Tontas palabras [Serie Tontam...

Od Ineskyblue

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Matteo ha pasado su vida siendo un imbécil, convencido de que ocultar su verdadera personalidad lo mantenía a... Více

AVISO
Prólogo
1 - Fiesta en la piscina
2 - Verdad o reto
3 - Desayuno
4 - Helado
5 - Dos chicos
6 - Solo Dormir
7 - Algo especial
8 - La cita número uno
9 - La cita número dos
10 - El secreto de Matteo
11 - No te dejaré escapar
12 - Despecho
13 - Cobarde
14 - Serás mía
15 - Feliz cumpleaños
16 - Ella está conmigo
17 - Desde los dieciséis
18 - ¿Celos? No, gracias.
19 - No
20 - Lo que esperas
21 - Mientanle al idiota
22 - Tontas palabras
23 - Punto de inflexión
24 - Palabras, no tan tontas.
25 - Eres una mierda
26 - Positivo
28 - Tú no eres malo.
29 - Lo eres
30 - Feliz
31 - Familia
32 - Problemas
33 - Pasado
34 - Despedida
35 - Sin Matteo
36 - Un bebé
37 - Pistas
38 - El papá de su bebé
39 - Un milagro
40 - Drama adolescente
41 - Jamás
Epílogo

27 - Frijolito

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Od Ineskyblue

Emily

No lo entiendo.

No puedo dejar de llorar y Liam me mira confundido esperando a que diga algo.

¿Cómo demonios sabe lo del bebé? Sólo lo sé yo, es prácticamente imposible que él lo sepa.
Siento que estoy pasando por alto algo importante, conozco a Matteo, él no me dejaría sola con un bebé.

No puedo entender su reacción, no entiendo nada y no puedo dejar de llorar para decirle a Liam lo que sucede.

— Por favor Pollito, estoy preocupado por ti.

— Yo… — las palabras no me salen, solo unos balbuceos difíciles de entender.

— Lo viste, Noah me lo dijo.

— No, no es eso… es que yo…

— ¡Que va Emily! Que me pones nervioso, dilo de una vez.

— Estoy embarazada — digo por fin, es la primera vez que lo digo en voz alta y suena muy extraño y aún no me lo creo.

Los ojos de mi mejor amigo se abren exageradamente y no dice nada, se queda quieto por unos segundos que parecieron eternos.

— ¿De verdad? — pregunta con un pequeño rastro de emoción en su voz.

— Sí, no sé que voy a hacer, ni siquiera puedo hablar con él.

No voy a decirle lo que Matteo me dijo hoy, no quiero generar más problemas. Voy a esperar a que las cosas se calmen un poco e intentaré hablar con él otra vez.

— Yo se lo diré, así querrá escucharte.

— ¡No! — me apresuro a decir — No intervengas y no se lo digas a absolutamente nadie, deja que yo lo resuelva como a mí me parezca.

Se deja caer hacia atrás en el sofá y aún permanece quieto.
— No lo puedo creer — balbucea después de unos segundos.

— ¿Y yo? No sé que voy a hacer.

Sus ojos se voltean hacia mí de inmediato, exageradamente abiertos.

— Lo tendrás ¿Verdad? Es que… tú sabes que si esa no fuera tu elección yo te apoyaría en todo lo que tu decidas; pero no es necesario, aunque Matteo sea un idiota y un pendejo tú siempre me tendrás. Si tú decides tenerlo haremos esto como sea, estaré para ti y amare a ese bebé con cada pedacito de mí.

Mis ojos se empañan otra vez.
— No lo dudo ni por un segundo, tú nunca me dejas sola. Lo tendré, claro que lo tendré, pero es que aún no logro hacerme a la idea.

— Matteo estará contigo, lo conozco bien, tú también lo conoces, así que solo esperemos que pase el juicio y hablarás con él y todo estará bien.

Ojalá él tuviera razón. Pero no es así, Matteo me dejó en claro hoy que no quiere hacerse cargo así que tendré que hacer esto sin él. No soy ni la primera ni la última madre soltera, y además tengo a este chico a mi lado, que nunca me dejaría sola.

