy, es todo.- explico.
-Bueno, en realidad si hay una razón-planta un suave beso en mis labios y luego continúa hablando.- Recuerdas que te había dicho que iba a volver con ustedes a California?
-Si, que hay con eso?
-Resulta que por el trabajo voy a tener que volver antes- suelta la noticia y me entristezco, ya que eso quiere decir que no lo veré por casi tres semanas más.
-En serio?- hago un puchero y él asiente.- Cuando te vas?
-En dos días- contesta y yo no puedo evitar hacer mala cara. Acaricia mi mejilla con suavidad- Pero no te pongas así.
-Es que voy a extrañarte- admito, ya que es la verdad.- Acabamos de comprometernos y quería aprovechar las vacaciones para comenzar a planear la boda.
-Tú tranquila que ya va a haber tiempo para eso. Y el que más va a extrañarte voy a ser yo. Tus besos y tus caricias sobre todo- dice mirándome lujurioso mientras se pasa la lengua sensualmente por los labios.
-Yo también voy a extrañar tus labios sobre mi piel- respondo, cayendo en su juego de seducción. Por qué tenía que ser tan sexy?
Se acerca a mi y me habla suavemente al oído:
-Tus padres no están en casa verdad?- simplemente niego con la cabeza ya que uno de mis puntos débiles es el que me hablen en el oído. Además, sus palabras ya encendieron una llama en mi que necesita ser apagada; y a eso aumentándole lo mucho que necesito una distracción de mis confusos pensamientos respecto a Alexander.- Entonces podemos hacer todo el ruido que queramos preciosa.
No hace falta que diga más ya que ambos sabemos qué es lo que nuestros cuerpos piden en este momento. Esta vez soy yo quien inicia el beso, enredando mis manos en su cabello, jalándolo con suavidad a medida que la intensidad aumenta. Sin separarnos, él hace que avancemos hasta que mi espalda choca con suavidad en una pared. Pega su torso al mío y puedo sentir que está tan listo como yo. Baja sus manos y de un solo movimiento hace que levante mis piernas y las enrede alrededor de su cintura. Coloca sus manos en mi trasero para poder sostenerme, y sin romper el beso comenzamos a subir las escaleras.
Me carga hasta la habitación y una vez allí me vuelve a dejar en el suelo y con rapidez nos quitamos todas las prendas que tenemos puestas mientras avanzamos hacia la cama, donde nos perdemos el uno en el otro.