Bambi:
Despierto junto con la vibración de mi alarma. Dormí tres horas más luego de la playa. Ay... la playa. Creo que no olvidaré jamás esa noche. Y pensar que solo un beso me hizo sentir tantas cosas.
Mi fantasía se desvanece inmediatamente al ver a Molly sentada enfrente mío, bastante nerviosa y tocándose su cabello violeta de manera progresiva. La miro seriamente dándole a entender que hable. Prepárate, Bambi.
—Bambi... yo...—miro hacia abajo hasta que empieza a hablar otra vez—primero, estaba bajo un leve efecto de alcohol.
—Eso no es excusa—contraataco—ya entendí que te gustan las mujeres pero ¿Aprovecharte de la situación?
—No creo que haya sido así... me parece que eres una homofóbica—exclama fastidiosa. Quedo perpleja ante esa respuesta ¿Qué acaba de decir? ¿Qué?
—Te dije basta Molly, y quisiste seguir besándome y tocándome. Es incómodo ¿Sabes? No es que tenga algo en contra de tu sexualidad, obvio que no, yo soy de las personas que acepta todo. Lo incómodo fue que sigas insistiendo cuando me resistía, déjalo, no entiendes nada...—finalizo para luego tomar el celular y marcar el número de mi amiga Mich. Gracias por contestar y por salvarme.
—Hola Michi, espera que salgo de la habitación—contesto irónica. Me levanto de la cama en fin de irme por la puerta y después caminar hacia la entrada del hotel.
—Bambi... ¿Todo bien?—escucho detrás de la línea telefónica.
—No. Todo mal—acoto—Molly.
—Ay... ¿Qué pasó?
—La fiesta de ayer, no sé. Estábamos bailando lo más bien, de repente la mina se me tira, me besa, hasta ahí lo entiendo, pero cuando la logré frenar para decirle que no, quiso seguir. Eso me jodió ¿Entiendes? Nada, ahora que conversamos dice que soy una homofóbica. Estamos todos locos—continúo ofendida.
—Molly siempre fue misteriosa, aun así coincido con vos que está mal lo que hizo, más si te quisiste resistir, pero nada, habrá sido una excusa de defensa inconsciente, tal vez.
—Sí, bueno. Dejemos el tema ahí. Ahora si ¡No sabes lo que pasó!
— ¡Chan, chan!—exclama Mich junto a una leve emoción e intriga— ¡Dale Bambi! ¡Me va a dar un algo!—río ante su planteamiento.
—A la noche fui a la playa después del episodio de Molly... y Axel me siguió. Nos metimos al mar, estuvimos juntos... ¡Me besó! ¡Me besó! No solo eso, sino que sentí que fue especial, fue distinto porque nuestros cuerpos... ¡Ay dios! No sé, Mich, no sé. Pero seguro me entiendes, seguro alguna vez lo viviste con Alex también.
— ¡Ay! ¡Ay!—grita feliz.
— ¡Te quiero!—contesto con toda la intensidad y euforia del mundo.
— ¡Yo también estúpida! ¡Al fin un beso con tu fuck crush! ¿Quién lo diría? ¡Ah!
—Tal cual ¡No sabes lo que fue! Es hermoso, hasta dormimos juntos después y finalmente nos dirigimos al hotel a la mañana. Es un tierno. Además me debilita, no sé qué trucos de magia tiene para que vea mi otro lado y que me puede. Mierda, me puede—tomo aire de la brisa fresca—quiero empezar a escribir todo esto que me está pasando, tengo la necesidad de dejar una huella. Me voy a comprar una caja para empezar a guardar todo ahí ¿Qué opinas?
—Si te hace bien claro que sí Bambi—agrega.
—Te tengo que dejar amiga, a las once de la mañana debemos reunirnos para ir a una excursión. Te quiero mucho Mich.
— ¡Suerte! Yo más, nos mantenemos en contacto ¡Beso!—finalizo la llamada.
Me dirijo a mi habitación rápidamente para prepararme en lo básico, un poco de maquillaje y arreglar mi cabello. Dejo en mi cuerpo un bikini junto a un short de jean con un top, también llevo una mochila con sus respectivas cosas por si acaso. Por último coloco los anteojos de sol sobre mi rostro y salgo ansiosa en caso de ver a Axel.
Y sí, allá lo veo. Me mira. Nos miramos. Sonríe a la vez que decido bajar mis anteojos suavemente para levantar las cejas a modo de burla (la tenías que pagar pendejo, después de todo lo que me intimidaste ayer) se muerde los labios sonriendo aún más. ¡Cómo me tiene! ¡Pendejo de mierda!