El juicio de Noah contra su padre por la tenencia de sus hermanos pequeños es la próxima semana. Estaré para Noah y me vale una mierda si Matteo no me quiere allí.

Mi teléfono suena, es Lucas. Mierda, olvidé que lo dejé esperando abajo.

No tengo ni las más mínimas ganas de hablar con él, pero de todas formas bajo.

— ¿Estás bien?  — pregunta al ver mis ojos hinchados.

— No estoy pasando por el mejor momento de mi vida si es lo que quieres saber.

—Lo sé, vi cómo te trató Matteo. ¿Aún no sabes qué le pasa?

No quiero hablar sobre eso, así que solo niego con la cabeza.

— Lo siento — dice muy sinceramente tomando mi mano —. Nunca quise hacerte daño, ni que te separes de él.

— Lo sé, lo siento por las cosas que te dije.

Él sonríe de lado y menea la cabeza.
— Está bien ¿Amigos otra vez?

— Claro — respondo sin mucho ánimo.

Por suerte mi teléfono nos interrumpe. Es Emma, está llamando.

— Lo siento Lucas, necesito atender.

— Está bien, ya me voy. Hablamos luego — se acerca para besar mi mejilla y lo dejo hacerlo antes de subirse a su auto.

Respondo la llamada en cuanto estoy sola.

— Lo siento — es lo primero que dice y yo sonrío.

— Lo sé, estaba esperando el tiempo promedio que demora tu cerebro en entender cuando haces algo mal.

Ella se ríe.
— ¿Y cuánto es eso?

— Varía según el tamaño de la cagada, a esta le estaba dando un mes, pero te adelantaste.

— Tengo la estúpida manía de buscar culpables en todas las situaciones. Pero tú no tienes la culpa de que Lucas no me hable, y te estoy juzgando sin saber qué fue lo que pasó.

— Está bien Emma, no quiero más drama, te extraño.

— También yo, pero no puedo salir de aquí, y tú no puedes entrar.

Suspiro pensando que ella podría cambiar eso si quisiera, pero no lo diré, no la pondré entre Matteo y yo.
— Entiendo, será después del juicio entonces. ¿Cómo estás?

— Bien, regresé con Noah.

Eso me pone feliz, aunque ya sabía que iban a regresar porque Noah hablaba de otra cosa.

— Que lindos son, espero sepan cuidarse esta vez.

Ella suelta risita.
— ¿Sabes lo que me ha hecho tu bebé?

— No, y no quiero saberlo, yo no te cuento los detalles de mi vida sexual Emma.

Ella se ríe con más fuerza y esta vez yo también lo hago.
— Que va, me encantaría que me contaras, aunque sea lo más mínimo, ni siquiera sé si Matteo y tú se han besado alguna vez.

— Sí, pero al parecer está claro que no volveremos a hacerlo.

Su tono de voz cambia.
— Dime algo Em, por favor, ¿Qué es lo que le has hecho? Él la está pasando realmente muy mal y no quiere decirme. 

— ¿Sabes qué es lo peor? — pregunto, pero no la dejo responder — Que ni siquiera yo lo sé.

— ¿Cómo? Pensé que lo habías engañado con Lucas.

Suelto un suspiro dramático.
— ¡Claro que no! ¿Estás loca? Lucas y yo solo estábamos hablando y él apareció y comenzaron a golpearse y ya no quiso hablar conmigo.

— ¿Y de qué hablaban? ¿Algo que Matteo haya podido malinterpretar?

Todas las luces se encienden en mi cabeza de golpe.
— ¡La mierda! ¡Tienes razón! ¿Cómo no lo pensé antes? Te quiero, gracias.

— ¡Espera! ¡Cuéntame!

— Luego, te llamo más tarde.

Termino la llamada y subo rápido a mi casa.

A mitad de camino noto que estoy corriendo por las escaleras ¿Puedo correr estando embarazada? No lo sé, no sé nada, ¿Cómo voy a cuidarlo?

— ¡Liam! — grito entrando a la casa y él aparece de inmediato preocupado.

