Cambios y más cambios

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Mi cena para celebrar mi compromiso no pudo haber ido mejor. 

Cuando llegué a mi casa después de la prueba de vestido de Juliet, mis padres y Luke se encontraban esperándome con una deliciosa cena sobre la mesa del comedor decorada de una manera preciosa e iluminada por un par de candelabros, dándole un toque increíblemente acogedor. Todos estaban vestidos elegantemente, incluida Mia, la cual traía puesto un pequeño y adorable vestido color rosa suave. 

Agradecí mentalmente el hecho de que traía puesto un vestido y no un jean y camiseta como lo hago normalmente. Durante todo el transcurso de la cena nos la pasamos conversando, riendo y brindando con champagne a manera de festejar lo que vendría a ser el inicio de el resto de nuestras vidas al mismo tiempo que hablábamos de los planes e ideas que teníamos para el gran día. Me sentí realmente contenta durante toda la noche, fue en verdad perfecta. El hecho de que hayan estado presentes solamente mis padres,mi ahora prometido y mi hija hizo que la ocasión fuera aún más especial. Esas son las personas que más quiero y más me importan en el mundo, así que no necesitaba a nadie más ahí. 

Además, esta mañana me levanté con una hermosa sonrisa en el rostro ya que lo primero que vi al abrir los ojos fue a mi hermoso novio recostado a mi lado; sin camiseta y con el torso al descubierto. Llevo una mano hacia su pecho y comienzo a acariciarlo con suavidad, recordando la manera en la que él me hizo sentir anoche. Cuando acabamos de comer, Mia decidió que quería dormir con sus abuelos, dejándonos la cama y la habitación para nosotros solos. Y, vaya que la disfrutamos. Había pasado ya un tiempo desde que no habíamos estado juntos de esa manera y no me había dado cuenta de lo mucho que lo extrañaba hasta anoche. Tratamos de ser lo más silenciosos posibles, así que solo queda esperar que mis padres no hayan escuchado nada porque me moriría de la vergüenza.

Al parecer mis caricias lo despiertan, ya que noto que abre los ojos lentamente acostumbrándose a la luz que se filtra a la habitación a través de la ventana hasta que los abre por completo para después observarme con ese penetrante verde y esbozar una sonrisa.

-Buen día mi amor- me dice con su voz aún un poco ronca al estar recién despierto.

-Buen día- contesto sin dejar de sonreír.- Siento haberte despertado.

-No, está bien- responde para después bostezar.- Cómo dormiste?

-Excelente, y tú?

-Más que bien- se acerca y deposita un suave beso en mi frente.- No puedo creer que voy a poder despertar contigo de esta manera todos los días, soy tan afortunado.

Escucharlo decir hace que mi corazón se enternezca y me reafirma el hecho de que estoy tomando la decisión correcta al aceptar casarme con este chico, que estoy segura que realmente me ama y siempre va a estar ahí para mi. 

Estoy por contestar cuando la puerta de la habitación se abre y me aseguro de cubrirme bien con las sábanas con miedo a que sean mis padres, pero me relajo y sonrío cuando veo que se trata de mi pequeña; despeinada, con los ojos somnolientos y un pequeño oso de peluche en la mano.

-Hola mi bebé, ven acá- digo señalando el centro de la cama y ella inmediatamente camina hacia nosotros y se trepa a la cama para acomodarse entre medio de ambos. Planto un enorme beso en su cabeza y acomodo su cabello.- Qué haces despierta tan temprano? Y tus abuelos?

-Ya se fueron a trabajar y yo ya no tenía sueño- contesta.

-Bueno princesa. Que quieres hacer hoy?- le pregunto.

Ella hace una mueca pensativa y nos mira a mi y a Luke para responder:

-Podemos cocinar un pastel- sugiere emocionada.

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