—¿Estás bien? ¿Quieres vomitar? ¿O quieres que salga por donas?

Me río, ya veo lo que me espera. Si Liam es sobreprotector conmigo ahora lo será el triple.

— No, es que Emma me hizo darme cuenta de lo que le sucede a Matteo.

— A ver… habla… — sienta en el sofá, pero yo no lo hago, mi cerebro esta maquinando muchas cosas a la vez.

— Emma me hizo pensar en que tal vez él escuchó lo que yo hablaba con Lucas.

Liam me pone toda su atención. 
— Sobre algo que pasó entre ustedes.

— Ya te he dicho que no ha pasado nada entre Lucas y yo…

Rueda sus ojos y me da una leve sonrisita. 
— Ajá, pero ya me habías dicho eso otra vez y era mentira.

— No esta vez.

— Okay ¿y de qué hablaban entonces?

Detengo mi frenética caminata, y dejo perder mi mirada para recordar exactamente lo que decíamos.

— Estábamos hablando sobre la hermana de Lucas, ella está embarazada de un sujeto que está casado. Y Lucas me decía que él no quería que naciera.

— Haz memoria, ¿Pudo entender Matteo que la embarazada eras tú?

— Sí, de hecho, yo me usé como ejemplo diciendo que no estaba lista para ser madre pero que no abortaría, y Lucas dijo que él tenía derecho a opinar porque ese bebe llevaba su sangre.

— Ahora todo tiene sentido.

Suspiro sentándome por fin.
— Sí, pero es peor de lo que imaginas.

Liam me mira buscando respuestas y mis ojos se llenan de lágrimas otra vez.

Mierda, si antes era llorona ahora lo soy diez veces más, supongo que la pequeña cosita que tengo en la panza se está divirtiendo con mis hormonas.

— Lo recuerdo textualmente, Lucas dijo que le haría creer a otro que es su papá.

— ¿Piensas que Matteo cree que hablaban de él? — asiento brevemente y limpio las lágrimas de mis mejillas — Así que ahora no te creerá si le dices que estas embarazada de él realmente. 

Es una mierda, ¿Puede el puto destino estar tan empeñado en joderme la vida?

Liam no habla más, saca su celular del bolsillo y demora un rato en volver a mirarme.
— ¿Cuántas semanas tienes?

— Tres.

— Hay que esperar hasta que tengas nueve para hacer una prueba de paternidad.

— Hasta ese momento no se lo diré a Matteo.

— ¿Tú crees?

— Ponte en su lugar. Él ahora cree que estoy embarazada de Lucas y que quería decirle que es su hijo, y entonces llegaré a decir: ¡Ey! No estoy embarazada de Lucas, estoy embarazada de ti. Entonces solo confirmaré lo que él estaba pensando de mí ¿Entiendes? Necesitará hacer una prueba para creerme, y lo entiendo.

Liam menea su cabeza confundido.
— Debería confiar en ti.

— ¿Qué pensarías tú en su lugar?

— No lo sé.

Resoplo llevando las manos a mi cabeza.
— ¿Por qué me pasa esto a mí?

— Porque no usaste un condón.

— Lo sé, soy una idiota.

Liam limpia mis lágrimas y me mira con ternura.
— Ya deja de llorar, que llenarás de angustias a mi frijolito.

Bufo por lo bajo.
— Ya empiezas con tus tontos apodos. ¿Nadie nunca te ha dado un apodo a ti?

— Bueno, hay una chica en Instagram que me llama Malvavisco, pero en general no, yo soy el chico de los apodos.

— Malvavisco — digo soltando una risita.

Liam lleva su mano a mi estómago.
— Ya lo amo. O la amo, creo que será una niñita, con tus rizos.

Sonrío ante la idea.
— Y los ojos de Matteo.

— Demasiada belleza, luego cuando crezca eso se pondrá difícil…

— De acuerdo, no se lo diré hasta que podamos hacer la prueba, solo lo sabremos tú y yo.

Estiro mi meñique para sellar la promesa, me gustaría compartirlo con Noah también, pero él no podría guardar un secreto tan grande de su hermano.

— ¿Acaso me ofreciste unas donas? — sonríe y asiente poniéndose de pie — Pues las quiero, de crema.

— Pensé que te gustaban de chocolate — se acerca a la puerta y toma sus llaves del llavero.

—Sí, pero hoy quiero de crema, será que a frijolito le gustan así.

— Como a su papá — Liam me da una sonrisa un poco triste.

Los dos sabemos lo que significa, Matteo debería estar aquí, yendo por esas donas y acompañándome. Me hace sentir triste obligarlo a que se pierda esto, pero no encuentro otra forma.

La semana transcurre rápido, sigo yendo a trabajar, aunque Liam insiste en que lo deje. Lucas ya no va, y así por lo menos mantengo mi cabeza ocupada.

— Ya, pero estoy preocupado mientras estás allá — dice metiendo una cantidad exagerada de comida en mi mochila.

— No estoy enferma Liam. Y así al menos no pienso tanto.

— Cualquier pequeña cosita que suceda me llamas — insiste lanzándome una mirada de advertencia.

— Relájate Li, todo está bien.

— Es que me pesa mucho ocultarle esto a Matteo. Es mi amigo, y ya que le estoy ocultando lo más importante de su vida al menos quiero asegurarme de que todo está bien mientras él no pueda hacerlo.

Lágrimas, otra vez, estoy llorando, por enésima vez en el día.

— Lo extraño mucho — murmuro haciendo un puchero.

— Ya, no llores, hoy hablarás con él y todo estará bien.

Iré al trabajo solo por dos horas, porque a las once es el juicio de Noah y tengo que estar allí.

No he vomitado ni nada de todas esas cosas que se supone deberían pasar, solo quiero dormir la mitad del día y llorar la otra mitad.

No quiero llorar tanto porque dicen que el bebé lo siente, pero no lo puedo evitar, necesito a Matteo.

Durante la primera parte del juicio no puedo ni siquiera acercarme a él, estoy muy atenta a todo lo que está sucediendo y a las declaraciones tan sinceras de los chicos, he llorado al menos diez veces desde que estoy aquí sentada. Pero cuando el juez se va y nos hacen esperar me acerco a él.

— Matt, necesito hablarte, por favor.

— No ahora Emily, este no es el momento. Estoy nervioso.

Lo entiendo, quiero abrazarlo, quiero estar para él, lo extraño tanto…

— Estoy aquí para ti si me necesitas.

Un breve asentimiento es todo lo que recibo en respuesta, otra vez el Matteo frio y distante que me costó tanto trabajo ablandar.

Es completamente compresible igual, el piensa que estoy embarazada de Lucas y que le estuve mintiendo todo este tiempo.

Noah y el padre de Emma ganan el juicio, pero en menos de lo que dura un segundo ninguno de los chicos está en la sala.

Se fue.

No pude hablar con él y ahora volverá a cerrarse.

Saco mi teléfono del bolsillo y marco su número, al buzón de voz otra vez.

— Matteo, ya he perdido la cuenta de la cantidad de mensajes que te he dejado. No sé si los escuchas o no, pero no te he hecho lo que tú piensas que te he hecho. No estoy embarazada de Lucas, él y yo hablábamos sobre su hermana, ella está embarazada de un sujeto casado y Lucas no quería que lo tuviera. Solo me usé como ejemplo y tú entendiste todo mal. Además, recuerda, tú y yo hicimos el amor el día anterior, y notaste perfectamente que hacía mucho tiempo que no lo hacía con nadie, eso no se puede fingir. Te amo, llámame y arreglemos esta mierda que te extraño.

Le ruego a todos mis ancestros gitanos que escuche ese mensaje y me llame, por ahora lo único que puedo hacer es irme a casa.

____________________________________

Hola gente bella ❤️

No tengo mucho que acotar hoy, solo que amo a Liam.

Dejen su amor para Liam aquí.

Y síganme en Instagram, dónde si no estoy riéndome de ustedes porque son muy malas en los trivias, me estoy riendo porque son muy malas con las teorías.
Jajajajaja, igual las quiero.

@ineskyblue

Besos, mil besitos 💋

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